Partida Rol por web

Lilith miró al hombretón a los ojos y con tono decidido y profesional se dirigió a él diciendo la verdad pero retorciéndola un poco. El mediano sabía que aquella era la mejor forma de colar una mentira, envolviéndola de veracidad.

-Soy un investigador privado contratado para averiguar el paradero de...cierto...objeto. Su propietario es alguien con dinero y poder en la ciudad pero prefiere permanecer el anonimato. Los sujetos que acaban de arrestar parecen haber estado involucrados en mi investigación, asi que solicito el permiso de la guardia para interrogarlos.

-Entiendo. Bien, en primer lugar, deberia especificar a quienes busca, hoy tuvimos media docena de ingresos solo en mi turno.

Cruza los brazos, recostandose en la silla

-Sin embargo, le ahorrare la molestia, ya que en segundo termino, las investigaciones privadas me importan un bledo, aunque fuera el propio Vara Negra quien la ordena. Si no realizo la denuncia oficial a la Guardia por sus bienes perdidos, es su problema. Debera esperarse a resolverlo LUEGO que el reo sea procesado por los cargos con los que ha sido formalmente acusado.

-No estoy autorizado a darle el nombre de mi contratante pero si lo estoy a darle el suyo a ella. No me malinterprete, se que lo que le pido estás más allá de lo usual pero si que puedo darles todos mis datos y equipo si asi lo desean para que se queden mas tranquilos. Solo soy un pequeño mediano tratando de cumplir con su trabajo, como ustedes.

Permitanme esta pequeña licencia y me aseguraré de que, en la próxima recogida de fondos, la guardia cuente con la gratitud de lady W...  perdón, de mi contratante.

Lilith cayó y esperó que el hombre deduciera el nombre que habia estado a punto de escapar de su boca.

-A que clase de gratitud se refiere? +alza una ceja, bajando un poco el tono, aunque persiste en mantener los brazos cruzados.

A la de color dorado... -dijo Lilith frotandose el pulgar y el indice en un tono mas discreto

El hombreton sonrie ampliamente, apoyando los codos en el escritorio.

-Ya veo... Una hermosa gratitud... Por cierto, debo informarte que el intento de soborno a un oficial de la ciudad, se castiga con una pena de mas de 20 años de exilio y la confiscacion de todos los bienes, salvo un arma, raciones por una semana y las ropas puestas. Y tengo media docena de testigos con que probarlo. +con la mirada, indica a los guardias en la sala. Cuando vuelve la cara a ti, la sonrisa ha desaparecido, reemplazada por una mirada asesina.+ Esta vez, asumire que solo eres un imbecil que no sabe nada de las leyes locales, y te pedire te retires de inmediato. Si vuelvo a verte por aqui, por Tyr que te mandare a dormir al Pozo, para que se te quite lo gracioso... He sido claro?

-Yo no he intentado sobornarle, caballero. He intentado explicarle lo que mas le conviene a la guardia. Me ofende usted al pensar otra cosa. 

Dicho esto, Lilith tomó buena nota de la distribucion de la habitacion, hizo un remolino con su capa y salió por donde había venido cerrando la puerta tras de sí. Una vez en el tunel se detuvo y se puso a pensar. ¿Debia buscar la ayuda de Lady Whisp? Intentar un rescate era un suicidio. Guardias experimentados como aquellos no caerían bajo el influjo de su laúd.

El guardia que te llevo te espera en el pasillo. No te permite permanecer en el, simplemente te empuja con el cabo de la lanza para que te retires.

Lilith observó al guardia que lo esperaba en el pasillo. Quizas los de fueran mas manipulables...

El guardia parece competente en combate, pero no demasiado fuerte mentalmente. Un desafio a tu altura, facil si lo encaras adecuadamente. 

Creo que despues de este trato voy a dedicar mi proxima cancion a la guardia.

Dijo Lilith mientras sacaba su mandolina. Rasgo un par de notas y se puso a tocar intentando enredar al hombre en la melodia de su cancion.

