Partida Rol por web

La Muerte de Lord Goldaming

Prólogo - La Reunión

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30/05/2012, 20:36
Director

Los carruajes cruzan la puerta que marca los límites de la mansión Hillingham. El traqueteo marca el camino que discurre recto hasta el porche. Un jardín bien cuidado se extiende a los lados y cercanos a los muretes que protegen la propiedad pueden verse dos templetes destinados para que las risas de los niños y las tranquilas tardes estivales se ocupen en divertidas excursiones.

Sin embargo hay algo melancólico, algo triste, las risas no llegan y sólo el resonar de los cascos de los caballos parece romper la quietud. El sol del atardecer se refleja en las ventanas del enorme edificio de dos plantas. El cochero dirige entonces a los caballos de modo que haciendo un giro cerrado y lento terminen por detenerse en el umbral del edificio.

La propiedad Hillingham se encuentra en las afueras, a unos veinte kilómetros de la Torre de Londres. La propiedad más cercana, el psiquiátrico de Carfax, se encuentra a un buen rato de marcha y por ello el lugar se encuentra bastante aislado.

Cuatro estatuas permanecen como centinelas al tiempo que un grupo de sirvientes espera, como cortados por el mismo patrón a que los viajeros bajen. Un hombre joven y encorvado permanece junto a otro más mayor que porta un impoluto traje de mayordomo. El joven se acerca al carruaje y abre la puerta. Mientras bajáis se presenta.

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30/05/2012, 20:39
Weatherbee

Buenas tardes, mi nombre es Weatherbee – dice – Seré su asistente personal.

El señor Seward comentó que eran grandes amigos suyos y que debíamos tratarles con especial atención. Es un placer. Quiero presentarles al mayordomo, - y os indica al hombre mayor - El Señor Dawes les enseñará sus habitaciones.

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30/05/2012, 20:46
Sr. Dawes

Dawes hace una inclinacion de bienvenida y dando dos palmadas un par de sirvientes comienzan a descargar vuestro equipaje.

Sean bienvenidos a la casa Hillingham.

El mayordomo os acompaña al segundo piso donde os acomodais en vuestras habitaciones. Hemos dispuesto todo segun las órdenes del Dr Seward y se nos ha pedido que les proporcionemos la mayor privacidad y libertad de movimientos posible. No esperamos al doctor hasta dentro de dos horas.

Mientras habla se mueve por la casa como un bailarín que conoce todos los rincones del escenario. Esquiva los bellos y cuidados muebles y los adornos con naturalidad.

Hemos preparado el saloncito de abajo donde pueden bajar para reunirse si así lo desean o pueden permanecer en sus cuartos. Serviremos un pequeño aperitivo dentro de media hora. Les recomiendo que aprovechen para refrescarse y descansar del viaje.

Mientras Dawes termina de decir esto los sirvientes terminan de acomodar vuestras pertenencias en las diferentes habitaciones y con una reverencia se despide dejandoos libres para explorar vuestros cuartos, ordenar el equipaje, refrescaros del viaje y reuniros en la salita de invitados de la planta baja.

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30/05/2012, 20:51
Director

En el carruaje los diferentes viajeros, cansados quizá, nerviosos talvez, apenas han pasado de saludos formales, dubitativos de que su destino sea el mismo. Ahora que está claro que todos se venían al mismo sitio es el momento de las presentaciones.

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30/05/2012, 22:32
Doctor John Moore

El viaje habia sido un tanto cansador. Sobretodo para sus riñones. Tanto traqueteo de carruaje y de camino rupestre, habian dejado la espalda del Doctor Jhon Moore bastante adolorida. Sin embargo, con la mejor de sus sonrisas, despidio al cortez Sr. Dawes y al fin quedo solo en la habitacion que le habian designado. Metio los dedos pulgares en los pequeños bolsillos de su chaleco...

Nada mal

Luego y aun parado en la entrada de la habitacion, con su equipaje a sus pies, encendio su vieja pipa de nogal irlandes y dio una primeras chupadas al tabaco achocolatado.

