Partida Rol por web

Afueras de Caribou. 12:19 horas.

El sol del mediodía pegaba duro sobre la carretera haciendo arder el asfalto. Según Garraty, estaban muy cerca de Caribou, tal vez un kilómetro o dos. Habían recorrido aproximadamente unos 20 kilómetros desde que comenzaran por la mañana y todavía nadie se había ganado su pasaporte. Los marchadores maldijeron desalentados lo que tenían frente a ellos: la carretera ascendía de manera pronunciada hasta pasar por debajo de un puente. Sobre él corría la autopista y un gran número de personas se habían colocado en las barandillas para mirar como pasaban los marchadores bajo ellos. La policía controlaba el paso de vehículos para evitar algún desagradable accidente.

La cuesta era dura y las piernas se resentían. Ocho marchadores se ganaron su primer aviso más o menos a mitad de la subida. 

-¡Aviso! ¡Primer aviso, número 9!

Ese era el chico que se había unido a vuestro grupo. El que se había presentado como Bram. Había ido perdiendo el paso a medida que ascendíais y era evidente que había bajado de los 6,5 kilómetros por hora.

Comenzamos a subir aquella cuesta hacia arriba y algo comenzó a no funcionar bien dentro de mí. El puente de la autopista se desdoblaba ante mí, el gentío se hacía amenazador y todo en mis ojos tomó una tonalidad carmesí. Me estaba mareando.

Miré a mi alrededor. Iba con otros chicos. Volví a mirar, ya eran otros. Después, la mayoría estaban más adelante.

-¡Aviso! ¡Primer aviso, número 73!

Habían avisado a varios en esa subida, ahora le tocaba al número 73. Si no espabilaba sería yo el siguiente. Un momento... ¡el 73 era yo!

Llamadlo miedo o instinto de supervivencia, no sé qué fue pero se me quitó la tontería de golpe. Apreté el paso, más incluso de lo necesario. Tardé un tiempo, pero al cabo de la hora había recuperado mi sitio en la marcha. Estaba sediento, se había a acabado el agua y pedí otra. Bebí y me eché una buena parte por el cogote.

No podía permitir que me volviera a dar una pájara como esa. Le vi las orejas al lobo.

Akinlabi se queda mirando perplejo a la gente que les vitorea desde el puente y comenta.

- Vaya... parece que al final el atletismo si que le interesa a la gente.

Va perdiendo el resuello un poco con la subida de la cuesta, pero tira de pundonor y trata de evitar que se le note, especialmente ahora con toda esa gente y la prensa delante. Así pues, pone al mal tiempo buena cara y sigue caminando al  ritmo establecido.

La cuesta era más complicada de lo que podría haber sido de cualquier otra manera, se le resentían las rodillas más de lo que habría esperado. No es que Timothy estuviera en una forma excelente, pero había estado un par de años en el equipo de atletismo del instituto, hasta que se cansó de aquello de correr a ninguna parte. Paradojas de la vida que ahora se encontrara haciendo lo mismo, solo que aquí no podía dejarlo, ya no.

Un escalofrío recorrió su espina dorsal de forma ascendente cada vez que oía que a alguien le daban un aviso. Por un momento cerró los ojos, los apretó con fuerza y recordó las caras de sus dos chicas.

Por ellas puedo.

-Esto no es atletismo...- trató de explicar a aquel hombre que parecía el veteranos del grupo y más perdido que el hijo de una prostituta en el día de trae a tu padre y cuenta. -¿Es que no te han contado de qué va el concurso? Esta gente está aquí para vernos morir...

La cuesta que se presentaba frente a mi, no era un problema, había estado entrenando bastante en mi ciudad... San Francisco. Estaba más que acostumbrado a cuestas.... y esa no era especialmente empinada.

Una ligera sonrisa maliciosa se dibujó en mi rostro en el momento que comencé a escuchar como a unos cuantos chicos les daban avisos... Bueno, esto se empieza a poner interesante y solo llevamos 3 horas..., alguno de estos no creo ni que llegue a las 6 horas... Me fijé como al chico del dorsal 73 le daban un aviso... no me extraña con esa cara que tiene... yo el aviso se lo habría dado a su Madre el día que nació...

Su pregunta quedó sin respuesta, debido tal vez a que la carretera había atraído la atención de todos. No era para menos, a esa hora del día el sol brillaba con infernal denuedo y cualquier vicisitud, por pequeña que fuese, se convertía en un mundo. Ver como el camino subía en ostensible inclinación arrancó muchos bufidos de cansancio. Aunque también vio a alguno sonreír por lo bajo. Aquello comenzaba a ser muy extraño y a medida que progresara, a medida que siguieran adelante, se iba a volver más y más raro, de eso no le cabía duda.

Intentó mantener el ritmo y no exponerse, pero controlando la energía que iba gastando. Resultaba fácil si mantenías la atención, pero era tan aburrido que resultaba sencillo perderse en pensamientos. Bebió un largo trago de la cantimplora. Procuró mantener la mente en blanco, al menos a ella podía tratar de darle un descanso. Seguro que le vendría bien.

- ¿A vernos morir? No hombre, es el deporte, el afán de superación lo que atrae al público... y luego están los premios, yo una vez gané una piel de leopardo en mi aldea. Ahora mismo está colgada en una pared de la choza de mi madre.

No puede evitar sentir cierto orgullo al comentar esto.

Al escuchar al hombre de color de avanzada edad no puedo evitar sorprenderme... ¿ese tipo está intentando quedarse con nosotros o realmente le han engañado? No es posible, no se puede ser tan ignorante... Nos está tomando el pelo... 

