Partida Rol por web

¿Cómo es que se tiran dos dados? En cantidad pongo 2??

La Carretera. 11:08 horas.

El paisaje se había vuelto monótono. La carretera se extendía hacia el horizonte haciendo una suave inclinación hacia abajo. Caminar resultaba confortable a pesar de llevar dos horas en la carretera. Los árboles se extendían a izquierda y derecha y las casas habían desaparecido. A estas alturas de La Larga Marcha, casi el principio, eran muy pocos los que esperaban a animar. Nadie más había recibido avisos en la última hora y los marchadores continuaban todos agrupados muy juntos.

-Han sido listos esos tíos -dice Peter refiriéndose a los que habían recibido los primeros avisos. Se había acercado hacia vosotros que caminabais en un grupo más o menos compacto-. Han recibido el primer aviso aposta para poder ajustar el ritmo de la marcha justo al principio, cuando están más frescos. Así pueden borrarlo sin problemas y de paso ya saben qué ritmo han de llevar.

-Bah, me importan una mierda esos tios, McVries. Pienso enterraros a todos y bailaré sobre vuestras jodidas tumbas -comenta Barkovitch que había oído los comentarios de Peter.

Cita:

Y tú déjame respirar un poco. dijo levantando un poco la voz.

Cita:

W rió con ganas y se mantuvo al lado de Matt. Es cierto, capaz que por eso los viejos están obsesionados con la muerte. Mis tías saben pasarse tardes enteras hablando de quien se murió y de como se murió y de que lástima... Dijo la última frase imitando a sus tías. Una vez las mandé a la mierda.

La mayoría de los otros chicos estaban enfrascados en si mismos, caminando solos y no hablando con nadie. W no les dio más de un día antes de que se volvieran completamente desquiciados. Pero seguramente se pondrían a charlar con alguien dentro de un rato. Tarde o temprano tendrían que ventilar.

Hablando de morir, Matt. ¿Por que hiciste algo tan jodidamente estúpido como venir a la marcha? ¿Acaso eres retrasado? dijo en un claro tono de broma.

¡Relájate campeón! ¡Te enterrarán a ti si sigues hablando mierda! ¡Son las reglas! le gritó a Gary.

Ya había pasado un buen rato de marcha. El sol había subido un poco, aunque no tenía manera alguna de saber que hora era. Aunque faltaba para el medio día. Cuando recordó que no comía nada desde la noche anterior, comenzó a devorar una de sus raciones.

Eran un asco. Había estado más de dos semanas viajando en coche con sus amigos, cruzando el país, comiendo hamburguesas y pizzas y ahora tenía que conformarse con este pedazo de cartón seco.

Por lo menos venía caminando bien. Sudaba, pero se sintió seguro de que iba a poder caminar mucho más de lo que se esperaba. Y definitivamente faltaba muchísimo para tener que usar eso.

El cansancio siempre se tira. Lo que no tienes que tirar sería eventos y no tiene nada que ver con la tirada anterior. Así que haz la tirada normal de cansancio. Además, el crítico es 96-100 sin modificadores.

Siguió manteniendo el ritmo, aunque seguía teniendo ese sentimiento de náuseas. Casi sintió que tenía que parar a vomitar, no soportaba tan bien como había esperado la claustrofobia que le causaba estar rodeado de gente expectante y de cámaras. No solo estaban deseando ver su muerte aquellos que les rodeaban sino que al otro lado del televisor millones de familias se reunían para ver quién tendría el primer pasaporte.

Seguro que hasta apuestan y ya tendrán un favorito... Uno que cambiará conforme quedemos menos.

Timothy estaba pálido y sudoroso por cómo se sentía. Dio un pequeño trago a su cantimplora. De fondo no paraba de oír un zumbido molesto, uno con nombre propio por desgracia. Alguien se había confundido y había entendido que La Larga Marcha era La Larga Charla. Peor para él por no ahorrar fuerzas, aunque ahora quienes lo sufrían eran el resto, su tono de voz se volvía cada vez más molesto, como un martilleo en las sienes que sabes que acabará en un dolor de cabeza.

