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La máscara de la Muerte Roja

6. Sala Marrón - 2ª parte

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16/08/2013, 00:58
Director

El hedor a muerte aumentaba con el paso de las horas. Intenso, acre, nauseabundo.

La Muerte parecía cobrar un mayor significado, una mayor fuerza con cada segundo que pasaba, marcado por el incesante tic-tac del reloj. El reloj que había estado marcando cada una de las horas de aquel tormento que parecía durar una eternidad.

¿Qué quedaba de las máscaras y del aspecto pulcro y reluciente de los vestidos? ¿Dónde habían quedado la música, los sonrojos y las risas? Muerte. Todo era Muerte y Muerte iba a ser.

El reloj volvía a sonar, indicando que había pasado de nuevo otra noche de insomnio y otra mañana de desesperanza.

La sensación de que quizá aquellas campanadas eran la antesala de un desenlace final, invadía a todos los presentes, que a su vez sentían un miedo atenazador aflorar en sus corazones, que notaban sus vidas cada vez más frágiles y maleables.

A aquellas alturas a nadie le quedaba duda de que el libre albedrío era, en aquellas circunstancias, una quimera, una ilusión. De que la vida era un suspiro, despreciado e infravalorado en muchas ocasiones. Y sobre todo, habían comprendido; la Soberbia humana era un pecado terrible, y el destino podía truncar toda falsa creencia de inmunidad.

En cuanto terminaron de sonar las últimas campanadas, las almas ateridas que se encontraban en la sala marrón se miraron entre sí, tratando de recuperar la calma mientras se preguntaban si habría enfermado alguien más. Se preguntaban cuánto tardarían en ver a alguien más muriendo, cuánto tardaría en manar la sangre, cuánto tardarían en volverse a escuchar las toses de aquellos que habían sido condenados.

Y en medio de la angustia, un canto. Una multitud de voces, ¿de quiénes? No procedían del castillo, sino del exterior. Una plegaria convertida en canción, palabras lastimeras, ruegos, peticiones de absolución a Dios. Piedad. Piedad, Señor.

El pueblo, junto a las murallas del hogar de Próspero, rezaba. Aquel pueblo que había sido abandonado, dejado a su suerte, rogaba a Dios el perdón de los pecados, de todos los pecados. ¿Rezaban también por aquellos que habían decidido guarecerse para no compartir su mismo destino?

Pronto el hedor a muerte fue insoportable. La estancia comenzó a llenarse poco a poco de humo, si bien aún los que se encontraban dentro podían respirar. A través de las vidrieras, la luz marronácea temblaba bajo unas llamas mayores a las del brasero que solía dar luz a cada sala.

Rezos, humo, y aquel intenso hedor a muerte. Los habitantes de aquellas tierras desgraciadas quemaban a sus seres queridos a las puertas del castillo.

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16/08/2013, 01:37
Giuseppe

El olor a carne quemada se empezó a filtrar en la sala marrón, añadiendo un nuevo ingrediente a los sentidos de los presentes. No bastaba ya con tener el olor, el tacto, el oído, la vista y el gusto inundados de pobredumbre, desesperanza, pudrimiento y olores nauseabundos que se filtraban no sólo en los cuerpos de los, otrora felices, invitados de Próspero sino que además inundaba sus corazones y su alma....

Giuseppe escuchó las plegarias del pueblo y supo que el Altísimo, esta vez sí, debería escuchar los rezos, no sólo de los encarcelados en la fortaleza sino también de el pueblo, los hijos de Dios que rogaban por el perdón de sus pecados.

Miró a su hija y una cálida sonrisa se filtro en sus labios. Se agachó e invitó a su hija para que hiciese lo mismo.

Martina hija, acompáñame en un nuevo rezo. Recemos por nuestras almas y por las del pueblo que se agolpa en las puertas de la fortaleza.

Padre nuestro que estás en los cielo, santificado sea tu nombre....

