Partida Rol por web

La Purificación de la Bruja

Capítulo I: El inicio del viaje a San Ponape

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15/10/2015, 18:04
Edgar Elric

Vamos, vamos, amigos. ¡Es momento de celebrar! Denia no sólo se ha recuperado, sino que obra milagros. Esto merece que componga una canción para conmemorar el momento.

Levantándose, Edgar tocó en su laúd las primeras notas de la cancioncilla que llevaba un rato pensando, y se arrancó a cantar.

El bosque estaba marchito,

por magia oscura maldito.

Mas una joven mujer

con un esfuerzo inaudito

el entuerto logró desfacer.

Su sangre y su pena brotaron

extendiéndose por el suelo cual brea

y con su rojo carmín el bosque sanaron.

Santa Denia, bendita sea.

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15/10/2015, 23:55
Director

El día transcurrió con tranquilidad, aburrido incluso. Denia mejoraba por momentos bajo la atención de Lirio, Para la noche había recuperado un color más normal, aunque aún pálido para lo que acostumbraba y al amanecer estaba mucho más fuerte, sobradamente para cabalgar, aunque aún no estaba bien del todo.

Por suerte los primeros días fueron no sólo pacíficos sino predecibles, el camino estaba muy transitado pues era la principal vía comercial entre Frankfurt y Stuttgart. Los cuidados de la elfa hicieron mejorar a la joven novicia con rapidez y un día más tarde estaba en plenas facultades de nuevo. 

Al tercer día fue cuando se desviaron. El camino principal para atravesar la Selva Negra se desviaba primero a la otra gran ciudad, para aprovisionarse y hacer una última escala provechosa - o para viajar en otras direcciones, como a Italia - pero ellos no querían atravesar la Selva Negra de norte a sur y San Ponape estaba en su zona occidental, por lo que Navief decidió que no seguirían esa ruta sino que entrarían por otra más directa desde el norte, una que no llevaba al Milanesado sino a la Confederación Helvética. Era especialmente importante ahora que habían perdido un día de los escasos cuatro que tenían de margen.

La nueva senda estaba menos transitada, apenas tuvieron encuentros con otros viajeros en el día que cabalgaron por ella, tan sólo un grupo de carromatos de chatarreros, quincalleros y trileros a los que adelantaron. Trataron de venderles sus baratijas un rato, hasta que las miradas de Ulrich les hicieron retirarse temerosos, murmurando a las grupas de sus caballos. Cerca de anochecer se aproximaban a un desfiladero sobre el río Rin, se trataba del único paso de la zona, un largo puente de tablones de madera y gruesa soga de esparto que medía unos veinte metros de largo para permitir salvar un desnivel de cincuenta, cortados a pico durante kilómetros río arriba y río abajo.

Navief fue la primera en darse cuenta de que algo no iba bien, porque conocía mejor la zona. Llegaba a ver los grandes postes, de más de seis metros, que servían de asidero a los vientos que sostenían el puente. Pero no había ni rastro de él. A medida que se acercaban, y los demás confirmaban que tampoco lo veían, la exploradora distinguió claramente una pequeña parte - tal vez tres metros - de él colgando de los postes del extremo contrario. Las cuerdas de éste lado también eran ya visibles, pero colgaban del mismo modo: completamente en vertical. 

El puente había caído.

 

Notas de juego

Os recuerdo que si queréis extender las conversaciones en el campamento o los días de trayecto podéis pedir escenas de charla asíncrona en cualquier momento (incluso varias a la vez si os hacen falta).

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16/10/2015, 00:12
Director

Aquello no era bueno y tal vez fuera buena idea echar un ojo, pero la buena noticia - o más bien regular - es que Navief conocía un camino alternativo. Era más largo, aunque no les retrasaría más que otro par de días, pero cruzaba por dentro de un acantilado peligroso y propicio para las emboscadas unas montañas salvajes. 

Las malas lenguas decían que allí había orcos y goblins y todo tipo de criaturas salvajes similares, incluso había oído cuentos sobre gigantes de las colinas y las montañas que secuestraban a quien pasaba por allí para hacer estofado.

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16/10/2015, 00:37
Lirio
Sólo para el director

Notas de juego

¿Cuán cerca / lejos estamos ya de mis tierras?

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16/10/2015, 00:38
Lirio

Lirio había resultado ser una agradable compañera. Cuidaba los caballos, cuidaba a la chica, se mostraba solícita para cuidar cualquier rozadura que cualquiera se pudiese hacer tras varios días de cabalgata. Contaba buenas historias, tanto leyendas como relatos de un pasado que ninguno de los otros había vivido, y en general daba al grupo alegría y optimismo.