En media hora se servira un aperitivo. Tiempo mas que suficiente para mudar mis ropas y tomar un baño.

El Doctor, desarmo su equipaje y lo acomodo casi obsesivamente en sus dobleces, en la comoda de la habitacion, dejando fuera la muda de ropa que iba a usar y una bata blanca de tela toalla con sus iniciales.

Aprovecho la ducha para analisar que sentia en ese momento y se decidio por un sentimiento que hacia tiempo no hacia presencia en su cotidiana vida: Ansiedad. Sonrio y comenzo a cantar algo de Carusso.

Que sera de la vida de Seward? La nota de contenido ominoso no hace mas que alimentar esta ansiedad. Por supuesto que mi ayuda no tardara en llegarle como fue reclamada, eso, en honor a nuestros años de estudios y a una amistad antigua. Como sea, no deja de ser misterioso todo este suceso y me temo que hay ciertos tonos de paranoia en sus frases. No llego a discernir cuales puedan ser las causas de ese desasosiego. Veamos, pronto lo sabre ¿a que tanta ansiedad?

Volvio a sonreir y ya vestido dio sus ultimos retoques a su pelo con gomina.

Luego, perfectamente vestido y acicalado, fumando su segunda pipa, bajo al saloncito.

 

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31/05/2012, 14:42
Almirante Mark Happel

Mientras el carruaje traqueteaba por los caminos de la campiña, el almirante Happel observaba el paisaje con aire melancólico. Él era un hombre de mar y le gustaba de la visión de la costa, el sonido de las olas y el ruido de las gaviotas. Pero había aceptado viajar hasta la casa de su amigo Seward debido al asunto que les ocupaba. Una vez en la mansión y en su respectiva habitación, aprovechó para lavarse la cara y las manos. Su maleta descansaba en la gran cama y después de refrescarse se dedicó, con su habitual disciplina militar, a sacar, ordenar y colocar sus prendas de ropa.

Una vez todo estuvo dispuesto tal y como quería, suspiró satisfecho y se encaminó a la salita de invitados. Un buen brandy le ayudaría a recuperarse del viaje.

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31/05/2012, 16:13
Elizabeth Ashford

Las ruedas del carruaje giraban de manera taciturna tras un largo viaje como si el paisaje melancolico las hubiese contaminado y enfermado hasta quitarle todo brio, toda fuerza posible al igual que habia hecho con Elizabeth; su malestar comenzo en cuanto subio a su carruaje e intercambio los primeros saludos, el viaje habia acontecido sin nada en particular que recalcar siendo casi (casi) tan aburrido como los mejores funerales a los cuales habia asistido 

"Soy una señorita de clase..de sociedad, no meresco este trato tan mezquino por parte de Seward" -penso mientras los escasos recuerdos del doctor llegaban a su mente; Quizas la melancolica atmosfera que apesumbraba a todos los presentes tendria algo que ver con los desvarios de la carta de Seward, sin embargo el era un amigo y como tan debia ayudarsele siempre que fuese posible.

El dulce balanceo del carruaje ceso justo a tiempo para poder mantener las composturas y evitar el soporifero sueño que la amenzaba hace mas de media hora atras, su equipaje fue bajado y llevado a su cuarto junto a ella sin apenas notar a ninguno de sus acompañantes; si querian conocerla tendrian que esforzarse.

Se despidio afectuosamente del Sr. Dawes y Weatherbee en cuanto estos la dejaron poder pasear libre en su cuarto y se dedico a desempacar sus vestidos y otros enceres.

Esto es justo lo que me esperaba de Seward -dijo mientras posaba sus manos en los delicados muebles sopesando cada curva, cada sacado y decoracion

Tras deleitarse un poco con la belleza del amueblado y su propia belleza ante el espejo, se retoco el cabello  para "estar presentable" para sus compañeros, habia llegado la hora de conocer gente nueva y ella queria brillar en el saloncito comun.

