Partida Rol por web

Cuando escucha que han contestado, el corazón de la Kitsune da un brinco, ahora estaba en sus manos lograr aliados, pero sin entregar demasiada información, los ojos de la chica, más abiertos, demostraron que ya estaba hablando con el Makoto de ese tiempo, y tuvo el impulso de llamarlo "kokoro", pero logra calmarse, debía ser proporcional.

- Yu-Yuchi... Yuchi-sama... soy... Yuuki Kinomoto - usaba ese nombre porque se le haría familiar a Rina, era el nombre de una amiga de la universidad y que Makoto conoció antes de ser novios, ya hace tiempo no la veían, y esperaba que le creyeran, además, ella lograba imitar su voz, Yuuki, además, era menor que la pareja, y eso podía despertar un sentimiento de protección. 

- yo... - intenta sonar asustada, no le cuesta la verdad - logré... dar con su número... soy... amiga de Rina-senpai, y... y... no sé a quién recurrir... soy... soy como ustedes... no me pregunte como lo sé, lo... vi - recuerda los poderes de Elizabeth - también... sé que debo comunicarme con Ryuji Yamamoto... necesito hablar con él, estoy asustada, Yuchi-sama...- rogaba que hubiera funcionado, realmente lo rogaba.

- sólo.. sé que puedo recurrir... a ustedes... mi... mi cabeza duele mucho... muchas ideas y cosas.. no entiendo nada...- odiaba mentir, pero era por un fin mejor.

El chico parecía guardar unos segundos silencio, entonces después dice:

- Si... Yuuuki-chan creo que te recuerdo... amiga de Rina pero algo menos no? Una Koujai Si conoces al profesor seguro que es por algún motivo... no sabía que Rina te había hablado de nuestra naturaleza por así decirlo... bueno no te preocupes, haces bien en llamarme... ummm pues conoces el castillo Nijo-Jo? ven aquí... el profesor en estos momentos no esta aquí, está en Tokyo, pero podemos ayudarte aquí.

El chico parecía guardar unos segundos silencio, entonces después dice:

- Yuki-chan...Nara... Watashi wa Rina no yūjinde wa naku, ika no mono o oboete iru to omoimasu ka? Anata ni wa, ikutsu ka no riyū karadearu Koujai hoken kyōju o shitte ireba anata wa shiro o shitte irunode... Watashi wa u ̄ n... Shinpaishinaide, anata wa watashi o yobidasu tame ni umaku yatte mo... Sore ga atta yō ni Rina wa watashitachi no shizen no hanashite ita koto o shirimasendeshita Nijo - jō? Kyōju wa, ima, kokode wa nai Tōkyō ni aru... Koko ni kite, watashitachi wa koko de anata o tasukeru koto ga dekimasu.

- ¿en Tokyo? - no pudo ocultar su sorpresa - hai... hai... Yuchi-sama... pero... Siento que debo hablar con él... lo senti... ¿Dónde está? Necesito realmente encontrarlo- aprieta más el auricular contra su cara, pero mantiene en todo momento la voz disimulada - el... es quien puede ayudarme ... Yuchi-sama - gimoteo, Makoto no podía escuchar a una chica llorar. 

Makoto se queda unos segundos pensando y dice:

- Claro me estas llamando desde una cabina de Tokyo, si me ha salido el prefijo de esa prefectura... no te preocupes, pues creo que dijo que iba a un congreso o algo, si no me equivoco en más o menos una hora terminara es en el Prince Park junto a la Torre de Tokyo, Si quieres te puedo decir su número de móvil... espera

El chico parece que trastea con el móvil y después dice:

- Apunta 653 259875

Makoto se queda unos segundos pensando y dice:

- Watashi wa kare ga watashi wa yaku 1-jikan de machigatteinaidesu baai wa, kare ga shūryō suru, kaigi ya nanika ni itte ita to nobeta to omou node, soreha, shinpaishinaidekudasai... Ken no settō ji ni natte iru baai wa tashika ni anata wa, Tōkyō no denwa būsu kara watashi o yobidashimasu anata wa watashi wa anata ni jibun no keitai bangō o tsutaeru koto ga dekimasu shitai baai wa sore wa, za purinsupākutawā Tōkyō ni rinsetsu shite... Machimasu

El chico parece que trastea con el móvil y después dice:

- 653 259875 O mezashimasu
 

Me alejé del grupo a paso comedido. Observaba la calle absorta por la tremebunda sensación de ser pequeña, diminuta, una aguja en un pajar en cuanto a aquella ciudad se refería. Me había hecho tantas preguntas y el estado de nervios en el que me encontraba hacía escasamente diez minutos era tan profundo que ahora parecía que iba a desmayarme en cualquier momento.

