Partida Rol por web

La nube de harina impide bastante la visión del joven, que se ha quedado rezagado cerca de la puerta. Con una mano se tapa la herida y con la otra intenta apartar la nube de harina de sus ojos.

Dios... qué estropicio...

"¡¡¡Siiiii, a por ellos!!! Y después de ellos ¡¡¡A POR LOS BARRILES DE DULCE Y EXQUISITO VINO, JAJAJA!!!" - respondiendo a lo que dice el paladín, Morkhur se relame, saboreando el dulce elíxir que roció sus labios al reventar aquel barril. Aunque también degustó contra su voluntad un poco de la harina presente en el aire, el delicioso sabor del vino la opacaba totalmente - "¿Recuerdan lo que dije hace un tiempo sobre los bienes materiales?...¡¡¡Retiro lo dicho!!!...¡JAJAJA!...Si salgo vivo de aquí me llevaré conmigo uno de estos" - dice tratando de señalar uno de los barriles - "Y si no salgo vivo...¡¡¡TAMBIÉN ME LLEVARÉ UNO PARA DISFRUTARLO EN LA AGONÍA JAJAJA!!!" - Para ser un enano, y para colmo medio demente, era bastante alegre. Ahora que ya había compartido experiencias con sus compañeros de grupo, comenzaba a confiar más en ellos. Quizás no todavía en el elfo, debido a la situación que se había desatado instantes previos a la actual escaramuza. Dada la natural rivalidad de esta raza para con la suya y, sumando a eso la capacidad de los enanos de recordar cualquier agravio u ofensa cometidos contra ellos, ya sea reciente o ancestral, daba como resultado un alto grado de rencor y desconfianza...que quizás con el tiempo llegue a mermar. Por el momento eso es lo que siente y no cambiará su forma de pensar aunque el elfo demuestre buena predisposición para con él y el resto del grupo.

Todos están enzarzados en el combate contra los kobolds, eso, sumado a la harina que vuela por todos lados, hace que nadie se de cuenta del nuevo peligro que acecha, nadie menos Palomeque, que si bien no logra ver bien al animal, al estar tan cerca, lo escucha con claridad, y logra darse vuelta a tiempo para no ser sorprendido por la pequeña pero mortífera comadreja.

Una horrible comadreja estaba oculta entre los sacos de harina que están en la esquina sudoeste, justo detrás de Palomeque a unos pocos centímetros de él, la comadreja instintivamente ataca al hombre más cercano, sin importarle no ver por la harina, ya que su olfato es tan poderoso que valiéndose de él puede encontrar a su objetivo perfectamente aunque no vea nada, además, el gran tamaño de Palomeque lo hace un blanco fácil.

La comadreja sin dudarlo corre ágilmente por entre los sacos de harina que están a los pies del clérigo e intenta darle un par de dentelladas rápidas a los tobillos, pero increíblemente Palomeque parece presentir la amenaza ya que da un rápido salto en el lugar y esquiva la mordida del animal.
 

Maldito Ryld - piensa el joven - se ha puesto en todo el medio.... - Lázaro no ve cómo disparar desde la esquina con el nuevo obstáculo frente al kobold y es justo en ese momento cuando se da cuenta de que Palomeque está esquivando algo. 

- ¿Qué pasa páter? ¿Qué hay? - dice sin esperar. Se gira, agudiza su oído intentando apuntar y dispara hacia donde cree que hay algo. 

La harina, la oscuridad, la sorpresa y, por qué no decirlo, la mala puntería del joven, tampoco ayudan en su disparo. Nada más soltar la flecha Lázaro sabe que, sea lo que sea lo que molesta a Palomeque, no le ha dado.

Sólo espero no haberle dado al cura.... 

Padre? esta usted bien? .... padre Palomeque CONTESTE!!!

Maldicion!!!

La mente enardecida de Xulian comenzaba a bombearle sangre, sin pensarlo mucho mas tomo la flecha que tenia en su pecho y tiro para sacarla....

