Cuando fuiste ordenado caballero, no tardaste en comenzar a vanagloriarte de ello. Eras joven y apuesto, y tus habilidades con la espada eran envidiables. No te importaba el honor, te importaba recibir parabienes y tratos de favor.
Ascendiste en tu carrera militar de una manera rápida, dado tu éxito. Eras la envidia de todo escudero, el ídolo de todo niño que desea ser un guerrero, hasta que tu orgullo fue pisoteado en batalla.
Habías bebido más vino de la cuenta y, confiado, ensillaste tu caballo. Una embestida por parte del enemigo, te hizo caer, y tu caballo perdió de igual manera el equilibrio, destrozándote la pierna.
Quedaste tullido, inservible para la lucha. Y aunque dada tu posición ahora cuentas con un lugar permanente en la Corte y puedes permitirte muchos caprichos, ansías volver a blandir una espada.
Esta escena ha sido creada para pormenorizar la historia del personaje tanto como el jugador quiera. Darle una personalidad, aficiones, ambiciones, algún secreto oscuro... Cualquier cosa que consideren oportuna es susceptible de ser introducida como parte del personaje.
A ver que cosas se me ocurren, que ahora mismo no estoy muy inspirado.
Siento la tardanza. Lo primero, Nicola ahora tiende a darse a la bebida. Está amargado por no ser capaz de volver a la batalla. Aún es capaz de blandir adecuadamente una espada, pero no puede soportar adecuadamente los rigores que toda campaña acarrea.
Aunque no hable con él, siente algo de lástima por el extranjero, mezclada con autocompasión. Ambos han sido arrancados de su lugar natural y condenados a vivir en aquella corte. No es que aquello sea una tortura, pero el verdadero hogar de Nicola siempre había sido la batalla.
Tiene algunos tratos con Giuseppe, a la espera de que un comerciante de su posición pueda encontrar soluciones que alivien y corrijan lo suficiente los efectos del desastroso accidente como para volver a combatir.
Me gusta el plan de alcoholismo por depresión ^^
En cuanto a tu relación con los demás, ¿podrías acordar con ellos esos puntos en la escena de "conversaciones secretas"?
Heraldo de la Fortaleza-"La fortaleza es un don que solo tienen aquellos que aceptan el reto de vivir"No importa cuáles sean las circunstancias, tú siempre encuentras el valor para seguir adelante. No temes, no lamentas. La vida ya te ha puesto a prueba, y has sabido salir de todas las trampas que te has encontrado por el camino. La gran fortaleza de tu espíritu, te permite vencer el miedo a la Muerte, y al paso inexorable del tiempo. Puedes volver a la sala anterior a la que te encuentras, y llevar a alguien contigo, lo que te permitirá hablar en privado con esa persona.Además, una vez por sala podrás escoger a uno de tus compañeros para protegerle de cualquier ataque o poder. Si escoges a una persona determinada, ésta no podrá ser nombrada de nuevo por ti y volverá a ser vulnerable a cualquier eventualidad al sonar las doce campanadas del mediodía.
Para confirmar, ¿estás dispuesto a ir a la sala anterior? ¿tienes intención de llevar a Lautone contigo? ¿Qué es lo que deseas buscar allí?
Yo serviré a los designios de Próspero. Si desea enviarme, iré. Lautone no me molesta, supongo... Aunque no pensaba que se me fuera a unir nadie. Allí, deseo tanto encontrar alguna vía de escape como pistas sobre lo que ha ocurrido, o si hay algún modo de plantarle cara... Éso, y comida y vino. Pero sobre todo, vino xD.
Protejo a Martina. Y, ¿puedo acompañar a Chiara a la sala?
Puedes, de hecho eres el único que puede llevarla. Depende de ti llevarla a la sala azul o no. ¿Aceptas llevarla?
¿Hay algo que quieras hacer en la sala anterior? Para incluirlo en la narración si finalmente se aventuran a ir.
¿Querrás hablar en privado con Chiara? Los demás podrán ver que están hablando, pero no podrán saber de qué.
Sospecho que es éso lo que quiere de verdad, así que no tengo ningún problema en hablar. Y busco comida y bebida, y quizás alguna pista si la hubiera.
Entonces, ¿activas tu poder para ir a la sala anterior?
Ahora ya difícil, visto lo que he visto. Algo hay que hacer. ¿Voy armado?
Hombre, podrías tener una espada, pero no está permitido matar a alguien narrativamente hablando a menos que los dos personajes estén de acuerdo.
Ya supongo, y es comprensible. Pero, ahora mismo, ella es un monstruo. Y que menos que sacar el arma y tratar de proteger a Martina y quien se apunte...
Más dudas. Con aquello de no tener miedo a la muerte y tal... ¿Cómo he encajado la escena?
Bueno, lo que has visto no deja de ser un horror, pero se podría decir que el miedo irracional es menos invalidante en tu caso.
Por mi parte, considero bastante lógico que en lugar de tener un sentimiento de huida absoluto, te pares a pensar un momento y protejas a Martina o algo así.
Tras sonar las campanadas del mediodía, intentas recomponerte, evadiendo el miedo irracional, aferrándote a tu cordura.Sin embargo, a pesar de tus intentos, notas que algo no encaja. Algo no marcha bien.
Un escalofrío recorre tu cuerpo y parece decidido a no abandonarte, y de pronto la simple tarea de respirar se vuelve costosa. Te sientes débil, y estás seguro de que si alguien tocase tu frente notaría que arde en mares de fiebre. Estás enfermo, y no puedes evitar preguntarte si la Muerte Roja también ha decidido abrazarte. No puedes evitar preguntarte qué harán los demás si se enteran y sin embargo conoces la respuesta. Sólo el abandono es lo que aguarda a cualquiera sobre el que pese la marca de la Muerte Roja.
Por ahora te sientes capaz de actuar como si símplemente te encontrases de pronto cansado. Pero, ¿empeorarás? ¿serás capaz de mantener tu ardid? Y más importante aún, ¿es este tu fin? Algo en tu interior, un presentimiento casi tangible, te dice que has sido sentenciado, y durante algunos instantes, al parpadear, eres capaz de ver tus propias manos teñidas en carmesí.
¿Los síntomas van a peor? Porque Martina no responde, y a éste paso, moriré en las votaciones sorpresivamente xD.
¿Los síntomas van a peor? Porque Martina no responde, y a éste paso, moriré en las votaciones sorpresivamente xD.