Partida Rol por web

- Este enemigo se ve realmente fuerte, no nos confiemos - digo a mis compañeros intentando mostrarme calmado
 

Estaban ingresando en una zona de la fortaleza que tenía más vegetación, no era un bosque, pero el elfo ya con ver algunos árboles se sintió mucho más a gusto. No tardó en reconocer los sonidos que venían desde cerca de la entrada, ese terrible oponente del tamaño de un ogro no se la iba a poner fácil.

Sin pronunciar una palabra se agachó nuevamente, aprovechando la frondosidad que había cerca para despistar a los enemigos.

Un detalle  pasa ante tus ojos de elfo. Antes de correr sigiloso hacia el arbol mas cercano, te percatas de que entre los arboles, agazapados y aguardando una orden, se encuentran unos cuantos orcos armados con cuchillas. Tus pasos  se detienen y por tu cabeza pasa la idea de avisar a tus compañeros de la inminente trampa.....
 

El gigantesco orco ruge en dirección a los aventureros, desenfundando su enorme espadon. Su enorme cuerpo  se prepara para el inminente combate ,demostrando  un entrenamiento cuasi marcial  adquirida en las multiples batallas que representa su armadura.

El otro orco,mucho mas pequeño, lo mira asus tado y salta unos cuantos metros hacia atras. Con cierta preocupación desenfunda su arco....

Ralflinder levantó la frente, su vista acostumbrada a buscar y rastrear incansablemente en las tierras salvajes notó movimientos furtivos entre los árboles que hacían de ornamento para el jardín de la fortaleza. Son cuatro contó mientras comenzaba a moverse. ¡Emboscada! Hay enemigos detrás de los cuatro árboles... su voz fue un río creciente que acompañaba sus pasos firmes que resonaron primero sobre la loza y luego se amortiguaron para perderse completamente sobre el cesped. Haciendo una finta, se lanzó contra el tronco que tenía más cerca, y cuando se acercó por fin se pudo divisar el enemigo que allí trataba de ocultarse. Sin embargo, ambas hachas encontraron solamente aire, haciendo que el elfo frenara su carrera para poder reorientarse.

Como si de resortes se tratase, cuatro orcos, armados con  pesadas mazas, saltaron de su escondrijo, alertados por el aviso de Ralflinder. Todos ellos se lanzaron contra los aventureros pero, por suerte, solo dos de ellos llegaron a la altura de Ralflinder y Voronwë. Entre gritos de lucha y  rugidos desafiantes,  ambos orcos levantaron sus mazas a dos manos e intentaron  asestar sendos fatídicos golpes a los elfos  que tenian ante ellos.

El mas cercano a los arboles, el que la vista elfica de Ralflinder había descubierto,  golpeó con fuerza contra el explorador elfo. Aquella maza se hundió en uno de los costados del elfo. Este último pudo notar como una costilla se quebraba en su interior. El sabor metálico de la sangre elfica se hizo notar en la boca de Ralflinder.

Mientras tanto, Voronwe no tenía la suerte con el. El orco que amenazaba con hundir su maza en el cuerpo del semielfo, consiguió lo que buscaba con espectacular exito.  Aunque Voronwë había levantado su escudo para evitar el golpe, aquella maza iba cargada con tal furia, que destrozó el parapeto del semielfo, finalizando en el costillar de este último.

Ambos orcos rugieron satisfechos.

Al fondo, el enorme orco avanzaba lentamente mientras una fea sonrisa se  dibujaba en su rostro lleno de marcas y cicatrices. Mientras, algo mucho mas atras, el orco arquero tensó su arco y disparó al que le parecía mas peligroso. Por suerte su flecha se perdió entre la maleza ,percatandose de lo lejos que esaba para que sus proyectiles encontrasen su blanco....

El Deva actúa con ferocidad... Esta vez no aplicaré medida en mis fuerzas... desataré la ira de Helmo como si de su propia espada sagrada se tratase... 

Lo primero que hizo fue señalar al enemigo que justo había atacado a Voronwë dicíendole: Tu serás el primero. 

Acto seguido una energía surgió de su báculo y fue a estallar entre los enemigos que acababan de atacar, en forma de dos rayos azulados independientes... No contento con esto Dénardán llama a Helmo para tener su ayuda y convoca a un Angel divino que ataca sin dilación a los orcos que se acercaban por el flanco izquierdo. Las cuchillas del angel atraviesan a los orcos como si fueran esculturas de mantequilla.

El invocador azul no satisfecho con el resultado sacó energías de su más profunda alma para hacer un ataque más hacia los orcos que quedaban en pie... pero sus rayos se perdieron en el cielo estrellado.

La reacción del daeva no se hizo esperar. En cuanto los orcos salieron de su escondrijo y asestaron sendos mazazos sobre los compañeros mas adelantados, las fluctuaciones mágicas del ser azul , salieros despedidas cual mortiferas saetas de luz. Dos de ellas se clavaron sobre sus objetivos, los dos orcos que habían tenido la suerte de atacar a sus compañeros. Esos desgraciados sintieron todo el poder mágico de Denaerdan, y cayeron redondos al suelo,todavia humeantes debido al impacto.