Espero que le den el pasaporte rápido.

Pensó con malicia y se sorprendió de su propio pensamiento. Él nunca le había deseado la muerte a nadie... Aunque aquí debería deseársela a todo el mundo si quería ganar.

Akinlabi sigue caminando tranquilamente, pensando en sus cosas y disfrutando del paisaje mientras mantiene una expresión alegre y despreocupada.

La larga y cansina marcha.... ¿por qué demonios la gente tiene que hablar tanto? ¿no podían hacer una carrera de mudos...? llevamos dos horas de camino y algunos ya se han otorgado el título de bocazas del pelotón... En fin, que les jodan, dicen que la fuerza se escapa por la boca...

Observo como el paisaje ha cambiado ligeramente, hemos dejado atrás las zonas pobladas, lo cual me reconforta, pues no me resultaba agradable la vista de todos esos curiosos esperando el desfallecimiento de cualquiera de nosotros...

El cansancio por el momento no es problema, me siento fresco y con fuerzas... sin embargo hace escasos minutos tuve un traspiés al tropezar con un bache... no me hice daño pero casi caigo al suelo. La verdad es que fué culpa mía, estaba tan entretenido maldiciendo en mi interior al público que me olvidé de mirar para la carretera...

- Sí, eso debe ser. Todos los que estamos aquí debemos ser algo retrasados o fallarnos algún que otro cable. - Respondí a W, sin alzar mucho la voz, pues estaba más preocupado por guardar fuerzas que otra cosa. Pero el camino transcurría sin tropiezos y no parecía que el cansancio fuese a hacer mella tan pronto. Casi parecía más una excursión que un juego donde nos iba la vida en ello.

Hice caso omiso del número 6. Podría ser un imbécil o un enajenado o un pobre infeliz que hablaba de aquella manera para juntar el valor que sentía perder por dentro.

Lo importante, no por bueno, sino por relevante, era que no habían habido más avisos que los del principio y todo seguía igual.

-Estamos a mitad de camino de Caribou -intervino de pronto otro de los marchadores. Iba a buen paso y apenas se le notaba el sudor en la frente. Aunque todavía no era mediodía, claro. Al ver la mirada interrogante de McVries se apresuró a añadir-. Soy de la zona. Nací aquí, en Maine. Soy Ray Garraty.

-Vaya hombre -resopló Barkovitch- ¡Pero si es el héroe local! También te enterraré a ti, Garraty.

-¿Quieres callarte de una jodida vez? Ahorra el aliento o el primero en recibir el pasaporte serás tú.

Camino ligeramente tranquilo, esto no era una prueba de velocidad sino de ver quien es el único que sobrevive. 

Manteniendo un silencio imperceptible para pocos decido no hacer "sociales" de momento porque las conversaciones son totalmente ajenas a lo que a mi respecta. Ellos son mis rivales no mis amigos, por lo tanto los veo como tal.

No tengo muchas expectativas,  tampoco sé cuanto será el tiempo que durará todo esto. Tal vez entre en modo psycho en la segunda noche y comienzo a descartar adversarios, uno nunca sabe cuando se puede perder los estribos y convertirse en un asesino. Todos conocemos de que va esto y no creo que sean ángeles caídos del cielo. 

Caminar como una horda es algo digno de película pero estaría bueno un poco de tragedia o que alguno sea arrastrado por unos tentáculos gigantes, tal vez una niebla o un humo negro que nos acecha. Los creadores de esto están enfermos de la cabeza y se divierten juntando a un grupo de tontos como nosotros que hacen lo que sea.

¿Cual es la verdad de todo esto? ¿Somos capaces de matar para obtener la victoria? ¿Aceptamos el sacrificio a cambio de unos minutos de fama? ¿Tan poco valoramos nuestra vida?

