Partida Rol por web

-Ishhh, si no le mato ahora, puede ser que no lo cuente más. ¡Caesar lleva razón!- Tras cubrirme con el antebrazo para impedir que esas luces cegaran mis ojos,  dí un pequeño paso hacia el lateral y tensé una flecha.

-Muere...-

Pienso con los síntomas de dolor que recorren mi espalda.

-Eh, sucia rata. No vuelvas a mirar así a una mujer, por que no te mereces ni siqiuera haber nacido- Con decisión, empuño mi espadón y dibujo un ataque descendente hacia el gran Trasgo. Después recorro con la mirada a las diminutas criaturas asustadas.

-Tranquila Methgar. Dios, estás muy herida, mantente cerca de mí..- Advertí a mi compañera.

La exploradora siente como un líquido caliente -su propia sangre- recorre su cuerpo y empieza a salpicar el suelo. Aprieta los dientes, se hace un lado y suelta una flecha que penetra en el hombro de la criatura, justo en el hueco de la armadura (-5pg).

Racalín por su parte decide leer un nuevo pergamino. De la nada levita una esfera flamigera que vuela velozmente hacia el Maldecidor. El globo ardiente roza por completo a la criatura, envolviéndola en llamas (-11pg). Sin embargo el Maldecidor, aún sigue en pie, intentando espolsarse las llamas que están adheridas a sus ropajes.

Caesar reclama fuerzas a su desaparecida Diosa. Instantes después un aura azulada le rodea, dandole mas vitalidad.

Por último, la humana Sejmet, decide terminar el trabajo del Gran Trasgo. Su arma, dibuja un perfecto ataque que nada puede hacer por esquivar el acero. La criatura muere al instante.

Las pequeñas criaturas que quedan con vida, deciden retroceder aún más. Una de ellas se encara hacia el Maldecidor y le tiende un frasco de cristal. -Toma mi señor. Son demasiado fuertes, ¿qué hacemos?- Otra de las criaturas también se acerca a ellos, pero este tiene una maza empuñada y se coloca en posición de defensa.

Por último había un Goblin escondido entre las estatuas, este sale a la luz y lanza un jabalina con gran precisión que se clava en un costado del clérigo (-4 pg). La criatura sige corriendo a su antojo y vuelve a esconderse entre la maleza de los escombros de la parte inferior.

-Tendremos que mantener la calma mis pequeños. Aún nos queda el plan B- El Maldecidor, que está completamente calcinado por la bola de fuego, decide encararse a la esquina mientras los demás le protegen. Abre el frasco y lo engulle sin cesar. Parte de sus heridas, sobre todo la carne quemeda comienza a regenerarse y se siente algo más de vida (+9pg). Después lanza el frasco contra el suelo, rompiéndolo en mil pedazos.

-¡Cuidado con esa bola!. ¡Distraedles!-

Dirigo la bola hacia el maldecidor,una vez llega hasta él,le golpéa (si no es que la esquiva),antes de desaparecer.

Parece que está asustado,jiji...

Acto seguido ,le lanzo una flecha al maldecidor,

Oh,no!,creo que tengo que conjurar esta arma...

Gracias por tu ayuda... creí... que podría esquivarle... dice a Sejmet entre jadeos mientras tensa nuevamente su arco y se posiciona para tener una buena linea de tiro hasta el maldecidor

Acabaré contigo maldito bicho...

Sin embargo las heridas sufridas y la sangre que corre por sus manos hace que en el último momento la flecha salga desviada...

¡¿"Distraedlos"?! ¡Tenemos que detenerlos ya!

Giro la cabeza de un lado a otro, la mirada dividiéndose entre Methgar y el maldecidor, aún lejano. La sangre de la exploradora cae silenciosa, oscura pero brillante a mis ojos.

¡¡Arg!! Ni siquiera sé si llegaría a tiempo de todos modos...

Avanzo hacia Methgar y me coloco frente a ella. La miro a los ojos un segundo, toco apenas la parte superior de su cabeza al tiempo que cierro los míos...

