Partida Rol por web

La máscara de la Muerte Roja

La Sala Negra

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12/08/2013, 19:02
Juliana

Juliana escuchaba las conversaciones, sin comprender del todo qué tenía que ver la seducción con la enfermedad. Sin embargo, sí estaba de acuerdo en una cosa: Salvatore debía pagar por haber acabado con ella.

La información que llegaba del otro lado era escasa, pero parecía que al menos estaban consiguiendo identificar a esas malas hierbas.

Sin embargo, ante la información de que Patricia también era un heraldo de la muerte roja, Juliana sintió lástima por la joven Fionna. Los días pasaban lentos en esta sala y Juliana cada vez era más consciente de que, si bien esta corte le había dado muchas cosas, eran más las que le había arrebatado.

Finalmente decide dirigirse hacia Lucrezia, ahora que parecía que los ánimos se calmaban.

- Mi buena amiga, - le dice ligeramente confusa sobre el tema por el que va a preguntar - ¿podría preguntaros qué queréis decir cuando habláis de que devorasteis la carne de este hombre?

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12/08/2013, 19:17
Lucrezia

Se acercó a Juliana con gesto pesaroso y le puso una mano sobre las de ella.

- Oh, amiga. He hecho algo imperdonable, pero que por suerte ha servido para acabar con uno de los heraldos de la Muerte Roja. - Miró a Salvatore de reojo. - Tras la muerte de la condesa, vi mis manos manchadas del carmesí de la sangre y sentí un hambre atroz con la que estuve batallando durante los días que pasaron hasta ahora. Una gula inconfesable pudo conmigo, y cada vez que comía algo que pertenecía a otra persona, veía retazos de su historia, de su vida. Era confuso, pero al menos me permitía hacer hipótesis. Equivocadas, creo, en la ocasión en que tuve a bien pensar que Chiara se había aliado con el Maligno, pero imagino que menos habría sido la incertidumbre total. También sabía que mi hambre no se calmaría hasta que devorara a alguien. Literalmente, amiga. - Separó su mano de ella, avergonzada, y abrió su abanico hasta esconderse. - Batallé con esa ansia a sabiendas de que era un pecado asqueroso y atroz, pero enfermé. Esos malnacidos señalaron mi vida como la próxima para terminar, y no quería irme sin dejar a mi hija con al menos una esperanza mayor de salir. A sabiendas de las mentiras de Salvatore, y viendo ante mis ojos lo exagerado de sus maneras al pedir salvación, rogué perdón si me equivocaba, y dejé que aquella gula insoportable se desatara sobre mí y en su contra. Pero a cada bocado que tomé, enloquecida, de su carne, más claro veía cómo se había aliado con la Muerte Roja para matarnos a todos. El Señor tuvo a bien iluminarme incluso en este infierno. Incluso aunque mi alma haya quedado irremediablemente manchada, algo... algo he hecho bien para acabar mi vida.

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13/08/2013, 02:28
Director

Ante los presentes, la figura confundida y temerosa de Patricia, se materializa.

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13/08/2013, 02:29
Director

Al llegar a la sala negra y mirar alrededor, descubres que no te encuentras sola.

Todos aquellos que han perecido antes que tú, se encuentran en la misma, y una figura idéntica a la de Fionna, pero bañada por entero en carmesí, se encuentra entre ellos.

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13/08/2013, 02:35
Director

A penas han transcurrido unos instantes, cuando también aparece la figura de Fausto, el dramaturgo.

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13/08/2013, 02:36
Director

Al llegar a la sala negra y mirar alrededor, descubres que no te encuentras solo.

Todos aquellos que han perecido antes que tú, se encuentran en la misma, y una figura idéntica a la de Fionna, pero bañada por entero en carmesí, se encuentra entre ellos.

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13/08/2013, 02:38
Director

Poco a poco, aquellos que habitan la sala negra se dan cuenta de que de pronto, son capaces de percibir retazos de lo que ocurre tras las paredes de la misma.

Murmullos, susurros, pasos... Hay gente cerca, y si se concentran lo suficiente, quizá incluso podrían discernir las palabras que los que se encuentran tan próximos a ellos pronuncian.

Notas de juego

A partir de ahora, pueden tirar un dado de 20 oculto para recibir retazos de impresiones y conversaciones de entre aquellos que aún están vivos. Esto se podrá hacer una vez por cambio (Una entre lunes y jueves, y otra entre jueves y lunes) hasta el final de la partida.

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13/08/2013, 02:46
Juliana
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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13/08/2013, 09:45
Lautone

Saludó a la nueva incorporación un leve asentimiento pero sin sonrisa en sus labios. Entonces se giró hacía quien iba a ser su cuñada, Lucrezia - ¿Os estáis matando los unos a los otros por estar enfermos? - preguntó con el ceño fruncido

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13/08/2013, 09:49
Lautone
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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13/08/2013, 10:51
Lucrezia

Se apartó para dejar algo de sitio a los recién llegados con gesto de gravedad.

- Bienvenidos, joven Patricia, maese Fausto... - Dijo a modo de recibimiento, dedicándoles a ambos apenas una mirada. Lo cierto es que no confiaba en ninguno de los dos. Alargó la mano hacia Lautone indicándole que esperara un momento. - Dudo que incluso de ser así confesárais, pero, si alguno de vosotros ha sido aliado de la Muerte Roja, confesar ahora podría ser vuestra salvación. - Preguntó, directamente. No creía realmente que Fausto lo fuera, pero tampoco era santo de su devoción. Sobre Patricia, sin embargo...

Se giró hacia Lautone, a sabiendas de que probablemente no encontrara más respuesta que la ofensa de ambos, y reprimió la tentación de señalarle airadamente con el abanico.

