Partida Rol por web

La Máscara de Fu-Kang

CAPÍTULO I - Las Fauces del Infierno

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05/06/2014, 21:20
Narrador

19 de Agosto de 1936 - Egipto

 

Cornelius Hollister III. Ese es el nombre que os ha unido esta vez. Aunque se trata de un personajillo de la alta sociedad británica, su ahora dilapidada fortuna familiar le ha permitido costearse lujosos hobbies, siendo la egiptología el último de una larga lista.

Y de ahí el nexo que compartís con él; puede que coincidiérais en alguna charla académica al respecto o que os conociese en algún cóctel organizado en su Londres natal, o tal vez como Maddie, quién recibió una invitación formal arrastrando a Rick y a David con ella. El caso es que, con motivo de su último hallazgo, habéis sido invitados a una fiesta en la que piensa presentar su último gran hallazgo. Si bien es cierto que por el momento ninguno de los anteriores fue digno de mención en el mundillo de la egiptología; los rumores al respecto apuntan a que, por primera vez, Cornelius se encuentra cerca de algo grande.

 

Notas de juego

Quedan unas pocas horas de vuelo. Pronto aterrizaréis en Tebas.

Quienes hayáis decidido uniros al Club de la Calle 57, describid en vuestro próximo post como disfrutáis de vuestro precioso reloj de oro adornado con vuestras siglas y ese característico 57 de fondo. Archer os ha obsequiado con uno.

Sobra decir que quienes formen parte del Club asisten a la fiesta por expresa indicación de Archer.

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06/06/2014, 19:11
Anne Sophie "L´Ourse" Hinault

No había aceptado unirme al club, yo era una guerrillera, no una busca-tesoros, ni una cerebritos, aunque fuera calculadora y no fuera especialmente tonta. Se me asignó la misión de cuidar de Ágatha, y esa era la única misión que debía cumplir. En ningún momento se me ofrecieron riquezas por todo esto que estaba haciendo, y estaba cabreada con Archer. Ese viejo cascarrabias quería conducir al grupo a una muerte segura, y estos necios aceptaron su destino sin creer ni siquiera en sí mismos. Una bala en mi pecho, en el de ese hombre con sombrero sería suficiente para acabar con la mitad del grupo y la misión, y en vez de mostrarse agradecido por hacer un trabajo que no me incumbía, Archer me miró con acritud.

Suspiré cabreada mientras de nuevo nos enviaban como ovejas a nuestro próximo destino... el club de la calle 57... menuda estupidez.

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06/06/2014, 23:01
Sophia Wynne

Egipto. Uno de los lugares más maravillosos y con cientos de tesoros por descubrir bajo las arenas del desierto y misterios increíbles y enigmáticos. En realidad, no es que haya aceptado unirse al Club de la calle 57, pero le dijo a Sir Archer que podían contar con ella como experta en egiptología. No en vano lleva desde que tiene uso de razón aprendiendo todo lo que hay que aprender sobre historia y culturas antiguas. Además, sabe leer egipcio antiguo... ¿quién de ellos podría hacerlo? Seguramente Agatha, pero Sophia lo lleva en la sangre.

Como consultora de aquellos que han decidido aceptar formar parte de ese selecto grupo al servicio de Su Majestad, debe acudir también a esa fiesta. Sin duda, el lugar estará lleno de gente poderosa... y peligrosa. Seguramente, un paripé creado para ocultar los verdaderos motivos de todo eso. Aunque preferiría quedarse en la habitación consultando libros y libros sobre el Egipto antiguo y conocer más o menos que había en el lugar donde los alemanes están excavando.

Eso es lo que realmente debe importarles en ese momento y no acudir a una fiesta.

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09/06/2014, 16:58
David Wilson-Harris

Llevaba mi reloj de oro recién regalado, tras la decisión de Sir Douglas de ayudarme a subir en mi carrera profesional. No sabía si era ahora más aceptado o no dentro de mis compañeros, quizás Maddie fuese ahora más frívola al ver mi interés por encima de todo sentimentalismo. Pero dejé que pasase el tiempo mirando por la ventana evitando las miradas, que delatarían su menosprecio hacia mis valores, y quizás el rostro de Maddie... Todos necesitaban de un tiempo eso pensé.

