Partida Rol por web

Ustedes comienzan juntos. Cuando estén listos sus historiales, arrancamos en esta escena la introducción.

Tras viajar hacia el sur, llegan a la ciudad de Khare dispuestos a descansar luego de una jornada de tres dias.

Durante el viaje, Elandris no ha querido explicar a su amigo con mucha precisión cual es la ocurrencia que lo trae esta vez a viajar tan lejos de la capital de Ginea. De todos modos, la búsqueda de aventuras y divertidas experiencias es todo lo que Liadon necesita para seguir a su amigo en peregrinación del norte al sur del continente; sin embargo, esta ves el elfo sospechaba que había algo más.

La pequeña ciudad de Khare, es un emplazamiento donde habitan unas dos mil personas de variadas razas. La ciudadela es lindera hacia el sur con un denso bosque, que se prolonga por kilometros.

Al este, lejos, la cordillera conocida como "Los picos del reno" se alza imponente demorando la salida del sol hasta muy entrada la mañana...

Mirando con añoranza el gran bosque al sur de la ciudad, comenta casi para si mismo: Ya echo de menos mi hogar, espero poder volver algún día con la cabeza bien alta... pero pronto aparta esos tristes pensamientos y se vuelve hacia el bardo, que cabalgaba a su lado: Bien, ya estamos aquí, como tu querías, busquemos un lugar donde hospedarnos. Mira a su alrededor y al no ver ninguna señal de posada reconocible añade: Preguntale tu a alguien, que se te da mejor, y ya sabes, un lugar no muy caro y con establos, como siempre.

Mientras espera que el semielfo le guíe por la ciudad igual que el se encarga de hacerlo fuera de ellas, no puede quitarse de la cabeza la insistencia del "rojo" por viajar a esta ciudad tan al sur: No se que querrá este cabezaloca ahora, sabe que tarde o temprano yo tendré que volver con mi gente en el norte y se empeña en traerme a la otra punta del mundo. Espero que aquí alguien necesite de mis servicios y pueda realizar alguna buena obra, porque si no no entiendo para que hemos venido tan lejos...

Elandris ve en el elfo la expresión de inseguridad que suele atenazarle en este tipo de situaciones y procura animarle. -No te preocupes Sharp, sabes que lo tengo todo controlado y de aqui a un momento estaremos disfrutando de una buena comida y bebida, el calor de la lumbre y quien sabe, puede que tambien de buena compañía... -Dice levantando las cejas repetidas veces. -Se que no te hace gracia alejarte tanto de tu hogar pero te prometo que no es por ningun capricho... bueno, si... ¡Oh! ¿Que más da? El caso es que por lo que he oido es muy posible que por esta zona haya perdido un objeto mágico de mucha importancia, el arpa de Orfeo sin ir mas lejos querido Sharp, y ni tu ni yo queremos que ese objeto caiga en malas manos ¿verdad? En especial si esas manos no son las mias. -Piensa para si mismo.

Dicho esto Elandris guia su caballo hacia un lado y se separa de su amigo en busca de alguien a quien poder preguntar por una buena posada.

Antes siquiera de que te aproximes a consultar a alguien por una posada, ves un gran establecimiento con un cartel que reza: "El vino sagrado"
A un lado de la entrada, un pequeño y oloroso establo es atendido por un joven de rasgos salvajes y cabellos rojizos.
Frente a la puerta de ingreso, pueden ver a dos sacerdotes (uno de Apolo y otro de Ares) conversando acaloradamente.

Cita:

Cuando ustedes se aproximan, los dos hombres entran a la posada.

Una bonita voz de tenor suena dentro de la posada...

Sharp sigue a su amigo hacia el establecimiento que ha llamado la atención de este mientras comenta: ¿El arpa de Orfeo? Interesante... un juguete de bardos supongo, pero si dices que es poderoso tienes razón, mejor será recuperarlo y ponerlo en buenas manos. Al pensar en lo que esta búsqueda puede suponer para su reputación, su reticencia inicial empieza a desmoronarse y se muestra algo más animado, aunque aún algo receloso: Solo recuerda que no vivimos del aire, si nadie decente está interesado en recompensarnos por la recuperación del arpa tendremos que ir tirando de nuestros cada vez más escasos ahorros, y el viaje de vuelta es largo... En el fondo ha disfrutado del viaje más que el bardo, le encanta moverse y conocer sitios nuevos, aunque las ciudades no sean sus favoritas, pero ya le engañaron una vez y no le gusta que le empujen a hacer algo sin darle una buena explicación antes.

Desmonta al lado del muchacho del establo, saca algo de la bolsa del cinto, y ofreciendole las riendas y una pieza de plata le dice: Cuidalo bien, que no le falte de nada. Después se dirige a Eladrin en referencia a la voz de tenor que acaban de escuchar: Parece que alguien intenta hacerte la competencia... vamos dentro, tengo hambre. Y se dispone a entrar por la puerta de la taberna.

El chico encargado del establo responde con un cortado Si...

