Partida Rol por web

La Luna Negra

Un Largo Camino (Partida)

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28/08/2019, 14:50
Arthur Stafford

El noble estaba nervioso y prometía que hablaríamos más tarde, luego de que su hermano se encontrara estabilizado. La criada aparentemente le estaba atendiendo y solicitaba ayuda para darle una medicina. Sólamente le dediqué una mirada, no tenía el corazón tan blando ni el bolsillo tan flojo como para siquiera inmutarme en abrir un frasco. ¿Y además pretendía que le diera el unguento en la boca al herido?

Volví a recostarme sobre la barra, aguardando que las atenciones médicas de la joven surtieran efecto y pudiese hablar con mi potencial empleador. Aparté la mirada y contemplé al recién llegado. ¿Otro noble más? Aquel pueblucho parecía ser tener un interés particular para gente rica. ¿Un buen burdel, quizá?

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28/08/2019, 15:05
Faedelon Bran

Al ver que no encuentro la manera de ayudar, espero pacientemente a que despierte.

Cuando abre los ojos, le saludo.

-Hola, veo que ya has despertado, ¿Te encuentras mejor?- Digo mientras ayudo al magullado preso a levantarse.

-Mi nombre es Faedelon Bran- En eso momento rasgo un poco de tela de la capa que llevo puesta y la uso a modo de venda para tapar sus heridas.

 

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29/08/2019, 08:31
Ramiel Gardeniere

Ramiel se frotó la frente al contemplar la escena. La cosa tenía pinta de ser más seria de lo que había parecido fuera, tal y como decian los rostros sorprendidos de los clientes del local. Evidentemente no era algo habitual que aparecieran hombres heridos así como así, aunque le extrañaba que el dueño del establecimiento los hubiese dejado entrar.

Mientras la escena se desarrollaba ante él, Ramiel se mantuvo observando al margen. Pero en cuanto la petición de la muchacha salió de sus labios, observó que nadie se movía para atender sus esfuerzos. No lo pensó demasiado, se quitó los guantes y con la cantimplora que llevaba encima, vació el poco contenido que quedaba para lavarse las manos. Luego se acercó a la mesa donde estaba pasando todo, demasiado interesado en la situación como para resistirse a ser partícipe.

-¿Este? -preguntó a la muchacha solo para confirmar. Sin pensarlo, le sonrió como solo él sabía hacerlo, una media sonrisa que escondía secretos íntimos, la que dirigía especialmente a las mujeres. Era inevitable la provocación en su sonrisa, estaba demasiado acostumbrado a ponerla aunque eso desconcentrara a los demás.

Despreocupado, Ramiel cogió el frasquito, lo abrió y compuso una mueca. Desde luego, olía a rayos, pero suponía que así debía ser si servía para ayudar al herido. Con lentitud, cogió un pellizco de lo que había en el interior y se aproximó al herido. Desde luego que meter los dedos en una boca llena de dientes podía dejarlo sin ellos, así que se dirigió a uno de los que había venido con el herido.

-Mantenle la boca abierta, voy a echarle esto en la garganta.

Demasiadas veces había hecho algo así para remediar ciertos estados, sobre todo de embriaguez.

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29/08/2019, 09:33

Tras unos minutos intentando despertar al inconsciente hombrecillo se remueve con un quejido quedo, tocándose la cabeza allí donde el bruto del carcelero le ha golpeado. Bizquea unos segundos antes de enforcar su mirada, que pese a la edad es intensa y para nada desprovista de astucia.

Su estado es lamentable, pero no se sabría a ciencia cierta si es debido a cautiverio o es habitual en él. Un salco de huesos y pellejos sería una buena descripción del individuo en cuestión

 

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29/08/2019, 09:36
Heistrich

Enfoco la mirada con dificultad pese a que la inconsciencia me ha servido para poder descansar los cansados huesos; hacía días que no dormía como era debido y aquella ayudita por parte de Harek ha servido para que pueda cerrar los ojos sin molestias... o así habría sido si aquel maldito barbudo no me hubiera removido con tanta insistencia

¿Acaso eres mi doncella? Maldita sea, para un rato de tranquilidad sin gritos, amenazas o golpes en el que puedo dormir resulta que se pega a mi un vejestorio con ansias de manosearme... ya podrías ser al menos una doncella de curvas marcadas, al menos el despertar no habría sido tan desagradable- digo escupiendo las palabras, mientras palpo mis ropas en busca de algo.

Pasados unos segundos chasqueo la lengua con desagrado, pues sea lo que sea que buscaba ya no está en su lugar. Me pongo en pie con dificultad, tanto por la edad como por el trato recibido, notando como la humedad del lugar ya ha hecho presa en mí.