"La primera impresion no se olvida"- murmuro a penas audible tras cerrar la puerta y dirijirse a la salita de invitados

Notas de juego

veamos si ahora se plasma..que el primero no quedo registrado u.u

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31/05/2012, 18:24
Vivian Atwater

El viaje había sido largo y extenuante.

Vivian se encontraba cazando, una de sus aficiones favoritas, en el Parque Nacional de Kruger, la reserva más grande de Sudáfrica, cuando le llegó la misiva de su querido amigo Seward. No podía dejar de lado aquella petición de ayuda y le preocupó el carácter de desasosiego e inquietud que transmitían las palabras de aquella carta.

Por ello abordó un arduo viaje desde casi la frontera de Mozambique, al noroeste de Sudáfrica, hasta el puerto de Ciudad del Cabo, cruzando el extenso país africano para desde allí embarcarse rumbo a Inglaterra recorriendo todo el litoral occidental del continente hasta las costas españolas y desembarcar en el puerto de Gibraltar, colonia inglesa. Allí tuvo que esperar casi una semana a que saliese un barco a sus añoradas tierras que se le hizo eterna, pues el tiempo apremiaba y no quería llegar tarde a la cita. 

 Llegó al puerto de Plymouth un día antes de la fecha que la carta mencionaba y le dio el tiempo justo a llegar a su cottage, a las afueras de Londres, unas horas antes de que el carruaje se presentase para llevarla a la mansión Hillingham. Sólo dispuso del tiempo necesario para asearse superficialmente, preparar un pequeño equipaje y cambiarse de ropa.

El camino a la mansión fue soporífero y prácticamente no habló casi nada con sus acompañantes.

Ahora en la habitación que le habían proporcionado se encontraba dándose un relajante baño. -Aprovecharé al  máximo el tiempo del que dispongo para descansar, porque no sé lo que nos deparará esta velada-.

Una vez vestida de una forma elegante pero cómoda y sobretodo recuperada, se decidió a bajar a la salita de invitados con ganas de descubrir porqué había sido requerida con esa premura.

Bajando las magníficas escaleras de distribución imperial que llevaban a la planta baja percibió un desagradable olor a tabaco. No lo soportaba, además no iba muy bien con el deporte, que frecuentaba habitualmente. Entró a la salita y el olor se acentuó, allí se encontraban dos caballeros, uno de ellos fumando y una mujer de aspecto atractivo.

- Buenas tardes, mi nombre es Vivian, soy una antigua amiga de nuestro común conocido Sr. Seward-. Dijo extendiendo la mano a los presentes; y dirigiéndose en particular al caballero que se disponía a dar una nueva calada a su pipa le preguntó.- Discúlpeme, ¿podría usted apagar la pipa?, si estuviésemos en un lugar al aire libre no le molestaría con mi manía pero aquí dentro me ahogo.

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31/05/2012, 19:00
Lord Winston Charlton

Me bajo del carruaje y me dejo guiar por la servidumbre hasta mi habitación. El viaje no había sido especialmente cómodo y el carruaje iba demasiado abarrotado para lo que estoy acostumbrado. Por si eso fuera poco sólo había podido traer 2 de mis 4 baules debido al mismo problema de transporte.

Despido a los sirvientes con la mano. Doy una vuelta por la habitación, me detengo en la ventana y contemplo el jardín mientras toco las cortinas para sentir su calidad. Después me aseo con tranquilidad y me visto con una ropa más formal, sobretodo los zapatos, que tenía puestos unos cómodos de viaje. Estos negros brillantes se ajustan más al traje de color gris oscuro.

Bajo las escaleras con mi pipa en la mano y la otra mano, tras consultar mi reloj de bolsillo, la pongo detrás en mi espalda con el codo flexionado.

Llego justo cuando una señorita, posiblemente feminista, se presenta muy pintorescamente.

- Señores, señoras- inclino la cabeza medio dedo- un placer- me siento en un sillón mientras me enciendo la pipa de gran aroma cubano- y por si alguien me pregunta. La respuesta es NO. No pienso apagarla. Fumo en la Cámara de los Lores, dificilmente una señorita podría hacerme cambiar mis hábitos por sus tontas manias- Cojo algo de lectura que haya cerca para leer.