 

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16/08/2013, 03:02
Chiara

Chiara permanece en silencio desde su vuelta de la sala naranja, sentada junto a Enzo y sin participar de las conversaciones que suceden después, hasta empezar a cabecear apoyando los codos sobre la mesa. Le resulta difícil dormir en la incomodidad de una silla, sin un lugar donde recostar la cabeza y sabiendo que en cualquier momento la muerte puede intentar llevársela de nuevo. Sin embargo, la noche pasa una vez más y con el amanecer las voces fuera del palacio empiezan a rezar. 

El olor a carne quemada inunda sus sentidos y en un primer instante, las tripas de Chiara rugen al recibirlo después de varios días prácticamente sin alimentarse. Pero enseguida la joven se da cuenta de la procedencia del olor y el hambre se torna en repugnancia. 

Después de la euforia por vivir que sentía la noche anterior, en la mañana la sensación que la embarga es el cansancio. Cansancio por no dormir en condiciones, por no alimentarse bien, por haber sufrido la enfermedad... La joven permanece bastante alicaída, sin separarse del muchacho bastardo en ningún momento.

Y de nuevo el reloj marca el paso del tiempo, el avance inexorable hasta una muerte cada vez más segura, y Chiara se estremece con su tañido, consciente más que nunca de lo que significa la Muerte Roja después de haberla vivido en su propia piel.

Su mirada se pasea taciturna por el salón, posándose de vez en cuando en alguno de los presentes durante varios segundos, hasta que en determinado momento sus ojos se abren atónitos, mostrando miedo y decepción a partes iguales. — Oh, no... — Musita la joven para sí misma mientras busca en sus bolsillos su crucifijo. Enreda la cadena de éste en su muñeca izquierda y se inclina hacia delante, apoyando la frente sus manos para rezar. — No, no, no... — Es todo lo que dice con un hilo de voz mientras una lágrima solitaria empieza a deslizarse por su mejilla.

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16/08/2013, 06:39
Fionna

Fionna se encontraba ausente de lo que sucedía a su alrededor y permanecía con una cara inexpresiva.

Al sentir el olor a quemado y ver el humo, Fionna piensa por un momento que su pueblo había incendiado el castillo y la paz de la muerte la hace pensar en que no sería una idea tan descabellada, aunque hay algo que quiebra su letargo. Por un momento sus ojos se abren como platos y más lágrimas comienzan a caer por su rostro unmóvil, junto con unas quebradizas palabras que luchan por salir - Fausto... Fausto es... El verdadero padre de Patricia - en voz queda y diminuta, estas palabras salen de su boca y sin mucho más, Fionna parece entrar en un estado de autismo total.

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16/08/2013, 12:26
Fabiano

El chambelán permanecía como el resto de días, expectante, mirando a todos los presentes.

Su mirada se detuvo unos segundos de más en Giuseppe, como estudiándolo.

-¿Seguís rezando? ¿Seguís creyendo que Dios va a escuchar vuestras palabras?

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16/08/2013, 12:39
Nicola

Nicola volvió de la sala anterior visiblemente cansado. Quizás todo el esfuerzo estaba siendo excesivo para alguien que no se encontraba en pleno uso de sus capacidades motrices, y más sumado al hambre, la sed y la desesperación. Pero el caballero no tenía demasiado buen aspecto. Se acercó despacio a la mesa y dejó las pocas hogazas de pan y manzanas que habían conseguido salvar de la sala anterior. Cogió una de ellas y se acercó a una pared, dónde se apoyó mientras la mordisqueaba con gesto pensativo. 

Después de un tiempo, al ver la actuación de Chiara, no se le pasó por alto su gesto. Desde la esquina, preguntó:

-¿Quién es? ¿Quién pensabais? 

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16/08/2013, 15:01
Giuseppe

Giuseppe miró a Fabiano con gesto de reprobación mientras de sus labios continuaban saliendo las oraciones. Cuando terminó se levanto y se acercó a Fabiano.

