Partida Rol por web

Me quedé anonadado al descubrir que aquel conducto del alcantarillado no presentaba salida alguna. Pero, lejos del malestar de habernos equivocado de camino, era la curiosidad lo que me llevó a parpadear un par de veces antes de agacharme para contemplar el líquido que descansaba, más que discurrir, por aquella torrentera. No tenía sentido, pero aquel lugar presentaba un olor menos corrupto, y el líquido no se movía. Necesitaba comprender aquel misterio, cómo era posible tal prodigio.

Y mientras trataba de dilucidar lo que sucedía, Anubis llamó nuestra atención hacia el suelo y uno de los muros. Casualmente, aquel que se situaba al sur, si nuestra orientación era correcta. Especuló con la posibilidad de que se tratase de un pasaje secreto, y fruncí el ceño meditando acerca de tal posibilidad. Desde luego, tenía sentido que si la resistencia empleaba aquellos túneles lo hiciera con subterfugios tales, para evitar a los trasgos que moraban en su oscuridad putrefacta.

Nos dijeron que buscásemos un símbolo, ¿alguien lo ve? -Pregunté, mientras me acercaba a aquella pared, inspeccionándola- Si es una entrada, tiene que haber una forma de abrirla... -Medité en voz alta, mientras paseaba mis manos por la piedra, en busca de algo de utilidad.

darle EXP a Lobo Blanco, por correcta utilización de la habilidad (más allá del desastre de su tirada)

Una vez más, Mishakal me había honrado permitiéndome hacer uso de su poder para sanar a los heridos, aunque lamenté las cicatrices que le habían quedado al semiogro. Okodar pareció percibir esto, a pesar de su simpleza, y con una sonrisa me dedicó unas palabras para reconfortarme; además de darme las gracias.

- Es mi deber y me deseo, no hay nada que agradecer. – respondí al semiogro, quien en seguida se puso a la cabeza del grupo.

Continuamos avanzando por aquel laberíntico lugar, llegando de nuevo a una nueva bifurcación, aunque algo había cambiado en aquel lugar. La escorrentía era más débil, así como el hedor, y la oscuridad se había acentuado. Meditando sobre aquello, guardé silencio, esperando que Lobo Blanco se pronunciara acerca de qué dirección seguir. Pronto lo hizo, a su particular y tierna manera, y reanudamos la marcha.

Terminamos por toparnos con dos enormes rocas en el camino, así como con unos bloques de cemento, que parecían llevar allí mucho tiempo. El agua parecía estancada, pero aun así ya no olía mal, y me dispuse a observar aquellas piedras. Antes de que pudiera siquiera empezar a inspeccionarlas, Anubis nos informó de que allí debía haber un pasaje secreto, ante lo que Lobo Blanco terminó preguntando si veíamos el símbolo que nos había mostrado el elfo, pues podría ser la clave para hallar la entrada.

Traté de buscar aquel dibujo, pero no lo encontraba, por lo que terminé concentrándome en aquellas piedras que parecían tan antiguas; tratando de averiguar así algo más de aquel lugar o de lo que lo componía.

   -¿Una puerta secreta? Klad es bueno abriendo puertas de cualquier tipo... También abre paredes y cabezas. Claro que para eso primero era necesario encontrar la puerta por lo que busqué el símbolo mirando con mucho cuidado. Pero la verdad era que ni siquiera recordaba el garabato dibujado por el flacucho que nos mandó a buscar a alguien en las alcantarillas así que seguramente pasé mi vista sobre la marca sin lograr distinguirla de las otras marcas.

   Luego de un momento de buscar sin encontrar llegué a una conclusión innegable: ¡Klad no necesita saber donde está la puerta! Sonreí y tomando a mi amigo con las dos manos me coloqué frente a la pared. -Apártense, Klad dice que es su turno de buscar.

Nadie parecía capaz de dar con aquello que buscábamos. ¿Tan complicado lo habían puesto, o nuestra prolongada estancia en aquellas alcantarillas nos impedía ya emplear nuestros sentidos de la forma en que la sabia Chislev había diseñado para nosotros? Tal vez fuera una puerta cerrada mediante artes mágicas, aunque lamentablemente la capacidad de vislumbrar ese tipo de cosas era una bendición que ya la había empleado en aquel día, y eso me impedía realizar un escrutinio propio de la visión divina.