La preguntas de mi compañero de celda, pues es evidente que estoy encerrado, me hacen dedicarle una mirada cargada de ironía

Claaaaro que estoy bien ¿qué podría ir mal? Solo me han raptado, golpeado, robado e insultado durante qué se yo cuánto tiempo. Para colmo me han encerrado en una celda con una hermana de la caridad que disfruta toqueteando cuerpos ajenos. Estoy perfectamente- añadí molesto, dolido y tremendamente enfadado por no haber encontrado entre mis pertenencias aquello que buscaba

Miré nuevamente alrededor, sopesando el espacio que nos recluía, mientras toqueteaba la cadena atada a mi tobillo... aquello iba a ser mucho más que un reto me temía. Y desde luego la compañía dudaba que me ayudara

Me senté, con dificultad, viendo que no había nada que hacer en cuanto a liberarme se trataba y con hastío volví a mirar al tal Faedelon

Heistrich- dije tajante, sin más - ¿Y qué terrible delito te ha traído aquí? No pareces la clase de persona que asesine, robe o conspire contra el Emperador... - dije más por matar el rato que por verdadero interés

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29/08/2019, 15:16
Faedelon Bran

Cuando el anciano individuo me muestra su desgrado, quito las mis manos de encima de el, no quiero buscarme problemas con nadie.

Veo que intenta buscar algo, y que el no encontrarlo había producido cierto enfado en el.

Cuando Heistrich formula su pregunta me pongo en pie.

-Estoy aquí por una maldita injusticia, mi delito a sido predicar la verdad, el hacer intentar ver a la gente que el imperio se ha vuelto oscuro y ruin. Los tiempos han cambiado. Unos guardias se metieron en mi capilla, me sacaron a rastras de la iglesia y no conformes con eso mataron a varios de mis feligreses.- Digo a mi compañero de celda.

-La gente de ahora esta ciega y sorda- Mientras digo esto señalo discretamente a Harek.

Lo que daría yo para que las cosas fueran como antes!- Digo mientras frunzo el ceño.

-¿Y tu? ¿Tu también has sufrido una injusticia igual que yo?- Pregunto a Heistrich

Notas de juego

Hola Master, no se si tengo que poner este mensaje publico para poder hablar con Heistrich, o se lo mandas tu. Yo por si acaso te mando este mensaje por privado.

Gracias.

EDITADO MASTER: Ya puedes marcarlo a él también como destinatario, que de momento estáis juntos. Edito el post para ponerlo a él... Hesitrich, se bueno, que has empezado fuerte XD

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30/08/2019, 09:12
Heistrich

Enarco la ceja cuando menciona el motivo de su cautiverio

Un santurrón, ¿eh? ¿Y que ha hecho tu dios por ti mientras esos soldados te apresaban y mataban a tus fieles? ¡Bah! Pamplinas. Hay que mirar hacia adelante; los dioses hace demasiado que nos abandonaron y aun no nos hemos dado cuenta...- cacareo mientras observo como el frailecillo se indigna por el trato recibido - En eso estamos de acuerdo; si todo fuera como era antes todo sería más sencillo. Era fácil discernir una cosa de la otra, blanco o negro... ahora hay demasiados matices y los gobernantes se han vuelto mezquinos; en vez de mejorar la sociedad se aferran a ella como una sanguijuela intentando extraer lo máximo posible- añado con claro desagrado

¿Injusticia, dices? - digo mientras observo el lugar - Que va! Yo soy un peligroso criminal, temido allí donde voy...- añado con fastidio - Soy... - chasqueo la lengua y niego con la cabeza; después de todo esto volver a ser lo que era será difícil sino imposible - ... era erudito, un estudioso. Un historiador reputado con una biblioteca tan amplia que en esta celda no podríamos meter un décima parte del conocimiento allí reunido. Una vida de búsqueda... tirada por la borda- explico con rabia

- Se me "invitó" a redactar un texto que pasaría a la posteridad narrando la vida del Emperador, de su familia entera, a fin de que quedara constancia de sus grandes actos de valor y generosidad... querían que escribiera un libro que los encumbrara como seres extraordinarios merecedores de toda gracia... ¡MENTIRA!- rugí iracundo y molesto - Ese perro malnacido de Harek tiene más que contar que el Emperador. Ha sido un cobarde toda su vida, como lo fue su padre y su abuelo antes que él. Su familia se ha basado en mentiras y engaños para alcanzar el poder... y estoy casi seguro por todo lo que encontré que el bisabuelo de August empleó a un sicario, al menos, para matar al verdadero elegido para ser emperador; se lo atribuyeron a un grupo de asaltantes gnoll y de ahí surgió la idea de forjar una alianza con elfos y enanos para expulsar a los siervos de Nörg... pero ellos no tuvieron nada que ver, oh no... fueron todo patrañas inventadas, el Gran Pacto un engaño para expulsar a los elfos de las tierras fértiles y la Gran Guerra una artimaña para debilitar a los enanos y que no supusieran una amenaza al reinado de la dinastía de los emperadores humanos- tomé aire mientras aflojaba los puños, cerrados con rabia sin darme cuenta

Ya lo había hecho, lo había dicho. Había desvelado el engaño y, aunque fuera a un clérigo repudiado, mi secreto ya no moriría conmigo

Pero lo quemaron... me estaban vigilando sin yo saberlo. Cuando vieron lo que estaba descubriendo en los viejos libros de historia, relatos olvidados y cartas llenas de polvo me apresaron. Hicieron una pira con todo y lo quemaron... mi biblioteca ardió ¡ARDIÓ! Todo mi trabajo reducido a cenizas humeantes; cientos de tomos llenos de conocimiento... perdidos... todo se ha perdido- bajé la cabeza, desolado.

