Partida Rol por web

Oh, Atenea, ¿tu puedes explicar lo que esta pasando?- Dijo con total desgana Hypnos, mirando a su hermano para ver su reaccion a lo que habia pasado a esa cosa que parecian muchas almas humanas y hace unos instantes intentaba salvar.

Al ver a la diosa que mas estimaba una leve y rápida inclinación hizo Hécate

Mi señora de celestes ojos y sonrisa marina, placeme verla en esta extraña noche donde el hado me ha revelado crueles designios de nuestros amados hijos.Como siempre ¿En que puedo servirla?

La muerte se sorprendio por la presencia de Atenea, le molestaba la impertinencia de la hija de Zeus y aun estaba preocupado por lo que había visto, aun así mantuvo la cortesia, un enemigo inmortal es un odio díficl de borrar.

-Sabia Atenea, ¿A que debemos el honor de su visita?- dijo sereno - y si tienes un explicación a este extraño suceso, agradeceria que lo comentaras.

Anonadado ante tales aberraciones, el dios del sol se quedó inmóvil mirando las llamas y a continuación la oscuridad, cuando sus ojos se adaptaron otra vez la visión borrosa ante el tomaba forma:

-"¿Tu?, ¿Atenea?, ¿tu estás detrás de todo esto? ¿Que significan estas apariciones? ¿Que mensaje aguardan estas ilusiones?"-

La diosa Atenea se acerca hasta ti y posa una mano en tu hombro. Con una sonrisa cálida te mira y hace que camines a su lado

Esto no es real. Pero puede serlo.

Su rostro cambió a la preocupación. Una vena cruzó su frente y su mirada se entristeció

Tengo luchar por la humanidad, y tu debes ayudarme. Mira allí

En la dirección  que te indica, ves el templo de Atenea en Atenas, tan espléndido como siempre… Pero un rayo parte el cielo y el fuego consume el templo poco a poco

Ven a buscarme a mi templo de la Isla de Naxos. Si así lo deseas, podremos hablar…

Poco a poco, su cuerpo se va convirtiendo en humo. Lo último que puedes ver son sus ojos llenos de ternura, contemplándote.

La diosa Atenea se acerca hasta ti y posa una mano en tu hombro. Con una sonrisa cálida te mira y hace que camines a su lado

Esto no es real. Pero puede serlo.

Su rostro cambió a la preocupación. Una vena cruzó su frente y su mirada se entristeció

Tengo luchar por la humanidad, y tu debes ayudarme. Mira allí

En la dirección  que te indica, ves el templo de Atenea en Atenas, tan espléndido como siempre… Pero un rayo parte el cielo y el fuego consume el templo poco a poco

Ven a buscarme a mi templo de la Isla de Naxos. Si así lo deseas, podremos hablar…

Poco a poco, su cuerpo se va convirtiendo en humo. Lo último que puedes ver son sus ojos llenos de ternura, contemplándote.

La diosa Atenea se acerca hasta vosotros y posa una mano en el hombro de Tánatos. Con una sonrisa cálida os mira y hace que caminéis a su lado

Esto no es real. Pero puede serlo.

Su rostro cambió a la preocupación. Una vena cruzó su frente y su mirada se entristeció

Tengo luchar por la humanidad, y tu debes ayudarme. Mira allí

En la dirección que os indica, veis el templo de Atenea en Atenas, tan espléndido como siempre… Pero un rayo parte el cielo y el fuego consume el templo poco a poco

Ven a buscarme a mi templo de la Isla de Naxos. Si así lo deseas, podremos hablar…

Poco a poco, su cuerpo se va convirtiendo en humo. Lo último que podéis ver son sus ojos llenos de ternura, contemplándoos. 

El dios enfundo su espada y con paso firme emprendió la marcha hacia Naxos, despeus de todo era la unica pista que tenia -¿Vienes o te quedas?- pregunto con cierta calma despues de todo su hermano no era el mas activo de los dioses, sin embargo resulto mas que un sueño, con el corazon latiendole y con las palabras de la diosa aun resonando en su cabeza, le fue imposible volver  conciliar el sueño.

-Me pregunto ¿Qué sera lo mas correcto hacer?- se dijo para si el dios.

Mientras se desvanece el humo que conformaba a Atenea, su cara me hace sentir una paz plena, en ese instante, el efecto de Morfeo deja de funcionar en mí.

Sobresaltado me levanto y miro a mi rededor, se que parecía real a pesar de haber estado dormido, pero algo en mi interior me dice que debía obedecer esa señal, me pongo mis armas y armadura, cojo mi carro divino y surco los cielos hacia Atenas en busca del templo de Atenea.

Hypnos se levanto y se apoyo en su hermano medio dormido todavia y dijo.

Vamos vamos, si insistes, pero no prometo andar todo el camino, ya me conoces.- Dijo bostezando.

La verdad es que lo que habia pasado no habia impactado para nada a Hypnos, a el no le incumbian tales actos de Zeus contra los templos de Atenea, pero en fin, su hermano parecia muy interesado asi que se le unia como buen hermano.

La meurte despertaba de  una terrible noche, el sueño que había tenido no le parecía de la mas grato, su trabajo era llevarse las almas de los mortales, eso era cierto, pero no segarlas de tal manera y con tanto sufrimiento, ademas ver arder el templo de Atenea no le inspiró nada bueno, siendo la hija de Zeus y que sus templos cayeran por la fuerza destructiva del rey del Olimpo no le daba nada de esperanzas.

Perezosamente se acercó al estanque  que se encontraba cerca de su lecho, lavó sus cansados ojos y se aseo, para tratar de relajarce, en ese tiempo meditó sobre el camino mas correcto, pensó y pensó hasta que por fin tomo la decisión de partir a entrevistarce con Atenea.

