Partida Rol por web

La máscara de la Muerte Roja

6. Sala Marrón

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13/08/2013, 02:10
Director

Una sala idéntica a la anterior, excepto por el color, recibe a aquellos que han logrado huir de la sala naranja. Las pobres almas ateridas de los que aún a duras penas vivían se vieron de pronto envueltas en una luz mortecina, marronácea y apagada, que le daba a todo y a todos un aspecto devastado y corrompido. 

La sensación de pesar y cansancio que había ido apoderándose de cada uno de los presentes días atrás era ahora más intensa, y la comida, definitivamente, tenía un aspecto bastante desagradable. El vino de las copas, algo más agriado que en la anterior sala, daba un olor extraño, producto de su fermentación, a toda la sala. Y había algo más. Olía a Muerte. De manera somera y soportable, pero inconfundible. 

Aún la mayoría sentía en lo profundo de su alma el temor, cuando, reparando por primera vez en sus compañeros, se percataron de que Chiara aún se encontraba con ellos, con el mismo aspecto que había presentado justo antes de enfermar, a excepción de las manchas de color carmesí en su vestido, originadas por las salpicaduras de su propia agonía. 

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13/08/2013, 02:45
Chiara

Chiara, aún en su estado febril, hace lo correcto y señala a Patricia en la asamblea. Cuando los guardias la cogen y realizan su macabra labor, la joven se limita a rezar, con los ojos cerrados, hasta que las campanadas del reloj empiezan a resonar, provocando un escalofrío con cada uno de los repiqueteos y Chiara simplemente corre, huye sin mirar atrás, en la dirección a la que todos se dirigen.

Llega a la Sala Marrón jadeante y mira a su alrededor asustada, pero entonces se da cuenta de que hay algo que no cuadra... No siente la fiebre, ni los espasmos de la tos y la debilidad de su cuerpo ha disminuido, como si tan solo se debiese a la falta de alimento y no a la enfermedad.

De repente, Chiara se siente bien, exultante al ver que la enfermedad ha desaparecido de su cuerpo y que ha ganado esta batalla... Como si hubiese vuelto a nacer. Sus ojos se pasean por los que la rodean y sus pupilas se afilan de miedo al darse cuenta de los pocos que quedan ya. La joven da gracias a Dios por escuchar sus plegarias mientras siente la adrenalina cabalgar por sus venas y, henchida de felicidad por seguir viva, busca primero a su amiga Martina para abrazarla con fuerza. — Muchas gracias, querida, por cuidarme en mis peores momentos. — Coge las manos de la otra joven y las aprieta suavemente mientras se separa de ella, dejando un suave beso en su mejilla.

Entonces busca a Elisabetta y también la abraza, con cuidado de no aplastar su vientre. — Elisabetta, querida amiga, vuestra esperanza me dio fuerzas para enfrentarme a la muerte y salir victoriosa. Os agradezco tanto vuestro apoyo...

Cuando se separa de ella, se dirige finalmente a Enzo y se queda mirando a los ojos del joven. No podría haber sido más gentil con ella durante su enfermedad, la ha cuidado y apoyado desde su primera tos, hasta la asamblea... — Mi señor... — Comienza Chiara, sin saber muy bien cómo expresarle toda la gratitud que siente. — Yo... — La joven se pierde en sus ojos, sintiendo un escalofrío  recorrer su espalda y sin querer, su mirada se desvía a sus labios, con un instante de duda. Pero prácticamente acaba de volver de la muerte y quién sabe si alguien conseguirá salir con vida de aquí... Se siente tan viva en estos momentos... — ¿A quién le importan las apariencias ahora, cuando puedes morir en cualquier momento? — Antes de darse cuenta, Chiara se pone de puntillas y acerca muy despacio sus labios a los de Enzo, depositando un suave y casto beso sobre ellos. Cuando se separa de él, vuelve a mirarlo a los ojos. — Gracias por todo. Ojalá nos hubiésemos conocido mejor antes, fuera de este lugar.