No te resulta dificil fascinar al guardia. Este sigue la melodia con su cabeza y se sienta en el pasillo a escuchar...

Lith continua cantando mientras examina al guardia en busca de llaves

Sí, señor...

Magistrado... entonces esta prisión es oficial. Es una cárcel para presos comunes. ¡Qué desfachatez! ¡Tratarme como un vulgar ladrón! Ladrón... ¿Pondría Aluria el anillo robado en mis bolsillos, mientras estaba inconsciente?

Hizo caso al guardia. No tenía intención de oponerse a la autoridad.

No nos precipitemos con las conclusiones... Las sectas tienen multitud de títulos para sus priores, entre ellos magistrado. Puedo estar en alguna mazmorra inmunda de acólitos diabólicos.

En ese caso... ¿Debería intentar huír? De momento decidió seguir la corriente. El magistrado, fuese un juez o el líder de una malvada secta, algo interesante deberá de desvelar.

El guardia no tiene ninguna. Fuera de sus armas, armadura y vestidos, solo tiene un rollo de cuerda, un par de pociones y algo de dinero en un saquito.

Te llevan por el corredor. Puedes comprobar que casi todas las celdas tienen ocupantes, aunque la tuya mas que la mayoria. 

Luego de subir la escalera, que asciende en forma de espiral, te encuentras frente a una puerta de madera tachonada. Al abrirse, da a una sala cuadrangular, donde hay media docena de guardias (hombres y mujeres) junto a un hombre algo obeso tras un escritorio. Un rapido vistazo te permite comprobar que estos no son como los guardias de abajo, sino que sus prendas tienen los colores verde y dorado de los Vigilantes de la Ciudad, la Policia local. Muchas veces los habras visto patrullando el puerto. 

Sin embargo aqui no termina el viaje. Hay otras 3 puertas, dos dobles en los laterales (desde tu vision) y otra enfrente a ti. La que esta a tu derecha es algo mas ornada que las otras y por ella te conducen a una nueva sala. 

Esta es rectangular, con varios bancos escalonados en los costados, ahora vacios. En el frente hay un alto estrado. Solo hay dos guardias aqui, pero tras el estrado descansa tambien un hombre delgado, de edad madura, vestido integramente de negro. Frente a el es que te dejan de pie los guardias y se retiran. Los que estaban permanecen, con ballestas preparadas.

Al llegar tu, el hombre de negro consulta un grueso libro.

-Bramo de Turmish?+pregunta, con voz apagada

Pues nada, me muevo hasta la puerta y espero a que salga de la fascinacion tranquilamente.

Bramo fue ganando confianza según los hombres encarcelados daban paso a los uniformes de la guardia. Seguía en Aguas Profundas, y además no estaba a manos de ninguna secta.

Bramo, Bramo N...-¿Debía decir su apellido? ¿Involucrar a su familia?-...de Turmish. Correcto, señor. ¿Señoría? Quise decir Señoría, señor.

Había leído algo de leyes... de leyes mercantiles de la región de Turmish, como preparación para llevar el negocio familiar. Sin embargo, no tenía conocimientos sobre legislación criminal, ni tenía experiencia previa en tratar con un juez. Porque... ¿acaso estaba en un juicio?

Me dejaron inconsciente con un rodillo...-dejó caer, formulándolo como acusación contra Aluria-No sé qué pasó luego.

Mira otro pergamino a su derecha. Luego a Bramo.

-Reserve sus comentarios para el momento de la defensa...+indica pausadamente+ Deseo resolver esto pronto, es mi ultimo caso del dia, joven... Yendo al punto, los cargos de los que se le acusa, son desenfundar un arma de forma peligrosa, proferir amenazas, y causar heridas a una ciudadana de Aguas Profundas. Como se declara de cada una de estas imputaciones?

Cuando terminas de cantar, el guardia sale de su embobamiento. Se incorpora, sacudiendo la cabeza y mirandote. 

-Usaste un truco de bardo para aturdirme...  Eso fue un error. +gruñe, para luego gritar+ A MI, GUARDIAS!