 

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31/05/2012, 21:06
Lady Lilian Miles

El viaje entero fue aburrido para ella, a decir verdad la misma carta que habia recibido no le daba razones suficientes como para realizar este viaje.-A cualquiera, atleta o no, le pueden pasar accidentes.- Quiza tenia un pensamiento demasiado inocente de la situacion, sin embargo era una posibilidad bastante aceptable el hecho de que Seward simplemente este exajerando un poco.

Sin embargo no era costumbre suya rechazar la peticion que tan repentinamente un buen amigo le hiciera, asi que finalmente el viaje llego a su fin.Bajo tranquilamente y siguio las indicaciones de los sirvientes para encontrar su habitacion, dejo sus cosas y se encamino directamente hacia el lugar donde se debia reunir con los demas.Y apenas llegar, se encuentra con la sarcasticamente educada respuesta de un hombre ante la peticion de una dama -No creo que necesite cambiar sus habitos, sino que reprimirlos por unos minutos por respeto a los pulmones de los demas.O acaso es eso una tarea muy dificil para usted, señor?.- Su voz era calmada pero afilada, no hablaba muy bien de aquel hombre el gesto que acababa de tener -Los hombres y su vicio, que patetico.- Penso para si misma, mientras sonreia hacia los demas presentes para saludarlos -Mi nombre es Lilian Miles, tambien soy una antigua amiga de Seward.-

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01/06/2012, 00:22
Doctor John Moore

Hummm... aparentemente mucha gente aqui sabe mucho mas que yo de medicina... No tenia idea que el tabaco perjudicara a los pulmones*... Supongo que se trataran de superticiones sin sentidos, o tal vez la señorita en cuestion tenga alguna especie de fobia al humo de tabaco.... Interesante por cierto. Otra señortita de las presentes se ha quejado... que interesante por cierto. Es muy posible que se trate de un sintoma de Histeria, tan comun en estos dias. Por cierto, creo que el Doctor Freud mencionaba algo en sus Tres Ensayos para una Teoria Sexual, cierta señorita aquejada de Tusis Nervosa, se quejaba del uno del cigarro de su amado, claro que lo interesante era que mostraba los sintomas solo cuando el tabaco fumado era de la marca que fumaba su fallecido padre... Interesante, verdaderamente interesante

Señoras, señores, permitan presentarme apagando mi pipa lentamente Soy el Doctor en Psiquiatria y Cirujano Jhon Moore, antiguo compañero de nuestro amigo comun dirigiendome a las señoritas Señoritas, permitanme decirles que el tabaco en nada esta probado cientificamente sea perjudicial a la salud de quienes no fuman. Sin embargo, es posible que incida en tumores de maxilar, en caso de lesiones en la boca y de aquellos que fuman. Pero claro que no esta probado aun sonriendoles bondadosamente a ambas mujeres Sin embargo, entiendo vuestras necesidades, tal vez el humo del tabaco opacaria en algo vuestros deliciosos perfumes que tanto deben haberos costaros

Mujeres.

Me siento en uno de los sillones cruzando las piernas y terminando de limpiar la pipa.

Notas de juego

*Me temo que debe haber un anacronismo ya que la incidencia de malignidad del tabaco en la salud recien se estudio en 1945 y la incidencia de malignidad en los fumadores pasivos recien en 1990.

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01/06/2012, 01:50
Dr. Leif Klassen

El viaje desde Brasov, al sur de Rumanía había sido largo y muy duro, pero el material recopilado era excelente, con un poco de suerte un libro con las tradiciones ganaderas de la zona no se haría esperar, ya veía el título “cría de bueyes a sur de Brasov”, apasionante sin duda.

La carta del Dr. Seward llego justo cuando estaba llegando a mi casa en Estocolmo y a sabiendas de que el doctor no requeriría mi presencia si no fuese un con un motivo bien justificado, decidí escuchar su llamada y dirigirme a su mansión.

Al menos no tendré que hacer el equipaje -pensé aproveche el que el equipaje ya estaba hecho y salí directamente hacia donde la cita indicaba.