Entran a la posada para descubrir desilusionados que el supuesto bardo es un hombre de unos cuarenta años, vestido con poca gracia y sin una sola sonrisa a su escaso publico. La cancion, que canta a capela, trata de una aventura epica llevada a cabo supuestamente por Gunter Fragg,(éste si, un importante y famoso bardo aventurero)
El cantante, que viste ropas grises de viaje, bastante sucias por cierto, está parado encima de un pequeño taburete de madera de pino.

Los dos sacerdotes que vieron afuera, uno de Apolo, otro de Ares, se encuentran conversando animosamente mientras oyen la canción...

Cita:

Elandris camina a lo largo de la posada mientras mira con disgusto la mala planta del pobre bardo, lamentando que tan buena canción sea tocada de forma tan poco apropiada e intenta memorizarla para tocarla "a su modo" en otro momento. Mientras camina junto a Sharp inclina la cabeza y le dice al oido: -¿Ves a aquellos sacerdotes de alli? una combinacion un tanto curiosa, ¿no crees? ¿que te apuestas a que se traen algo interesante entre manos? -Elandris se acerca a ellos con disimulo y pega la oreja para concretar mejor de que está hablando la extraña pareja, al tiempo que pide un par de jarras de cerveza para disimular mejor y ya de paso llevarse algo de bebida al gaznate.

Te acercas y alcanzas a oir parte de la conversación.

.....to primo, pero ten en cuenta que yo no he prometido ninguna poción jajaja...
el otro sacerdote, de Ares, responde
De cualquier modo, sea lo que sea que Rajj se traiga entre manos, un par de pociones y algunas monedas no es precio caro.

Al rato, una camarera se aproxima a consultarles que es lo que necesitan....
Buenos dias, muy bueno en verdad! comenta alegremente haciendo alusión al hermoso sol del mediodía. Que van a comer?

-Muy buenos días preciosa, traiga lo que le parezca, dentro de lo razonable señorita y acompañelo con un par de cervezas... Cambiando de conversación, ¿sabe algo de la pareja de sacerdotes de ahi? - Susurra Elandris. - Creo que conozco a uno de ellos pero sin mas señas no puedo estar seguro, ¿que sabe de ellos? -Dice con la mejor de sus sonrisas.

Son Marcel Irdagon y Anibal Linardtom. Señala la camarera con cuidado de no alzar la voz.
Marcel es artero y desconfiado. Es un clerigo de Ares, no te fies de el. Dicen que hace años hizo un pacto con el codicioso diablo Rammon o algo asi.
Anibal es otra cosa, ahh...es un buen hombre. Nos ha ayudado mucho en Khare, sobre todo en las plantaciones al oeste de la ciudad.

Son primos. agrega luego.

El bardo, termina su cancion y baja del taburete a beber algo.

Elandris aprovecha también para preguntarle a la camarera la razón por la cual el bardo tiene tan poca gracia actuando, asi como si ha oido algún rumor sobre el arpa de Orfeo o algún tipo de música extraña procedente del bosque, y ya de paso, con un guiño de ojos, si se incluye algo de camarera en el menú.

Sharp sigue al "rojo" por la posada, dejando que sea este quien lleve el peso de las conversaciones y negociaciones, pues ninguna de ellas es su fuerte.

Sin embargo, cuando están pidiendo a la camarera, añade algo: De paso póngale también una cerveza de nuestra parte al hombre que cantaba y dígale si haría el favor de acompañarnos mientras tomamos algo... y por lo bajo añade dirigiendose a Eladrin: Los bardos sabeis muchas historias, y más si estas tienes que ver con un arpa mágica, podríamos preguntarle a el también.

Después deja que el semielfo siga con sus juegos de seducción, sonsacando información a la camarera, y vuelve a intentar prestar atención a lo que hablan los sacerdotes.

Poca gracia? Dice la regordeta camarera extrañada. Andreas es uno de los mejores cantantes de estos lares! Lleva cantando en esta casa desde hace....diría que unos quince años!

Cuando le preguntan por el arpa de Orfeo o por musica en el bosque los mira extrañada. No se nada de eso, comenta, aunque una de las hijas de la sobrina del enano Derruno, quien viaja desde Ginea todas las semanas, paso por aca y me comento algo....creo que dijo que se habian escuchado unas melodias muy lindas....una tarde que paso en el bosque con Jarlero, el juglar. El joven le decia que eso no era musica, que estaba más no se que estrofa....
La camarera se pierde entre sus confusos recuerdos...

Al rato se marcha tras la barra de la taberna, y tras entregar una cerveza al cantante, éste se aproxima a vuestra mesa.

Buenos dias. Les agradezco la invitación. Comenta con voz seca y fría el músico.
No son de por aqui verdad?

Elandris da un trago de su cerveza y contesta con voz alegre. -Buenos dias compañero... ¿De por aqui? bueno, digamos que somos un poco de todos sitios y de ninguno, usted si es de por aqui, ¿verdad? seguramente sabe algo sobre unas hermosas melodías que se oyen ultimamente por el bosque, usted que es amante de la buena música, al igual que yo... -Dice para alagarle.