Son todos unos imbéciles y yo soy el primero, que estoy participando porque mi novia me engaño, anhelando que se arrepienta de lo que hizo y vuelva a mis brazos con promesas cargadas de amor incondicional barato. 

Doy lástima... Asco... 

Continuo la marcha dejando en claro mis pensamientos,  los odio a todos por ser tan inconscientes como yo y por desechar su vida tan rápidamente.  

Desde un costado, perdido en mis pensamientos contemplo el paisaje, guardando aquello que tendré por última vez y jamás volveré a ver.

El tiempo pasa muy rápido cuando tu vida pende de un hilo - pensó Henry extrañado -  sin embargo eres consciente de cada pequeño segundo -. Harto de estudiar únicamente la carretera mientras caminaba miró a su alrededor y examinó con curiosidad a sus oponentes más cercanos; no había super hombres, solo gente normal, como él, con sus dudas, inquietudes, miedos y esperanzas.

Bueno, como yo no, dudo mucho que ninguno de ellos haya visto la muerte cara a cara -. Meditó mientras se rascaba la cicatriz del lado derecho del cuello que había comenzado a picarle, quizá a causa del sol constante.

Escuchó como W le hacía a Matt la gran pregunta; pensó en su propia respuesta y le vino a la mente una imagen, la imagen de una mujer joven, pelirroja, pecosa, con un vestido blanco obviamente usado, dándole el sí quiero en una de esas pequeñas ermitas donde van las parejas a casarse en secreto. La imagen, que le hizo esbozar una sonrisa durante un segundo, se desvaneció para dar paso a un inconexo recuerdo de su padre hablándole mientras veían las noticias:

Flashback (2 años antes)

Padre: - No lo atraparán nunca, ya lo verás, no lo cogerán.

Henry: - ¿Qué? ¿A quién?

Padre: - Las noticias, ese tal desollador que apenas mencionan, no lo atraparán.

Henry: - Y eso ¿por qué?

El señor Richard se levantó, apagó la vieja televisión, se volvió hacia su hijo, sacó su pipa y lo observó mientras la encendía, juzgando si ya tenía edad para entender cómo funcionaba el mundo. Tras aspirar y soltar el humo contestó -: Para empezar, en las noticias no aparece ni la mitad de lo que ha hecho ese asesino. Digo que no lo pillarán porque se trata de un pez gordo, hijo, por eso, si no fuese así ya le habrían dado caza.

Sintió un nudo en el estómago que le obligó a inhalar hondo hasta tres veces. Enseguida recuperó un ritmo normal de respiración. Tratando de alejar ciertos pensamientos de su cabeza preguntó al resto -: ¿Cuántos de vosotros estáis casados?

Chris escuchaba a todos discutir sobre tonterías desde la fila de atrás, de momento no se había relacionado con nadie, y esperaba que la cosa siguiese así, pues su cabeza seguía insistiendo en que no había sentido para ello. Si fuese una maratón normal y corriente, no le hubiese importado charlar sobre banalidades, pero allí se estaban jugando la vida, incluso el ganador, como ya había pasado en otras ediciones de la larga marcha.

jeje, que cabrón el comandante, solo puede quedar uno, como los inmortales, y además, se muere cuando para

Pero Chris había sido previsor, y había dejado unas últimas voluntades, en el casi imposible caso de ganar la larga marcha, en las cuales decidía su premio.

El único que le pareció  casi agradable era aquel hombre de color, el ingenuo al que habían engañado. Y aquel casi era referente a su color de piel, si no, ahora mismo estaría cerca de él, para gozar de la tranquilidad de una compañía silenciosa.

Pero no podía ser, ¿que dirían sus supernenas si lo viesen relacionándose con un nigga?

Inaceptable.

Sacó la cantimplora, dió un trago, y después se remojó un poco la cabeza, pues estaba empezando a sudar como un cerdo.

Es lo que tenía el exceso de grasa.