Partida Rol por web

-Os aguardaré en Fallcrest hasta que terminéis vuestros cometidos.- Contesta con su voz grave.

-Pero no tardéis mucho ... la ciudad está bajo amenaza y temo por lo que le pueda suceder a Obanar.-

Os aguardaré en Fallcrest [...]

Me reincorporo y asiento una sola vez con la cabeza antes de empezar a deshacer el camino. Con un andar pausado y una casi imperceptible cojera en el pie derecho, recojo la máscara que he tirado al suelo. Sacudo un par de veces la máscara de color marfil, para quitarle la arena. La miro durante un rato hasta que hastiada por lo que veo, decido que prefiero empezar a caminar hacia donde hemos dejado nuestras monturas.

El eladrín se había encargado de finalizar aquella charla, convenciendo a Rowthar para que hablara al fin y quedara de acuerdo con ellos en un curso de acción.

El hechicero realizó una elaborada y un tanto ridícula reverencia ante el torriano, utilizando ambas manos y la túnica para ello.

-Volveremos aprisa a Fallcrest, Rowthar. Qué los vientos os sean favorables.-

Terminó su formal despedida y se apresuró a seguir al resto hacia las monturas que habían dejado antes de tan inesperado combate.

Bien marchemos pues
Los héroes partieron con sus monturas hacia su destino. Sus figuras se difuminaban en gran disco naranja del Sol en su ocaso, mientras que el el humo de la extintas hogueras volaban libre hacia el cielo infinito.

El eladrin se fijó en Eva, la mujer parecía sufrir y en grandes cantidades, él había sido educado para ser un protector de todo, pero aquella situación le resultaba incomoda, pues por ella era incapaz de hacer algo más.

A pesar de todo ello se despidió del Torriano y marcho junto a los demás para continuar el trayecto y ver que hacían al final.

El hombre león os abandona en dirección contraria a vosotros mientras reemprendeis el camino hacia Winterhaven. Continuáis por lo que queda de viaje sin muchos más problemas si bien empezáis a ver rastros de escaramuzas aquí y allá ... para cuando llegáis a Winterhaven está claro que la ciudad ha recibido ataques.

Winterhaven no es un lugar muy grande, quedando empequeñecida al lado de Fallcrest ... algo normal teniendo en cuenta que estáis en tierras fronterizas. 

Su población debe rondar el millar, si bien la mayoría están en las granjas circundantes, y siguen las ordenes de Lord Ernest Padraig, heredero del puesto desde los tiempos del viejo imperio. Las murallas de Winterhaven son gruesas y robustas pero podeis observar como han sido derribas por el norte y la mayor parte de las casas de ese lugar han sido destruidas, derribas o dañadas por lo que parece un asalto.

A su alrededor hay restos de gigantes muertos apilados en piras, así como los cuerpos de sus habitantes que murieron defendiendo su hogar.

Sizzly contemplaba anonadada el escenario, tapándose con la palma de la mano la boca para reprimir el grito. Para cuando se hubo tranquilizado e intentó hablar lo hizo con dificultad, la situación era peor de lo que se esperaba.

-Q-que horror...- Logró pronunciar con un leve tartamudeo. -Ojala queden supervivientes...- Aunque ingenua sabia demasiado bien que si los gigantes habían tomado la ciudad poco había que pudieran hacer sus habitantes para expulsarlos.

La muchacha colocó la palma delante se sus labios y sopló, como quien lanzaba un beso a su pareja. Hilos de fuego tejieron el cuerpo de su familiar.

-Krew, vuela delante de nosotros y se discreto, si ves cualquier cosa fuera de lo normal o encuentras supervivientes indícame el camino. -El diablillo puso cara de fastidio y desapareció sin decir palabra, dispuesto a cumplir.

(Voy a ignorar el mensaje de Sizzly, pues parece que interpretó mal el mensaje anterior del director y la ciudad bulle de supervivientes. ;).)

Estábamos llegando al final de la primera mitad de nuestro viaje. Acarició la crin de mi caballo, como recompensa por su buen servicio. Buen chico... pienso en silencio, momento en el que llega hasta mi ese sutil aroma que nunca podré olvidar. El agridulce olor de cenizas y carne quemada. Levanto la vista al horizonte par descubrir que la silueta de Winterheaven ya se deja ver a lo lejos.
No es necesario ser muy observador para hacerse una idea de lo ocurrido. La ciudad ha sufrido los envites de los gigantes desde hace algún tiempo. Aun resiste estoica y orgullosa, pero a un precio que no podrá mantener para siempre. - Ahora innegable que los rumores eran fundados. - Comento mientras empezamos a dejar atrás las primeras granjas y restos de batalla.

Veo algunas miradas curiosas y temerosas que se levantan hacia nosotros. No dicen nada pero sé que están pensando. ¿ Amigos o enemigos ?. Sin responder a su pregunta muda, bajo un poco la capucha para resguardar mi cara en la intimidad de las sombras.