Sadar edomsad irehraruc

...y los abro nuevamente, apartando el brazo. Una luz blanquecina puede verse unos instantes antes de penetrar en la muchacha.

-Tranquila, no pasa nada. ¡¡Tan sólo atraviésalos con tus flechas!!- contesto a Methgar, antes de dar media vuelta, en un intento de animar no sólo a ella, sino a todo el grupo.

Dicho esto, me encaro de nuevo a los enemigos.

-¡¡Preparaos!!

Gracias, mi bien amado Pelor, por otorgarme el poder de asistir a aquellos en quienes confío... Todo cuanto hago, lo sabeis, es en vuestro honor.

La Batidor, explora sus heridas y al sentir que aún tiene las suficientes fuerzas para lanzar una flecha contra el Maldecidor, no duda un instante en atacar hasta su posición. Sin embargo un pequeño tirón en el último instante hace que la flecha salga disparada hacia el techo.

Momento en el que, la bola del pícaro estalla y vuelve a dañar de gravedad al Trasgo (-5pg). La esfera se consume en si misma y finalmente desaparece. Acto seguido, Racalín también decide por el ataque a distancia pero sin suerte para él.

Sejmet, reclama a su apreciado Pelor y consigue reunir sus fuerzas para ayudar a su compañera. Su magia hace que se regeneren todas las heridas de Methgar por completo, notando como su magia penetra en su interior y como se van cerrando al instante sus heridas. (+16pg)

-¡Ahhh!- Con fuerza lanza una jabalina hacia la clériga, la jabalina impacta en su armadura, pero su protección mágica hace que no llegue a traspasar su barrera. La jabalina cae a los pies de Sejmet.

-¡Estúpidos aventureros, os estamos esperando. ¡Venid aquí! jijiji- El que lleva a la maza, levanta su maza e intenta burlarse de los aventureros.

La última criatura que permanece oculta entre los escombros de la parte inferior, sale a la luz al tiempo que lanza una nueva jabalina hacia Caesar. Pero su puntería no es del todo certera, y el arma vuela sin llegar a su destino.

Intenta esquivar la esfera que se dirige velozmente hacia él, pero pr mas que intenta dar un salto para esquivarla, la esfera, termina por impactar en su cuerpo. -¡Maldito niñato!, ven aquí mocoso y te enseñaré lo que son las esferas..-

A pesar de su estado, alza de nuevo su misterioso cetro y cita unas palabras;

-Fiun.. firu.. finu..-

El báston brilla con una tenue luz blanca y apunto con el cetro hacia el suelo. Cuando esa luz se consume aparece un insignificante ratón delante de sus pies. Al principio el ratón olfatea la zona, pero de pronto empieza a mover sus patas y trepa por la pared, escondiéndose.

_____

De pronto, una nueva jabalina sale de la puerta por la que entrásteis. La jabalina vuela hacia Racalín, pero sus conjuros de defensa, hacen que la punta del arma se rompa y no consigue atravesar su barrera, a pesar de estar desprevenido.

Por mas que intenta descubir quien es el agresor, el mediano no ve a nadie en la otra sala..

Pero que ha sido eso?

Intento avistar el atacante que ha intentado dañarme,pero no lo consigo,con lo que,atemorizado,doy unos pasos,hasta situarme tras la exploradora.*,utilizo su cobertura para intentar ocultarme.**

Gracias, Sejmet comenta agradecida de corazón a la clériga entre disparo y disparo.

Maldito bicho... te mataré!! grita al tiempo que libera la nueva flecha

El hechicero avanza seguro de si mismo ante el éxito de sus últimos conjuros, se planta frente a los enemigos con su cuervo al hombro y si dudarlo comienza a recitar los extraños paces de sus poderes arcanos, súbitamente de su mano surge un rayo similar a los anteriores sin embargo esta vez el tiro esta mal dirigido y termina perdiéndose en el techo, furioso por su torpeza Caesar no pierde un segundo y recita nuevamente las arcanas palabras que hacen surgir otro rayo de sus dedos, sin embargo el ataque es tan malo o peor que el anterior, por lo que el desafortunado hechicero queda a merced de los enemigos...

