Partida Rol por web

Agacho la cabeza mostrándome ante Gárret visiblemente preocupada por lo que me acaba de contar. Ese malnacido, le han mandado en mi busca y ahora sabe que aún estoy viva, que ignoré las palabras de Lhaeo y que estoy por los alrededores. Si quieren apresarme de nuevo es demasiado probable que lo hagan a pesar de estar acompañada esta vez.

- Ese tal Snake pertenece a un grupo de bandidos que me apresó y que me quiso obligar a robar algo en Aguas Fuertes, pero ignoré su petición al instante en cuanto me dieron libertad. - le confieso al mediano.- De todos modos... si ya no lo era hasta ahora, ahora será menos seguro deambular por los alrededores, no me extrañaría que el líder del clan me estuviera buscando como un loco. Está enfermo y decía que solo un objeto lo curaría de ese mal, objeto que, por supuesto, me negué a robar para él.

Escucho entonces el aviso de Methgar y efectivamente los kobolds con los que debió encontrarse Gárret le han seguido hasta nosotros. Se avecina una nueva pelea cuando ni siquiera se han sanado las heridas de la anterior. Y no me queda más energía sanadora en mi ser, esto no puede ser bueno.
Ahora que Marpilla está a buen recaudo pero sin dejar de echarle un ojo me propongo unirme a la batalla con mi arco si me dejan vía libre.

 Garret a pesar de estar algo herido, sabe que los kobolds rastrearían su rastro de sangre. Debían vencer a los nuevos perseguidores, o despistarles...

Tenemos la ventaja numérica, podemos rodearles y separarlos si jugamos nuestras cartas bien.

 Querelar niega con un gesto.

 - Aquí estamos resguardados de sus proyectiles, ahora cuanado se asomen les podremos reducir mejor que en campo abierto. Si golpeamos dura, el resto se escapara, es su naturaleza. Pero aquí estamos resguardados.

 El hombre de tez oscura permanecía apoyado a la pared, oculto de los kóbolds que se acercaban, listo para aparecer ante ellos con otro chorro ardiente.

 Y donde uno de ellos tenga una botella de fuego griego? Ahí si que la vamos a petar y no planeo morir quemado por tres míseras lagartijas!

Vienen a matarnos..jajajja...este cetro es realmente maravilloso...jijijiji...veamos probaré otra vez!,apunto de nuevo a los kobolds con mi cetro y pronuncio:

 <<Katajpupili>>

Después me retiro hacia la caseta,resguardándome de la lluvia intensa.

Querelar completa el lanzamiento sobre Methgar, ésta siente un hormigueo por todo su cuerpo y ve como los músculos de sus brazos y de sus piernas aumentan de volumen ligeramente. Con fuerzas renovadas la elfa sale del edificio hasta el pozo, tensa una nueva flecha en línea recta, pero cualquiera que pudiera ver los gestos expresivos de Methgar no sería muy dificil acertar si ha dado en el blanco o no.

Miyanuviel reposa a la gnoma en el suelo y agarra su arco, acercándose lo suficiente como para tener una visión clara para poder atacar por las ventanas. Racalín, con su extraña apariencia cita de nuevo esas palabras y por arte de magia el cielo gruñe y ruge hasta que varios truenos procalaman el llamamiento de una intensa lluvia que cae sobre el techo de la cabaña..

Gárret se encuentra ahora discutiendo con Querelar cual será el plan más certero. De pronto ven como Racalín hace su aparición de nuevo al interior de la cabaña, seguramente y no les cabe la menor duda que él ha sido el causante de esa misteriosa lluvia.

Los kóbolds ya están ahí, empuñando mazas y escudos. Dos de ellos se dirigen con violencia al interior de la choza, una vez dentro se extrañan de ver a un desconocido Kóbold en el interior. Como no contaban con eso, se quedan justo entaponando la única salida a la defensiva. Sus escudos cubren la mayor parte de su cuerpo esperando alguna reacción para contraatacar.

Methgar se encuentra pegada al edifcio con uno de esos lagartos encima. Por suerte consigue esquivar el mazazo.

Los que se encuentran en el interior de la cabaña, perciben con más claridad como la lluvia comienza a enmainar. Al poco tiempo un olor a chamusquina recrea el ambiente..

 Mierda! pasó lo que te dije!  Gárret intentará trepar por una de las ventanas hacia el techo...

Cuando me preparo para disparar alguna flecha a través de lo que puedo ver desd las ventanas rotas de la cabaña se escuchan los fuertes y cercanos truenos. Tras haber escuchado por segunda vez al pequeño Racalín decir una palabra deduzco rápidamente que ha sido él quien lo ha provocado. ¿Qué clase de magia es esa? me pregunto inquieta y curiosa.

Sin embargo, mientras pienso en esto dos lagartos se cuelan casi en nuestra única protección: están a pocos metros de mí en la puerta. A pesar de ver que están bien protegidos no me lo pienso más y suelto una flecha directa al más cercano a mí.
Es entonces cuando el olor a chamuscado llega a mi nariz, sorbo el olor y abro los ojos dándome cuenta de que ese olor a quemado posiblemente haya sido provocado por la extraña y repentina lluvia. ¿Ácido? ¿Ha llovido ácido o quizá fuego? ¿Había alguien fuera? Desconcentrándome un momento de la batalla y la reacción del kobold a mi flechazo me dedico a buscar al resto de mis compañeros con la mirada para asegurarme de que están aún vivos.