Todo había pasado, aquel futuro hostil, incierto, y sin esperanza había quedado atrás... bueno, eso esperábamos.

Contemplé los carteles, de los cuales por cierto no entendía nada, con ojos vidriosos e inquietos. Aquel sitio estaba rebosante de estímulos visuales que trataban captar tu atención, y desde luego conmigo lo lograban perfectamente.

De fondo escuchaba a Rina hablar, el resto estaba solucionando la situación, haciendo que todo siguiese adelante según lo planeado. Y yo... ahí estaba, de pie, en medio de una calle siendo una simple extranjera sin saber qué hacer.

Pues nada, Rina llama y yo espero ahí, porque realmente no tengo nada que hacer ni que decir. Sólo me dedico a mirar un poco a mi alrededor de vez en cuando, quizás con cierta paranoia ganada en el viaje anterior...Sé que es absurdo, pero a veces casi espero ver a un soldado salir entre todos estos japos.

Apenas atiendo a la conversación que tiene Rina. No oigo quién habla al otro lado del teléfono, así que me espero al resument post-llamada.

La llamada de teléfono no tardó demasiado en iniciarse y Nyara se quedó algo apartada al ver que se ponían a hablar en otro idioma. Empezando a sentir el calor del lugar en el que se encontraban decidió quitarse la chaqueta que llevaba. Se separó un poco de Kurt para poder deshacerse de la prenda y se sintió bastante mejor al notar el aire paseando por sus brazos. Fue a doblarla para llevarla agarrada en su brazo cuando notó el rastro de sangre sobre la misma.  Sabía que esa sangre no era suya porque no la habían herido en ningún momento, así que… Es de Kyara. Esta es su sangre.

El mundo se volvió negro para ella en ese momento. Trataba de no darle demasiada importancia a lo que ocurría porque su hermana estaba viva en ese momento, pero la sangre le hizo revivirlo una vez más.  Apretó con fuerza la chaqueta contra sus brazos y se mordió el labio inferior para contener su ánimo.

-Vuelvo en un minuto- dijo con un tono bastante seco, queriendo transmitir que necesitaba estar sola.  Realmente sabía que la supervivencia de su hermana dependía de ello y ese era motivo suficiente para no perderse, así que aprovechó para acercarse a algún escaparate de una tienda cercana, y así ver cuando quisieran marcharse. 

Mientras Rina hablaba por el teléfono en su idioma natal, pudo notar como varios del grupo se tomaban el momento para descansar o mirar a su alrededor. Dedicó ella también una mirada a aquella ciudad. Era como un hormiguero, una colmena de abejas trabajadoras que no cesaban de arriba para abajo. No era el sitio que ella escogería para vivir, ni de lejos. Prefería el suave murmullo de los canales Venecianos.

Pudo ver como Nyara se excusaba para distanciarse. Seguro estaba siendo un momento indescriptiblemente duro para ella, así que se limitó a asentir con la cabeza mientras la veía apartarse. Hasta donde la conocía, entendía que necesitaba ésos momentos de tranquilidad, de modo qu eno la siguió. Luego vio a Roxana y le pareció que su expresión era algo desorientada. 

Tras una mirada cómplice con Chris la italiana se acercó a Roxana y levantando la mano le acarició suavemente el brazo, cálida.

-Come stai? ¿Te encuentras bien?- le habló con suavidad. Le había parecido que Roxanna estaba ligeramente pálida, aunque podía ser que fuese imaginación suya o sólo estuviera cansada por el viaje temporal-La anterior vez simplemente nos durmieron, de modo que no fue tan duro-su voz sonaba agradable, con la típica entonación cantarina de los italianos. 

Le sonrió cálidamente aunque se podía leer en su rostro que se preocupaba por la chica. Se humedeció los labios un momento antes de tomar aire.
-Por cierto, estuviste bravíssima en la cueva. Parece que lleves con ésto de los poderes casi toda la vida-la alagó no por cumplir, si no porque realmente se había visto impresionada. De hecho, de los nuevos, aún no había visto nada del resto. Pero manejar los elementos siempre resultaba espectacular, y ella lo sabía de sobras.

Con los brazos cruzados me encontraba mirando mi alrededor. La mano de Giulia se posó sobre mi y di un pequeño brinco, no me lo esperaba y me pilló de sorpresa. La miré. Sonreí ligeramente ante sus palabras. Miré el suelo.