¿Cómo recuperar solo un atisbo de todo aquello? Imposible... no se podía... habían enterrado la historia, la habían quemado, para que nadie supiera jamás la verdad. Ahora solo quedaba una verdad. La suya

 

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30/08/2019, 10:04

Un sobresalto vuelve a despertarte en mitad de la noche; aquellos sueños, pesadillas más bien, hace ya demasiado que te asaltan por las noches y siempre de forma redundante: una luna sin luz, negra, que proyectaba una sombra ominosa sobre la tierra... al mirar alrededor todo está quemado y devastado, cubierto de huesos calcinados. El asentamiento destruido y consumido por los estragos de una guerra que no ha llegado aun y que no sabes si llegará

Aun con el corazón alterado sales de la tienda dejando que el frío de las montañas te despeje la mente y destierre aquellos malos augurios, si acaso son tal cosa y no una nadería más, cuando por el rabillo de ojo crees ver un sombra. Miras en la dirección solo para ver, al poco, nuevamente algo o a alguien moviéndose furtivamente en el linde del haz de luz que proyecta la hoguera que hay ardiendo pausadamente en el centro del corro de cabañas

Buscas tu arco por inercia solo para comprobar que esta dentro, con lo que no tienes más remedio que tomar la espada que pende de la puerta... por si acaso.

Te acercas con precaución y sigilo al lugar donde se oculta la sombra... pero no hay nada. Siquiera pisadas ¿lo habrás imaginado? Miras alrededor nuevamente, evitando la luz de la hoguera para no perder visibilidad y, justo cuando vas a abandonar la búsqueda, algo te golpea en la cabeza desde detrás.

Trastabillas, con lucecitas danzando frente a los ojos, mientras intentas recuperarte del ataque. Notas algo cálido bajando por el cogote y sabes que es tu propia sangre; te giras, con la espada dispuesta, y te encuentras frente a ti a Hogreg... el hermano de Harek. A tus pies una roca ensangrentada y, en su mano, otra más preparada para ser lanzada

- Vaya, parece que la zorrita se ha despertado con ganas de pelea... debería haberte dado más fuerte pero no quería matarte... voy a hacerte pagar el destierro de mi hermano- dice entre dientes mientras deja caer la piedra y desenfunda una espada - Deja ese arma o te voy a tener que hacer daño de verdad... solo quiero que vengas conmigo

Realmente ha sido una suerte que el sueño te despertara o te habría cogido durmiendo; el muy cobarde no se atrevía a enfrentarse a ti y ha intentado dejarte inconsciente desde la seguridad de la distancia ¿El objetivo? Solo los dioses lo saben pero ahora que estás despierta, con la mente despejada por la adrenalina del momento y con la espada en la mano las tornas se han cambiado. Hogreg ha sido siempre un bruto, pero malo con la espada y aun peor con el arco

Es hora de ajustar cuentas

Notas de juego

Te dejo la introducción de tu pj. Puedes hacer lo que creas, hablar con quien quieras y moverte con total libertad. No hay más límites que los impuestos por el sentido común. Puedes interactuar con cuantos pnj's quieras, incluso inventarte diálogos con ellos siempre y cuando no sean relevantes

Cualquier duda aquí me tienes ;)

Empezamos la aventura, espero que la disfrutes, siento hacerlo de un modo tan violento... pero prefiero entrar en materia y ponerte al día con el resto que empezar a divagar y tardar más de lo necesario en llegar a donde quiero

PD: Ojo a los destinatarios cuando marques, de momento estás solo

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30/08/2019, 11:13
Faedelon Bran

No puedo evitar el entristecerme con la historia de Heistrich. Solo me quedaba una idea en claro, August estaba intentando borrar todos los datos que existieran acerca del pasado del imperio, de la Guerra, y por supuesto documentos que evidenciaban la existencia de elfos y enanos.

No solo yo había sufrido el ataque de esos "censores" del rey, Heistrich, y quizás mas sabios y ancianos, como nosotros estaban siendo eliminados, con el único plan de limpiar la imagen del Emperador. Quizás, los valiosos tomos y códices de mi compañero no eran los únicos que habían quedado reducidos a cenizas.

-Sabes... quizás tengas razón, puede que los dioses se hayan olvidado de nosotros, puede que nos hayan arrebatado nuestro hogar, nuestra fuente de conocimientos, lo que mas queríamos en este mundo. Nos han perseguido, apresado y apaleado. Nosotros sabemos la verdad, la hemos visto con nuestros propios ojos. Eso es lo que temen de nosotros, que conocemos la cruda realidad.- Mientras digo esto me levanto lentamente.