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13/08/2013, 10:20
Giuseppe

El latir del reloj iniciaba la feroz carrera que se venía produciendo sin descanso desde hace unas horas. Ese, ahora insidioso sonido, marcaba un momento de terror y locura que les hacía avanzar con desesperación a otra sala más. Esta vez marrón, como si Satanás usase todo el espectro de colores para burlarse de ellos. Una macabra burla, sin duda...

Costaba creer que lo que empezó como un retiro voluntario, para evitar la muerte roja, se hubiese convertido en un encierro forzoso donde los más bajos instintos del ser humano: la ira, el miedo, la envidia... se mezclaban sobre un tapiz adornado con las dudas, la desesperanza, las recriminaciones y los dimes y diretes que, sin ningún atisbo probatorio, se convertían en la prueba irrefutable y necesaria para que los soldados del Senescal hiciesen acopio de su acero para cercenar la vida de alguno de los invitados de Próspero...

Satanás estaba ganando el juego y ellos no eran más que piezas sacrificables en un tablero de ajedrez, formado por salas de diversos colores.

Giuseppe, cansado y abatido se dejó caer, junto a su hija, en la sala marrón. El próximo movimiento en el tablero ya había empezado y, cada vez, quedaban menos piezas. Pero sin duda alguna, aún quedaban piezas aliadas al Maligno. Giuseppe desconocía la identidad de esas piezas pero estaba claro que alguna, aún quedaba.

Ensimismado en sus tribulaciones miró a Martina, y la asió del brazo.

Martina, hija. ¿Cómo te encuentras? Supongo que ver morir a una chica joven como tú de una forma tan atroz y brutal no debe ser plato de buen gusto... Pero te prometo que el aliado del Maligno, tarde o temprano dará la cara y las muertes aquí acaecidas no habrán sido en vano.

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13/08/2013, 15:33
Martina

Cuando Chiara le agradecio el estar junto a ella Martina no pudo hacer mas que inclinar levemente la cabeza y responderle.

-Siempre que sea necesario... Para eso estan las amigas.

Después se aparto de su lado y volvió con su padre para permanecer a su lado protegida.

-Podéis estar tranquilo padre, me encuentro bien... todo lo que puedo estar en esta situación. Pero estoy preocupada por vos... Espero que os encontréis bien.

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13/08/2013, 16:04
Giuseppe

Giuseppe estrechó afectuosamente la mano de su hija y la sonrió.

Sí Martina, estoy bien hija. Cansado del juego del Maligno pero por lo que se ve, aún nos quedan algunos de sus siervos de los que desacernos... Y cada vez somos menos... Ojalá el altísimo nos permita terminar con este juego. Rezo constantemente por ello.

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13/08/2013, 16:09
Fionna

Fionna se mantuvo al margen en las votaciones pues aunque creía en la palabra de Chiara, era su hermana quien estaba en peligro. Se sentía triste y débil y al huir, se abraza a su padre. Era todo lo que tenía y el saber que no era uno de los esbirros la tranquilizaba. Su padre no podía morir, él era todo lo que ella tenía.

Mira desconsolada la escena de Chiara y Enzo, pensando que es poco lo que les queda. Sólo se tienen a los dos y si realmente Patricia era una aliada de la muerte, no volvería.

- Padre, no me abandones, por favor. Eres todo lo que me queda. Mi madre no habla y mi hermana siente envidia de mí... Yo no... No puedo acercarme a ella -.

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13/08/2013, 19:29
Elisabetta

Abrazo a mi amiga. Aliviada al comprobar que la muerte roja no ha podido con ella. El viejo dramaturgo, Fausto, no ha tenido tanta suerte.

En esta sala todo es ás oscuro y el olor dulzón de los alimentos en descomposición, el vino agriado, todo me lleva a pensar que nunca saldremos con vida del lugar. Sin embargo, hay algo que me asusta más.

Fionna -digo soltando a mi amiga que acude a besar a Enzo -la sala negra donde se hallan todas las almas... ¿Es una sala como esta? La mesa, la comida, la luz... Creo que sin darnos cuenta nos estamos aproximando a esa sala. Quizá, quizá debiéramos ir en otra dirección. Por donde hemos venido.

 

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13/08/2013, 21:43
Enzo

Enzo salió corriendo tras Chiara cuando el reloj volvió a sonar, la siguió sin más, guardándole la retaguardia, interponiéndose entre cualquier cosa que viniera tras ella por la espalda.