Ella también era un tanto interesada, al llevarme a sus misiones sabiendo que mi interés era sólo sentimental, ahora sabía que la acompañaba por algo más que este reloj, mi futuro. Quizás trabajando para esta prestigiosa y oculta organización, llegaría a tener ciertas amistades, que serían de lo más sugerentes en mi futuro profesional.

 

Notas de juego

Unido al Club de la Calle 57.

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09/06/2014, 20:11
Eric Arthur Blair

El caso es que acepté aquel reloj de esfera con toques dorados, y un curioso cincuenta y siete grabado como a fuego, como si después de las doce, la hora siguiente fueran las "y cincuenta y siete". Sinceramente, poco entusiasmo me provocaba, y más cuando aquel tipo estirado, el padre de la señorita Madelaine, nos "arengó" apelando a que éramos miembros selectos de una trama poco concisa.

Porque realmente... poco detalló.

Recuerdo aún frente a ese tren que decía que era su estación. ¿Estación de qué? ¿de operaciones? ¿A qué diablos jugaban? Lo único a lo que yo llamaba "operaciones" no eran sino a las acciones coordinadas que recordaba de mi estancia en la policía birmana, o seguramente a las intervenciones que tendría que hacerme en esta muñeca: la condenaba me seguía doliendo, pues creo que no curó bien.

Sin embargo, aún sin tener el cabestrillo delatante, mi tos seguía acompañándome. Era como mi nueva amante; una amante amarga y poco discreta, que no causaba expectación a nadie. Y esta vez parecía estar peor que en Nepal. Asique miraba la bonita esfera y su correa mientras el reflejo del solo bañaba, literalmente, las horas. ¿Acaso pertenecer al Club de los 57 cambiaría mis problemas? Años antes, en mi dura estancia en Londres, hubiera aceptado sólo por el hecho de poder quedarme con el reloj y venderlo por unas buenas cuantas libras, y así dedicarme a los vicios una buena temporada, pero... ¿ahora?

Y si he de decir la verdad, que tras mirar el reloj en el asiento decidí guardármelo en el bolsillo (para dárselo después a Herb) a ponérmelo en la muñeca por una razón: Sir Douglas. No es que desconfiara en ese tipo, sino que desconfiaba en su palabra y lo que nos contó. ¡Qué diantres! ¡Desconfiaba de él! ¡Lo reconozco! Sus palabras, literales, fueron éstas: "El objetivo del Club es adelantarse a posibles objetivos de dicha unidad militar nazi especializada en lo oculto, pues su fin no es otro que dotar al Führer de objetos legendariamente sagrados..."

¿Los nazis? ¿de verdad? Sir Douglas Archer, según mi percepción, nos tomaba por imbéciles. Esa gente poco merecía por respeto, pero no estaba de más el haber confesado que tal grupo que quería formar no era sino un grupo "de caza" y no de "búsqueda de reliquias o anticipación"... ¿Una especie de "comando sucio" para desmantelar planes o un verdadero equipo de exploración? Realmente, ninguno de los dos me interesaba, pues cualquiera de ellos tendría intenciones que ninguno acabaría de clarificar. Es más, haciéndole, en tal caso, un favor a los stalinistas, éstos  pondrían su ojo en mí (estoy seguro), pues nunca se sabe cuándo hasta el soldado con el más largo apellido alemán jura por los gulags y sus hoces y martillos...

Tras guardarme el reloj en el bolsillo*, saqué a la vez, de mi chaqueta, la misteriosa invitación que aquel tipo me envió. Cornelius Hollister III. Me invitó para presentar mi nueva novela, aunque nada tenía que ver con el entorno de Tebas.

Con cierta curiosidad, acepté. Por eso viajo ahora.

Notas de juego

*No me uno a nada.

