Partida Rol por web

Torcí el gesto al ver los guardianes que gastaban los goblins. Llevé el dedo índice a los labios para conminar el silencio de los compañeros y les invité a acercarse, pues quería decirles algo, en voz baja.

- Si seguimos, tendremos a esos lobos a nuestras espaldas en cuanto nos descubran. No sé qué pensáis vosotros, pero quizá deberíamos acabar con ellos ahora, a ser posible en silencio. - Entonces me dirigí a las dos mujeres. - ¿No conocéis alguna manera de dormir a estas bestias? - Esta no era la primera vez que estaba con gente que dominaba las artes de la magia. Es más, en mi ciudad natal conocí a un asaltador de casas que utilizaba un truco que sumía a los habitantes en un profundo sueño, así él podía trabajar con total tranquilidad.

El agua se sentía bien. No es que fuese agua salada trayendo consigo las emociones de un tifón, pero era mejor estar mojado que seco. Rholo sonrió para sí mismo.

En cuanto el pícaro reunió al grupo y explicó su idea, el bárbaro entrecerró los ojos y sacudió la cabeza en signo de negación.
-A menos que tuviesen algún poderoso hechizo, no debiéramos perder un segundo más aquí- susurró, intentando no elevar su voz demasiado, lanzando miradas desconfiadas hacia las bestias encadenadas. Su rostro indicaba que no le gustaba nada estar cerca de aquellos animales.

Me freno a escuchar la pregunta de Ekemon y niego con la cabeza, sabía que los magos tenían la posibilidad de dormir bestias, hasta incluso gente, pero nunca me propuse potenciar mis poderes con ese tipo de encantamiento. Y aunque lo supiera desconocía si debía ser lanzado cerca o lejos de aquellos lobos. A mi gusto era mejor continuar y no dar la alarma, mientras más discretos seamos mejor.

Por lo que, ante la propuesta de Rholo asiento enfáticamente con una pequeña chispa de esperanza en mis ojos, como esperando que el grupo tomase la misma iniciativa y continuar el camino que veníamos haciendo.

El semielfo avanzo con un cuidado que pocas veces había mostrado, intento no golpear con demasiada fuerza el agua para no hacer un ruido inecesario, después se encontraron con unos lobos, vio el gesto de Lolindir y tardo quizá un poco mas de lo normal en entenderlo, pero en cuanto lo hizo se colgó el hacha que llevaba en la mano en su espalda y pronto medio cubrió la fuente de luz con ambas manos, y continuo avanzando con el mayor sigilo y lo mas cerca del borde que podía permitirse.

Comenzó un pequeño jaleo detrás de el, pero resolvió que lo mas sensato era ignorarlo y seguir adelante.

Bien, al parecer casi todos los del grupo estaban de acuerdo con ello, los lobos no eran prioritarios, y ademas no ttenían recursos por si sufrían grandes daño. Avanzo con el escudo levantado y el gran martillo detrás del escudo, mientras intentaba persuadir a los animalitos que no les atacara.
Perito, perrito guapos, tranquilos tranquilos mientras intentaba persuadirlos echo un vistazo por si se estuvieran entreteniendo con algo de comida, temiendose lo peor, que pudiera ser alguno de los enanos que buscaban

Me encojo de hombros y hago un gesto de asentimiento ante la opinión de la mayoría, aunque no me gusta la idea de ser atacados por la retaguardia por aquellos bichos, pero habrá que contar con ello cuando llegue el momento.

Continuamos la marcha.

Vistra observa detenidamente. Parece que el hueso que están rosigando los lobos es de algún animal. También se percata que al fondo de la sala donde están encadenados los lobos, detrás de ellos, hay una fisura en la pared. 

Decididos a seguir adelante, Terrence oculta la luz tal y como Lólindir le aconseja y avanza por el pasaje principal de la cueva siguiendo el curso del arroyo. Unos metros más adelante os encontráis con otro desvío pero éste está situado al otro lado del arroyo.

La enana se habia criado en los lares de los enanos, y trabajar luz, o jugar en su caso, era algo comun, asi que sus ojos se adaptaron bien a la falta de ella.

Más adelante, siguiendo el cauce del arroyo, hay suspendido un puente de madera, a 20 pies de altura que atraviesa el arroyo de lado a lado. En mitad del puente detectas una sombra, un bulto, algo que no forma parte del puente pero está ahí.

Trato de aclarar la vista pero no logro distinguir lo que hay en el puente. Así que, despacio, le toco el brazo a Terrence y le señalo el lugar donde está aquel bulto indefinido, aunque he de suponer que es otro goblin, ya que sobresale del puente y claramente no es algo que pertenezca a la estructura. 

A su vez le hago un movimiento con mi brazo de arriba a abajo, queriéndole hacer entender que lance una de sus hachas hacia eso, no articulo palabra por temor a que "eso" descubra que estamos aquí. 

Veo (y gracias) a Lólindir haciendo gestos. Pero no sé distinguir nada en la dirección que indica. Es más, yo lo que veo es camino llano y no entiendo porqué no avanzamos. No hablo, pues aun estamos muy cerca de los perros y tampoco es plan de atraer su atención, pero de haber estado en otra situación ya habría dado una voz para que avanzasen de una vez.

Se habían detenido en silencio, a Rholo le era imposible distinguir algo adelante en ese túnel negro como la pez. Le parecía que sus compañeros se hacían señas, probablemente señalando algún peligr inminente del cual era demasiado imprudente hablar.

Llevó su mano libre a su espalda y tanteó dos harpones que llevaba amarrados, de fácil acceso por si detectaba algún animal apetitoso a su alcance. -Los trasgos son como animales- pensó mientras empuñaba una de sus armas de cacería en la mano izquierda.

Quizá, si llegaba a disinguir algún enemigo le podría dar alcance.

Al notar que Terrence no me presta atención, me dirijo hacia el thiefling y el humano, señalando un espacio vacío a unos pocos metros. Un espacio vacíoy sin nada. Pero dejando en claro que ese seria el lugar a atacar si algo se acercara.

Hecho eso comienzo a hacer unos movimientos con mis manos. Una pequeña luz color amarillo ambar con la forma de lobo aparece en mis manos, saltando dicha luz hacia el lugar señalado y posandose en el lugar comienza a hacer un ruido mezcla gruñido con aullido. Muy similar al de los animales que habiamos visto antes.

Cruzo los dedos para que haya surtido efecto y que no dispare ninguna alarma.

Ahora que la semi-elfa señala un punto concreto, y además con el apoyo de su conjuro, agudizo mi vista para intentar distinguir lo mismo que viera ella. De haber un enemigo cerca, sería buen momento para deslizarme a su espalda y acabar con él.