-Naxos- se dijo para si mismo mientras salia del agua - Supongo que mis dadas se aclararán allí- el dios se atavió con sus ropas de viaje, guardo su espada y preparó lo necesario para emprender tan largo viaje, antes de salir de casa se inclinó en el umbral y para un buen destino realizó una pequeña oración.

-Madre generosa que con tu velo proteges a tus hijos

Señora inmortal y dueña de la noche

Guía mis pasos y que encuentre las respuestas que busco

Dulce Madre Nyx, tuya es la noche, tuyos los secretos

llevame a buen puerto"

Dijo el dios despidiendose de su hogar y de su madre.

El destino hizo la jugada que llevaría de Tracia a Naxos a la diosa Hécate. Esta se levanto de su lecho en medio del bosque, junto a ella reposando se encontraban sus tres perras negras como la noche mas oscura del mundo, el pecho oprimido por la tristeza de los presagios hizo que permaneciera un momento mirando el cielo que pronto sería recorrido por Apolo en su carro de fuego, Eos bailando anunciaba su llegada.

La diosa recorrió por un momento los bosques de su Tracia amada pensando que si no se hacia algo su preciado hogar sería castigado por el trueno de Zeus.

No pensó nada mas, se dejo guiar por el camino hacia Naxos, llevaba consigo los mejores productos que su tierra brindaba, Vino, Leche, Miel y Lavanda para ofrecer a Palas Atenea como presentes.

Perséfone mira hacia donde le indica ¿su madre? Pero no logra alcanzar a ver con claridad, a si que en vista de que su madre no tiene rostro decide ir hacia donde le señala.

Se acerca hacia la montaña con la máxima rapidez que sus piernas le permiten hasta alcanzar a la figura de su madre.

Tu madre pone sus dedos en tu boca para que no hables. En el fondo, sientes como si sonriera.

Ahora, con su brazo, señala hacia el pie de la montaña. Al mirar, ves a miles de humanos todos mirando hacia vosotras. También sin rostro.

Las nubes empiezan a brillar por los relámpagos de la tormenta.

¿Tú también nos vas a abandonar? retumban en tus oídos miles de voces de seres humanos.

Antes de poder responder, un rayo atraviesa el cielo e impacta directamente sobre ellos. No caen ni son mutilados, pero rápidamente un fuego comienza a consumirles.

Un mar de llamas hace que esos humanos empiecen a agonizar consumidos por el dolor

¡Ayúdanos!

Perséfone vuelve a mirar a su madre, con cara de desesperación. No sabe que hacer. Se queda como esperando una respuesta que no sabe si llegará.

-Nooo Grita, Yo no os abandonaré

La cuenca vacía de los ojos de los humanos parecen mirarte.

El fuego robaron y nos ofrecieron.

Ahora, todos moriremos.

Todas las llamas se funden en una sola. Los humanos desaparecen entre ellas, pero sus gritos de dolor siguen resonando en tus oídos.

Pero, de pronto, el fuego desaparece. Ya no hay nada, ni una huella de las llamas.

Con un poderoso trueno, la oscuridad se hace total a vuestro alrededor. No ves nada, sólo a ti misma

Y, en el lugar donde estaban ellos, aparece alguien. Le reconoces perfectamente. Es la diosa Atenea.

Perséfone se queda paralizada por un momento. Aun no daba crédito a lo que habia visto. De pronto se da cuenta de la presencia de Atenea. intenta decir algo, pero no le salen las palabras. Se agarra la garganta pero no le sale ningun sonido. Despues de unos intantes de desesperación por fin alcnza a decir...

-Atenea, ¿que esta pasando?

La diosa Atenea se acerca hasta ti y posa una mano en tu hombro. Con una sonrisa cálida te mira y hace que camines a su lado

Esto no es real. Pero puede serlo.

Su rostro cambió a la preocupación. Una vena cruzó su frente y su mirada se entristeció

Tengo luchar por la humanidad, y tu debes ayudarme. Mira allí

En la dirección  que te indica, ves el Partenon, tan espléndido como siempre… Pero un rayo parte el cielo y el fuego consume el templo poco a poco

Ven a buscarme a mi templo de la Isla de Naxos. Si así lo deseas, podremos hablar…

Poco a poco, su cuerpo se va convirtiendo en humo. Lo último que puedes ver son sus ojos llenos de ternura, contemplándote.

Y despiertas. Y descubres que no ha sido más que un sueño... ¿Un sueño? Más que un sueño, parecía un aviso. Aún tienes las palabras de Atenea grabadas a fuego en tu mente. Así que optas por ir al templo para averiguar si lo que has visto en ese "sueño" es cierto o no

Es la hora de dormir a los humanos.

Caminas, invisible, entre los mortales. En un pequeño poblado, buscas a aquellos que no concilian un buen sueño para ayudarles.

Casa por casa, duermes almas de cada una de las personas

Sólo te falta por dormi a una persona. Un niño muy joven, de unos 7 años. Buscas en su casa y no le encuentras. ¿Dónde está?

Al salir a buscarlo, le ves en la entrada de un bosque. Quieto y en silencio.

Te mueves hacia él y cuando vas a tocarle, notas algo muy raro. Algo que hace que quites la mano y no te atrevas a acariciarle.

¿Por qué no puedes acercarte al alma del niño? ¿Qué te lo impide?

Miro a mi alrededor y trato de determinar que oscura fuerza me impide dormir a ese joven muchacho.

Pequeño, ¿te has perdido? Estas nos son horas para que un joven como tú quiera adentrarse en un bosque oscuro y tenebroso.... ¿Acaso has perdido a tus padres?