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10/06/2014, 01:26
Agatha von Wagner

De nuevo en un avión junto a aquel extraño grupo de personas que, por distintas circunstancias, eran mis compañeros de aventuras. Estaba vez pasábamos del frío del Nepal al calor del desierto en Egipto, pues Tebas era el nuevo destino. No pensaba en la fiesta ni en el que sería nuestro anfitrión, para eso ya habría tiempo, pero sí me encontraba por completo ensimismada en recuerdos y pensamientos nada agradables.

Había aceptado el reloj, que ahora descansaba en el fondo de mi bolso, no por una convicción de que sir Archer estuviera actuando correctamente, pero quizás de esa forma, uniéndome a él, pudiera descubrir que escondían sus acciones. Aunque no podía dejar de pensar que aquella era una oportunidad para poder descubrir objetos que, en muchos casos, sólo habían salido en leyendas. Y por último estaban los nazis... ¡Oh! Cuándo llegaría el día que alguien los pudiera borrar de la faz de la tierra... Pero mientras ese día llegaba lo mejor que podía hacer era interferir todo lo que pudiera en sus planes.

Había tomado mi decisión y, por el momento, no había vuelta atrás, sobre todo al comprobar cómo Sir Jasper se había mostrado tan entusiasmado con la idea. Suspiré mientras mi vista se perdía entre las nubes.

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10/06/2014, 10:09
Narrador

Mansión de Cornelius Hollister III - Tebas

 

Un lujoso coche se detiene ante las puertas de una no menos lujosa mansíon, situada a unos kilómetros de la ciudad de Tebas, Egipto. La gigantesca casa de estilo colonial es propiedad, como ya sabéis, de Cornelius Hollister III.

Y aquí estáis vosotros, vestidos con cuestras mejores galas y saliendo del mismo coche que os recogió a las puertas de vuestro hotel, en Tebas.

Ya hay buen ambiente cuando llegáis, numerosos invitados comparten bebida y conversaciones. La fiesta se desarrolla sin incidentes, en uno de los amplios salones de la mansión Hollister. LA construcción tiene dos plantas y suficientes habitaciones como para servir de hotel. En la azotea dispone de una terraza donde se disfruta de una agradable brisa nocturna. La casa está custodiada por algunos mercenarios contratados por Cornelius (aproximadamente una veintena).

La estancia central de la fiesta, de las dimensiones de una sala de baile, está decorada con multitud de piezas egipcias, muchas de ellas de un más que considerable valor. Entre los invitados, reconocéis varias personalidades del mundillo académico, siendo la mayoría intelectuales que han venido al saber de la presencia de Zimmer (un prestigioso egiptólogo alemán) en el proyecto del joven Hollister.

 

Notas de juego

Podéis moveros libremente por la fiesta.

Si queréis recabar información tirad Llamativo (para hablar con la gente) o Cauto (para inspeccionar alrededores).

Poned la dificultad de la tirada como Normal (+0) y según el resultado os revelaré mayor o menor información (si la hay).

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10/06/2014, 17:18
Eric Arthur Blair

Holister.

Holister "tercero".

De camino del hotel, mientras avanzaba en coche, no podía imaginar la razón de ser invitado. No creo que ese tal Cornellius hubiera sido embelesado por la nueva vida de Gordon, por sus nueva prioridades (sobre todo porque, seguramente, éste no habría tenido dificultades económicas nunca), y no llegara a apreciar el cambio de paradigma que incluí en mi última novela. Al llegar, lo que me sorprendió (quizá creándome falaces expectativas, no muy halagüeñas sobre el tipo) fue no tuvieran arpidistras en el patio de entrada o quizá en sus jardines. Eso hubiera sido como para quedarse boquiabierto.

Pero dejando mi afán por ser el centro de todo en numerosas ocasiones (como ésta), me bajé del coche y las primeras impresiones ya me llegaron a mi cabeza, a través de mis ojos. Gente como yo llegaba (no tan de bajo postín), y dudaba si mi traje que tiempo atrás compré en Bristol daría "el pego" para aquella cita. Y es que el viajar a Nepal no me reportó, precisamente, remuneraciones económicas.