El dolor fue insoportable, la vista le hizo ver que la luz del cuarto aumentaba por un momento... Se echo al piso y tomando su espada comenzo a caminar rapidamente hacia donde habia ido al padre y habia escuchado su vos por ultima ves....

La escena es un verdadero caos, Armando entre que no ve bien y calcula mal la distancia no pisa donde debe y se da un tremendo golpe contra el borde del barril, perdiendo un diente que le deja una bonita ventanita en la parte frontal de su boca. Morkhur y Ryld parados a los lados de Armando junto a los barriles detrás de los que se ocultan los dos kobolds restantes, ayudan a levantarse a Armando.

Al mismo tiempo Palomeque mientras busca algo en las estanterias, es atacado por un nuevo enemigo, una comadreja enorme y muy fea que estaba oculta en los sacos de harina de un rincón, pero el clérigo haciendo uso de una agilidad impensada para su tamaño logra moverse a tiempo y esquiva el furtivo ataque del animal. Mientras, Lázaro, a escasos metros de Palomeque, en una acción en extremo imprudente, intentando ayudar al padre dispara a ciegas contra un enemigo que no ve y apenas escucha. Milagrosamente la flecha no se clava en el prominente abdomen del padre, pero tampoco en su objetivo, pega en la pared y se pierde en medio de la nube de harina que lentamente comienza a posarse en al suelo.

Justo después del fallido flechazo aparece en la puerta de la despensa Xoan con su espada en mano, preguntando por Palomeque. Mientras todo esto sucede, el elfo llega a la mitad del pasillo y observa lo que puede desde donde está, que no es mucho, ya que la nube de harina tapa casi todo.

Aprovechando la confusión del grupo, y bajo la cobertura de los barriles, los dos kobolds restantes vuelven a disparar sus ballestas sobre sus atacantes. El kobold que está delante de Morkhur viendo como el enano destruyó de un sólo golpe el barril de la primera hilera, lo ve como una seria amenaza por lo que vuelve a disparar sobre él, pero la propia trampa del kobold se vuelve en su contra ya que la espesa nube blanquecina no le permite hacer blanco y el virote pasa rasante por el costado de la cabeza del enano que siente el veloz virote pasar zumbando a pocos centímetros de su oído pero no llega a tocarlo.

El otro kobold ve al paladín que intenta ayudar a Armando a incorporarse y aprovechando la momentánea distracción de Ryld, dispara sobre el, pero el kobold tiene peor puntería incluso que Lázaro, ya que por los nervios del momento no logra controlarse y apunta a cualquier lado, clavando su virote de lleno en uno de los frascos de las estanterias que cae al piso y se rompe en mil pedazos, esparciendo las decenas de pequeñas aceitunas que contenía por todo el lugar.
 

Morkhur siente hablar a Xoan y Lázaro, aunque no le da mayor importancia, ya que la esencia del combate lo abstrae casi completamente de lo que le rodea - "¡¡¡Jaaaa, escama con patas!!!" - comienza nuevamente el enano con sus típicas bravuconadas - "Tendrás que hacerlo mejor la próxima vez. Aunque es en vano decirtelo, porque no creo que tengas otra oportunidad ¡¡¡TU VIDA ESCURRE ENTRE MIS DEDOS WUAJAJAJA!!!" - Bamboleando el hacha por sobre su cabeza, el enano da otro certero golpe al barril que lo separa de su futura víctima. El movimiento del hacha perturba las partículas de harina que aún persisten en el aire, aunque en menor concentración que hace unos instantes, por lo que Morkhur puede darse cuenta que el polvo ya comienza a asentarse. Ya puede visualizar con más claridad a su enemigo frente a él y a sus compañeros a su lado. Puede notar como un hilo de sangre mana de la boca de Armando, ya incorporado, por lo que presume que el golpe no ha sido tan grave.