- Mi señor conde. Temo que no habéis escuchado. Si fui contra Salvatore es porque creía que era miembro de la conspiración que ayuda a extender la peste. Y la visión que me proporcionó consumir su esencia así me lo confirmó. No he matado a nadie más.

Notas de juego

¡Muchas gracias, Lautone! Sé que soy joven aún y guapa, pero soy tu suegra más que tu cuñada xD

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13/08/2013, 14:44
Lautone

Ahora entiendo... disculpe... - dijo algo avergonzado por tanto error, se sentía fuera de lugar... muerto, entre nobles... la pesadilla echa realidad.

Notas de juego

Joder... es que soy subnormal para los temas de familia xD..... Suegra, suegra!

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13/08/2013, 17:18
Attilio

Bienvenidos a esta maldición...-Dice el bardo casi como un autómata

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13/08/2013, 19:22
Salvatore

-Estáis loca Lucrezia... -volví a mencionar con desprecio hacia la viuda cuando me acusó de nuevo. -La soledad os ha trastocado y os ha vuelto una asesina sin escrúpulos. No podéis probar nada de lo que habéis dicho, pero tranquila ya no importa nada. 

-Estaremos en este lugar por mucho tiempo... -susurré.

Me giro hacia Patricia y Fausto. -¿Qué ha ocurrido mi señora?

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13/08/2013, 19:31
Salvatore
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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13/08/2013, 20:50
Fausto

Me llevo las manos a la cabeza en cuanto recupero la conciencia. El dolor de cabeza... ¿Ya no estaba? Ahh verdad estoy muerto.

Me levanto despacio mirando a los presentes. Entonces era verdad... -Espero que la fiebre roja no me dejase marcas fuertes en el rostro.- Comente al aire pues sabia que las fiebres desfiguraban el rostro de las personas.

-Valla cuanta gente aquí. Ya que la señora Fioona no explica las cosas lo deberé hacer yo. Chiara señalo como semilla de la muerte roja a Patricia y como ella pudo ver en mi confié en ella y voté a Patricia... Por si tienen dudas Sí también convencí al servicio que la votase.  Por el contrario debido a mi pelea con Fabiano y su capacidad de cambiar el resultado de las votaciones fui envenenado con la enfermedad de la muerte roja y heme aquí.-

Miro a Patricia por un momento y algo en ella me llamaba la atención... Bueno es una de esas hierbas malas al fin y al cabo.

Miro a Juliana. -Mi señora Juliana. Os debo una disculpa. Espero que mis palabras fueran repetidas por Fioona tal como le pedí en su momento.-

Miro a Lucrezia. -Si Chiara y vos tenéis razón entonces solo queda un hijo de la muerte roja. Por cierto deberías de abandonar esa rabia. El Odio es mi pecado. Mio y solo mio.-

Camino hasta Camelia. -Mi señora Camelia...- La miro a los ojos. -Disculpad mi atrevimiento pero... ¿Vos sos la verdadera madre de Patricia?-  Y si lo es pobre mujer tener asesinos en la familia no debe ser agradable.

 

- Tiradas (1)
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13/08/2013, 21:18
Patricia

Abro los ojos y me llevo las manos al cuello de manera instintiva. Ya pasó. Por fin, ya estaba a salvo de morir entre terribles, sangrientas y dolorosas toses o de inanición; o incluso por la locura. Al fin se acabó la tortura. Respiro con gran alivio y una inmensa sonrisa se dibuja en mi rostro. Por fin paz. Pero algo ataja mi acción.

Me fijo en la carmesí figura de Fionna. "¿Es ella? ¿De verdad es ella? ¿Por qué es...? No puede ser ella... Tiene que haber otra explicación". Me hablan, me preguntan, me acusan. Me importan menos que lo que las suelas de mis zapatos pisan. Ignorándoles, voy acercándome a la figura de Fionna, extrañada.

- ¿Pequeña? Fionna, ¿puedes escucharme? ¿Estás aquí? -a la espera de una respuesta, paseo mi mirada entre los presentes en busca de alguien muy especial para mí, aunque en vida jamás me prestó la atención y el amor que requería. Espero poder pasar más tiempo ahora con madre.

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13/08/2013, 21:27
Camelia

Camelia, al escuchar las palabras de Fausto, levanta la vista, nerviosa, con los ojos humedecidos, visiblemente alterada al ver a sus dos pequeñas en aquel lugar horrendo.

— ¿Por qué decís tal cosa? ¿Qué os hace pensar que yo no soy la madre de Patricia? ¿Acaso no la he criado yo?

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13/08/2013, 21:35
Fausto

-Mi señora lamento haceros estas preguntas. Entiendo que sos su madre. Tal como apuntas la has criado. Pero acaso esa afirmación indica lo que creo. ¿Que ella es fruto de otro vientre?- Trataba de hablarle tan calmado como podía. Pero los nervios comenzaban a asaltarme. 

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14/08/2013, 04:49
Fionna

Fionna llora por la muerte de su hermana pero el comentario de Fausto la hace enojar. Lo mira con enojo y le dice - A pesar de vuestra autosuficiencia, he transmitido vuestros mensajes. Solo uno no lo he hecho pero es porque creí que sería mejor que lo escucharais directamente de la señora Juliana - la mira y con los ojos aún llorosos, vuelve al dramaturgo.

- Mi señor, siento mucho que mi duelo por la pérdida de mi hermana haya interrumpido vuestras labores de mensajería entre los muertos, conmigo como intermediaria - llora y mira cómo su hermana se le acerca. Parecía asustada y ella no quería creer que ella fuera una aliada de la muerte. 

- Estoy aquí, hermana - le sonríe débilmente y toma sus manos. La conversación con su madre, hace que ella se acerque más a su hermana y mira con temor a su madre, esperando la respuesta.