Tosí varias veces, y pueden creerme cuando vi a un par de tipos que se saludaban bajo aquellos pilares de entrada reaccionar ante el susto de mi fuerte tos. No dije nada, sólo levanté la mano y me disculpé. Sin embargo, el tipo que controlaba a los invitados y los hacía pasar, no dejaba de sonrerirme. No lo hacía. Era como si me conociera de antes, como si yo mismo fuera pariente del tal Cornelius (pues tampoco creo que el susodicho hubiera siquiera escuchado hablar de alguna de mis primeras obras...). Pero qué tiempos aquellos en los que uno ha de sorprenderse de lo obvio, y es que realmente lo eran: lo único que mostraba ese camarero de entrada era, educación.

Me dejé entonces llevar (noté por esta pequeña reflexión que Ravek y compañía, incluida la tos y el brazo en cabestrillo ya curado) me habían dejado tocada el alma, como si me fiara menos de todo y de todos ¿Quizá ese Sir Douglas Archer habría sido la guinda del pastel? ¿el detonante de mi inherente y ridícula obcecación acerca de las dudas? Podría ser.

─¿El señor Blake? -me preguntó tras comprobar mi nombre en una lista-.

─En efecto -le dije mientras me quitaba como una caspa imaginaria de las solapas-.

─Bienvenido al hogar del señor Hollister. Será un placer contar con su presencia, y esperemos que todo sea de su agrado.

Demasiada pomposidad. Sin embargo, esbocé una sonrisa, y entré. En poco tiempo me enteré de la presencia de una eminencia en egiptología, allí presente. Sinceramente, tenía ganas de concerle, pero antes de acercarme en concreto, decidí tantear "el terreno".

- Tiradas (1)

Notas de juego

¿Nosotros como grupo estamos juntos, es decir, nos vemos?

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10/06/2014, 23:32
David Wilson-Harris

Tras ser recibidos a nuestra llegada por una limusina (coche lujoso) me quedé entusiasmado, sin embargo este tipo de enlaces era los que iba buscando.

El sol ardía en este país con una furia nunca vista, se dejaba plasmar en nuestros trajes que corriendo empecé a sudar teniendo un pañuelo en mano para secarme la frente, cuyos sudores salían con facilidad.

Uff qué calor mis señoras, abrí la ventana dejando ver la pobreza del país junto con la superpoblación de ésta y su forma rudimentaria de subsistencia, la mayoría iban en burros u otros animales de cargas con aquellos telares, frutos y bienes en general hacia los mercados. Sus idas y venidas paralizaban el tráfico en determinadas zonas de la ciudad, agradecí que no se nos cruzasen en nuestro camino.

¡Dios mío! estos hombres siguen viviendo como hace cien años, añadí a mi público femenino sabiendo que las mujeres siempre eran curiosas de hablar de estos lugares.

Toda esta pobreza y subdesarrollo no se dejaba encajar con la mansión tan lujosa que vimos, como oasis en mitad del desierto, allí se encontraba una de las construcciones más hermosas que había visto con un numeroso grupo de empleados, por no decir esclavos o eso creí.

En cuanto salimos nos condujeron hacia la puerta, pero me ausenté por un momento diciendo que me encontraba algo mareado, di una vuelta a la casa inspeccionando por los alrededores antes de entrar...

- Tiradas (1)

Notas de juego

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10/06/2014, 23:48
Sophia Wynne

La casa es preciosa, pero no encaja con el lugar. Pero bueno, eso ya lo hacen aquellos que no tienen verdadero aprecio por lo que les rodea y en lugar de intentar mimetizarse con el entorno lo que hacen es llevar un pedazo de su tierra a un lugar extraño que no tiene nada que ver con su vida anterior.

Pero no está ahí para juzgar los gustos del señor Cornelius Hollister III, está ahí para intentar descubrir que es lo que los nazis intentan desenterrar de las entrañas del desierto. Un objeto poderoso... bien podría ser el Libro de los Muertos. Les daría una ventaja terrible.