Okodar perdía los nervios, como la mayoría de las sabias bestias del bosque, impedidas para permanecer en presencia de aquello que no controlaban más que el tiempo suficiente para enfrentarlo o huir de ello. Del mismo modo, el semiogro mostró su intención manifiesta de golpear aquella pared con su martillo hasta abrir una apertura que nos permitiera acceder. Sin embargo, aquella era una idea que no me convencía.

¡Aguardad! –Solicité al semiogro situándome entre él y la pared, con las manos en alto- Klad y tú, Okodar, aguardad antes de hacer algo que no tendría marcha atrás. Esta puerta, oculta su presencia y cerrada a cal y canto, tiene su razón de existir. Es lo que impide que los trasgos que moran en este insalubre lugar accedan al lugar al que nos dirigimos, así como aquellos enemigos de quienes acudimos a ver. Si abrimos un agujero en la roca, éste permanecerá abierto para cualquiera que desee venir tras nosotros. –Expliqué, buscando de reojo la complicidad de nuestros otros dos compañeros- Tiene que haber una manera de abrirla correctamente, pudiendo dejarla cerrada a nuestra espalda.

 Procedí a examinar la pared, en busca del modo de abrir la puerta secreta, pero parecía que el resorte responsable de abrir la puerta estaba bien escondido. Una vez más, maldecía el hecho de que no tuviéramos un experto cerrajero en el grupo, aunque no me gustasen los ladrones en general, sin duda nos vendría muy bien en una situación como esta.

 - Nada, no soy capaz de encontrar ninguna apertura. ¿Se os ocurre algo, que no sea la fuerza bruta, por favor?.

   Ninguno de los argumentos del druida me importaron pero aún así me detuvo pues se había referido a Klad por su nombre y eso a él le gustaba. Apoyé mi martillo sobre uno de mis hombros dispuesto a intentar buscar la puerta una vez más.

   Luego de una breve observación señalé una marca que me pareció similar a la que había dibujado el paken antes. -¿No es ese el garabato que buscamos? Estaba seguro que era así pues parecía un látigo de tres tiras.

Como mínimo, había logrado que Okodar se replantease golpear el muro hasta derribarlo con su enorme martillo. Estábamos en un verdadero atolladero, pero estaba convencido de que debía haber una forma de salir de él, aunque temía que mientras buscábamos la manera de lograrlo regresasen aquellas horrendas criaturas que miraban el alcantarillado. Y en mayor número.

Me apoyé en aquella pared y prescindí del sentido de la vista, paseando mis dedos por la roca en un peregrinar por las juntas entre las distintas piedras que formaban el muro. En aquellas fisuras debía haber algo, algún indicativo. Abrí mis ojos cuando el semiogro mencionó el símbolo que nos habían mostrado, que estaba allí representado, pero en seguida volví a cerrarlos, dejando que el tacto me guiase.

Algunas rocas están unidas, pero otras sólo parecen apoyadas unas en otras. -Indiqué- Mirad, ésta y ésta no tienen nada entre ellas...

 Por lo menos parecía que nos estábamos acercando a la resolución de este embrollo. Con paciencia y perspicacia, traté ayudar a encontrar la abertura a la entrada...

Nada… No había manera de encontrar la forma de entrar a aquel lugar, ni el dibujo que el elfo nos había mostrado. La frustración ante ello provocó que el semiogro quisiera abrirse paso a su manera, pero por suerte el druida intervino pronto, haciéndole desistir.

De forma clara y sencilla, Lobo Blanco explicó a Okodar cómo abrir un agujero en aquel sitio no tendría vuelta atrás, dándonos paso no sólo a nosotros, sino también a los trasgos o cualquiera que llegara hasta allí. De aquel modo, todos continuamos con la búsqueda, haciendo uso de distintos sentidos para ello, pero no lográbamos más que acotar el lugar que debía darnos la respuesta.

En esa zona centré mi búsqueda, gracias a la información proporcionada por mis compañeros, pero cuando creí haber encontrado algo, emitiendo un sonido de sorpresa incluso al sobresaltarme, pronto me di cuenta de que había errado.

- Falsa alarma… - dije a los demás con decaimiento, agachando mi cabeza mientras emitía un suave suspiro.

La pared se mostraba implacable ante los intentos de Kairi de encontrar alguna pista. ¿Sería este el lugar? ¿Estarían buscando en el lugar correcto?. Los interrogantes iban sumándose al malestar, luego de tanto tiempo allí abajo. Habían seguido todas las indicaciones y ni así pudieron encontrar el camino.