-Nos vamos de aquí, prefiero morir intentando salir de esta prisión que pudrirme entre estos barrotes. Me da igual morirme, ya he vivido muchos años. Ademas, nuestra astucia e inteligencia es superior a la de estos brutos guardias. ¡Podemos salir de aquí! Puede que nuestra vida no pueda a volver ser la misma, pero podremos seguir haciendo algo que se nos da muy bien, y eso es contar la verdad.- Digo en voz baja.

-¿Me acompañas?- Digo mientras extiendo mi mano hacia el.

Mientras tanto, intento descubrir en la habitación algo que nos pueda ayudar a salir.

 

Notas de juego

Bueno, esperemos que Heistrich se apunte a la escapada.

Una preguntíta, ¿llevamos nuestro equipo encima?, o nos lo han quitado.

Ojala que nos salga bien la huida.

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02/09/2019, 08:23

El tiempo pasaba lánguidamente mientras te dedicabas, en la medida de lo posible, a paliar las dolencias de la gente que vivía en las afueras de los anillos de urbe, pegados a la sombra que proyectaba la ciudad sobre ellos como una mortaja lo hacía con un cadáver... y el símil no podía ser más acertado. Decenas, cientos tal vez, de hombres y mujeres de todas las edades aquejaban las precarias condiciones en las que vivían y, aunque por fortuna, no les faltaba para comer, ello no quería decir que estuvieran bien alimentados.

Las atenciones médicas eran mucho, mucho peores.

En el mejor de los casos, los barberos aceptaban el trueque de alguna cabra famélica, o un par de pollos, a cambio de sus servicios y en la mayoría de casos eso implicaba sangrías con sanguijuelas o cosas peores que no lograban mejoras remarcables, y eso si lo hacían. Cabestrillos en maderos podridos, curas de dudosa utilidad... la lista era interminable

Por fortuna para los pisabarros, y aquellos menos afortunados dentro de Urbe, aun quedaba gente bondadosa en Áurea que se dedicaba a ofrecer sus servicios a cambio de poco o nada; tu eras una de aquellas personas.

La alegría verdadera, contagiosa, de los pobres al verse ayudados (y curados!) por alguien que no pretendía quitarles lo poco que tenían, o ganarse a siervos de por vida, era algo realmente gratificante... pero toda cara de una moneda tiene su cruz, y al igual que había gente buena en el mundo también había gente mala.

Y lo habías visto en demasiadas ocasiones; aquella no fue diferente

El pequeño templo, capilla más bien, que se encontraba en el último anillo había sido hoy el objetivo de aquel tipo de gente: un nutrido grupo de soldados de aspecto zafio y cara de pocos amigos llegó de improviso. Sus pisadas, al unísono, restallaban en la apacible calle desde antes de entrar en ella, tal era la fiereza con la que pisaban, Al mando de ellos uno de los temidos segadores... aquello era algo serio o no habrían enviado a alguien así para asegurarse que todo se desarrollaba como se pretendía.

La mano del Emperador, o de alguien poderoso al menos, estaba detrás de aquello o no se habría procedido de aquel modo.

Muchos se acercaban, con cautela y manteniendo la distancia, cuando los soldados pasaban siguiendo la estela que dejaban como insectos tras una vela. Curiosa pero prudente, hiciste lo propio con paso calmo, temiendo lo peor... y no estabas errada. La puerta de la capilla fue golpeada por el que parecía el sargento de los soldados, mientras el Segador permanecía en último lugar, de brazos cruzados, observando

La puerta se abrió cuando un anciano vestido con una túnica, de larga barba, salió para recibir a los soldados con gesto indeciso. "Esta en la casa de Naûl, y ahora mismo estamos ofreciéndole nuestras oraciones" -dijo el anciano sacerdote a modo de bienvenida, dejando claro que debían esperar.

Ya iba a cerrar la puerta cuando el sargento puso el pie en medio de la puerta, evitándolo, mientras empezaba a leer una orden de detención contra un tal Faedelon Bran por orden de su ilustrísima santidad El Sumo Sacerdote Bergost acusando al sacerdote de rebeldía e incitación a la sublevación.

Mientras aquellas palabras salían de boca del sargento, dos de los guardias se adelantaron para prender al anciano pero los dos soldados salieron despedidos hacia atrás cuando un cuarteto de hombres salió en tromba del interior de la capilla, seguidos por otra veintena de aldeanos, que empezaron a protestar de forma enérgica a la par que resguardaban al sacerdote en el interior de la capilla.

Pronto los feligreses empezaron a intercambiar insultos y empujones con los soldados, que intentaban entrar en el interior de la capilla por la fuerza; en el exterior, el tumulto frente a las puertas de la capilla había atraído a varias decenas de aldeanos, entre ellos muchos asiduos de la capilla, que pronto se sumaron a los insultos.