Da su nombre nada más entrar y se pasea por esa sala de baile en la que se celebra la recepción. No se siente muy cómoda, a pesar de todos los intelectuales que hay allí. Quizá porque no siente que sea realmente una reunión de expertos para tratar temas interesantes, sino que, más bien, se trata de algún tipo de circo montando bajo la fachada de un nuevo descubrimiento y solo con el ansia del propietario de la mansión de enseñan piezas arqueológicas egipcias que deberían estar en un museo para que todos puedan verlas.

Se pasea por la sala, observando las piezas arqueológicas que adornan el lugar.

- Tiradas (1)
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12/06/2014, 02:58
Agatha von Wagner

Lo que menos me apetecía era asistir a una fiesta y aún menos si ésta se trataba del típico evento social hecho para dar bombo a hombres ricos y poderosos con ínfulas de intelectuales. Aunque tenía que reconocer que me picaba la curiosidad por escuchar al conocidísimo egiptólogo Zimmer, era una eminencia en su campo y cualquier nuevo dato, cualquier nuevo descubrimiento, con toda probabilidad que sería él el más indicado para darlo a conocer.

Una vez nos bajamos del lujoso coche que nos había llevado ante aquella fastuosa casa, intenté arreglar, sin mucho éxito, las pequeñas arrugas de mi vestido que se habían formado durante el trayecto sentada. Me acerqué, invitación en mano, hacia el hombre que las recogía observando con atención al resto de invitados que accedían a la casa. Desde luego nosotros parecíamos desentonar, a excepción de Maddie por supuesto, en aquel entorno donde las joyas, los perfumes caros y toda clase de lujos abundaban.

No conocía a nadie y tampoco tenía la intención de entablar conversaciones insustanciales con los presentes, así que me dediqué a observar tanto a la gente como las magníficas piezas que se exhibían. Desde luego el señor Hollister disponía de una colección impresionante y, poco a poco, mi atención fue centrándose más en aquellos objetos que en las personas que me rodeaban.

- Tiradas (1)
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12/06/2014, 11:01
Anne Sophie "L´Ourse" Hinault

No me gustaba tener que arreglarme, pero hice lo posible por pasar desapercibida, un vestido sencillo era lo que tenía para los eventos especiales, no era demasiado glamurosa.

Debajo del vestido, a la altura de las piernas llevaba enganchado los revolver, de tal forma que tan solo subiéndome un poco la falda estuvieran disponibles a mis manos. Me mantuve al lado de Agatha, y miré a los presentes. No estoy de acuerdo con todo esto, al final la responsabilidad del grupo recaerá sobre los que sabemos usar las armas. ¿Me incluiría ese hombre que nos mandó la misión dentro del grupo de forajidos? lo dijo con algo de desprecio. No era algo que me importara.- Será mejor que tomemos algo, parecemos raros observando a diestro y siniestro...- Dije yendo a por un par de copas y ofreciéndole una a Ágatha.- Al menos haz como que bebes.- Dije y alcé la copa disimulando para brindar, mientras sonreía falsamente, como la mayoría de toda esta gente.

- Tiradas (1)
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13/06/2014, 10:34
Helmut Zimmer

Os llama la atención el profesor Zimmer. Es un hombre ya mayor, de baja estatura, rechoncho y con unos diminutos ojos de topo que oculta tras unos también diminutos anteojos. Pese a su aspecto, se trata de alguien tan brillante como astuto. Los escasos momentos en los que abandona sus aposentos privados los pasa cerca de Cornelius. A mitad de la celebración, veis como desaparecere por la puerta de servicio, discretamente escoltado por un par de hombres, caucásicos y vestidos con gabardinas grises.

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13/06/2014, 10:46
Cornelius Hollister III

De pronto, Cornelius con alguna que otra copa de más, anuncia a todos los presentes el que llama “acontecimiento arqueológico del milenio”. Y dicho esto, os hace pasar junto a todos los invitados a la segunda estancia más interesante de la casa: un salón de juegos ocupado provisionalmente por un buen montón de parafernalia arqueológica: palas, quinqués, un buen montón de cajas...

