Partida Rol por web

 Arrgghh, veo que tienen dientes, era de esperar que no serí pan comido.

 Querelar se retira un paso de la bestia y repite el gesto anterior. De sus manos brotan unas llamas abrasadoras que envuelven a la bestia y a su jinete.

Lanza el conjuro y su mano queda impregnada de un resplandor anaranjado. Señala con su mano al animal y las llamas le envuelven completamente a pesar de que intenta hacer a un lado para deshacerse de ellas. Tanto el animal, como el goblin sufren el calor que desprenden las llamas y mueren ahogados por falta de aire. (muertos)

Unas pequeñas llamas empiezan a brotar por las pequeñas zonas mas secas del lugar, pero gracias a que todo está húmedo no se agarrará.

Al ver como han respondido a la llamada del cuerno, el guerrero se siente algo mas tranquilo. Con su arma aferrada bien fuerte sale de su escondite para aligerar sus pasos y acercarse mas hacia la zona donde se encuentran los heróes.

-Esos Asabis, son unos inútiles. ¡Con cuatro no haremos nada!. Cuando Oppol se entere..-

Las tres lagartijas empiezan a moverse dando pequeño saltos con sus largas extremedidades. Dos de ellos se siguen los pasos del elfo con sus armas cuerpo a cuerpo. Y tratan de pinchar al elfo con sus diminutas pero afiladas espadas cortas.

Sus ataques son neutralizados por las ramas del robusto árbol, además de que los movimientos del elfo también son dificiles de seguir para estas criaturas.

El último parece haberse quedado a inspeccionar, y curioso, empieza ha abrir una de las bolsas que contienen los libros.

Jaalask observa a esas lagartijas como intentan atacar por la espalda al elfo y al valletano, sin embargo una de ellas se queda despistada curioseando uno de los sacos que contienen libros. Con destreza baja del árbol por el camino mas comodo y toca tierra de nuevo.

Da un susurro en el idioma de los reptiles y ataca con su arma oxiudada al distraído asabi. Sin embargo, está claro que el fuerte de Jaalask no es el combate cuerpo a cuerpo. Al menos hace lo que puede.

Minsk arroja su arco hacia el suelo, y desenvaina de nuevo su espada larga, al momento para herir a uno de ellos en plena garganta y hacerle una profunda herida, pero no mortal. Tras éste movimiento, da un paso hacia atrás (5 pies) colocándose encima de su arco

 Los gritos de dolor que emiten a comadreja y el jinete kóbold llenana el aire mientras el guerreró arcano se mueve rápido por el terreno, desenvainando su acero con un sonoro "sssszzzinnnncccg" mientras busca a un lagarto para que quede entre Minsk y él, para poderlo despachar pronto y moverse hacia donde sea preciso.

El elfo vuelve a confiar en su espada. La desenvaina con sutileza y sin perder tiempo lanza una estrocada que atraviesa la lagartija de lado a lado, perforando el pecho y saliendo por la parte de la espalda, desencaja el arma y la lagartija cae muerta entre la hierba.

Querelar, que ha acabado con la terrible comadreja y su jinete se asoma a ver como va su compañero. Al ver que tiene una criatura que le da la espalda, se dirije a la carrera hacia allí mientras recoje el acero de su vaina, por desgracia, al desenvainarla, se hace un tajo en la mano que sujetaba la vaina, pero sin importancia (-2pg).

Su mano empieza a helarse hasta el punto de que se está empezando a escarcharse, pero se desvanece al instante no consiguiendo el efecto deseado.

Esta criatura esta embutida en una tosca armadura, en sus manos sostiene un afilada espada además de un escudo dorado y brillante. En pose defensiva dice. -Oppol os matará por lo que habéis echo..-

Sentencia con un mas que aceptable idioma común.

La criatura mas cercana a los heróes intenta dañar por todos los medios al elfo, pero el material de que está echa su armadura absorve el daño del golpe. Por otro lado, una última lagartija se enfrenta al curioso Jaalask, que parece que no puede contra él.

Gemidos de lagarto se escuchan en derredor.

Tras esquivar casi sin querer el ataque que le lanza el asabi, Jaalas le mira con una de sus peores caras, aunque es dificil intimidar con esa cara la verdad. A pesar de eso, al menos sabe defenderse y mantener la calma en un enfrentamiento.

Las armas de ambos reptiles chocan entre sí, y parece que Jaalak tiene algo mas de fuerza si se lo propone.

Minsk descarga un espadazo sobre el Asabi, con la mala suerte de que éste se aparta al momento, de modo que la espada corta el aire hasta llegar al suelo.

Al momento, da un paso hacia su derecha(5 pies) para dar la bienvenida al trasgo guerrero.

 Querelar aprieta la mandíbula ante el agudo dolor que le ha causado el desliza al desevainar su cimitarra, pero el descontrol que tiene con el poder, hace que quede ofuscado. Centrate, no es el momento de cometer errores! Pero esos pensamientos le hacen tener un ataque apresurado, que el lagarto elude con facilidad, incluso siendo flanqueado por los dos guerreros. A final del sablazo del valletano, su hoja escupe una rociada de ácido sobre la densa vegetación del suelo.

Con el escudo amarrado en su brazo izquierdo y con una espada de filo brillante y cortante sobre la otra mano, se abalanza sobre el elfo con gruñidos reptilianos como si fueran los de un perro. Corre nervioso, un hilos de baba pegajosa cuelgan de sus afilados dientes.

-Ahjjjjjj..-

La espada dibuja un ataque excepcional, mostrando lo que es capaz de hacer esta pequeña criatura. (-3pg)

Las criaturas mentienen sus alfanjones oxidados para defenderse como pueden.

El explorador reptiliano, siente como el frío acero entre en el interior de sus escamas. Ahoga un alarida al sentir ese frío contacto y se lleva una de sus garras a la herida para presionarla, al ver una rastro de sangre verdosa le mira con esa cara desafiante.

Abre la boca y se enfrente al asabi que está enfrente de él. -Kilik.. tiu-

Los heróes fracasan en sus intentos por quitar la vida al asabi que le está aguando la fiesta, pero este tiene unos movimientos muy rápidos y aveces eso dificulta la concentración para atacar. En cualquier caso, fallan sus ataques. La espada del elfo silva al entrar en contacto con el aire, y la del Valletano golpea la tierra mojada al tiempo que chorrea un corrosivo ácido.

Tras sus inesperados fallos, ven como el comandante de los kobods -ya todos muertos- se enfrenta al ágil elfo. La espada de esta desafiante criatura se estrena rajando la pierna de Minsk. (-3pg).

Al instante, el asabi intenta devolverse con un ágil movimiento de su alfanjón, pero Querelar estaba atento para detener el acero y bloquearlo con su misma cimitarra. Por otro lado, el asabi que se enfrente junto a Jaalask, mantiene una dura pelea.

El pequeño Jaalask, siente un tremendo dolor en un costado de su abdomen, está en muy mal estado y parece que la rabia le hace ser mejor en el cuerpo a cuerpo, pues se desenvuelve muy bien y consigue dañar a su contricante. (-2pg)