Me acerco a su lado... Buenas tardes... bonito día para hacer deporte... ¿verdad?. Con toda esa gente animando... con estos amables soldados que nos dan agua cuando la necesitamos... Sería bonito, si no fuera porque esos mismos soldados nos dispararán en el momento que nos detengamos.... jajaja, que vá!, es una broma!... Aunque... bueno.. fíjese en la expresión de los "deportistas"... cualquiera diría que es la carrera más triste del mundo...  Quien sabe... quizá es cierto.. y en esta carrera al que se detiene a descansar lo ejecutan al momento.

Con el alboroto de la gente ni se entera de que le han dado un aviso.

No te han dado un aviso :m Has fallado la tirada de cansancio, ahora estás a nivel 2, pero has superado el evento.

- ¿Qué...? ¿Que ejecutan a los que se detienen? ¡Cómo va a ser eso hombre!

Akinlabi niega con la cabeza

- Ya es la segunda vez que escucho la tontería esa... estos americanos tienen un sentido del humor bastante desagradable.

-Lo que dice Simon es cierto. Si te paras, te dan el "pasaporte". Así es como llamamos a que esos simpáticos tipos de ahí -dice señalando con el pulgar a los soldados del vehículo oruga- te vuelen la tapa de los sesos. Ya ves. En qué gran país nos hemos convertido ¿eh?

Akinlabi comienza a mirar alrededor, asustado.

- ¿Pero cómo? ¿A cualquiera que se pare se lo cargan? Pero ¿Qué clase de carrera es esta?

¿Vosotros habéis participado en esto voluntariamente? A mi nadie me aviso de esto, debe de tratarse de un error...

-¿Por qué te crees que nos sigue un vehículo lleno de soldados armados? ¿Y los avisos? No son para darnos ánimos. Participamos cada uno por nuestras razones. Pero es cierto que no venimos aquí obligados. Eso lo hace aún más terrible ¿no crees?

Al ver el lamentable malentendido se decidió a intervenir:

Lo hacemos por el premio, Aki. Nos estamos jugando la vida por él y tú también lo haces -.suspiró concluyendo para sí -. Cuanto antes lo asumas más probabilidades tienes de alargar tu tiempo en este mundo.

Akinlabi se queda sin saber que decir, mirando nervioso hacia los soldados que les siguen cual podencos a una liebre.

- ¿Pero en dónde demonios me he metido? Esto no puede ser cierto, nadie puede estar tan loco.

Sigue marchando hacia su destino mientras trata de decidir que hacer al respecto, como si pudiese aún hacer algo más allá de seguir andando.

Los avisos iban llegando a medida que la cuesta se les echaba encima. Era algo normal, y él lo tuvo en cuenta, tarde o temprano iban a morir todos.

Rememoró aquella clase en la cual le enseñaron a subir cuestas, aunque, a decir verdad, era la primera vez que subía una, pues en su entrenamiento nunca se había arriesgado a hacer rampas, le daba miedo  lesionarse o quedarse sin resuello.

mismo ritmo, pasos más cortos, sube en zig-zag, así será todo más fácil

Y efectivamente así fue, mientras los demás sufrían, el escaló la rampa sin esfuerzo, a costa de parecer un poco idiota, algunos se rieron de él, pero Chris les devolvió la sonrisa, sin enseñar los dientes.

Adelantó a varios fatigados, los cuales habían recibido el aviso, así pudo escuchar como le explicaban al negro de que iba todo aquello en realidad.

pf, pobre negro, espero que no haga ninguna tontería y se deje matar como un hombre. Bueno, es imposible, mejor dejarse matar como un mono

Se le escapó una risa por su "ocurrencia", en el bar del pueblo seguro que hubiera sido el chiste del dia.

Terminó por subir la rampa, dio otro sorbo a la cantimplora, y continuó marchando.

Avanzó sintiendo crecer el calor sobre él, contra él, dentro de él. La carretera seguía y seguía y por primera vez se preguntó si se podía llegar a estar antes cansado por dentro que por fuera ¿Qué esperaba de aquel concurso? No lo recordaba, quería demostrarse algo a sí mismo o a alguien, ¿a alguien? ¿A quién? Bueno, ¿Qué más daba? Pronto estaría muerto y sus preocupaciones terminarían de una maldita vez, 99 muertos y un muerto en vida, ese sería el resultado de aquella locura y todavía había gente que creía que se podía sacar algo de la larga marcha. 

Sin darse cuenta empezó a bajar el ritmo de sus pasos  a medida que la vía ascendía en pendiente. Los soldados gritaron, creyó escuchar su número y lo que más le asustó no fue eso, si no ser consciente de lo poco que le importaba.

"Realmente he venido aquí a morir" Se dijo. Y lo creyó, mientras sus pies seguían moviéndose sobre el asfalto.

A paso tranquilo y deade uno de los costados voy caminando a un ritmo no demasiado exigente. No deseaba consumir mucha cantidad de agua porque sería peligroso, me hidrataba un poco y seguía. 

El aviso no me pasó por alto,  era consciente de lo que podría pasar a medida que transcurren las horas,  hoy le tocó al 9 y dentro de un rato puede ser cualquiera de nosotros. 

Ajeno a entablar conversación escucho atentamente los comentarios del resto, parecía algo irreal pero no eran conscientes de lo que en verdad podía suceder. El morbo es un alimento muy común en estos tiempos y nosotros al aceptar esto somos parte de ellos.