Sin embargo, el paso de los días iba generando en ella una mueca extraña, algo más sombría, al tiempo que los demás habían percibido que había empezado a cojear.
 

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16/10/2015, 00:43
Director

Notas de juego

Muy lejos aún. Tus tierras están dentro de la Selva Negra, de modo que hasta que no os acerquéis a San Ponape no estaréis realmente cerca de ellas. Tu primer valle está al otro lado de la montaña en la que está la abadía, después de bajar toda la falda de la montaña.

Por cierto, creo que te lo dije ya la inicio del juego, pero en el momento que uses tu magia de nivel 5º ya no la recuperarás durmiendo (no en lo que dura ésta partida al menos)

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16/10/2015, 00:54
Lirio
Sólo para el director

Notas de juego

Sí, tenía un solo conjuro para el primer día, ya está descartado. Espero no perder la de nivel 4 :D

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16/10/2015, 02:11
Navief

Hasta ahora el viaje había transcurrido normalmente, sin embargo podían sentirse ciertas tensiones entre los miembros. Navief solo esperaba que esos ligeros roces no empeoraran cuando el camino se hiciese más sinuoso y tal vez más difícil de recorrer. A pesar de llevar provisiones suficientes, se preocupaba de que pudiese ocurrir otro episodio como el del comienzo del camino, pues ahora llevaban a una persona que no estaba incluida en el presupuesto inicial y si se retrasaban más de tres días seguramente los alimentos escasearían para todos. En estos pensamientos se hallaba cuando notó que la elfa estaba teniendo un comportamiento un poco extraño. Así que decidió hablarle en privado.

Notas de juego

Antes de mencionar la continuidad del camino, les doy espacio para que hablen un ratito entre sí.

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16/10/2015, 02:20
Navief

En uno de los descansos para la cena se aproximo a la elfa, sentándose a su lado para hablar con ella y, si se daba la oportunidad, preguntarle por su condición.

- Buenas tardes, Lirio. ¿Cómo va el viaje para vos? Hasta ahora ha estado ligero, pero me ha parecido veros un poco cansada, ¿o me equivoco?

Aguardo silencio un momento antes de proseguir.

- De verdad me alegra que acompañéis nuestro viaje. La presencia de los elfos es siempre muy grata, al menos para mi. Disfruto mucho de vuestro estilo de vida. 

La verdad es que le encantaban los elfos y todo lo relacionado con los mismos.

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16/10/2015, 02:30
Lirio

No había nada salvo afecto en la sonrisa que Lirio devolvió a Navief. Le gustaba aquella mujer, la más "élfica" de la comitiva.

- No es cansancio, el camino no me cansa, y menos cuando es por bosques y montañas, solo me agotan las ciudades. Es enfermedad, un mal profundo para el que no tengo cura me carcome lentamente, pero no te preocupes, no voy a morirme antes de llegar a nuestro destino. O al menos eso espero. Me encanta que te guste el modo de vida de los elfos, aunque si he de ser sincera, yo soy de una tribu un tanto solitaria, no tengo mucha relación con los otros elfos, y nuestras costumbres son más agrestes todavía. No es frecuente que una humana admire nuestro modo de vida, tan distinto al vuestro. Eso me llena de felicidad.

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16/10/2015, 02:46
Navief

La respuesta de la elfa la tomó por sorpresa. No se esperaba aquella declaración, pero no quiso ser imprudente.

- Ojalá en algún momento podáis hallar la cura a vuestra enfermedad. En cuanto a mi aprecio por vuestra raza, se debe a que fui criada en medio de los bosques. No sé si lo sepáis, pero entre los de mi raza es poco usual que una mujer se dedique a mi estilo de vida, pero a mi me agrada mucho estar en medio de la naturaleza. Mi padre me enseñó la lengua élfica de esta región, y podría decirse que en las comunidades de la selva negra los de vuestra raza me tienen en buen concepto. -Saca su arco, lleno de runas élficas- Este lo gané en un reto que me pusieron un par de elfos. Les pareció que era buena tiradora y lo pusieron a mi alcance si lograba cazar una bestia.

Sonrió amablemente, como no solía hacerlo entre los de su raza, para mostrar el aprecio que había adquirido por la elfa los últimos días.

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16/10/2015, 03:37
Sir Rudolph del Escudo Brillante

Tal como había coordinado con Sir Ulrich, el caballero del escudo brillante avanzó al frente del carro, siguiendo los paso de la guía que, por lo que estaba demostrando, parecía saber lo que estaba haciendo. Acostumbrado a las largas marchas, Sir Rudolph descansaba cómodamente montado mientras la punta de su lanza apuntaba al frente del camino.