No tardó mucho tiempo en caer la primera pieza de fruta podrida sobre los soldados, que en respuesta sacaron las porras y empezaron a dispensar golpes contra los aldeanos más beligerantes... el Segador, apartado un par de pasos del tumulto, seguía observando con rostro serio e inexpresivo; nadie se acercaba a él, ni lo increpaba, y la fruta o verdura podrida que caía lo hacía siempre lejos de su posición. A nadie interesaba que aquel hombre se inmiscuyera en el asunto pero ¿cuánto duraría aquello?

Retirándose a gatas ya se podían ver los primeros heridos por los golpes de las porras, haciendo que el ambiente se fuera caldeando por momentos...

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02/09/2019, 13:03

Ante la insistencia de la chica y las maneras confiadas del recién llegado, quien no tardó en apuntarse al corrillo formado en torno al herido, uno de los grandullones apoyó sus manazas sobre los hombros del herido, manteniéndolo inmovilizado por completo mientras el otro le cogía el mentón y le abría la boca con dos dedos gruesos como salchichas, ejerciendo presión sobre la mandíbula

Desde luego no eran los más refinados pero la efectividad de sus métodos estaba más que probada

Ramiel vertió el apestoso contenido por la boca del herido, quien pese a la inconsciencia se removió ligeramente sin llegar a saber jamás si fue fruto del mejunje o de las atenciones de Astrid sobre su vientre herido, pero lo cierto es que algo de color volvió a las mejillas del hombre caído.

Pero aquello no había hecho más que empezar; el tajo del vientre dejaba al descubierto un desgarrón profundo y ancho, fruto de un arma realmente afilada o blandida con mucha fuerza, haciendo que la sangre manara de ella como de un riachuelo en las montañas. El color oscuro y el hedor a entrañas que desprendía el boquete no auguraba nada bueno, y cuando Astrid logró limpiar ligeramente la herida vio que aquello no tenía solución.

El herido se puso rígido de dolor cuando la chica retiró los trozos de cuero y tela del lugar, revelando como un trozo de intestino había sido seccionado prácticamente por completo derramando en el interior del cuerpo del herido todo su contenido... un respingo hizo que el hombretón que sujetaba los hombros ejerciera más presión, pero el herido aun pudo abrir ligeramente los ojos y balbucear unas palabras antes de dejar caer la cabeza

Herma... hermano... corre... no te de...tengas por mí... ya estoy.... estoy muerto. Proteg... proteg...  una negra

Un último estertor y el cuerpo quedo laxo, inherte por completo, haciendo que todos los presentes miraran la escena como petrificados. Solo el goteo constante de la sangre resbalando por la mesa al suelo rompía aquel ominoso silencio; los hombretones que sujetaban al herido, conocedores de lo que aquella falta de resistencia significaba se retiraron un par de pasos dejando al hombre reunirse con Naûl en paz. A sus pies, su hermano bajó la cabeza pesaroso negando un par de veces, enjugándose una lágrima con la manga manchada en un rápido movimiento

Greg, Igor- dijo con voz férrea a los hombretones - Coged el cuerpo y llevadlo al cementerio local. Tomad, unas monedas para el sepulturero; después id a la herrería y comprar tres espadas. Id rápido, no podemos demorarnos - ordenó diligente - A los presentes; os iría mejor si cuando pregunten por nosotros decís que no estábais aquí... Vosotros dos, gracias por vuestra colaboración, no teníais por qué pero aquí estáis, manchados con la sangre de mi hermano. Si me permitís unos instantes os recompensaré por vuestra intención; mi hermano estaba más allá de toda salvación según parece

El sonido de la puerta al cerrarse tras los dos hombretones cargando con el cadáver rompió el tenso momento. Tras ello, el extranjero se acercó al hombre de la barra, que parecía más un guerrero que un parroquiano habitual, y sin tapujos le habló sin importarle lo más mínimo quien pudiera escucharlo

Busco a alguien diligente y capaz, que sepa manejar la espada y que no haga preguntas. Se te pagará bien y, si todo sale como es debido tendrás trabajo por una buena temporada ¿Te interesa?- acabó diciendo a Arthur, solo para mirar por encima del hombro, hacia la puerta, como si esperara a alguien más o ya echara en falta a los dos tipos que lo acompañaran - Si a ti te interesa una curandera me vendría bien; mis hombres, y yo, estamos heridos. El dinero no me falta pero si gente válida... qué me dices chica?- añadió mirando a Astrid

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02/09/2019, 13:34
Astrid Whitemoon

