Partida Rol por web

Gogri observó lo que se les venía encima y sus piernas se hicieron de madera de golpe, ancladas a la tierra incapaces de reaccionar. Los brazos, recogidos en posición defensiva, daban para aparentar una cierta disposición al combate, pero en realidad los dientes castañeteaban y se sentía, en fin, incapaz de aportar nada más que una mirada perdida.

Me había fijado bien y había visto aquella criatura gigantesca y enorme preparada para atacar a Nuestro pobre compañero, no se lo que me freno*, pero no fui capaz de decir nada y solo pude reaccionar cuando Kurdrim grito a pleno pulmón la orden de Avance. Sino, lo hubiera echo yo, pero no sabia cuando hubiera sido esa ya que me había quedado medio parado por la visión.
De repente algo apareció y ataco al Tabernero sin compasión,Me dejo petrificado, un miedo irracional me volvió a paralizar y me quede quieto sin poder moverme ni articular palabra.
Urgrim por su parte le paso al contrario, se escurrió cual rata de alcantarilla mientras mis compañeros avanzaban.

Aquel combate iba a ser épico, lo malo que los disparos de los humanos harían mucho ruido y eso quizás nos perjudicara, o tal vez no, eso no lo sabia, pero siempre me gustaba saber que tenia todas las pequeñas variables contadas y ninguna que fuera totalmente una incógnita.

Aquel ser era del todo horrible, me fije como apunalaba con precision y velocidad el fuerte cuerpo de Urgrim, era un buen luchador al parecer. La sangre comenzo a brotarle al tabernero, e incluso comenzo a ser atrapado ppor una enorme cola pero parecia que el enano aun tenia algo que decir soltandose en el ultimo momento y superando el miedo natural a una criatura como aquella, cuando vi que iba a intentar huir al parecer.
 

Pense en cargar, la fila que habiamos hecho seria suficiente para saltarle el casco a aquella criatura. Pero tenia mis dudas de si estabamos todos operativos, solo senti que Girthal se paralizaba al lado mio, y decidi insuflar cordura de la unica forma que sabia:

-LEVANTA BIEN ESE ESCUDO BARBILAMPINO!! APENAS PROTEJES A TU COMPANERO!- hice lo propio con mi escudo esperando una oportunidad -FORMAD!- repeti en un intento de que escucharan mi voz y se prepararan para lo que venia.

La ballesta se quedo clavada en un trozo de mi capa, pero intente tirar en vano y sin fuerza. Aquella criatura venia de mas haya del inframundo, de lo mas oscuro de las entranas de lo desconocido. Sensual y mortifera a partes iguales, la sana muerte no llegaria si caia bajo sus garras, y esto me pudo de tal manera que comence a sollozar por lo bajo primero, mientras algo en el fondo de mi me decia que tuviera cuidado y me preparara ante algo peor de la muerte, algo que me horrorizaba pero no entendia.

Estaba mirando aquello con ojos como platos, pues si que las teniamos claras viendolas venir asi como venian.

-KUDRIM ESE TRAE MUY MALAS PUTAS!- vocifere mientras miraba a Hans como se le quedaba cara de lelo, tanto hablar por la muerte y de suponer mis suenos, al final todos moririamos igual que llegabamos al mundo, chillando, llorando y llenos de sangre mientra pensabamos en nuetras santas madres.

Era un momento de pura energia, los cuatro enanos colocados en fila eran un formidable muro, pero al parecer aquel muro tenia fisuras el terror les recorrian las pantorrillas, al igual que los humanos con sus armas que quedaron como uno de los bustos del "camino de los heroes" por donde habian pasado. El miedo era un arma poderosa, un arma a la que no podian vencer sin la magia de Balikima a mano.

La criatura semi-demonio hizo un giro de su mano izquierda a toda velocidad, impactando al brazo de Urgrim que intentaba huir, y volviendo a una sensual posicion. Sonrio sin ser vista. Y con su larga cola se dio la vuelta para perdese en las ruinas nuevamente. Aquel combate no le convenia de ninguna manera, ver a un nutrido grupo y estando en inferioridad numerica pretendia retirarse sin mas. Al darse la vuelta pierde la sonrisa, aunque nadie lo ve, mientras limpia su daga contra su estomago, deleitandose al cortarse a si misma. El mutante que estaba a su lado sin arma, comienza a correr por las ruinas, al ver que se queda solo y el que aun no habia salido de ellas vuelva a perderse entre los fogones apagados de la sala que teneis un poco por encima. La estructura parece crecer sobre vuestras cabezas, ya que perseguir a una criatura como aquella era peligroso, pensamiento que os duele admitir como validos.