Sí, aún lo sigo creyendo. La fe es algo que no puede perderse, ni en los momentos de máxima esperanza. Pero por lo que veo vos la perdió y quizá hace demasiado... Y sin embargo... sin embargo vos deberíais dar gracias a Dios por continuar vivo hora tras hora, por poder seguir pudiendo respirar, aunque sea el aire fétido de esta sala. Le recomienzo rezar Fabiano, igual que se lo he recomendado a todos los presentes. Si no quiere hacerlo por su vida, hágalo por purificar su alma o rece por la vida de los aquí presentes o por la del pueblo... pero no deje su fe de lado...

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16/08/2013, 15:15
Fabiano

-No se vuestra alma, mi señor, pero la mía no necesita ser purificada, no siento que nada la haya emponzoñado. Yo no debería dar gracias a Dios por seguir vivo, debería agradecérselo a quien decidió que era absurdo hendir la espada de los guardias en mi cuerpo. Me parece que estáis recurriendo a Dios para expiar vuestro alma, pero espero que os sirva.

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16/08/2013, 15:26
Enzo

Enzo suspiró aliviado cuando vio regresar a Chiara y Nicola, entonces la muchacha se puso a su lado y sin separarse de ella, comenzó a escuchar la conversación entre Giusseppe y Fabiano, y la declaración de Fionna sobre la paternidad de Patricia. Estuvo a punto de intervenir cuando se percató de la angustia de Chiara y la miró con preocupación.

-¿Que ocurre mi señora, habéis visto algo? ¿Os encontráis mal? Decidme como puedo ayudaros, por favor.

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16/08/2013, 15:36
Chiara

Chiara alza la cabeza cuando Nicola se dirige a ella y se seca la mejilla con el dorso de la mano mientras asiente en dirección al caballero. — Así es, mi señor. Mis peores sospechas han sido confirmadas.

Despacio se levanta para encararse hacia Enzo y empieza a hablar al joven, con voz dolida. — Vos... Os habéis aprovechado de mi confianza para traicionarme, para traicionarnos a todos... Ahora lo he visto claro, sois otra de las semillas, como Patricia, sois un heraldo de la Muerte Roja. Vos... ¡Intentasteis matarme ayer! — La joven hace una pausa, luchando contra las lágrimas que pugnan por salir de sus ojos mientras mira al muchacho con ira contenida y apretando los puños, sin sentir cómo el crucifijo se le clava en la mano. — ¿Cómo pudisteis hacerlo? Yo confiaba en vos. Quería confiar en vos. Pero me temo que sólo tratabais de utilizarme para acabar con todos nosotros. Y lo peor es que ni siquiera sé si tendré fuerzas para señalaros en la asamblea...

Entonces Chiara se da la vuelta para alejarse de Enzo y habla a todos. — Si Lucrezia estaba en lo cierto, Enzo es la última de las semillas. 

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16/08/2013, 15:37
Giuseppe

Giuseppe estaba a punto de recriminar la actitud de Fabiano cuando las palabras de Chiara llegaron a sus oídos...

Chiara querida, ¿estás segura de tus acusaciones? Ten en cuenta que las votaciones están a punto de producirse... Si estás en lo cierto y Enzo es el último aliado del maligno quizá su muerte termine con el juego cruel de Satanás.

¿Qué tenéis que decir ante semejantes acusaciones maese Enzo?

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16/08/2013, 15:43
Roderigo

Mi mundo se para al ser consciente de la noticia que mi retoño me transmite. ¿Ese? ¿Ese...dramaturgo del tres al cuarto? 
Pero no era tan descabellado, pues sus andanzas y su lascivia no eran ningún secreto.

¿Fausto? ¿Cómo lo sabéis, cariño? ¿Quién lo sabía? 