Sin embargo, durante uno de los descansos que detectó la leve cojera de la elfa - Sabeis montar? - preguntó al darse cuenta que ese hecho podría demorarlos más de lo que quisiera - Si es así podeis hacerlo en Dalila - agregó señalando a la yegua de guerra que no solía usar - Solo os advierto que está educada para el combate. Si no tenéis experiencia en la monta seguramente se dará cuenta y hará lo posible por derribaros -

Una vez que se alejaron del camino principal, sus ojos, entornados, se volvieron más agudos, girando permanentemente de un lado a otro, verificando que los mercaderes fueran solo mercaderes y que ningún grupo de desconocidos los quisiera emboscar. Por eso fue de los primeros en darse cuenta que el puente que suponía cruzaba el río no estaba donde debía estar

- Doña Navief. Es idea mía o debería haber un puente sobre ese río? Eso puede ser un problema. Acaso conocéis algún vado en las cercanías? -

Notas de juego

Paso, por ahora, de charlas específicas.

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16/10/2015, 10:37
Edgar Elric

Sir Rudolph, si nuestra querida acompañante tiene las piernas resentidas lo mejor sería que las descansase sentada en el carro, no que las fuerce montada en un caballo. Si gustáis, doña Lirio, podríamos debatir algunos temas que me tienen intrigado...

________________

Transcurrió una buena parte del viaje sin demasiados incidentes hasta que llegando a un barranco vislumbraron que el puente que necesitaban cruzar estaba poco dispuesto para tal tarea. ¡Se había caido! Bueno, mejor antes que mientras cruzaban...

Esto va a requerir un rodeo... La cuestión es ¿cómo de largo? -inquirió a la guía.

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16/10/2015, 14:03
Lirio

- Prefiero no montar, gracias.

La respuesta, escueta, no era sin embargo extraña. Una de las cosas que más habían notado los presentes era la verdadera afinidad de Lirio con los caballos. Al igual que hacía con los humanos, cada día al terminar la jornada los revisaba meticulosamente, buscando cualquier magulladura o rozadura que se pudiesen hacer, incluso por un par de veces había masajeado los músculos cansados de alguno de ellos. A los animales también parecía encantarles la elfa. Siempre que terminaban la jornada, Lirio les sacaba las sillas, las bridas y los bocados, y los dejaba libres. Alguno había pensado que podían salir huyendo pero nada más lejos de la realidad. Nada más soltarlos, corría un rato con ellos, jugaba, los empujaba, y por momentos parecía que los juegos de estos podrían poner en cuestión la integridad física de la elfa. Nada más lejos de la realidad, podían amenazarla con patearla, pero era parte del juego, y tras un rato de correr y retozar y echarse boca arriba cual potrillos, pasaban a comer. La afinidad de los caballos con la elfa era tal, que el más joven había intentado incluso meterse en la pequeña tienda de campaña para dormir a su lado, y tras rechazarlo con firmeza un par de veces, y en medio de las risas del resto del grupo, al final había optado por echarse al lado de la tienda.

Lo que era indudable es que tanto el tratamiento como los juegos parecían sentarle bien a los animales, y estos caminaban más frescos y animados.

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16/10/2015, 14:22
Denia

Denia se preocupo al ver que la elfa cojeaba y poniéndose a su lado le susurro amablemente -¿puedo ayudaros con esa cojera? quizás pueda hacer algo- dijo no muy segura de poder ayudar.

Se quedo pensando en el comentario que le había hecho la elfa en el claro, un espiritu..... nunca o había notado, quizás su maestra no lo sabia, siempre había notado que había algo en ese claro que cuidaba de ella, pero suponía que eran imaginaciones suyas. 

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16/10/2015, 14:42
Lirio

- Mi hermosa Denia, no hay nada que podáis hacer, o eso creo. La enfermedad que ha anidado ya en mi cuerpo está más allá de toda capacidad de sanación, ni siquiera vuestra sangre de Santa puede atajar semejante mal. Pero os agradezco enormemente vuestra preocupación.

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16/10/2015, 16:53
Navief

A medida que pasaban los días se hacía más evidente para todos la condición de Lirio, sin embargo Navief se mantuvo al margen guardando discreción. Pero llegado el momento en el que la novicia ofreció su ayuda, prefirió intervenir.

- Hermana Denia, Lirio es una elfa muy fuerte, de las más virtuosas que haya conocido. Creedme que si ella llega a necesitar vuestra ayuda, os lo hará saber enseguida.

Habló en un tono sereno, aunque firme. Se ponía en el lugar de la elfa y podía suponer cómo se sentía.