Entonces fue consciente de que la salud de la joven mejoró considerablemente, la sonrisa comenzó a aflorar a los labios del bastardo.

- Chiara, mi señora Chiara, habéis sanado loado sea...- las palabras de la joven y su mirada lo hicieron enmudecer. Cuando sintió los ojos de Chiara clavados en sus labios, el también se quedó como hipnotizado admirado su perfección y su color.

Entonces Chiara besó sus labios, fue un beso casto y breve. Pero su miel inundó la boca de Enzo que por unos momentos perdió la noción del tiempo.

Gracias por todo. Ojalá nos hubiésemos conocido mejor antes, fuera de este lugar.

- Gracias a vos, mi dulce señora...- los ojos del joven seguían fijos en los labios de la muchacha- Sí... ojala nos hubiésemos conocido mejor antes...- su miel seguía en sus labios, él podía morir aquella misma noche. Su vida había sido dura, tanto cuando era un campesino como cuando pasó a ser miembro de la corte... Quería más y no sabía si habría un mañana para ambos.

Tomó la mano de Chiara con decisión y la trajo hacia sí. La abrazó contra su pecho y la besó con el corazón desbocado. Cuando consiguió detenerse la miró a los ojos y le acarició el rostro con suavidad.

- Perdonadme... no he podido contenerme... he soñado infinidad de veces con este momento, no sabéis cuanto lamento que haya ocurrido en unas circunstancias tan terribles como las que nos ocupan. 

 

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14/08/2013, 04:12
Chiara

Chiara se deja llevar, sorprendida por la intensidad con la que Enzo tira de su mano hacia él para abrazarla y la besa después, haciendo que el estómago de la joven se llene de mariposas y su corazón aletee acompasándose con el del muchacho. Durante un instante la imagen de Próspero pasa por su mente, pero la aparta rápidamente, pues no es el momento apropiado para torturarse con ella, ahora que siente con fuerza la vida recorriendo rítmicamente sus venas. 

Cuando Enzo se separa de ella, siente un ligero fastidio y ganas de volver a pegar los labios a los suyos... Pero es consciente de que muchos ojos los están mirando y un intenso rubor sube a sus mejillas, mientras la diatriba entre lo conveniente socialmente y lo que su espíritu le pide vuelve a torturarla. Baja su mirada, avergonzada durante unos instantes, para posarla sobre la mano del joven, aún entrelazada con al suya, y cuando vuelve a subirla para perderse en sus ojos, los de Chiara brillan tanto como su sonrisa. — No debéis disculparos, mi señor. — Comienza la joven, con voz tenue y cálida. — Podríamos morir esta noche, o mañana por la mañana... No debemos seguir conteniéndonos pues no hay nada peor que morir con la duda de lo que no nos atrevimos a realizar.

Con estas palabras Chiara deja sus ojos en los de Enzo todavía unos instantes más. Manteniéndose cerca del joven suspira con un cierto fastidio. Realmente hay cosas importantes que solucionar... — ¿Tenéis alguna sugerencia, mi señor? ¿A quién debería mantener vigilado? Si Lucrezia estaba en lo cierto, tan solo queda una semilla escondida entre nosotros... Quizá finalmente consigamos salir con vida de este lugar.

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14/08/2013, 09:12
Roderigo

Cruzo hasta esta sala catatónico y al borde del llanto. Se han llevado a mi hija, Patricia... Una vez en la sala sólo soy capaz de ver a Fionna, la única familia que me queda.

- Fionna, luz de mis ojos... - Digo casi pronunciando lágrimas. - Patricia... - Paso la manga por mis llorosos ojos. - No era realmente tu hermana, la... Adoptamos... - Dejo un espacio en el que respiro mejor y me alivio de librarme de la carga de la mentira. - Nunca fuimos capaces de veros igual, siempre tú brillabas más, por ser fruto de nuestro amor, pero eso no significa que la quisiéramos menos... Era mi hija, y tu hermana... Y ya no está.

Caigo sobre mis rodillas y lloro al fin. Camelia, Patricia...