 El valletano se pone a escasa distancia ante los kobolds y descarga otro chorro de ardientes llamas que los envuelve, arrancándoles aullidos de dolor mientras estas llams lamen sus escamas y los quema vivos.

Este cetro no deja de maravillarme,¿qué secretos esconderá?....pienso mientras me guardo el cetro,ya los descubirré...

Segudamente,doy un paso hacia atrás,y mantengo una pose defensiva.

El filo del ocaso vuelve a reunir las fuerzas del fuego en sus manos para escupirlo hacia los dos kóbolds que cubren la salida. Sus escudos reprimen las llamas con contudencia, sin embargo el poder del fuego es muy poderoso y el metal de sus escudos adquieren los grados de las llamas en poco tiempo, obligando a los pequeños dragones a dejar caer sus escudos y quedarse sin protección. (-5 pg cada uno).

Methgar permanece fuera de la cabaña, la última vez que se la vió fue tras una de las ventanas de un costado del edificio, por la zona del pozo. A los pocos segundos se escucha un sonido sobre el techo, como si unos pies se hubieran colcado sobre el tejado.

Miyanuviel, al lado de Marpilla hace uso de su arco. El tiro es fabuloso, pero antes de que los kóbolds soltaran sus escudos la flecha ya habían impacto contra el metal.

Los dos medianos, se encuentran uno muy cerca del otro. Racalín por su parte, da un ligero paso hacia detrás copiando la misma pose que sus enemigos. Gárret por su parte se cuelga habílmente sobre la cornisa de una las cuatro ventanas, pero se da cuenta de que la pared es completamente lisa y el techo es de paja. No hay nada a lo que se pueda agarrar para escalar hacia el techo, al menos desde el interior de la choza.

La lluvia ha cesado por completo, parece que el misterioso cetro de Racalín contiene el poder de dominar el tiempo, aunque no a su antojo. Varios kóbolds, como media docena de ellos aparecen sobre la senda, varios están armados con arcos, otros con mazas, y dos de ellos llevan palos de madera con fuego, como si fueran antorchas caseras.

Los arrojan hacia el techo de la cabaña:

-¡Jasim, ajtk`m tikar`m. ¡Vagmùuu!-

Al instante los dos lagartos que cubrían la salida se ven demasiado amenazados, así que deciden retirarse ante la llamada de sus compañeros.

Una flecha entra con violencia tras la puerta, pero sobrepasa el umbral sin dañar a nadie y chocando contra el muro. Una última flecha pasa muy cercana por el cuerpo de Gárret, atravesando la ventana que por suerte no llega a herirle. Lo que está claro es que no es nada seguro mantenerse al lado de esa ventana.

El techo de la cabaña comienza a arder, y varias virutas anaranjadas empiezan a caer sobre el piso del edificio..

Desde tu posición aprecias claramente como varias ramas prenden el techo, las ramas están en una posición inalcanzable para atraparlas. Además sientes que en cualquier momento el techo se va a venir abajo..

 Gárret sube por fuera de la cabaña desde la ventana, con su capa en la boca para apagar el fuego lo antes posible...

Saco el bastón,doy un paso hacia delante,acercándome a la puerta,pero no lo suficiente como para ser un blanco perfecto de los kobolds,asomo el bastón y pronuncio:

 <<Katajpupili>>

 En una maniobra descabellada, el joven de tez oscura avanza decidido contra los dracónicos que sufrieron sus llamas, acompañado por el tintineo de los eslabones de metal de su camisotes de mallas, con el acero afilado de su cimitarra.

 La gran cantidad de enemigos le hacen luchar en una posición defensiva, pero eso no evita que su ataque sea devastador, su golpe horizontal logra penetrar las escamas de la labartija, abriéndole una profunda herida bajo el cuello, salpicando a todos con la sangre en intermitentes chorros. Antes de que el cuerpo caiga sin vida ya tiene su broquel y acero listo para repeler los ataques de los que se atrevan a caerle encima.

 Con los ropajes salpicados con la fresca sangre del desdichado kóbold, lanza un desafío a todo los que vienen usando su idioma.

Dracónico:

Cuando oigo pasos sobre el tejado y reparo en que finalmente parece haber sido una lluvia de fuego me doy cuenta de que quienes estamos dentro de la choza corremos peligro, se nos puede venir el tejado encima aunque supongo que quien está arriba tratará de sofocar las llamas que hayan prendido en el frágil techo fabricado a base de paja.

Sin pensármelo abrazo a Marpilla contra mi pecho olvidándome de nuevo de los lagartos para mantener a salvo a la pequeña y trato de averiguar si alguna esquina de la cabaña es menos susceptible de caérsenos encima. Veo por la ventana como Gárret también sube al tejado, ya son cuatro manos tratando de sofocar el fuego que ya se puede oler desde nuestra altura.