Tras pedir disculpas por el desorden, Cornelius apaga las luces y enseña a todos una diapositiva en la que se muestran las excavaciones. Y en ese momento desvelará que está a punto de encontrar la mítica tumba de Ramsés II, en cuyo interior supuestamente se encuentran algunos de los más célebres tesoros de la egiptología.

De ser cierto, es posible que alguna de las míticas piezas por las que suspiran los miembros del Club de la Calle 57 puedan encontrarse ahí. Tras el hipócrita y falso aplauso de los allí presentes (la verdad es que más de la mitad ya sabían de qué se trataba), Cornelius refresca la cabeza de los presentes contando la historia que se conoce sobre la tumba, a través de pergaminos y otras fuentes de la época; al parecer Ramsés hizo construir su tumba allí tras haber propagado una leyenda en torno a dichas tierras, alegando que se trataba del hogar del mismísimo Anubis, y que aquel que intentara profanar su lecho sufriría el castigo que el mismísimo Dios de los Muertos aplicaría.

Cornelius comenta también que ya han encontrado la tumba y que están muy cerca de abrirla, puesto que tan solo les queda por encontrar uno de los cuatro estuches que abren la cámara mortuoria. Y justo cuando procede a mostraros uno de los estuches, un agobiado y visiblemente preocupado criado informará a Cornelius:

─¡El estuche ha desaparecido! ¡Lo han robado!.

 

Notas de juego

Rumores:

· Lo que está en boca de todos es que, según los rumores, el célebre arqueólogo alemán se encuentra tas los hallazgos encontrados en la excavación (pese a que el joven Cornelius disfruta atribuyéndose tales méritos).

· Además, al parecer, Zimmer lleva varios meses en Tebas, buscando en terrenos que Cornelius adquirió siguiendo sus recomendaciones. Los rumores aseguran que Zimmer pudiera haber dado con la auténtica tumba de Ramsés II.

· El propio Cornelius, con la lengua suelta por el champagne, será quien os confiesa que, en efecto, se trata de la tumba de Ramsés II. Sin embargo, les asegura que la excavación ha sufrido continuos retrasos derivados de las supersticiones locales con respecto a la maldición existente en torno al lugar (menciona el inquietante nombre que recibe la zona: “Arenas Muertas”).

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13/06/2014, 12:39
Sophia Wynne

Todo está estudiado en aquel lugar y lo sabe por las veces que ha ido a una expedición con su padre cuando de niña quería seguir sus pasos. Con esa falsa escenificación de todos los elementos de una excavación, observa esa nueva sala. No hay nada de interés salvo palas, cajas y desorden, pero al fin parece que el señor Cornelius va a hacer partícipe a todo el mundo de ese gran hallazgo.

¿La tumba de Ramsés II? El último Gran Faraón de la historia del Egipto Antiguo. Con fama de cruel y mujeriego y también con la fama de un gran guerrero y militar desde su juventud. Pero es imposible que sea su tumba. La encontraron en 1881 en el Valle de los Reyes.

-¿Está totalmente seguro que es la tumba de Ramsés II? Está documentado que fue encontrada en 1881. ¿Quiere decir que la tumba encontrada no era realmente la de Ramsés II?

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13/06/2014, 14:13
Anne Sophie "L´Ourse" Hinault

Uní lo que había visto con el suceso.- Mierda.- Dije en voz baja.- Creo que Zimmer tuvo mucho que ver, lo ví marcharse con mucha prisa.- A esa hora debía estar ya lejos, a saber dónde... entonces me moví hacia el ponente y le hice un gesto para que se acercara.- Zimmer llevaba mucha prisa... ¿Puede tener algo que ver él? salió momentos antes de empezar la presentación con sus guardaespaldas a toda prisa.- Esperaba que el hombre supiera algo. No había nada más horroroso que hacer el trabajo mal, fuera cuál fuera el que nos hubiera encomendado. Yo nunca fallaba en mis trabajos, y este no sería una excepción.