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14/08/2013, 11:51
Fabiano

Cuando llegan a la carrera, el chambelán se gira, desde luego no va a echar de menos a Fausto ni mucho menos.

Pero sin embargo, se queda abrumado por el beso que intercambian Chiara y Enzo, se queda anonadado mirándolos.

-Mi señora... ¿Así pagáis al señor Próspero lo que ha hecho por vos? ¿Ni siquiera guardado luto durante una semana? Esperaba algo más de ambos, la verdad.

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14/08/2013, 11:55
Enzo

A Enzo le costó controlarse para no atraer nuevamente a Chiara hacia él, la deseaba más que nunca, deseaba volver a besarla, besar sus labios, besar su cuello... besar todo su cuerpo. Pero no podía, no en aquel momento y con tanta gente presente. 

- ¿Sugerencia?...- Tenía que volver a la realidad si jugaban bien sus cartas en aquel macabro juego puede que hubiera un futuro para ambos- En verdad mi señora que yo sólo sé que las personas que guardan silencio son las que más sospecha me despiertan, pero puede que aquellos que parezcan aliados mientan para ganaros vuestra confianza y los que más sospechas despierten sean inocentes... No quiero condicionar vuestro criterio. Hasta el momento habéis acertado en todo. Yo sólo sé que en los que más confío es en vos, en la señora Fionna y en el señor Nicolai. 

Después escuchó el comentario de Fabiano y lo miró con dureza.

El príncipe ha fallecido y no nos encontramos en circunstancias normales. ¿quien os creéis vos para juzgarnos? No tenéis ni idea de lo que hemos pasado. Y en todo caso la culpa no ha sido de mi señora Chiara ha sido mía, por no ser capaz de mantenerme alejado de ella-El bastardo aferró la mano de Chiara con fuerza pero sin presionarle demasiado para hacerle daño.

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14/08/2013, 12:14
Nicola

Allí estaban otra vez, aunque Nicola se sentía internamente más animado. A pesar del drama para Roderigo y Fionna, estaba casi totalmente seguro de que Patricia era una de las siervas de la Muerte Roja, pues confiaba en su don. Y el haber acabado con una, y la actuación de Lucrezia con otra, les dejaba sólo con una más. Sólo una más, y serían libres. Podrían acabar aquel maldito juego. 

Pero, ¿quién sería el último enemigo? Debían pensar sobre todo ello. Pero no había mucho tiempo para pensar. Tendría que recurrir a Chiara, aunque éso sería en privado. 

-Chiara, me gustaría hablar con vos en privado. 

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14/08/2013, 13:04
Chiara

Chiara se vuelve hacia Fabiano cuando se dirige a ella, frunciendo el ceño, dolida a pesar de que comprende sus palabras y sus dudas. Cuando Enzo interviene, la joven lo mira a los ojos y posa una mano suavemente sobre su brazo, para que la deje hablar a ella.

— No, mi señor Enzo, yo también sería culpable, pues os lo he permitido. — Entonces, con el gesto serio, se dirige a Fabiano. — Vos no lo comprendéis, Fabiano. Hace tan sólo una hora me sentía morir con cada minuto que pasaba... No era un pensamiento o una sospecha, era una certeza, era la Muerte Roja galopando por mis venas, aplastando mi vida bajo los cascos de su caballo. Y ahora... Me siento tan viva, necesito tanto sentirme viva. — La joven hace una pequeña pausa, tratando de explicar una sensación tan difícil y a la vez tan sencilla como haber recuperado la esperanza de vivir. — No espero que me comprendáis, mi señor, pero por favor, no me juzguéis tan a la ligera.

Luego Chiara se vuelve hacia Nicola y asiente con la cabeza en su dirección. — Por supuesto, caballero Nicola, ¿os parece correcto si nos dirigimos a la Sala Naranja y buscamos también algo de comida en mejor estado que la que encontramos aquí? 

Finalmente se gira hacia Enzo de nuevo, anticipando que no le gustará la idea de que vaya con Nicola a la otra sala. — No os preocupéis, mi señor, Nicola se basta y se sobra para protegerme si fuese necesario. Confiad en mí.

