Partida Rol por web

.- Fingar! como llevamos esa resaca? espero que también como yo... por que estoy fresco como un rosa .- dijo mientras se colocaba en la fila, saludando también a Halin con una palmada en la espalda .- yo creo que si que nos darán la oportunidad para demostrar si valemos o no! y sinó al tiempo, ya que si los que van no son competentes seguro que no vuelven y tendran que hacer más incursiones, así que... en alguna nos tocará!

Eso espero, amigo, eso espero. Mira, allí atrás está Sombrágil -dijo Fingar a Batum. Luego lo saludó levantando el puño.

La cola fue avanzando hasta que llegó a Fingar. Turi Barbadeplata se dirigió a él.

Dime. Tu nombre, tu oficio, tus habilidades y la razón por la que debería elegirte a tí y no a otro.

Su voz y su cara reflejaban el cansancio, tanto por la celebración de la noche anterior, como por el hecho de llevar toda la mañana entrevistando a candidatos.

Me llamo Fingar -dijo el enano. Soy un guerrero. Aunque a decir verdad cualquier elfo refinado me tumbaría de un soplo, pues ando desentrenado, ya que en estas bellas cavernas no existen agravios a los que enfrentarse... Si al menos estuviéramos en el tiempo de los dragones de antaño... ¡¡les haría comer su propio fuego...!!

Fingar se aclaró la garganta un poco.

También soy herrero señor... es mi pasión. Antes de llegar a esta morada daba forma al hierro, oro, plata... o al mithril -dijo casi incoscientemente pensando en su maza. Bien... no podría decirle porqué debería ser yo quien fuera a buscar esa beta, señor. ¿Quién de nuestros hermanos podría decidir la mejor opción? Le seré sincero: tan sólo queda decirle que preferiría vivir un día deshuesando trasgos y encontrando tesoros bajo mis pies que una eternidad morando en el oficio de la roca...

No se ofenda por esto último. Gracias a su rey ahora vivimos aquí, sin embargo hace tiempo que no sé complacer al resto de los enanos (incluido al tabernero Dáin) con una historia de leyenda... Creo que ya va siendo hora.

Una vez mas llegaba tarde. El trabajo en los capiteles de las columnas le habia abstraido del resto del mundo. Cuando miré desde lo alto del andamio y no vi a nadie, me vino a la cabeza la entrevista. No podia perderselo, la oportunidad de participar en esa exploracion. Poeder abrir camino a golpe de martillo... la idea de todo aquello me atraia sobremanera.

Baje de mi puesto y camine a grandes pasos, esperaba llegar a tiempo.

Caundo llegue al lugar de la entrevista, una larga cola llegaba hasta la mesa de Turi. Tranquilamente me coloque el ultimo para esperar mi turno. Entonces me di cuenta, debia ser el ultimo en llegar... En el fondo esperaba, e incluso mire alguna vez, que alguien mas apareciera detras de mi, para ocupar el ultimo puesto. En realidad, la idea de haber llegado tarde era en parte vergonzosa, como si realmente no desease ir. No era asi, iria, tenia que hacerlo, lo desaba fervientemente y esperaba ser elegido.

En silencio, tratando de pasar inadvertido, espero su turno.

Herrero y guerrero dices... Turi hizo un gesto al apuntandor que tenía en la mesa y este tomo nota.

¿Y para que me va a servir a mi un herrero y un guerrero explorando las cavidades subterranes y picando piedra para sacar el Mithril?

Todo el mundo quiere tener una historia de leyenda que contar, por eso hay tanta gente aquí. Replicó el enano.

Soy uno de los hijos refugiados de Erebor.  Hemos de dar por supuesto que todos en estas montañas sabemos excavar o explorar cuevas (pues trabajamos cada dia en eso). Lo único que hice fue comentarte qué más se hacer aparte de internarme en la roca...

Fingar notó la apatía del tal Turi.

Además,... espero que no haya ningún dragon o algo peor sumergido en la oscuridad de las profundidades, a no ser que lleves mineros preparados. No tengo nada más que decir, señor.

Turi se mesó la barba asintiendo. Hizo un gesto al apuntador que nadie sabía que podía significar y se volvió de nuevo hacía Fingar.

Muy bien, cuando tengamos entrevistados a todos anunciaremos los elegidos, de momento puedes irte. Miró tras de Fingar y se dirigió a Halin. El siguiente.

Halin se acerca en silencio al oír su nombre y saluda con un cabeceo a Fingar.
- Salud capataz, soy Halin Sombrágil hijo de Balin - dice saludando respetuosamente al líder de la expedición.

- Como todos aquí he venido a presentarme voluntario para la expedición. Creo que os puedo ser útil para explorar los túneles y actuar como avanzadilla. Para evitar caminos innecesarios y no meterse en demasiados problemas. - dice con tono sereno.

- También se manejarme con las armas y puedo ayudar en cualquier otra tarea minera requerida.

Eres explorador entonces. Dime muchacho ¿quíen es tu capataz? ¿si le pregunto sobre tí me dara buenas referencias?