- Vuestra disposición es ciertamente muy grande, pero no es necesario que hagáis más de lo que es requerido por vos.

Tras unos minutos más de caminata, llegaron al desfiladero. Por supuesto que notó que aquello no se veía como usualmente se ve, y el comentario de Sir Rudolph terminó por confirmar lo que ella misma se estaba negando a caer. ¡El puente estaba caído! Hizo una mueca de evidente disgusto y detuvo la comitiva, apeándose del blanco caballo. 

- Nos detendremos aquí a descansar. -Dijo con voz algo imperativa.- Sir Ulrich, Sir Rudolph, es necesario que hablemos un momento. 

La caída del puente no traía consigo buenas noticias, todo lo contrario, y creyó conveniente consultarlo con los caballeros de la expedición antes de hacerlo con el resto de la comitiva.

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16/10/2015, 20:37
Sir Ulrich Ulfgart

Durante le viaje Sir Ulrich se mantenía callado, serio y recio. Lo acontecido el último día le había hecho pensar muchísimo en todo lo que le rodeaba. Estar ante la posibilidad de alguien al que el Señor había bendecido, le hacía temeroso y afortunado a partes iguales. Si fuese cierto, estaba orgulloso de poder servirle y protegerle, pero si fuese mentira y la brujería fuese dominando poco a poco a la muchacha... no...aquello no podía ser y aunque desechase de corazón tal situación, algo en su mente le hacía mantenerse alerta ante la posibilidad.

Todo ello unido a que parecía que pertenecía a una compañía de zíngaros más que a una orden de caballeros, le hacían no tomar partido en casi ninguna conversación y mantenerse al margen de casi todo si no era necesaria su actuación. El día anterior, entre los bailes y canciones de la elfa, los laudes y poemas del bardo, le hacían sentir incómodo. Aquellos pobres locos no eran conscientes de la importancia de su encomienda y se paseaban como quién decide ocupar su tiempo paseando por la ribera. Libre de preocupaciones y con una felicidad inusitada. Todo ello contrastaba con el carácter austero, silencioso y marcial del caballero. De vez en cuando dirigía una mirada de desaprobación que no pasaba de ahí. Si hubiese considerado necesario calmar sus espíritus lo habría hecho por el bien de su misión.

Sir Ulrich caminaba a la vera de Denia, acomodado en su caballo y cerrando la comitiva. Acostumbrado a los largos desplazamientos a caballo, mantenía el rostro inalterable.

No fue hasta el tercer día que llegaron ante el final del camino, pues el puente que permitía franquear el desfiladero se hallaba destrozado. Ulrich se aproximó al mismo para observar la situación e iba a comentar algo cuando escuchó las palabras de Navief. Asintiendo dio un tirón a las riendas de su caballo y se aproximó a la guía para escuchar lo que tenía que decir. Esperaba que supiese de alguna alternativa para franquear el paso.

Notas de juego

Por la forma de ser de Ulrich a no ser que el master diga lo contrario, dudo que permita que alguien que no es él u otro templario, desensille y cuide de sus caballos o armas. En caso de que así fuese, seguramente Ulrich hubiese tenido unas palabras con la elfa en ese aspecto (llamese discusión posiblemente XD) en que le solicitaría que dejase a sus monturas tranquilas aunque no tenga otra que aceptarlo si así el master lo decide.

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16/10/2015, 22:30
Lirio

Notas de juego

Intengo darle color a mi personaje, pero si no quieres que su caballo sea feliz, no pasa nada, cuida y juega con los otros :D

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17/10/2015, 03:00
Sir Rudolph del Escudo Brillante

Si bien para el joven caballero resultaba extraño que alguien (tras algunos días de convivencia estaba empezando a aceptar que Lirio no era "algo") que disfrutase tanto de atender los caballos se negase a montarlos, lo cierto es que tampoco insistió demasiado al escuchar la negativa de la elfa. Había cumplido con su deber cristiano de ofrecer ayuda a quien lo necesitase. Ese deber no incluía obligar a nadie a que aceptase su ayuda

Y menos al darse cuenta que lo que había tomado por cansancio quizás se tratase de alguna enfermedad.

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El del Escudo brillante, al notar que su compañero pasaba a su lado, espoleó las riendas y se puso a su lado, acompañándolo hasta acercarse a la guía - Vos direis - más que escucharse se adivinó que decía antes de que se quedara a la espera de las palabras de Navief

Notas de juego

Rudolph no es tan "estirado", y lo permite... lo que significa que no permanezca atento a lo que pase con "sus" animales. Después de todo "Dalila", su yegua (caballo de guerra ligero) está preñada (obviamente de "Sanson", el caballo de guerra pesado)