Urgrim cae al suelo, se agarra el brazo herido mientras mira el arma perdida, la cabeza le da vueltas y solo un golpeteo en su sien le recuerda que esta vivo, pero al parecer por muy poco. No pierde la conciencia del todo pero apenas puede moverse por el intenso dolor, el resto de sus companeros aun consternados por el horroroso espectaculo miran al rededor esperando una nueva marea de mutantes, pero no se da el caso. El lugar os presiona con su intenso silencio, un silencio que duele en el alma de lo viejo que es.

El enano se revuelca del dolor, ni esperaba encontrarse aquella cosa en aquellas ruinas e ir a investigar casi le había costado la vida...

El enano si mucha educación de respetar aquel incómodo silencio, lo rompe con inusuales gruñidos de dolor, estaba claro que por mucho que deseara gritar, el estado en que estaba de casi muerto, el terrible dolor y volver a atraer a aquella maldita criatura, se tenia que prácticamente, conformar con rechinar los dientes , gruñir y otros ruidos extraños, que mas parecían de un animal herido que otra cosa.

El posadero, luchaba por mantenerse consciente, pero a la misma vez, deseaba, cerrar los ojos y pensar que aquello solo era una maldita pesadilla, solo esperaba que sus compañeros estuvieran de mejor talante y pudiesen echar una mano a ese enano manco y herido, que ahora solo se retorcía de dolor.

Personalmente, aquello le hacía sentir un inútil , pero sobre todo por su inutil cabezonaderia y sobretodo poca cabeza, por haber ido hacia allí a investigar solo.

Reacciona, tu eres el dueño de tu cuerpo, obliga a las manos a obedecerte - intentaba autoconvencerme de que podía sobreponerme a esto, pero me estaba engañando a mi mismo, la imagen que tenía delante me afecto más de lo que nunca hubiera soñado.

Ese ser rezumaba maldad por todos sus poros y aunque en mi vida de cazador ví numerosas atrocidades, este ser me ha afectado, ha conseguido agarrar mi alma y apretarla hasta dejarla sin aliento.

Pero lo peor no era eso , me había vuelto una estatua y no era capaz de ayudar a mis compañeros y eso les pasaría factura

Cubridnos mientras atiendo a Urgrim.- Le pedí a Kurdrim antes de lanzarme al lugar donde el posadero yacía gravemente herido. Al llegar a su lado solté martillo y escudo y con la mayor presteza posible me quité los guanteletes.

Déjame ver la herida.- Le pedí con el tono de voz más neutro y tranquilo que pude mientras retiraba la pieza de armadura que portaba. Intentando ser lo más cuidadosa posible para no aumentar su sufrimiento. Sin quererlo, arrugue el gesto, al verla, pues era una herida bastante fea, el músculo había sido cortado y sangraba profusamente.- No te preocupes, saldrás de esta.- Le dije a Urgrim tratando de animarle.- Pero necesito que aguantes consciente un poco más.

Saqué aguja e hilo de mi mochila y un trozo de cuero para que el posadero lo mordiera y me puse a trabajar, pero algo no iba bien, lo supe desde el momento en el que di el primer punto, debía haber también algún hueso roto y no conseguía encontrarlo.

No me gustaba lo que tenía que hacer, acababa de solicitar la ayuda a Valaya y sabía que no debía molestarla con tantas peticiones, pero Urgrim era nuestro guía y en el estado que se encontraba difícil sería que pudiera seguir realizando su misión.

Dibujé una pequeña runa en el brazo del posadero y imponiendo mis manos en la herida, entoné una nueva plegaria a Valaya rogando que intercediera una vez más por nosotros.- Valaya, haz que el brazo de Urgrim Cazamonedas recupere el vigor que posee y que nunca debió perder.

La Diosa continuaba de nuestro lado, pues ante mis ojos volvió a obrar un nuevo milagro y la herida mejoró de forma inmediata.- Deberías beber uno de esos tónicos curativos que trajiste.- Le dije a Urgrim justo después.- No sabemos que peligros nos encontraremos más adelante y debes estar fuerte para afrontarlos.