Mientras Kairi estuvo buscando, un murmullo lejano comenzó a escucharse. Este murmullo, fue haciéndose cada vez más audible. Avanzaba lentamente y parecía que no importaba ser odio. Unas risas agudas se avecinaban por el recodo que un rato antes habían dejado. 

Y allí aparecieron... 3 trasgos nuevamente con sus malignas sonrisas y sus aros por todo el cuerpo. En sus manos llevaban sus típicas mazas de armas y un escudo ligero de madera Éstos parecían aún mejor preparados que los que habían enfrentado tan solo un rato antes. 

Iniciativa

Trasgo 3 (L-10) 21
Trasgo 2 (K-11) 15
Trasgo 1 (J-10) 11

Apenas el grupo pudo disponer de una formación, uno de los trasgos avanzó más rápido que los otros dos y se ubicó en donde momentos antes había estado Kairi revisando la pared. Parecía tener intención de hacer un rodeo antes de iniciar su ataque (M-5)...

Turno 1

Trasgo 3 (M-5) 21
Anubis (J-3) 18
Lobo Blanco (K-4) 16
Trasgo 2 (K-11) 15
Okodar (J-4) 13
Trasgo 1 (J-10) 11
Kairi (K-3) 5

Aquellos trasgos no atiendan a la mínima superioridad numérica que nos avalaba, ni tampoco a la superioridad física que nos otorgaba contar con un semiogro entre nosotros. En general no era la táctica de un buen cazador, pero tampoco ellos debían ser muy inteligentes. Eso sí, disponían de malicia de sobra, y eso quedó probado al desplazarse uno de ellos hacia uno de nuestros flancos, en un intento de rodear nuestra formación, buscando seguramente atacar al miembro que considerase más débil, como se buscaba en las manadas a los viejos, enfermos y cachorros. En este caso, tuve la impresión de que podría haber fijado su interés en la sacerdotisa, tal vez por la errónea idea de la inferioridad de su sexo, tal vez por suponerla menos apta para el combate, tal vez para arrebatarnos las dotes curativas que su deidad le confería. En cualquier caso, Kairi no era una cervatilla desvalida... ni yo el astado que le permitiera llegar hasta ella.

Atentos al frente. -Indiqué a mis compañeros, acuclillándome y apoyando ambas manos en el suelo- El flanco es mío.

Y con esas palabras, mi cuerpo cambió en un parpadeo, adoptando el negro pelaje de una pantera que rugió con fuerza, antes de lanzarse a por aquel trasgo con ferocidad.

Todo ocurría a ritmo vertiginoso. El trasgo que se encontraba un poco más retrasado corrió con su maza de armas por sobre su cabeza (K-5). Unos gritos disonantes se confundían con una sórdida risa. Aquellos seres parecían estar disfrutando con aquel encuentro. Sus ojos malévolos enfocaron a Okodar, y sin mediar otra acción realizó su ataque. Girando sobre sus talones, el pequeño trasgo logró salir del campo de visión del semiogro. Solo lo perdió un instante, pero fue suficiente como para que Okodar lo perdiera de vista. Su pecho y parte de su hombro derecho sintieron el impacto de la maza de arma, provocándole una importante herida.

Turno 1

Trasgo 3 (M-5) 21
Anubis (J-3) 18
Lobo Blanco (K-4) 16
Trasgo 2 (K-11) 15
Okodar (J-4) 13
Trasgo 1 (J-10) 11
Kairi (K-3) 5

   Detestaba combatir contra oponentes pequeños y escurridizos. Los grandes representaban desafíos dignos y llenos de gloria, pero los pequeños no. Sin importar si ganaba o perdía nunca quedaba bien; si les derrotaba lo atribuían a mi superioridad física y si ellos vencían se burlaban de mí. Los aborrezco..

   Para muestra, ese momento. El insignificante reptil me había logrado herir mientras que Klad había sido incapaz de estamparse sobre su diminuta cabeza.

El último trasgo (1), aprovechó el fallo de Okodar para atacarlo. Casi a la par de su compañero, se acercó de frente a su enemigo, mirándolo con una provocadora sonrisa (J-5). Al estar enfrente, utilizó su maza de armas para atacarlo, pero el semiogro fue más rápido y esquivó sin problemas el ataque.

Turno 1

Trasgo 3 (M-5) 21
Anubis (J-3) 18
Lobo Blanco (K-4) 16
Trasgo 2 (K-5) 15
Okodar (J-4) 13
Trasgo 1 (J-5) 11
Kairi (K-3) 5