Los ojos de la joven buscaban con desesperación la pequeña ayuda que esperaba y que no encontró en aquel guerrero que se volvió a acomodar en la barra mientras miraba. Tras un rápido pestañeo desvío la mirada para ocultar lo que sentía ante aquello, pero por suerte encontró lo que buscaba a su lado. El joven que se había adentrado en la posada hacía unos pocos minutos se prestó a ayudarla. Y sin duda, aquella sonrisa la hubiera dejado mirando al suelo durante largos segundos e intentando inútilmente controlar el rubor de sus mejillas si no fuera por la gravedad de la situación en la que se encontraban. - Gracias - Esa palabra de gratitud volvió a resonar en el momento que los dos gigantes ayudaron a que el herido tomara de ese mejunje. A ella le gustaba tratar a sus pacientes con delicadeza y suavidad, pero no podía pedir eso a todo el mundo. Continuó con su trabajo pero la hemorragia no perdía fuerza, y fue descubrir bien la razón para entender que no había nada que hacer. Astrid estaba acostumbrada a ver la sangre manar, vísceras y desmembramientos, pero no llegaba a acostumbrarse a la pérdida de vidas entre sus manos. Empezó a negar con la cabeza en cuanto se dio cuenta de que no podría hacer nada por él. Sus últimas palabras dedicadas a su hermano la hicieron estremecer y cuando la vida se le fue, Astrid cerró los ojos del joven con sus manos y susurró muy bajito una corta petición a Naûl para que lo recibiese. Se separó del cadáver unos pasos mientras mantenía la cabeza gacha y limpiaba sus manos con un trapo. Se sorprendió de la fortaleza emocional del que acababa de perder a su hermano. Le alertó bastante sus palabras, lo que también le hacía preguntarse qué había pasado y quiénes eran. - Siento su pérdida, señor. - No hacia falta decir que hubiera sido imposible sanarle, no al menos sin usar la magia. Todavía trataba de lidiar con la tristeza de la muerte del joven cuando escuchó lo que le propuso. Lo miró un instante, sorprendida por lo que el destino le había puesto por delante sin esperarselo y sin darle mucho tiempo a pensar. - P-por supuesto, le ayudaré, y ahora mismo si se toma un tiempo para reposar. - Y sin hacer preguntas, bien, pero le inquietaba un poco a qué causa se había unido. De todos modos sentía que se lo debía después de no haber logrado lo imposible, así era Astrid. Luego pidió al tabernero por favor un cubo con agua con el que poder lavar sus manos y las del hombre que la había ayudado.

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02/09/2019, 16:29
Arthur Stafford

En cuanto la muchacha removió la vestimenta y pude echar un ojo sobre la herida supe al instante que se trataba de una herida de muerte. Conocía demasiado bien el resultado de un tajo profundo en las tripas y siempre era el mismo: tarde o temprano, luego de tres días de fiebre y delirios o tras pocos minutos de un temblor lóbrego, la muerte llegaba. Afortunadamente, el pobre infeliz se fue sin sufrimiento, o sin más sufrimiento del necesario.

Me extrañó el breve duelo y la rápida toma de decisiones. Alguna urgencia apuraba los pies de los recién arribados. Entonces, el hombre rico me hizo una propuesta, a mí y a la chica curandera. Ella aceptó de inmediato, levanté las cejas, sorprendido e impresionado por el arrojo de la muchacha; no aparentaba ser una trotamundos, y mucho menos alguien que aceptara partir con el primero que le ofreciera algo a cambio.

-Soy diestro con la espada y diligente con las misiones que se me presentan -respondí al hombre-. Pero no puede esperar que no haga preguntas. Me gusta saber para qué clase de personas trabajo. De momento, le juzgo buenamente y puedo auxiliarle ahora que todo parece urgente.

Me erguí completamente llevando las manos a la espalda.

-Mi nombre es Arthur Stafford, ¿cómo es el vuestro? Al menos responda esto y será un buen comienzo.

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03/09/2019, 10:12
Ramiel Gardeniere

Había sido diligente y no había perdido la calma; tampoco había permanecido paralizado como la mayoría de los presentes, aunque aquello era bastante normal. Uno no se encontraba con semejantes espectáculos en un pueblo en mitad del camino. La muerte no era extraña para Ramiel, aunque hacía bastantes años que no veía a nadie morir delante de él y mucho menos de aquella forma tan espantosa, siempre dejaba un escalofrío en su espalda y hielo en las venas durante varios minutos. La muchacha se afanaba en sanar la herida con frialdad profesional, Ramiel vio de reojo una maraña de tripas y sangre y cerró los ojos mientras metia el calmante en la boca del herido. Era eso o ponerse a vomitar. Contó hasta cinco y apartó la mirada, aunque escuchar los estertores del moribundo era muchísimo peor. Dejó el bote en la mesa y se retiró varios pasos, ahí concluía su misión de ayudar y no había servido para nada. Qué sensación tan fea.

Se quedó quieto un momento, luego cogió una jarra de vino que había sobre la mesa, muy despacio. Después eligió una jarra vacia de alguien que había terminado de beber el contenido, vertió el vino y le dio un trago para calmar los nervios. Desde luego se había metido de lleno una situación un tanto desagradable, le iba a costar olvidar semejante espectáculo. Y encima, con el cadáver aún caliente, uno de los implicados ya estaba empleando a la curandera y a un cliente de la taberla. Ramiel echó otro trago, luego le pasaría la cuenta al tabernero; en aquel momento solo quería darse un baño, cambiarse de ropa y descansar.

