Partida Rol por web

Aquellos desalmados no habían dejado ni a uno sólo de los monjes con vida y la risa de aquel hombre, mientras apuñalaba al último, me había puesto los pelos de punta. Era en aquel momento que me preguntaba si no hubiera sido mucho mejor haber esperado fuera, yo era una mujer de libros no de armas, pero saber que estábamos a pocos pasos de nuestra meta y que aquellos desgraciados podían arrebatarnos lo que habíamos ido a buscar... me habían hecho actuar sin pensar.

Me coloqué detrás de mi guardaespaldas, para eso la había contratado, esperando una actuación por parte de mis compañeros. Lo único que tenía claro era que había ido a buscar la Máscara y no me iría de allí sin ella. Aguanté la respiración temiendo que el latido de mi corazón llegara a oídos de aquellos asesinos, buscando un lugar tras el cual poder protegerme cuando llegara la inevitable ráfaga de disparos.

Allí debería estar la máscara. Confieso que habia pensado en ella durante el viaje, durante el vuelo. Ni siquiera había preguntado cómo era, y no sabía si mis compañeros habrian visto la máscara en fotografía o con alguna descripción. A mi me daba igual. Una máscara. ¿Habría equivocación acerca de una máscara en los picos más altos de Nepal? Entonces, mientras veía a algunos de los acompañantes sacar las pistolas tras oir una malévola risa, pensé en Herb. Si. En él. ¿Qué querría que hiciéramos? ¿Que nos lleváramos la máscara así, tal cual? ¿arrebatárselas por la fuerza a los monjes*?

Tragué saliva y recé a quien siempre nos observaba desde el cielo que me ayudara a no toser, pese al frío de aquellas cumbres inhóspitas. Permanecí con el piolet en alto detrás de Rick y esa extraña mujer, Anne, o algo así. También escuché lo que le susurraba al "Lobo". Y ciertamente, estaba totalmente de acuerdo.

Espalda apoyada contra la pared; revolver en mano apuntando al suelo. Rick, con el pulso acelerado, observa la truculenta escena. El hombre con cara de rata le despierta una mezcla de asco y odio; basta echarle un simple vistazo para adivinar que que se trata de un loco; esa risa nerviosa es más de lo que Lobo puede soportar.

... quizá el moje aún pueda salvarse....

En una rápida decisión, Rick aferra su arma con las dos manos y la eleva a la altura de los hombros. En respuesta a las palabras de Anne, dice:

-Es ahora o nunca; cuando esos malditos suelten las palancas con las que tratan de abrir el sepulcro, cogerán de nuevo los revólveres.

En su estilo de actuar y pensar luego; Rick busca cobertura y abre fuego.

Viendo que ese tipo no tenía ni idea de lo que hacía opté por la opción más fácil en ese momento, justo antes de que abra fuego me cuelo de forma sigilosa en la habitación y me escondo en un lugar ventajoso, donde tuviera a tiro al que abría el cofre. Si todo salía bien los enemigos mirarían directamente al guardaespaldas del sombrero, y ella podría controlar que no escaparan con la máscara. O el dinero o la vida ¿Para qué sirve la vida si no va acompañada de dinero?

Me mantengo detrás de mi prometida estaba seguro que a su espalda estaba a salvo de los tiros si algún enemigo se acercase cuerpo a cuerpo si reaccionaria por lo demás si mi prometida no se giraba para darme una arma de fuego tampoco se la iba a pedir.

Instintivamente, tras escuchar el primer disparo efectuado por Rick, apreté el gatillo...

Todos entran en el templo, menos los sherpas que se quedan en la entrada de éste. ¿Esa gente no se da cuenta que es peligroso entrar en un lugar donde hay hombres armados? Son demasiado temerarios en sus pasos. El frío comienza a calar en la ropa al detener su movimiento.

Mira a los porteadores y guías un momento, preguntando con la mirada que es lo que creen que está pasando. Es una verdadera lástima que todo eso esté pasando allí. Quién diría que en ese lugar apartado suceden esas cosas. No parece haber más disparos en el interior, o al menos ella no los escucha.

El frío apremia y la inactividad no ayuda a pasar el rato... y de todas formas... ¿qué hacen ahí parados? Si alguien armado sale y no es amigo acabaran como los monjes que han muerto y ahora adornan la nieve. Da unos pasos al interior, buscando la protección de las paredes contra el frío.

Una cautelosa Sophia se introduce finalmente con pasos tímidos en el templo. Al parecer la curiosidad ha sido más fuerte que el miedo...

...Llega al corredor que precede la capilla en cuyo fondo está la efigie del buda. No puede evitar llevarse las manos a los oídos intentando mitigar el ensordecedor ruido de los disparos de sus compañeros; Maddie y Rick vacían los cargadores de sus pistolas sin piedad alguna contra, por lo que se puede deducir, son saqueadores de origen oriental. En el suelo descansas los cuerpos sin vida de los monjes.

Rick abre fuego; las balas silban por encima de las cabezas de los saqueadores.