¡¡ _{MALDITA SEA, DUELE HORRORES}.. !! - el enano iba a seguir con sus maldiciones, pero la falta de fuerza en su voz, demostraba que estaba bastante tocado...

El dolor era insoportable, pero intentaba aguantar como podía, sus improperios sin fuerza iban a seguir, pero el trozo de cuero en su boca imposibilito eso.

Después de los cuidados de Balkimia, ya parecía sentirse algo mejor, pero si necesitaba esa poción, si quería llevarlos a su destino..., lo único que dijo tras recuperarse es...

_{¡¡ Esa cosa parió delante de mi un feto muerto, al que lanzo contra una pared al salir muerto, esa visión jamás se me quitara de mi memoria !!} - dice aún con temos en su voz, aun sin fuerzas, pero recuperándose, mientras la poción hacia efecto.

Poco a poco, Gogri se fue acordando de respirar a un ritmo respetable. El sudor caía denso por las sienes hasta detrás de las orejas. También en los bigotes se anegaba un líquido que apestaba a miedo. El sudor de la cobardía. Gogri cerró los ojos y se quitó la imagen de la cabeza. No había sido capaz de reaccionar a tiempo. Aquella cosa era endiabladamente veloz. De nuevo, las fuerzas volvieron a sus manos. Enfundó sus armas y aprovechó para tenderlas hacia el herido, para ayudar en lo que hiciera falta. Lo cierto es que un mal presagio había anidado en el ánimo del dawi. Aquella empresa estaba yendo de mal en peor. Cada vez más, sentía que sus capacidades se escondían y no servía más que de estorbo a un grupo repleto, por lo demás, de hábiles personajes.

La sombra de la duda cruzó su semblante. Apretó los dientes.

No era la primera vez que veían engendros, pero jamás habían visto algo con tanto poder y capacidad de movimiento como eso.

- No es prudente ir a por esa cosa salvo que sea nuestro objetivo. Tampoco podemos permitirnos debilitarnos mas en encuentros aleatorios. Nadie debería ir solo a ningún lugar salvo que sea invisible. Pero esas cosas seguro que sienten hasta nuestros latidos cuando nos movemos... Solo queda seguir moviéndonos rápido, acabar la p*** misión y volver a la taberna mas cercana a ponernos de vino hasta las cejas. Así que "parchead" al posadero, y sigamos en cuanto se encuentre mejor. - Mantendría las pistolas apuntando hacia donde la cosa había huido, y de cuando en cuando pasaría la mirada por las otras entradas para evitar que nada ni nadie los sorprendiera. Omitió el hecho de que esa cosa hubiera parido un feto muerto y lo hubiera estampado contra la pared, por no asustar mas al resto, pero tampoco perdió la vista del lugar donde se encontraba, no fuera que algo se moviera y tuviera que reventarlo.

- Sacerdotisa, y el resto, tenemos que movernos, rápido y tratando de no hacer mucho ruido ni llamar la atención. ¡Vamos!

Urgrim intentaba centrarse en intentar recuperarse cuanto antes, tenia una misión que cumplir, y era escoltar a ese grupo hacia el Liche.

Creo que ya esta haciendo efecto sus cuidados y curas Suma Sacerdotisa Balkimia, la poción esta consiguiendo que recupere algo de las fuerzas, en breve, me pondr....maldita sea... - Urgrim quería incorporarse, pero entre el ataque y la recién poción tomada, necesitaría un par de minutos.., le costaba.

Me recuperare enseguida, como Urgrim es mi nombre... - dice el enano, con toda la cabezonadería del mundo , e intentar incorporarse de nuevo.

chicos deberíamos seguir y buscar algún sitio seguro para reponernos de esto o para que urgrim descanse, no creo que esa bestia vuelva a salir, pero mejor no quedarse aquí para averiguarlo, no creéis

Mi intención es alejarme de esa horrible imagen y conseguir que mis manos dejen de temblar. Tenía que recuperar el control y aquí no era posible, aún así no era lugar para estarse parado, por que no sabíamos que más podría esconderse ahí dentro

El grupo salio del estupor, ante una Balikima que salto ha cuidar y curar a su compañero herido. Las curaciones volaron junto con las invocaciones de un poder terrible que curo al instante la piel rota y los musculos profundamente cortados. La sangre dejo de manar y la tez de aquel enano recobro el color, como sus duras palabras dieron a entender, habia estado muy cerca de volver con los ancestros pero aun no se habia dado cuenta, estaba ciertamente excitado.