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14/06/2014, 10:07
Eric Arthur Blair

Tras haber visto a mis compañeros, saludarlos, y divisar aquella sala de cachivaches, me sobresaltó un poco el saber que han robado cierto estuche acerca de la investigación arqueológica sobre Ramsés...

¡Qué locura! -murmuré-, parece el mismo episodio que el de "la Máscara"... -apunté-. Ese investigador -le dije ya Anne- se lo ha tenido que llevar.

Sin embargo, antes de ir a buscar nada, preferí oir la respuesta que Sophia había realizado.

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15/06/2014, 01:51
Agatha von Wagner

No perdía ojo a Zimmer pues sentía bastante curiosidad por él y por lo que pudiera contar, por eso me extrañó tanto verle marchar, acompañado de guardaespaldas, de la fiesta. Dejé de darle importancia, e incluso lo llegué a olvidar, mientras seguía dando vueltas observando a la gente y las increíbles piezas que el señor Hollister poseía. Sólo había bebido una copa, pues el alcohol se me subía con facilidad a la cabeza, y mi mente tenía que estar a pleno rendimiento cuando llegara el momento del gran acontecimiento.

El problema vino cuando Cornelius habló del descubrimiento y, con toda la parafernalia que requería momentos tan importantes, sólo sirvió para dar a conocer que se había producido un robo. Iba a decir algo cuando vio que Anne se adelantaba, desde luego la actitud de Zimmer le hacía sospechoso a ojos de todos.

- Si, que conteste a la pregunta de la señorita Wynne porque una de las dos tumbas está claro que no es la de Ramsés II.

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15/06/2014, 09:42
David Wilson-Harris

Estaba allí junto a los demás viendo el olor de perfumes diversos, aquellas damas sabían sin lugar a dudas, echarse las colonias más exuberantes, me embriaga el olor era muy sensual. Me acerqué a diversas mujeres oliéndolas aunque parecía que quería encontrar un mejor sitio desde donde ver mejor el gran descubrimiento del Lord.

Cuando por desgracia el estuche ha desaparecido, empiezan a correr rumores, me acerco al Lord y presentándome - Me pongo a vuestra disposición Mylord para resolver el caso, sabe quién ha podido ser el autor de este hecho, sin embargo que será un competidor suyo incluso alguien cercano a su excelentísima en la misma tarea de vos. ¿Quizás alguien sospechoso en su escuadrilla de trabajo?

Lo miré viendo el porte de aquel señor, mi cara era afable y miré la hora para que viese que era miembro del club por derecho propio, después miré a Maddie estaba guapísima con ese vestido que dejaba realzar sus curvas, y esos movimientos de caderas que te hacían exclamar al cielo, junto con aquellos fibrosos músculos de una mujer acostumbrada a deportes de alto riesgo. Un hilillo de saliva recorrió mi boca pero pude pararla antes de que saliese dejándome en mal lugar, y con un aspecto bobo.

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15/06/2014, 11:55
Cornelius Hollister III

Cornelius se mostraba completamente aturdido; no había terminado de asimilar el supuesto robo que acababa de sufrir y ya estaba siendo acosado por preguntas sobre la veracidad de su historia.

─Esta... esta es la verdadera tumba de Ramses II. Los jeroglíficos lo confirman ─su tono era exasperado

Los asistentes a la fiesta se sienten tan engañados que, creyendo que todo responde a una farsa montada por Cornelius, abandonan la mansión, indignados ante lo que consideran una intorelable tomadura de pelo. Desesperado, Cornelius trata de evitar el éxodo de sus invitados, pidiendo a algunos de sus hombes que salgan en busca de Zimmer. Estos le informan que el profesor salió de la mansión hace una hora en dirección a la excavación.

Al parecer el viejo Zimmer llevaba bastante prisa y además portaba un maletín.

─Os lo agradezco ─respondió Cornelius a David ─No puedo creer que haya sido Zimmer quien robara una de las cuatro piezas, pero no hay otra posibilidad.