Con una facilidad pasmosa Maddie abatió a todos y cada uno de los despiadados saqueadores orientales. Sin duda Rick la había enseñado bien, podía estar seguro de eso. Bajo ese aspecto elegante y sofisticado que la caracterizaba se escondía una mujer de armas tomar, y nunca mejor dicho.

Cuando el último de los enemigos cayó, Maddie en un alarde de imprudencia corrió hasta la máscara. Se agachó y la arrancó de la mano fría y muerta del sicario con "cara de rata" que había apuñalado al último monje. -¿Tanto esfuerzo para esto? -dijo denotando cierta desilusión. Tampoco es de extrañar, para ella contrabando de piezas arqueológicas es solo un divertido pasatiempo. No valora lo más mínimo su naturaleza como tes histórico o las leyendas que giren en torno a ellas: lo único que le interesa es el riesgo y la dificultad a la hora de conseguirlas.

Lanzó la máscara con desdén y ésta fue a parar a las manos de Ágatha -Tu dirás, ¿eres la experta no?. Por eso estás aquí, supongo...

La máscara es tal y como os la enseño Herb en sus grabados, entre bocanada y bocanada de su apestoso puro.

Más que una máscara propiamente dicha, podría decirse que es un casco, pues cubre gran parte de la nuca.

Su rostro puestra la cara de un demonio sonriente, de ojos vacíos y enormes colmillos. El material empleado en su diseño es acero en su mayoría.

Antes de que saliera observé desde detrás de la estatua. La que parecía la más señorita de todas sacó su arma y se cargó a todos los chinos. Uno se arrastraba por el suelo... caminé femenina hacia los que tenían el revolver y tomé uno de ellos para mí. Tomé el otro.- ¿Alguien quiere este?.- Yo con dos revólvers me las apañaría muy bien.- Bien hecho señora, no tiene aspecto de disparar tan bien, más bien pensaba que no había cogido un arma en su vida.- Dije intentando que sonara como un elogio sincero.

Cuando comenzaron los disparos me pegué todo lo que pude a la pared tapándome los oídos con mis manos ante aquel estruendo, cuando todo finalizó y al final me atreví a asomarme para ver qué había sucedido, mi asombro fue enorme al ver los cadáveres y a la señorita Archer con su pistola aún humeante en la mano. Aquella mujer no dejaba de sorprenderme, tan delicada, tan elegante y segura de sí misma... y tan terrible.

Me acerqué con paso cauteloso hacia donde se encontraban los cuerpos, dispuesta a recoger la máscara que era lo único que me interesaba, una vez pasado el peligro por supuesto, y, una vez más, la señorita Madeleine se adelantó. Tuve los reflejos suficientes para recoger la máscara al vuelo, ¿está loca?, ¿en qué está pensando tratando así esta antigüedad? Desde luego aquella mujer era el alma de la fiesta. Pero mi pequeño enfado duró poco al tener entre mis manos por fin lo que habíamos ido a buscar y comencé a darle vueltas fijándome en todos los detalles.

- Mmm... interesante...

Bravo cariño le dije a mi prometida esperando que ella me tomase por algo más que un ricachón, fui hacia los muertos y los examiné Anne ofrecía una pistola pero vi otra en uno de los cuerpos así que la cogí y vi si estaba cargada después la guardé y busqué más cargadores o balas.

Nunca me había visto en esta situación de registrar cuerpos de hombres muertos pero veía el panorama que se cernía a nuestro alrededor. La zona estaba desprotegida y llena de peligros, así que no tuve más opción que proveerme de armas de fuego para poder defenderme sabía que ninguno de los allí presentes había venido a protegerme, así que ya iba siendo hora de hacerlo quizás a ésto se refería Maddie cuando me habló en el avión.

Cogí la thompson, sabía que atraería a Maddie con estas cosas a fin de cuentas se notaba que le gustaba más la aventura que los lujos, así que un alarde de presentar la imagen de aventurero que ella quería sonreí a Maddie con una pierna algo flexionada al tener el pie encima de aquel ladrón mientras que la thomson la puse apoyada en mi hombro y sonreí esperando una sonrisa de mi prometida... 

Anne consigue, a base de golpes, sacarle algunas palabras al chino. Su conocimiento del idioma es precario, aunque logra entender algunas palabras antes de que muera; _____ Ravek _____encargo ____ extranjeros que no hablan el idioma.

Mientras tanto Ágatha parece estar en otro mundo. Afanosamente analiza la máscara con la ayuda de diversos artilugios que porta en una pequeño maleten, al que hasta ahora, no le habíais prestado atención. La joven erudita, tras un rato de inspección, descubre un ingenioso resorte oculto en la base del cráneo. Dicho resorte activa unas diminutas agujas impregnadas de lo que parece ser algún tipo de veneno.

Poco más queda hacer en el templo. Es hora de iniciar el descenso y volver al hotel de Katmandú donde os estará esperando Herb para entregarle la máscara...