El enano al parecer se siente como pez en al agua en el combate, parece disfrutar cada segundo que su hacha está en el aire, lo disfruta tanto que el éxtasis lo desconcentra, ya que el hachazo que le propina al barril para quitarle definitivamente la cobertura al kobold, tiene menos fuerza de la que el enano pretendía y golpea la madera del barril con un debil TAC! haciendo que un par de astillas vuelven por el aire, pero nada más.

JAJAJA!!!! drak! lac groun!!! JAJAJA!!!

Ladra el kobold que tiene enfrente en su ruidosa y áspera lengua, en una clara burla dedicada al debil hachazo de Morkhur. 

"Te arrancaré esa lengua bífida que tienes y la usaré para comprobar el filo de mi hacha. No te mofes tanto, ese barril no aguantará por siempre y ahí ni tu dios te ayudará" - el orgullo del enano parecía quebrarse con el fallido ataque y la burla de su oponente y trataba de repararlo mediante amenazas y difamaciones - "Más que una lagartija, eres una maldita víbora. Ya que pareciera que no tuvieras brazos para disparar esa ballesta, a juzgar por tu pésima puntería ¡JAJAJA!"

Venga Morkhur, Armando, un juego, a ver quien es el primero en verter sangre de "lagartija", JAJAJA,

Eh, cara de escamas, yo de vostros intentaba huir o me rendia, porque aki mis amigos y yo como sigais en vuestras trece, os vamos a arrancar el corazon del pecho y poneroslo enfrente de vuestros vidriosos ojos antes de que dejeis de respirar para que veais como nos lo comemos....

Tras decir eso, le pego una golpe con la espada hacia el barril con la idea de destruirlo como ya hizo con uno de ellos Morkhur....

El elfo sin mediar consulta alguna empieza a lanzar un hechizo el cual parece abrir un portal o algo por el estilo. "creaturam vocu planis isto locus!" y una explosión trae un ser viviente de los planos.

"TEMAN KOBOLDS; TEMAN!" Phelcyan con una caotica furia, sin saber ni importarle que criatura haga. Tambien tal expresión intenta ser intimidatoria

- Tranquilos, es sólo una comadreja - contesta a sus compañeros mientras busca una buena posición para defenderse - pero enorme y con muy malas pulgas.

Da un paso hacia atrás y masculla unas palabras con el medallón en la mano, hasta que un extraño aura le rodea.

Aun aturdido por el golpe se centra de nuevo en la situación.

- ¡Dichosa harina! no puedo creer que haya pasado esto. - Piensa en alto mientras recuperado del golpe y observando de nuevo al objetivo.

"Tengo que quitarle esa cobertura."

EL paladin, lanza una amenaza con la inteción de intimidar a los dos kobolds restantes, pero no lo logra, en respusta Ryld recibe risas e insutos por parte de los kobolds.

Risas que cesan rápidamente, cuando Ryld con furia golpea, el barril que tiene frente a él y de un sólo golpe lo destroza derramando todo el aceite para lámparas que contenía, que por cierto era una gran cantidad ya que el barril estaba casi lleno, sobre el piso, sobre los demás barriles y sobre él, Rydl queda cubierto de un muy inflamable líquido, con la espada lista para su próximo ataque.

Phelcyan hace unos movimientos y dice unas palabras, inmediatamente luego de una pequeña explosion, aparece surgido de la nada un pequeño perro, parecido a un coyote a un metro de la comadreja.

El animal ataca instintivamente a la comadreja, y pasando por entre los pies de Palomeque se lanza con furia contra la mascota de los kobolds, pero la comadreja es muy veloz y lo ve venir, y con gran agilidad esquiva la dentellada del perro convocado por Phelcyan.

Al mismo tiempo Phelcyan, intenta sustar a los kobolds desde su posición, pero se encuentra tan lejos de las escamasas criaturas que los kobolds apenas logran escucharlo.

 Palomeque da un paso atrás mientras el perro intenta inutilmente morder a la comadreja, y luego de hacer unos movimientos y decir unas palabras una ténue energía lo envuelve formando un círculo a su alrrededor que brilla unos segundos y luego desaparece.