No contento con ello, el daeva susurró unas palabras y ante los orcos y los demás resentes  un angel de femeninas curvas  fue invocada. Con un simple gesto, el daeva ordenó  el ataque al ser recien invocado, el cual,asintió y salio raudo contra los dos orcos que quedaban en pie. Una brillante explosión ,provocada por el propio angel, destrozó a los orcos que quedaban en pie.

Denaerdan convocó una vez mas su poder mágico pero sin mucha mas suerte....

Ciertamente asombrado por la demostración de poder de su compañero daeva, Ledenik observó como caian inertes los orcos que habían intentado emboscarlos. Asintió con un leve movimiento de su sien hacia Deanerdan,para agradecer en silencio su actuación. Mientras tanto, sus pies avanzavan ligeros en dirección al gigantesco orco que parecía comandar a las fuerzas orcas.

Una vez conseguido una posición mas o menos  estratégica, Ledenik sacó de su morral una  diminuta semilla.  Mientras murmuraba canticos druidicos con su  ronca voz enana, aquella semilla lanzaba diminutos destellos anaranjados.

- ¡Siente la  furia de la naturaleza, Orco!- aulló el enano al  lanzar con fuerza aquella semilla imbuida en magia druidica. Aquella diminuta semilla explotó con  gran estruendo sobre el  gigantesco orco que amenazaba a los aventureros. En un abrir y cerrar de ojos, una enorme pira flamigera  se adherió al enorme trasgoide que aulló de dolor y gruño improperios en trasgoide.
 

Una vez que el daeva demostró su  poder, era el turno del enano druida. Avanzó  estoico contra el enorme orco que comandaba las filas enemigas. Imbuyendo una de las semillas de su mochila con su magia druidica, la lanzó contra  en trasgoide. Esta reventó contra el pecho del enorme orco ,causando una explosión de llamas  que  calcinaron los escasos remaches de cuero que portaba aquella armadura.

El enorme orco rugió y cargó sin contemplaciones contra el enano. Enarbolando una pesada  hoja a dos manos, el enorme orco asestó un terrorifico impacto sobre el druida enano. El pesado filo se hundió sin problemas en la liviana armadura del enano, trapasandola y sesgando  el lateral  izquierdo de este ultimo.

De la herida manaba sangre como si de una fuente se tratase, impregnandose en los arboles cercanos, y sobre el enorme orco que rugió triunfante.

El combate estaba siendo encarnizado, los golpes se sucedían de un bando a otro sin tener un claro ganador. La mole que teníamos frente a nosotros se acerca peligrosamente tras un escaramuza de unos orcos que surgieron de la nada y consiguieron atacar y alcanzar a Voronwë. El gran orco, arremete contra el pobre Ledenik dejándolo en un pésimo estado, sangrando como cual gorrino en una matanza.

A la vista de los acontecimientos y de valorar la situación en la que nos encontramos, decido irme a por el más grande. Estoy frente a esa mole asquerosa y levanto mi hoz contra él manteniendo una posición de defensa con el otro brazo, por lo que pueda pasar, con mi pequeño escudo. - Menudo bicho más grande, espero poder atravesar sus defensas con la hoz..... - pensé mientras dejaba caer la Hoz contra el gran orco.

Leeeeedeeenikk nooooooo El enano había caído por la acometida del gran orco. En este momento solo dependían que el se pusiera entre la bestia y sus aliados, ya así poder curar al enano.
Orco pestilente, enfréntate a verdadero reto. Prueba el filo de mi espada El semielfo avanzo decidido para golpear al Orco, pero su armadura resulto se mas fiera de lo que el pensaba.

El enorme orco había asestado su golpe, malhiriendo al enano y regodeandose por ello. Como un rayo, Zanros salió en ayuda de Ledenik. Con su fiel hoz en una mano y un restablecedor sortilegio, alcanzó a ledenik para cerra la fea herida causada porel filo del gigantesco enemigo. Una vez ante el enorme orco, insufló de nuevos animos  a Voronwë que atacó con energia al mastodonte verde.

El acero de Zanros intentó sin exito  atravesar las defensas del enemigo. De la misma manera, la espada de Voronwë zizagueó ante el enorme orco sin asestar  golpe alguno. Sin embargo, la actitud  agresiva de Voronwé , caló en el gigantesco ser,que rugió satisfecho, aceptando el desafio que ofrecia en silencio el semielfo.

El elfo intentó escabullirse entre explosiones de magia divina y un baño de sangre que había dejado a los emboscadores destrozados en el suelo. Se movió rápidamente entre las plantas del lugar al tiempo que sus compañeros le salían al encuentro al terrible enemigo que les salía al paso. Por más que tratase de aprovechar el momento, el orco arquero que se había quedado atrás no le quitaba el ojo de encima. Finalmente se lanzó en una carga frontal contra el mismo, pero al intentar cortarlo con sendos hachazos, lo único que encontró fue aire. El verdoso ser lo había anticipado con ua finta. Ralflinder no tuvo siquiera un momento para recuperar el aliento.