Partida Rol por web

Minsk estudia el maltrecho cuerpo del único adversario que queda. Cuando ve la parte descubierta, manda su estoque hacia allí, la punta de este se clava en las escamas y saca un terrible alarido por parte del kobold, el cual sigue con vida pero ya empieza su cuentra atrás.

El kobold, sigue aferrado a su arma, en ese instante el humano se balancea por su alrededor. La criatura parece abatida por completo, sin emabrgo y para sorpresa del Valletano levanta el arma y descarga un ataque en vertical que le raja parte de la espalda (-4pg). Querelar siente la herida, pero rápidamente se sobrepone al dolor y decide tomarse la revancha. El estoque va a parar a la pierna izquierda del kobold, la cual termina mutilida por la fuerza del ataque y se despega del muslo para después escupir sangre a presión durante unos escasos segundos. El charco de sangre sobre el bosque es disimulado por la hierba y el barro.

El kobold, tras sufrir el dolor, muere debilitado al instante.

Ahora está todo en silencio, ya no se escucha esos gritos reptilianos de festividad, tan solo hay un silencio vicotorioso. Un silencio que se ve interrumpido por unos rayos y truenos en el horizonte de las montañas. El problema es que no hay rastro de ese tal Oppol -o eso creéis-, y no hay nadie al que podáis sacarle la información, un grave error por vuestra parte. En cualquier caso, a una larga corta distancia a pie se puede apreciar aún como prenden las fogatas en el campamento..

 Querelar, resollando por el esfuerzo, la tensión y las heidas sufridas, limpia la viscosa sangre de su cimitarra en el un trozo de tela del ropaje del kóbold merto.

 Me he dañado más yo solo que no mis enemigos durante la escaramuza, mequeda un largo camino para mejorar.

 - Vayamos al campamento y dejemos los cuerpos en una tienda, tal vez el jefecillo regrese más tarde.Mientrastanto será mejor que nos recuperemos.

 Sin más toma el cuerpo del guerrero caído y se lo lleva hacia el campamento.

 - Por cierto, buen trabajo Minsk, y tú también Jaalask.

Jaalask desencaja su arma de la lagartija y se queda mirándo y contemplando el cuerpo muerto. Parece que ha sabido superar, aunque con algunas dificultades, a un rival superior a él y eso hace que se sienta contento.

Cuando ve al valletano como recoje el cuerpo caído del jefe y le escucha como dice su nombre, Jaalask, se lo agradece con una amplia sonrisa de oreja a oreja donde puede verse con todo detalle la serie de dientes afiladas que tiene.

-Jaalask ser fuerte. Jaalask ser el mejor..-

Se envaina el arma y mira al elfo, fija la mirada durante unos segundos y después corre para ponerse a la par del Valletano.

Minsk, a pesar de que sus compañeros empiezan a caminar hacia el campamento, comienza a desvalijar las pertenencias del grupo de bandidos (me refiero a los kobolds)

Querelar... creo que hicimos mal, no fuimos honrados... les atacamos mientras festejaban...

Minsk tras desvalijar los cuerpos, los empieza a llevar hasta e campamento.

 Querelar mira al desvalijador por excelencia, Minsk, que aún no termina de morir un bicho ya le está vaciando los bolsillos y ahora le vienecon problemas de moralidad. Ahora sí que lo he visto todo.

 - Creo que tienes esta reflexión un poquito tarde, querido. Ahora ya no puedes hacer nada por ellos. Y en todo caso que hubieras hecho, les hubieras pedido que se armen que les vas a atacar? No, no si pretendes vivir largos años, Minsk. En cualquier caso te aseguro que yo tengo la consciencia tranquila.

Con paciencia y con tiempo podéis apilar todos los cuerpos hasta el campamento, Jaalask os ayuda en la medida de lo posible a transportar los cadáveres. Un último viaje y ya tenéis los sacos de los libros con vosotros.

Al llegar al campamento, observáis tres tiendas de tamaño mediano completamente abiertas de par en par, también observáis como aún prenden un par de fogatas en el suelo. Se nota que les cogistéis desprevenidos, pues halláis varios restos de comida y bebida arrojados por el terreno.

Al lado de una de las tiendas hay un cofre simple de madera que se ve a simple vista.

 Querelar recoge tambien la comida y bebida a medio erminar y las esconde en unos matorrales.

 - Mejor que demos una apariencia de orden en el campamento, con suerte servirá de señuelo.- Mirando a sus compañeros.- Jaalask tendrás que hacerte pasar por centinela, a larga distancia podrás pasar por un miembro de la tribu, Minsk y yo nos ocultaremos en la espesura. Con suerte cuando se acerque el jefecillo, no notará nada estraño hasta que sea demasiado tarde... para él. Sugiero que dejemos e lcofre cerrado hasta que hayamos terminado.

 De sus provisiones saca una de las hierbas y la ingiere, sintiendo suefecto reparador al instante.

 Tras eso toma su arco, carcaj y resto de equipo de combate y busca un lugar desde el que permanecer oculto y divisar el campamento y sus alrededores, a la espera de que aparezca el lagarto.