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14/08/2013, 13:27
Nicola

-De acuerdo... Aunque mucho me temo que no habrá mucha suerte con la comida. Todo tenía un aspecto horrible cuando estábamos en ésa sala-dijo Nicola, mientras empezaba a avanzar hacia la puerta, con su muleta impactando el suelo a intervalos regulares. Ya estaban cerca, muy cerca. Quizás sólo fuera necesario un sacrificio más, y todos se verían liberados de aquel macabro juego. 

Una vez en la puerta, dedicó una triste sonrisa a Martina. Su intención era darle ánimos a la joven, pero incluso él veía su energía mermada por toda la situación, el hambre y la desesperanza. Durante el trayecto, procuró no mirar a Roderigo ni Fionna. Aunque había hecho lo correcto, era consciente del sufrimiento de esa familia, y no le era un plato de buen gusto. Patricia debía morir, aunque no sabía si Roderigo llegaría a comprenderlo. 

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14/08/2013, 13:32
Director

Nicola y Chiara abandonan juntos la sala marrón, traspasando el umbral de la puerta que da hacia la sala naranja. De nuevo, algunos guardias intentan seguirlos, y sin embargo, quedan aterrorizados, frente a la única salida posible.

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14/08/2013, 13:51
Enzo

Enzo guardó silencio y asintió a Chiara cuando le dijo que deseaba ir con Nicola. No le gustaba que se aventurara a aquella sala, pero confiaba en Nicola, así que aguardó con la mirada fija en la puerta a la espera de que ambos regresaran pronto.

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15/08/2013, 21:29
Fionna

El nudo en su garganta se vuelve en una contracción que no le permite respirar. Fionna no podía creer lo que estaba sucediendo y la noticia de su padre le impresionaba. - Patricia... ¿Ella... Pero cómo? ¿Por qué? - Fionna permanece de pe, inmóvil y mirando al infinito.

No sabía qué decir o qué hacer, así que ausente, mira a todos los de la sala. - Mi madre no ha sido capaz de decirlo al otro lado - lágrimas mudas salen de su rostro mientras ella intenta incorporarse.

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15/08/2013, 23:23
Roderigo

Las lágrimas resbalan por mis mejillas al ver relatarle a Fionna la realidad sobre Patricia, su hermana. Se merece saberlo, ya no es una niña... Ojalá se lo hubiese dicho... Aunque no fuera de mi sangre, la amaba también.

Cariño, vuestra madre... - El dolor se vuelve contra mi corazón al mencionar a mi Camelia. - ... y yo no éramos capaces de concebir, así que un día que supimos de una doncella que estaba en cinta fingimos que madre estaba también. Nos quedamos con ella, como si fuera nuestra. - Doy media vuelta y respiro con alivio en parte por estar liberando una carga pesada, un secreto. - Y fue nuestra niña, nuestra rubia niña... Un día viniste tú, como si de un milagro se tratara, pero tú pesabas más. Eras sangre de mi sangre, y creo que nunca en nuestra vida hemos sido capaces de superar esa barrera, por mucho que nos pesase. Cojo a mi hija por los hombros y la miro fijamente. - Del vientre de madre o no, Patricia es... era tu hermana, mi hija, nuestra hija, y no ha podido ser una emisaria o un demonio más de la Muerte Roja. 

Beso a mi dulce niña en la mejilla y la aprieto contra mi pecho. Espero poder protegerte mejor que a ellas...Siento el peso de la derrota en mis hombros, pero me debo sobreponer para sacarla con vida de aquí.

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15/08/2013, 23:45
Enzo

Enzo estuvo a punto de ir a consolar a Fionna por la perdida de su hermana, mientras aguardaba con impaciencia el regreso de Chiara y Nicola. Pero cuando Roderigo habló a su hija, decidió permanecer en su sitio. Fionna necesitaba respuestas tanto como consuelo y eso sólo se lo podía proporcionar su padre. 

Enzo no pudo evitar mirar a su progenitor, el bastardo acudió a la corte en busca de venganza y Alfredo lo sabía, aún así le permitió permanecer en la corte, quizás para obtener el perdón de su hijo por los años de calamidades que padecieron tanto él como su madre... el caso es que el corazón del bastardo era incapaz de perdonarlo... todavía.