Pese al frío y el temporal de lluvia que azotó al barco, este se comporto como un caballero y llegó puntual como un reloj suizo.  El viaje se me hizo corto ya que estaba enfrascado con las anotaciones y apuntes recopilados, por lo que el viaje en carruaje pasó en un parpadeo. A decir verdad casi ni me percate de que tenia compañía, ya que todos fueron bastante silenciosos, excelente con un poco de suerte me dejarán trabajar tranquilo en este interesante libro.
La llegada a la mansión fue muy cordial, aproveche para asearme un poco y repasar unas notas antes de bajar y ver la extraña discusión en la que se enfrascaban los demás invitados. Humos y tabaco nada menos, que infantil, en fin espero que el anfitrión sea el que decida las normas de su casa.
-Encantado de conocerlos, damas y caballeros, mi nombre es Leif Klassen profesor de Historia y Antropología de la Europa Oriental de la Universidad de Estocolmo. Espero que podamos llevar una convivencia tranquila - digo mientras tomo asiento y pido algo de café, o té en su defecto, a los sirvientes.

Notas de juego

Edito para añadir las cursivas a los pensamientos y comentarios y terminar una frase que me dejé a mitad.

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01/06/2012, 05:43
Baronesa Ilse Dumitrache

Perdida entre las páginas de un libro, o bien absorta entre recuerdos e ideas, las pocas palabras que intercambió a lo largo del viaje fueron mera cortesía. La mayoría de los nombres de sus compañeros de viaje le resultaban conocidos, aunque sólo de oídas, porque hasta ese día, nunca antes les había visto.

Cuando el carruaje se detuvo fue la última en descender de éste, se había presentado únicamente con su nombre y apellido, omitiendo el título que les precedía, cuando llegara el tiempo de las presentaciones formales lo utilizaría, de momento prefería prescindir de éste.

-Buenas tardes, Weatherbee –respondió al hombre que le tendía la mano al momento de bajar-. Señor Dawes –saludó al segundo con una ligera inclinación de cabeza.

Su cadera se había resentido con el viaje, algo que cualquiera que la conociera relativamente bien podría apreciar que se apoyaba más de lo usual en su bastón; por lo mismo saber que disponía de a lo menos un par de horas para reponerse fue una noticia más que bien recibida. Guiada por el mayordomo, llegó hasta su cuarto, el cual contaba con todo lo que necesitaba. Esbozó una sonrisa, pese a que la ocasión no invitase a ello, su anfitrión, como siempre, había demostrado lo bien que la conocía.

Casi una hora después se reunió con el resto de asistentes, fue la última en llegar y aunque aún cojeaba bastante más de lo normal, se la veía bastante descansada, por no decir renovada. La baronesa era una mujer de edad madura e incierta; diríase que cuenta con cuarenta y pocos o treinta y muchos, pero lo cierto es que muy bien llevados. Es una mujer guapa, elegante, de modales finos y educados. No es particularmente bella, pero resulta atractiva, sobre todo intelectualmente. De hablar pausado, calmo, rara vez alza la voz ni mucho menos pierde los papeles; su voz grave y aterciopelada, unida a su indudable intelecto, diríase que constituyen el mayor de su atractivo.

-Buenas noches –se la oyó decir interrumpiendo la singular discusión que sostenían algunos, al tiempo que su profunda mirada se posaba, uno a uno, sobre el rostro de los presentes. Vestía de modo elegante, pero al mismo tiempo discreta-, disculpen  el retraso, ha sido un largo viaje y el cansancio me ha vencido.

Realizó una breve pausa, estudiando la reacción de los oyentes.

-Soy la baronesa Ilse Dumitrache, pese a las peculiares circunstancias que, entiendo, nos han reunido aquí, es un placer conocerlos –su saludo fue para todos, salvo para uno, el Dr. Leif Klassen, ya que a éste se acercó y le saludó con la familiaridad que otorgan los años de conocerse-. Doctor, diría que es una agradable sorpresa, pero mentiría al hacerlo, estaba segura de que me lo encontraría aquí y me complace comprobar que no me equivoqué.