Jaalask curiosea por los alrededores, olisquea la comida y la bebida, lo que no tarda mucho en llevarse algo y masticarlo con sus dientes. Esucha al Valletano mientras termina de ingerir algo del suelo y con pasos tranquilos se acerca al cofre.

Lo olisquea.

Con gestos lentos indica que lo abráis.

 El valletano niega con la cabeza.

 - El jefecillo puede regresar en cualquier momento, es el momento de ser pacientes y mantenernos ojo avizor. Después tendremos tiempo más que suficiente.

 El tono del guerrero arcanista está dotado de la practicidad del raciocino, cargado de serenidad y cierta autoridad.

Notáis como un viento frío os acaricia el rostro, es una sensación conocida y mientras buscáis su origen, un profundo y grave lamento resuena frente a vosotros. Según miráis hacia adelante, donde parece que está la fuente del sonido, véis al conocido Ujaset que se os ha aparecido frente a vosotros..

De nuevo esa silueta fantasmal y traslucida frente a vosotros.

-Lo habéis echo muy bien, pero noto como el alma de Oppol sigue en pie. Para obtener mi tesoro deberéisis acabar con él. Para encontrarle, buscar en Aguas Fuertes..- La imagen, junto al cuerpo de Ujaset se esfuman, y cuando hace sonar la última palabra, esta se desvanece arrastrada por el viento en forma de eco.

 El arcanista levanta una ceja. Que pequeño es el mundo, dede hace tres días el nombre de esa localidad no hace más que estar en boca de todos. Sin mediar palabra mira a sus dos compañeros.

  - Todo apunta a ese municipio como nuestro siguiente objetivo.- Hace una pausa.- Si no hay más sugerencias, prpongo descansar aquí y partir en cuato estemos listos, y de paso podemos dar un vistazo al cofre.

Minsk, que había estado traspuesto unos momentos, se sorprende al ver aparecer de nuevo a la estirge Ujaset, y al ver que desaparece se levanta y va hacia Querelar lentamente.

Esa bestia nos prometió un tesoro, y... aquí no lo hay... creo...

creo que lo mejor es que vayamos a aguasfuertes, a ver cono está la ciudad, y a buscar a Oppol, y seguramente encontraremos algún trabajo allí

 Querelar mira a Minsk.

 - Bueno, tu amigo aquel que te escribió pidiendo ayuda, no estaba tambien en esa localidad? Vayamos para allá... después de ver que encontramos en ese cofre.

 El humano se acerca al cofre y lo examina condetenimiento, sin tocarlo, en busca de un candado o cierres especiales.

¿Este es el gran tesoro que nos prometió? ¿pero si solo es un cofre!

Minsk se aproxima al cofre, saca las ganzúas que había encontrado anteriormente y...

Tras la aparición de Ujaset, nuevas dudas rondaban por vuestras cabeza. Pero una cosa era clara; si queréis obtener el tesoro de Ujaset, deberéis de viajar hasta la Villa de Aguas Fuertes. En cualquier caso, vuestro primer paso es dirijiros al cofre. Lo examináis detenidamente y lo único que os extraña, es que, parece ser un simple cofre de madera y en caso de que estuviera cerrado hasta el mismisímo Jaalaks lo podría abrir.

El cofre se abre simplemente deslizando la parte superior. En su interior hay varias ropas desperdigadas de tamaño pequeño -como un Kóbold-, además también contiene un espada corta, una cota de mallas, ballesta ligera, un estuche con algunos virotes y un bolsita que parece contener algunos víales en su interior..

 Querelar mira el contenído del cofre y luego mira a sus compañeros.

 - Bueno, parece ser que ha llegado el momento de emprender un nuevo camino, la pregunta es, lo recorreremos juntos los tres? A mí me gustaría. 

 El valletano se sienta en una roca y saca de su mochila algunas raciones de viaje y empieza a prepararse para comer mientras mira a sus dos compañeros a la espera de sus opiniones.

Jaalask apoya las manos sobre el borde del cofre y estira sus pies para elevarse y ver mejor su contenido. Olisquea con su olfato de reptil y de meter tanto el hocico una prenda se ha instaldo en la punta de su nariz. Es una prenda de un hechicero joven, pequeño pero no aparentan ser ropas de un niño. Cuando consigue apartarse la prenda de su hocico, Jaalask, parece que ha etendido las palabras del Valletano. Agacha su cabeza y lanza sollozos reptilianos, él sabe que aquí acaba su aventura, lo otro le viene grande,  al menos ha cumplido con el deber de tomarse la venganza y eso siempre lo recordará.

Con ojos abrillantados mira al humano.. -Tak man'it..-

 Querelar asiente y le tiende la mano.

 - Sak areb, Jaalask, sak areb.- Le contesta el joven con una blanca sonrisa que contrasta con su tez oscura.

 Después mira al elfo.

 - Jaalask se planta, auí se separan nuestros caminos. Ya podemos partir, hacia Aguas Fuertes o Aguas Profundas, como prefieras. Yo nunca he estado en ninguno de los dos sitios, pero votaría por pasar por cualquier parte donde podamos vender esto de más que cargamos.- Dice señalando sin mirar los bultos con libros.