─ Gracias... Lia ─no estaba del todo contenta con lo que había hecho, pero agradecí su alago─ pero... es triste que no todos pudiesen volver. Yo... los dejé fuera ─sentencié mirando directamente a sus ojos, y añadí con un hilo de voz─ los maté─.

Había dedicado todos mis argumentos en no recurrir al sacrificio de Natuk en ningún momento, siempre había defendido su vida y la de todos por encima de cualquier hecho. Y cuando llega la hora de la verdad... no puedo olvidar el rostro de quienes quedaron fuera mientras las rocas que yo misma alzaba... sesgaban el último aliento de sus vidas.

─Tuve que hacerlo... no tenía más opciones... ─repetía en mi cabeza como si de un mantra que aliviase mi carga emocional se tratase─ si no... si no... quizás ahora no estubiésemos aqui...─

La italiana negó con la cabeza con suavidad. Le devolvió una mirada fija con sus ojos tan singulares. Comprendía su estado si era aquello lo que le rondaba la cabeza.

-Roxanna, no has matado a nadie-suspiró levemente pero no levantaba la mano del brazo de la muchacha-De la noche a la mañana os visteis envueltos en una situación terriblemente hostil, y en un momento así es cierto que nuestra moralidad tiembla- ella misma se había visto a punto de acabar con Erik con sus propias manos... bueno, y si no hubiera sido por Chris, a saber quien más se habría llevado por delante. Tragó saliva alejando aquellos pensamientos-Lo que hiciste, lo hiciste con un propósito de salvar vidas. Las nuestras propias, no sólo la tuya. En nuestra situación no tenemos opciones buenas o malas. Sólo podemos escoger el mal menor...-su rostro reflejó una leve tristeza. La muerte de Kyara era agridulce, ni siquiera poderles haber dado sepultura. Pero si conseguían arreglarlo todo, ya no morirían en aquél futuro.

-Si aceptas el consejo de una humilde italiana... porfavor, no te castigues por haber escogido el mal menor. Todos tendremos que canalizar nuestra frustración hacia el esfuerzo para solucionarlo todo. Y cuando lo logremos, salvaremos miles de vidas, entre ellas los que conocemos-intentaba sonar conciliadora y convincente.

Llegaron y se fueron en los momentos más duros hasta la fecha.

Katarzyna aprovechó que el resto de los chicos parecía dispersarse un poco, pues confiaban en que Rina se encargase del tema de la llamada, para acercarse más, hasta el punto de que terminó, inconscientemente, abrazando el antebrazo de Rina, con el cuello estirado y su mejilla casi pegada al auricular.

Ahora que podía oír algo mejor, intentó descifrar lo que decían.

Las palabras de Lia estaban cargadas de sensatez y ánimos. Realmente podían ayudarme a superar ese sentimiento de culpa... si es que lo tuviese. No lo tenía no sólo por el simple hecho de que yo no apreté ningún gatillo, ya que si pensamos así yo no elegí ir a un futuro a salvar el mundo tampoco. La carencia de la culpa se debía a que, tal vez, hubiese olvidado cómo se sentía, sé que suena raro pero...

─¿Culpa? No, responsabilidad... también ─pensé─ cómo sea tiene bastante razón. Aunque creo que me expliqué mal o fui demasiado contundente con mis palabras. Hice lo que debía, solo eso─.

─Por supuesto que acepto tu consejo... oh, por dios... ¿cómo fuimos tan estúpidos para veros como personas egoístas en lugar de percibir la verdad que se nos estaba ocultando? Eso si que es algo que nunca entenderé, qué ilusas fuimos... ─medité haciendo referencia a la omisión de la verdad que antiguos compañeros habían llevado a cabo─ qué ilusas...─

Estaban haciendo la llamada. Y la verdad es que no entendia nada. Asi que me quede esperando pacientemente mientras terminaban de hablar y nos decian algo. La verdad es que era un coñazo esto de no hablar japones. Pero cuando elegi las optativas no pense en estudiar Japones por si hacia un viaje en el tiempo. 

Por lo que vi varias de las chicas no se encontraban muy bien.

 La verdad es que yo estaba bien. Pero claro contando este creo que era mi cuarto viaje temporal. El primero y el segundo sorprenden a partir del tercero es como levantarse de la cama.