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01/06/2012, 07:25
Lady Lilian Miles

Suspiro con un gesto frustrado, miro a ambos hombres que estaban fumando, y les sonrio -No tenia idea de que se necesitaba un estudio cientifico para demostrar que el humo del tabaco que ustedes fuman es molesto para aquellos que no estan acostumbrados a el, es mas, no tengo idea de si perjudicara mi salud pero si se que me causa una molestia en mi ser en este momento.Les hicieron una simple peticion educada, no les hara menos hombres dejar de fumar por unos minutos.- Contesto severa, pero calmada, era interesante ver que excusas podria armar un hombre por el solo hecho de no dejar de fumar unos segundos.

Continuaban llegando personas al lugar, y con cada presentacion ella contestaba con una calida sonrisa.

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01/06/2012, 10:16
Vivian Atwater

- Gracias por su apoyo Lady Lilian. Le dijo sinceramente y dirigiéndose a los demás mostrando una sonrisa para calmar el ambiente soltó. - No pretendía crear esta discusión, ni sabía que el tabaco es perjudicial, lo que ocurre, es que simplemente me produce ahogo, no puedo respirar bien.

- Ya sé que en la Cámara de los Lores se fuma, y también se que las mujeres no podemos entrar, pero no se preocupe que allí no entraría ni pudiendo. Era una petición, pero si tanto les agrede a su orgullo varonil no hay problema, abro una ventana.

Se encaminó hacia la ventana más cercana abriéndola de par en par. Una brisa de aire fresco entró limpiando ligeramente el ambiente.

Notas de juego

En 1904 ya existían las sufragistas, mujeres que luchaban  por sus derechos y que no iban a dejarse pisoteara por los hombres. Estamos en una época de cambio en la sociedad.

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01/06/2012, 12:33
Dr. Leif Klassen

-Mi querida baronesa, es un placer esperado verla aquí y siento que el resto de invitados no trate a una persona de su estatus y valía de la manera adecuada- le hago saber mientras me levanto para ceder mi asiento a la baronesa y haciéndole una reverencia formal.
-Por favor señoritas, sin ánimo de ofenderlas, les ruego que dejen de hostigar a Lord Winston y al dr. Moore, ya que puede que no estén considerando que su medico puede haberle recetado fumar de manera habitual. Es bueno para los males de garganta. Si les molesta el humo, les recomiendo sencillamente tomen los asientos mas alejados de él -mientras voy hasta dichos asientos y hago una invitación formal a ambas con gesto caballeroso y una leve reverencia. -Confío en que así estemos todos a gusto y podamos charlar de manera tranquila de temas más importantes como las sospechas de nuestro amigo el doctor – digo con voz suave y tranquila.

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01/06/2012, 12:54
Doctor John Moore

Si, sin dudas la Señorita Vivian esta aquejada de una Histeria Pertinaz, ahora que ha hecho referencia al componente masculino creo que ha dicho algo como... "orgullo varonil"... Ajummm... Sacando un pequeño anotador y un fino lapiz ¿Porque alguien mostraria ahogo y no podria respirar ante el humo del tabaco?, ¿tal vez es un componente infantil agresivo?, es muy posible ya que "No pretendía crear esta discusión" refiere a que ella supone que estamos discutiendo cuando en realidad estamos intercambiando ideas. Su fobia al tabaco es tan inmediata que la Sujeto se ve impelida a pasar a la accion rapidamente abriendo unas ventanas para evitar que el el objeto fobigeno cumpla su cometido, por otra parte su mencion a la Camara de los Lores, es una clara alusion a la Ley y con ella al Padre. Esa mencion pone en evidencia una rebeldia manisfiesta hacia el Padre y el tierno agradecimiento a Lady Lilian ha mostrado su parte femenina. Sin dudas, estar con esta mujer en algun lugar cerrado, bajo presion de algun tipo seria algo realmente interesante.