 -Y, ya que estamos -comentó Ramiel con suavidad, observando primero el fondo del vaso y luego dirigiéndose a la joven con amabilidad -, ¿tendría bien a explicarme qué ha pasado aquí? ¿Por qué de repente han aparecido estos tipos -los señaló-, y usted los ha ayudado? 

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03/09/2019, 17:00
OH
Sólo para el director

Sabía que enfrascarme en situaciones solidarias de este calibre, no me conducirían a nada de provecho. Sin embargo lo hacía por varias razones: una por la experiencia, por supuesto, aunque se me fuera material en atenciones; y otra, por la fama. Me encontraba altamente interesada en ser bien recordada, que si se hablaba de mi, fuera buena a oídos de cualquiera que me señalase. Podría parecer egoísta, pero era mi deber sobrevivir, y tenía que ser así.

Conocía las condiciones de miseria de todos los dolientes, y no me temblaba el pulso a la hora de destapar una herida o cambiar un cabestrillo putrefacto. Cuando hacía este tipo de visitas, siempre iba provista de vendas limpias y material decente.

En el momento de la intrusión del grupo de soldados, me encontraba atendiendo las heridas en el brazo de una mujer, terminando de aplicar un ungüento con cuidado. - Tome… una pequeña aplicación cada día todos los días - Decía mientras le daba un pequeño tarro del mismo medicamento que le acababa de aplicar, confiando en que me haría caso, pero también podría ser que no y por eso le daba una dosis pequeña, esperando que tuviera suficiente. Mis vestimentas eran de colores negros y azules, y me encontraba totalmente cubierta. De mi rostro solo podían verse mis ojos, que casi destellaban entre tanta oscuridad, tapada mi cabeza con la capucha y mi boca con el pañuelo que rodeaba mi cuello. Mis manos enguantadas, cerraban mi maletín de siempre, con cuidado, guardando las cosas mientras mis ojos se dirigían al grupo que desfilaba con orgullo entre la pudedumbre, para no perder detalle de sus movimientos.

Me levanté lentamente, sujetando mi material y caminé con cautela en su dirección, tratando de ser discreta pero fija en mi destino. Conté con la mirada cuantos eran, mientras la puerta de la capilla se abría y el sacerdote se hacia ver. Mis ojos se agrandaron cuando el sargento metió su pie en la ranura de la puerta, impidiendo que el anciano cerrase. Me giré mirando a los heridos, por si avistaban mi presencia que no la encontrasen sospechosa ni nada por el estilo. Escuché la orden de detención mientras giraba el rostro hacia ellos, tratando de captar todos los detalles posibles, desde mi posición. Terminé de girarme cuando escuché como las puertas se abrían de golpe y los soldados salían despedidos, a la vez que los ciudadanos salían a salvar al sacerdote.

Mi cuerpo se sobrecogió cuando una fruta golpeó al primer soldado y ellos no se reprimieron en propinar golpes a todo aquello que se moviese. Se me cerró el estómago en un nudo y traté de calmar mis nervios ¿Qué podía hacer?

Mi respiración comenzó a agitarse lentamente, y empecé a moverme, cambiando de sitio, antes de que los propios heridos me arrastraran con ellos. Nació en mi un sentimiento de ira que iba en aumento y respiraba agitadamente, con tentaciones de hacer algo al respecto pero sin saber muy bien el qué.

Notas de juego

Si necesitas que avance más, házmelo saber.

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04/09/2019, 10:37
Heistrich

La diatriba del sacerdote me hace mirarlo enarcando una ceja cuando parece decidido a salir de allí, como si tuviera en su poder la única llave que abría no solo el calabozo sino también las cadenas que nos retenían en su interior

¿Salir de aquí?- le contesto con un tono agrio y escéptico - ¿Tanto te ha afectado la senectud? Llevamos cadenas atadas a los tobillos, la única puerta de la celda está cerrada y ese bruto de Harek espera cualquier tontería por nuestra parte para molernos a palos... ¿Cómo pretendes salir?- continúo - Además, esos payasos me han quitado una posesión muy preciada, recuperada en mis tiempos mozos de una excavación, de los tiempos antiguos... un medallón. No pienso irme de aquí sin él- añadí con un gesto ofuscado

- Pffff... salir de aquí. Como si no hubiera pensado ya en eso... si hubiera podido hacerlo porqué narices me habría dedicado a soportar semejante compañía... menuda sandez- prosigo mascullando entre dientes, enfurruñado

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04/09/2019, 13:38
Faedelon Bran
Sólo para el director

Intento buscar con la mirada algo que me pueda ayudar, algún objeto afilado,...

No voy a desistir ni perder la esperanza, por mucho que Heistrich diga que no podemos hacerlo, encontrare la manera.