- Bueno desde los incidentes en Erebor, llegué aquí y trabaje con muchos grupos diferentes - dice mesándose la barba.
- Suelo cambiar de capataces puesto que una vez la sección esta explorada ya no es necesaria mi trabajo en ese grupo y me voy con otro. Pero puedes hablar con Tualin Hachamellada, él suele organizar las exploraciones y de buen seguro que te hablará bien de mi.

Turi sonrió satisfecho. Conocía a Tualin de sobra y sabía que ese enano no avalaba a cualquiera. No dudes que lo hare. Hablare con él.

Turi miró a la cola y ordenó que pasara el siguiente. Batum.

Batum impaciente por su turno se adelantó hacía la mesa justo al oir que le tocaba.- Saludos Capataz, soy Batum fiel soldado protector de la montaña solitaria, herrero de vocación y cantero en estos momentos, puedo serle útil para cualquiera de las cosas que necesite, si tenemos problemas mi hacha responderá por mi, si se necesitan mis conocimientos sobre metales mi martillo responderá por mi y si necesita picar y excavar la tierra, mi pico y mi pala responderán por mi, yo como humilde enano solo puedo prometerle dos cosas fidelidad y trabajo. Sonrió y dejó escapar una leve carcajada de manera complice.

Muy servicial. Comentó Turi con una sonrisa. ¿A quién puedo pedirle referencias sobre ti?

Tras escuchar la respuesta de Batum y asegurarle que iria a preguntar por él, Turi sacó de su bolsillo una pequeña piedra dorada y se la pasó a Batum. Dices que eres experto en minerales. Dime que mineral es ese.

.- Llevo poco tiempo por aquí, como alguno de mis compañeros, pero llevo todos estos días trabajando al pie de excavación de nuevas grutas para poder augmentar el tamaño de la ciudad, puedes preguntarle a Balin Rompepiedras, el es mi capataz y podrá hablarte bien de mi.-

Al darme la pequeña piedra dorada, empezé a analizarla, mordiendola suavemente, rascandola sobre la piedra, rascando su superficie con un punzón, intentando averiguar si se trataba de un material homogeneo o heterogeneo y para averiguar su dureza.

Batum analizó la piedra. A primera instancia le aparentó ser oro, por el brillo y por su color. Su forma también le recordaba al oro. Pero había algo extraño en su peso y en su forma que lo hacía algo diferente. Al rasgarla comprobó que no se trataba de una imitación elaborada, si no que ese mineral era así en la naturaleza. Pero su instinto le decía que no era oro ni mucho menos.

Batum terminó de analizar el mineral y se lo devolvió a Turi .- Bueno señor, a simple vista podríamos decir que se trata de Oro, aunque una vez analizado puedo observar que el peso y la dureza son distintos, así pues podría decir también a simple vista que se trata de una imitación del oro, pero realizando las últimas pruebas sobre el no cabe duda de que se trata de un material verdadero que realmente tiene esa naturaleza, es un material extraño y parece valioso, ya que con ese peso y dureza bien se podrían crear buenas armaduras de este material.

Muchos hubieran picado y dirían que se trata de oro. No está mal tu observación. Pero te dire que este mineral no es tan valioso como puede aparentar ni bueno para realizar armaduras, ya que no tiene la consistencia necesaria y bajo la acción del calor y el martillo se deshace como si de migas de pan se tratara. Dijo Turi recogiendo la piedra y volviendosela a guardar. Hizo un gesto al enano que escribía a su lado y este apunto algo en la libreta.

Bien, puedes irte, que pase el siguiente. Dijo refiriendose al enano que había tras Batun. Así fue avanzando la cola hasta que llegó el turno del último enano. Este era Kâmdur Nagredog.

¿Cuál es tu nombre, hijo? Dijo visiblemente cansado el bueno de Turi. Ya era dificilmente impresionable, por lo que el aspirante tendría que esforzarse doblemente para hacerlo.

- Kâmdur Nagredog, hijo de Nagerog. Para servirle. - dije servicialmente, intentado no ser pedante.

- Mi oficio es el de picador, aunque actualmente me dedico a la adecuacion de las nuevas salas y camaras encontradas, en el futuro una gran ciudad tal vez. Ahora mismo trabajo en el vestibulo, en sus columnas. - digo sobriamente.

Llevaba ya un buen rato en la cola, oyendo una tras otra las mismas preguntas con distintas respuestas. Se podria decir que habia estado eligiendo las frases que usaria, y por ello, casi sin dejar hablar a Turi, prosegui con mi presentacion.

- He pasado casi toda mi juventud como un trabajador mas, picando a base de martillo, escoplo y cincel, buscando la mejor de las vetas para extraccion, que compañeros antes que yo, han encontrado, y que otros van detras asegurado.- En mi mente imaginaba todo el proceso, desde la investigacion hasta el transporte del material, pasando por picar y entibar.

-Siempre en primera linea cuando cavas y llega el verdadero peligro. Explosiones por el gas grisú, aplastamientos por hundimiento, asfixias por falta de aire...

- Se cavar muy bien, y ademas mi martillo es como una extesion de mi brazo. Elijame y no le defraudare, sea lo que sea lo que necesite- dije para finalizar, dejando hablar al fin al capataz.

¿Conoces bien las cavidades de la roca y sus entrañas? Por lo que dices parece que sí. Turi asentía mesandose la barba. Aunque no tienes experiencia como explorador...