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16/08/2013, 15:48
Fionna

Fionna mira aterrada a Enzo. Parecía ser un buen joven, aunque en ocasiones su actitud llamaba su atención. Creía en la palabra de Chiara, así como Chiara creía en ella y ver que había encontrado a la última semilla, le daba esperanza. Tal vez podría terminar todo y podría reunirse con su hermana Patricia.

Fionna mira a Enzo  fijamente y con una voz débil dice - Habéis conspirado contra mi familia y habéis hecho de mi dulce hermana una asesina. Con mucho dolor, aunque la señora Chiara no pueda, ten por seguro que mi voto será en vuestra contra - a medida que sus palabras siguen, su tono aumenta y a lo último se convierte en un grito histérico.

Todo lo que conocía como realidad se había desplomado en un instante y su padre permanecía ausente. Cae de rodillas en el suelo, derrotada y sin ánimo de segur luchando.

Mira a su padre cuando le pregunta y alza su cabeza despacio por un momento. Le sostiene la mirada y luego dice - Él lo sabía, padre. Y dice haber visto el mismo rostro de su mujer en los últimos momentos de Patricia. Por esto preguntó y por esto la ha reconocido. Dice que la buscó por siempre pues no sabía que había muerto por una fiebre -.

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16/08/2013, 16:18
Enzo

La expresión de Enzo torno de la preocupación a la de sorpresa ante la acusación de Chiara.

- ¿Yo? Mi señora Chiara, os equivocáis terriblemente conmigo. Yo jamás he tratado de utilizaos ni mataros os lo juro por mi alma... más aún, por el alma de mi amada madre. Si yo fuese una mala hierba,jamás me hubiera comportad como lo he hecho y hubiera tratado por todos los medios de eliminaros, no de ganarme vuestro corazón. Pero si lo que queréis es mi cabeza, mi señora, con amargura comprobaréis que habeis errado. Pues nada habréis ganado con mi muertte.

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16/08/2013, 19:51
Chiara

La mirada de Chiara se posa en Giuseppe cuando se dirige a ella. — Estoy totalmente segura, mi señor. ¿Creéis que acusaría a Enzo si sólo tuviese una pequeña duda? No. Estoy tan segura de su traición como lo estoy de vuestra pereza.

Después, se vuelve de nuevo hacia Enzo, haciendo una mueca, como si le doliese incluso mirarlo. — Estaba empezando a sentir algo por vos, ¿sabéis? — La joven se lleva una mano al rostro, ahogando un sollozo. — Oh, ¡claro que lo sabéis! Supongo que era parte de vuestros planes... Ya sabéis lo que dicen, mantén cerca a tus amigos, pero aún más a vuestros enemigos... Supongo que no esperabais que sospechase de vos si os acercabais a mí. He sido tan tonta... Me enfermáis y después sostenéis mi mano con gesto compungido, como si no hubierais sido vos el responsable de mi enfermedad... ¿Cómo iban a desconfiar de vos si os mostrabais tan gentil conmigo? Supongo que pensasteis que nunca posaría mis ojos en vos si hacíais que mis sentimientos aflorasen... Pero, llegados a este punto, o eráis vos, o era Elisabetta. Y ella habría preferido mataros a todos vosotros antes que enfermarme a mí. Al menos no me equivoqué con mis amigas, aunque eligiese a un asesino para empezar a enamorarme.

Después del discurso Chiara se queda mirando al joven con desafío en la mirada durante unos instantes, preguntándose si será capaz de seguir negándolo y le habla, con voz ahogada. — Al menos podríais tener la dignidad de reconocerlo y morir con honor.

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16/08/2013, 20:38
Fionna

Fionna posa su atención sobre los acontecimientos sucedidos entre Chiara y Enzo y mira con vergüenza. Casi como separada de la sensación de su cuerpo, comienza a moverse lentamente, recuperando el porte de noble que todos estos años había aprendido a llevar.