Notas de juego

En 1904 ya existían las sufragistas, mujeres que luchaban  por sus derechos y que no iban a dejarse pisoteara por los hombres. Estamos en una época de cambio en la sociedad.

Movimientos insipientes que obtenian mas burlas que respeto. Vease el primer film de la epoca "Viaje a la Luna". Muy ilustrativo de la posicion de la mujer en la epoca.

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01/06/2012, 18:21
Lord Winston Charlton

Levanto la vista de mi lectura cuando abren la ventana, al final las mujeres acaban haciendo cosas de mujeres. Casi me dan ganas de sonreir incluso. Casi. Pero más gracia me hace los comentarios del profesor. Dejo a un lado mi lectura y pongo un brazo por encima del cabezal del sillón mientras la otra mano sostiene la pipa en mis labios. La despego unos instantes para hablar.

- Y dígame Profesor de Historia y Antropología de la Europa Oriental de la Universidad de Estocolmo- digo todo el titulo ya que parece bastante orgulloso de él- ¿Que es para usted un saludo apropiado para la baronesa?, ¿que nos levantemos todos y hagamos reverencias como si acabara de entrar la reina de inglaterra?- era una pregunta que no esperaba respuesta ya que continuo.

- En cuanto a sentirme hostigado, mi respuesta, aunque repetitiva en estos últimos minutos, sigue siendo "No"- sigo fumando- Y otra cosa, me reservo a decir mi nombre, una vez sepa que hago aquí exactamente, le ruego no me despoje de ese privilegio.

Notas de juego

Doctor Jhon buenísmo el Post, muy bien todos, esto va a ser muy apasionante xD

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01/06/2012, 21:45
Sr. Dawes

El mayordomo entró esperando que terminasen de hablar entre ellos y cuando hubo una pausa en la conversación intervino con tacto.

Tenemos una salita especialmente preparada para fumar. Lord Goldaming era muy aficionado a ello. Si quieren se la puedo enseñar. Y aquel que lo desee puede tomar allí el aperitivo.

Dawes esperó las manifestaciones de los invitados, dirigiendo a quien quisiese a la salita de fumar. Entre tanto tres camareras trajeron té, café, pastas y pequeños bollitos rellenos de mermelada, leche y azucar para quien quisiese disminuir la fuerza de las infusiones o endulzarlas.

Serviremos la cena dentro de una hora aproximadamente, cuando llegue el Doctor Seward.

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01/06/2012, 21:53
Director

La tarde languidecía despacio y poco a poco el grupo de desconocidos tomaba familiaridad unos con otros. El inicio no había sido de lo más agradable. De hecho el ambiente se había enrarecido a raíz de la extraña discusión sobre el tabaco y aunque el aperitivo ayudaba a mitigar el enfrentamiento anterior más de alguno se preguntaba si aquella casa no sería un faro de infortunio.

La mención de los gustos de Lord Goldaming por parte de Dawes dejaba entrever que posiblemente habría sido el dueño antes de su muerte, o eso o una visita tan frecuente que habían modificado las habitaciones para acomodarse a su gusto. Cómo y porqué la casa era ahora propiedad del Doctor Seward era un detalle que intrigaba a alguno de los invitados.

La salita donde se sirvió el aperitivo tenía estatuas con motivos griegos seleccionadas con bastante buen gusto. Asimismo, varios tapices ornamentaban las paredes con bellos motivos. Eran un prodigio de destreza y encanto.

La salita de fumar estaba a su vez decorada con armas de caza que colgaban de numerosas paredes y de cabezas de animales de todas las especies. Todo lo que se cazaba, corriese, nadase o volase estaba representada. En la habitación además había tres sillones estratégicamente colocados alejados unos de otros para poder fumar sin molestar. A parte había una gran ventana que Dawes se apresuró a abrir. Quien decidió tomar el aperitivo en la salita de fumar descubrió que ponían unas pequeñas mesitas para que tuvisen la comida a mano.

En ambas habitaciones había varios periódicos para distraer por si decaían los temas de conversación. El tiempo, inexorable discurría y llegó finalmente la hora de la cena.

Seward todavía no había llegado.