 Vicky se cruzó de brazos mientras escuchaba a Rina, preguntándose cómo iría la charla con el Makoto de este tiempo y qué podrían conseguir de esta llamada. Se acercó a Rox y Lia para hablar a la italiana en voz baja, sin molestar a Rina.

 - Para los que no hablamos japonés sería una buena excusa. - Admitió. - El problema es que algún japonés asuma que conozco su idioma si viera que Rina, Makoto y yo nos entendemos. - Torció el gesto, ligeramente preocupada. - Pero bueno, imagino que no habrá ningún problema si ellos dos van en cabeza.

Rina parece muy contenta, y le dicta un número a Katar, luego agradeciendo mucho, muchas veces, aunque se sentía mal por mentirle a Makoto, aunque le  lanzó una miradita algo turbia, de tener sus celulares cargados, no hubieran tenido que recurrir a esto. Luego de colgar, se gira hacia sus compañeros, moviendo la cabeza de lado a lado, como dando a entender que no había sido tan bueno llamar.

-no... no... funcionó-murmura, pero luego se ríe -¡mentirita!, nos fue muy bien, no solo tenemos el número de Yamamoto-sama, sino que él está en la ciudad... y sé dónde está - se siente muy bien, pero se da cuenta que llaman mucho la atención - creo que debemos comprar algo de ropa, los abrigos y la ropa sucia llama mucho la atención... y busquemos un karaoke para descansar y comer algo... llamaré al señor... para ver donde nos juntamos, pero... ufff. - pone sus manos en su cintura, - será complicado contar todo esto... e invocar a Natuk, ¿no?- se da cuenta que la joven africana estaba alejándose, habían perdidos a muchos, pero ella perdió a alguien muy importante y de manera dramática.

-... bueno... ¿qué hacemos?- pregunta más suavemente con pequeños toques de tristeza en su voz.

Kat supo de antemano que la japonesa les estaba tomando el pelo, pues había estado oyendo la conversación, aunque se abstuvo de decir nada.  Aprovechó, eso si, para alejarse un poco, pues se dio cuenta que, queriendo acercarse al auricular, había llegado a invadir el espacio personal de Rina.  Lo siguiente fue una pregunta con obvia contestación para la joven polaca:

[ENG] - ¿Y no podríamos ir a algún sitio donde pudiéramos asearnos?  -  se apresuró a decir.
[ENG] - Tengo tierra desde los pies hasta el pelo.  -  dijo sin querer explayarse más.

Y ojalá fuera solo algo de tierra.  Piedras en las botas, seguramente con los calcetines rotos.  Ropa sucia y gastada de rozarla en la cueva, y manchada de recoger leña y mil cosas más.  Sudor seco, un pelo sin peinar en días., y hasta el condenado olor a humo de aquella desgraciada pira funeraria de la que Kataryna se esforzaba en no recordar.

[ENG] - Vamos chicos, no podemos presentarnos así ante ese hombre ¿no?  -  rogó.

Miró a los chicos, esperando que le concediesen la gracia, aunque empezó a temer que alguno dijera que, de presentarse así, serían más convincentes para explicarle todo ante el tal Yamamoto.

Había conseguido seguir algo de la conversación de Rina en japonés. Pudo haber entendido que el hombre estaba en Tokyo, lo que suponía un golpe de suerte. Habían acabado en el lugar oportuno, a pesar del equívoco. Rina colgó entonces e hizo el pequeño relato, comentando también que había que cambiar de ropa e ir a un karaoke. Mientras tanto, Nyara miraba la luna de un establecimiento, pero su mirada era más bien perdida. Sabía lo que estaba sufriendo y quería aproximarse, pero no era buena idea. Lo mejor era echar a andar y entonces ir junto a ella.

Todos en general querían moverse y adecentarse. Si Rina echaba mano de la tarjeta lo podrían hacer con facilidad.

- Cambiemos entonces de ropa, para no llamar tanto la atención. Pero no nos podemos demorar mucho, pues Yamamoto podría marcharse, así que no nos confiemos. Después de contactar con él podemos ver lo del alojamiento o el karaoke.

Claro que eso suponía que no iban a poder ducharse, pero tampoco iban tan, tan, sucios, pensó él. En el castillo habían podido bañarse sin problemas.

- Busquemos una tienda de ropa.

Kurt no soltaba el portátil. Estaba colgado al hombro pero aún así lo agarraba con una mano, para que no le dieran un tirón.

- Me gustaría comprar una mochila, meter dentro el aparato y que todos estuviéramos pendientes de ella. Es muy peligroso este trasto que llevo.