Diablos!!

La jabalina cae amortiguada por el poder de mi anterior hechizo ante los ojos del goblin, al que a su vez no dejo de observar con mirada severa. Consciente de lo provocativo y soberbio del gesto, sonrío lentamente ante ese hecho. Cuando el goblin habla, la vista clavada en él, frunzo el ceño y apreto los dientes, pues no hace falta más para que entienda la respuesta.

No te haremos repetirlo...

Acto seguido echo a correr hacia mis enemigos. Al mismo tiempo en mi mente se plantean demasiadas cuestiones a las que quizá no he prestado atención.

¿Quieren que nos acerquemos realmente..? ¿Serán capaces de..? ¿Tienen algo planeado?

Paro en seco a escasos metros de ellos. Tomo el espadón y lo sacudo en un golpe seco, en dirección horizontal ligeramente hacia abajo. Gran parte de la oscura sangre reciente de los trasgos se desprende de la hoja y sobre todo de la punta de la espada, salpicando vagamente a los goblins que por fin tengo cerca, aunque la mayoría de las gotas caen a sus pies.

En seguida enderezo el arma en vertical hacia mis enemigos.

-Ahora toca la vuestra.

Si realmente era una trampa para acercarnos, no creo que pueda ya hacer nada, pero... ¿Que es eso?

Mis ojos expresan ahora una especie de extrañeza, mientras trato de ver mejor qué es eso sobre lo que el maldecidor pisa. Corrijo la mirada en seguida, pasándola de nuevo de una criatura a otra. Pero sigo mirando el lugar de soslayo, intrigada.

Methgar siente nuevamente como sus heridas han terminado de regenerarse, y con mas rabia que nunca busca una buena posición para atacar a su rival. La felcha no lleva una mala dirección, sin embargo el Maldecidor es capaz de esquivarla, y la flecha impacta de lleno contra la pared.

El mediano, decide avistar la zona por la que una jabalina salió disparada de la nada. Por mas que lo intenta, no consigue saber quien es el agresor. Algo atemorizado, decide esconderse tras la estatuas, justo cuando Methgar se iba a buscar línea de visión.

Caesar, vuelve a reclamar esas palabras arcanas. Sus manos se mueven al unísono de las palabras, pero esta vez algo no va como lo esperado y el pobre clérigo siente como su propia fuerza le daña a él mismo, sin gravedad. (-1pg)

La poderosa clériga, no quiere perder mas tiempo y se encara corriendo hacia las criaturas que están cercanas a un 'disco'. Su pensamiento no le fracasa lo mas mínimo, pues antes de llegar ante los trasgos, un foso cubierto está oculto cerca del centro de la habitación. Una astuta red de débiles maderas con delgadas losas está colocada de modo que cualquier criatura que la pise, caiga al fondo. La clériga cae a un foso, de no muy alta distancia -diez pies- y cae tumbada al suelo, ve y escucha como cuatro animales hambrientos están deseando probar su carne.

-Grrrr..-

Dos perros se lanzan a por ella como si no hubieran comido nada durante días. Uno consigue perforar la pierna derecha de la clériga, y desgarra cruelmente su piel sin parar. El daño y la sangre que ha perdido la clériga es increíble, nota un débil mareo, pero rápidamente se recompone. (-9pg)

El plan B de las criaturas parece que han funcionado, y ahora son ellos los que han tomado la iniciativa en este combate..

-¡Si!. Las criaturas festejan que uno de los aventureros han picado y han caido en el foso. ¿Has visto jefe?, han caido.. ya son nuestros-

Las dos criaturas armadas, salen de su cobijo y va una por cada lado. La primera intenta atacar a Caesar con su maza, pero tanto el clérigo como Argus le ve venir de ante mano y esquiva el golpeo. La segunda, se acerca al foso y lanza la jabalina con todas sus fuerzas. La jabalina perfora la pierna izquierda de Methgar con crueldad (-6pg).

La criatura que están en la parte inferior, sigue avanzando mientras se esconde.