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05/09/2019, 14:04

Faedelon empezó a inspeccionar la celda empleando para ello toda la longitud que su cadena le permitía, que no era mucha, mientras Heistrich se dedicaba a farfullar y maldecir entre dientes, haciendo poco o ningún caso a los intentos del sacerdote por encontrar algo que le fuera de utilidad.

Polvo y restos de paja húmeda en el mejor de los casos era cuanto había allí dentro; a lo sumo la cuchara de madera junto al cuenco de madera también que os proporcionaban con la escasa comida en las horas señaladas.

Pasó de esta guisa un buen rato cuando se escucharon unos pasos en el pasillo; segundos después el malicioso carcelero abrió la puerta frunciendo el ceño - Estás despierto? Lástima, esperaba que no lo hicieras nunca. En breve tendréis compañía, así que más os vale mantener la boca cerrada y no hacer demasiado ruido o sabréis lo que es tener un problema serio; al parece esos nuevos son "especiales" y no lo quieren juntar con los otros reos... así que se vendrán aquí con vosotros para no causar problemas ¿Por qué vosotros no me los vais a dar, verdad?- dijo antes de dejar los dos platos de comida en el suelo y cerrar la puerta

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05/09/2019, 14:10

El tumulto iba en aumento mientras más aldeanos se acercaban a ver que ocurría, sumándose varios al lanzamiento de comida podrida contra los soldados, mientras tu te encargabas de atender a los golpeados por las porras; poco a poco la barrera humana entre los guardias y la capilla se fue disolviendo, haciendo que los hombres armados empezaran a aporrear la puerta del recinto sagrado

¡Abre!¡Abre en nombre del Emperador, maldito viejo!- empezó a gritar el sargento mientras golpeaba la puerta con la porra

Ante la falta de respuesta se giró hacia sus soldados, que ya habían logrado montar un cordón entorno a su sargento repeliendo a los aldeanos

Echadla aba...- empezó a decir el sargento cuando, de improviso, una piedra impactó de lleno en el rostro del hombre

Los gritos de dolor de éste acallaron las quejas de los aldeanos, que enmudecieron como por arte de magia mientras la sangre manchaba las manos del herido, que ahora se tapaba la cara sobre el punto donde la piedra había impactado; como si aquello activara un resorte oculto, el Segador sonrió pérfidamente y desenfundó su espada. Con voz gélida emitió una sola palabra "Acabemos

Sin más dilación, el arma del Segador se movió como un rayo, eviscerando por completo a un aldeano que se alejaba con un tomate podrido en la mano. Un segundo más tarde, otro aldeano más caía bajo el filo del peligroso guerrero mientras el pánico y el caos se extendía por el lugar.

Los soldados, contenidos hasta ahora, dieron rienda suelta a la frustración y odio acumulados, desenvainando las espadas y lanzando estocadas a diestro y siniestro de un modo completamente desatado. Solo buscaban hacer daño y, si mataban, tanto mejor.

Los heridos, antes solo por contusiones, se empezaron a multiplicar en el lugar a medida que las armas de los soldados subían y bajaban, pero siempre a una cadencia muy inferior que la espada del Segador, que tenía bien merecido su nombre a juzgar por como manejaba el arma; pronto, los aldeanos huían del hombre del Emperador a todo correr, aunque ello supusiera caer sobre los soldados armados. Aquel hombre era la muerte encarnada y cualquier cosa era mejor que eso.

Cuando llegó a la altura del sargento herido le cogió por el mentón y le alzó el rostro con fuerza, desestimando el impulso del herido de taparse la herida nuevamente. En su cara, un feo agujero ensangrentado marcaba el lugar donde ante había tenido el ojo derecho

Tu y tu, escoltadlo hasta los barracones. Que lo sanen y guarde reposo- indicó con la misma voz gélida

Los dos soldados designados cogieron al herido por debajo de los hombros y se lo llevaron trastabillando, aun con las espadas en las manos, mientras los soldados restantes despejaban el lugar con su brutalidad. Un minuto después de haber empezado la carnicería ya no quedaba nadie en los alrededores de la capilla, o al menos nadie que no hubiera sido herido o muerto por las espadas. Todos los demás se habían marchado

El Segador enfundó el arma nuevamente ante de golpear dos veces la puerta con su puño enfundado en acero

Abre o quemo la capilla contigo dentro- dijo sin un atisbo de compasión en la voz mientras los soldados, espadas en mano, formaban tras él

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05/09/2019, 14:25

El hombre miró a Astrid, asintiendo con un firme gesto que tanto podía ser de agradecimiento como de consentimiento mientras tomaba asiento en una silla junto a él, tras ello, miro a Arthur y esbozó una sonrisa cansada, falta por completo de sentimiento

Un tipo de negocios. Ya veo. Me sirve. Mi nombre es Torvuk von Hagenndorf. De momento, con eso, deben tener bastante pues este no es lugar para hablar de ciertos temas- dijo con orgullo patente al mencionar su apellido - Más adelante, cuando estemos lejos de oídos indiscretos, podremos concretar más cosas