Los hombres y enanos se serenaron mirandose con nerviosismo, esperando no volver a encontrar aquella criatura. No era una imagen facíl de desechar en sus asustadas mentes, se cuidarian mucho de no volver a toparse con semejante ser, o al menos de disparar primero y preguntar después.

Una vez terminado las comprobaciones, recogieron los fardos para proseguir. El camino hasta el puente de los ingeniros era corto, pero Urgrim tenia que abrír la marcha y tardo unos momentos mas que los demas, recupero sus armas y se preparo. Kurdrim puso en orden aquello buscandole una escolta que le cubriera el flanco evitanto que entrara en ningun lugar a solas. Urgrim señalo una enorme cadena de metal que sujetaba lo que deberia ser una piedra de luz, con las runas adecuadas iluminaria toda la zona, pero al parecer las runas hacia tiempo que habían fallado y apenas era una sombra colgada, aun asi se podian ver unos bustos enormes suspendidos sobre un puente -El puente de los ingenieros- senalo con alegria, esforzandose por seguir el paso tras las curaciones de Balikima.

La formacion era la misma, y los humanos rezaron por orden de Hans unas oraciones a Sigmar, pero tambien a Morr deseosos de acabar en sus brazos y no en los brazos de un demonio. Esto les alento a seguir, pero callados y pensativos como hacia tiempo no pasaba, la moral habia deacaido muchisimo y parecia que entre mas profundo estaban aquello no iba a mejorar en ningun aspecto. Los pensamientos se terminaban cuando el enorme acantalido que tenian a su izquierda les resoplaba lo lejos que estaban de casa y el peligro de una caida mortal, estar lejos de casa se había convertido en algo rutinario, pero la supervivencia le hacia tener las armas bien preparadas y los ojos abiertos como buhos en la noche.

Al ver a nuestro guía emprender de nuevo el camino, agradecí a Valaya que hubiera intercedido por maese Urgrim y hubiera curado sus heridas tan raudamente.

Llegamos al puente de los ingenieros, una verdadera maravilla que parecía flotar ingrávida sobre el vacío.- No desfallezcáis, sólo hemos sufrido un pequeño contratiempo pero lo hemos superado.- Les dije a mis compañeros cuyo ánimo parecía haber decaído tras en encuentro con el engendro del caos.- Crucemos el puente antes de que esa cosa se reagrupe con algunos de sus seguidores y venga por nosotros.

No creo que nos siga ya esa cosa... - dice Urgrim, aun con algo de temor de haber sufrido heridas por ella.

De habernos querido muertos, nos habría atacado ahí mismo, pero al parecer, no somos de su importancia, al menos por ahora, una suerte... - dice el enano, aun de vez en cuando se le pasaba por la cabeza su encuentro con aquel engendro

Movió su cabeza para los lados, ahora estaba bien de salud, dentro de lo que cabe, debía de cumplir su misión como guía.

Esta es una verdadera maravilla de la ingeniería, después de que crucemos, aún os sorprenderán muchas mas cosas.. -dice con un intento de sonrisa Urgrim

Estoy de acuerdo con Urgrim querida dama, esa bestia tenia a más de uno entre sus garras y entre ellos me incluyo yo, además desprendía un aura de poder muy grande, aqui señora cuando terminemos habría que bajar con un ejercito y limpiar este pozo de putefracción y caos.
No es nada seguro y saludable tener esto debajo de una ciudad con numerosas almas con peligro de ser corrompidas por las fuerzas oscuras, si lo haceis señora yo me ofrezco voluntario para ayudarle

Estoy pensativo y distante desde la visión de ese ser, esta partida de inquisidores nos habiamos enfrentado a numerosos peligros, pero este especialmente fue dañino para mi mente, mi corazón y mi espiritu

Gogri se mantuvo en solitario con sus pensamientos, incapaz, esa era la palabra, de pronunciar nada. Murmuraba, eso sí, para sí mismo, y daba vueltas sobre la insoportable sensación que había experimentado en presencia de aquel ser grotesco. Su participación hasta el momento no había aportado nada al grupo, ni en lo bueno ni en lo malo. Se sentía, dicho en pocas palabras, como si el autor de la obra se hubiera olvidado de él y el relato no se viera en absoluto afectado.