No entendía muy bien lo que sentía pero las palabras de Attilio le dieron claridad. Patricia era su hermana. Fionna sonríe un poco y camina lentamente hacia Elisabetta. Con un tono dulce y amable, casi irreconocible para esos días ya en ella, Fionna le dice - Mi señora, tengo malas noticias que daros. Vuestra madre quiere que le diga esto. El señor Lautone, sabiendo que el señor Enzo es el último traidor, ha dicho que él desea que Enzo sobreviva porque si no, todos estarían condenados a permanecer allí por toda la eternidad. Vuestra madre lo ha maldecido por querer que usted terminara allí con él y dice que su única esperanza de salvación es saber que vos y vuestro hijo saldrán de aquí - para por un momento.

La exhaltación de Lucrezia había sido grande y por lo tanto, el mensaje era extenso - Su madre también quería pediros perdón por ser siempre la condesa y no ser una madre. También dice que os quiere y que lamenta los momentos en que os ha hecho sentir que no era de esa manera. Lamenta haberos vendido de esa manera a Lautone, sabiendo lo que ha hecho. Como despedida, os pide que recéis por su alma y que no la olvidéis. Esa sería su absolución -.

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16/08/2013, 21:12
Enzo

Enzo le sostiene en todo momento la mirada a Chiara.

- Mi señora Chiara, sois muy cruel conmigo. Mis sentimientos hacia vos son verdaderos y no fui yo quien os enfermó. Yo puedo ser muchas cosas, un bastardo, un traidor, un mal hijo que odia a su padre... pero no soy un mentiroso. Mi corazón os pertenecía desde hace tiempo, os amé en secreto, mucho antes de que la Muerte Roja nos asediara. Estoy condenado a muerte, vos deseáis mi cabeza y tengo el suficiente honor y amor por vos, como para entregárosla de buen grado. Pero no me ofendáis con esas palabras, mi señora, pues mi mayor castigo va a ser perder la vida a manos de mi padre, no me desgarréis diciéndome que lo que mi corazón siente por vos es mentira y de que no lo sentísteis latir cuando os besé.

Enzo sólo tenía ojos y oídos para la dama, todo lo demás no le importaba.

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17/08/2013, 03:09
Chiara

En los ojos de Chiara se puede ver una duda nacer durante un instante, pero sacude la cabeza lentamente. Sabe lo que ha visto. — ¿Me estáis diciendo que reconocéis ser una de esas... Semillas, pero que no fuisteis vos quién me enfermó, sino alguno de vuestros compañeros? — Pregunta, mirando a los ojos al joven, intentando escrutar de nuevo en ellos buscando la verdad. 

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17/08/2013, 09:15
Enzo

Enzo, nuevamente le sostiene la mirada, con gesto sereno y tranquilo. "Ojala nos hubiéramos concido en otras circunstancias...ojalá"

- Mi señora Chiara, he hablado con bastante claridad. Usted no enfermó sola y desconozco por completo por que lo hizo, puede que usted confie demasiado en lo que ve, puede que fuese Patricia o puede que ya estemos todos aquejados por el mismo mal. Yo no tengo las respuestas que buscáis, lamento decepcionaros...- remarcó estas últimas palabras mirándola con intensidad desnudándo su corazón, a aquellas alturas poco importaba ya todo- no sabéis como...

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17/08/2013, 14:00
Chiara

— Por un momento pensé que tendríais el honor de confesar lo que sois. — Responde Chiara ante las palabras de Enzo, negando con la cabeza y con tono absolutamente decepcionado. — Y en ese caso, estaba dispuesta a escucharos. Pero estoy segura de lo que vi, y no os será tan fácil engatusarme de nuevo, mi señor. Sé que sois una de las semillas y que deseáis matarnos a todos para que paguemos por nuestra soberbia... No creo que podáis imaginar cómo me duele vuestra traición.

Con estas palabras la joven se aparta del muchacho y se acerca a Martina y Nicola, buscando seguridad y consuelo.