A las puertas de la muralla algunos guardias cansados ya nos han visto llegar y nos esperan. Tiro de las riendas para detener el caballo a media docena de metros, para presentarnos y pedir audiencia. - Venimos en nombre de Lord Faren Markelhay de Fallcrest. Es preciso que veamos de inmediato a Lord Ernest Padraig. - Informo usando un tono de voz fuerte, con un deje imperativo y sin entrar en mas detalles.

Uno de los guardias asiente y os indica que lo acompañéis. Avanzáis entre las casas hasta llegar un punto en el que están reparando una de las murallas maltrechas.

Entre los hombres hay uno que destaca por encima de los demás. Lord Padraig.

El guardia lo avisa de vuestra presencia y se os saluda.

-Bienvenidos seáis, si bien no es la mejor momento para visitar la ciudad de Winterhaven, ¿que motivos os traen por aquí?-

El clerigo estaba sintiendo malestar a ver tanto caos por donde pudiera mirar, la batalla habia sido sin duda grave.
Perdon Lord Ernest Padraig, soy Monseñor Iannes, de la Iglesia de Amaunator, la luz eterna. Mi disculpa ante la interrupcion, pero no puedo negar mis servicios a los necesitados. Hay algo que pueda hacer para ayudar a los heridos, son bien tratados?

La llegada a la ciudad fortificada de Winterhaven tuvo un anuncio amargo, una visión de ruina, muerte y fuego era la mensajera que confirmaba los temores del Lord Warden de Fallcrest. Mientras más se acercaban, más quedaba claro que allí los gigantes habían sido detenidos con un tremendo esfuerzo por parte de la milicia local.

Cuando los ojos del mago distinguieron las enormes figuras de los gigantes muertos, no pudo evitar girarse hacia Eva, que parecía bastante centrada en su montura -Si sacáramos de allí estos cadáveres, podríamos ver algunas de las incursiones de ese monstruo en otros poblados-. Hubiera hecho una mueca, pero solía encontrarse en perfecto control de que exteriorizaba y que no, por lo que simplemente siguió adelante en silencio mientras los guardias los llevaban con el señor del lugar.

-Bienvenidos seáis, si bien no es la mejor momento para visitar la ciudad de Winterhaven, ¿que motivos os traen por aquí?-

Evidentemente, el clérigo hablaba más por inclinaciones personales que por un intento sincero de responder la pregunta de Lord Padraig. Le pareció un poco fuera de lugar, aunque la verdad parecía realmente acongojado. Decidió ignorar la pregunta de Iannes y hablar él mismo.

-Noble Lord Padraig, hemos sido convocados por Lord Markhelhay para confirmar o descartar los rumores de que los gigantes están bajando desde la montañas con ánimo de arrasar los últimos vestigios de civilización en estas tierras- Expresó con un tono cortés y evientemente consternado con la situación presente, al tiempo que saludaba con varias reverencias -El paisaje de vuestro pueblo habla por sí solo, sin embargo es parte de nuestras órdenes saber más detalles de lo que ha ocurrido, para poder evaluar esta amenaza-

Padraig hace acercar a uno de sus hombres y le indica que acompañe al clérigo hacia la casa donde atienden a los heridos. Que los hay y abundan.

-¿Rumores?- No puede evitar decir con una mueca de incredulidad.

-Llevamos ya varias semanas recibiendo ataques aislados de orcos, ogros y gigantes.

-No parecen coordinados pero está claro que se están juntando y preparando para algo.- El humano miró hacia las montañas que hacían sombra a Winterhaven, donde sus picos rascaban las nubes. -No creo que tarden mucho a bajar y arrasar con todo lo que encuentren en el valle de Nentir y mas allá.-

Sizzly parecía algo distraída durante el camino, parecía como si estuviera hablando con alguien pues de vez en cuando murmuraba algo en una lengua extraña. Cuando llegaron ante Lord Ernest se llevo el dedo indice a los labios y ordenó a su invisible acompañante silencio antes de empezar a conferenciar con la máxima autoridad de Winterhaven, o los restos de esta.

-Supongo que ir en grupo en un mismo sentido ya es un logro en sí.- Dijo en tono de broma, coincidiendo con el lord. -Pero la fuerza de las hordas son algo a tener en cuenta. Si hay algo que pueda hacer por vos, cualquier cosa... me gustaría poder ayudarle.

Nada nuevo había en las palabras del Lord. Gigantes, ogros y orcos estaban hostigando la ciudad por algún motivo. Algo orden donde antes solo había caos. Alguien estaba usando esas criaturas para algún fin. Bajo la capucha escucho atenta pero mi cabeza intenta elegir el próximo paso con cautela.

Al final decido hablar, sin necesidad de levantar la vista - ¿ Tenéis conocimiento de su número ?. ¿ Cuantos son y donde están ?

Si hay algo que pueda hacer por vos, cualquier cosa... me gustaría poder ayudarle.

-Si eres útil en batalla, siempre puedes quedarte aquí a ayudar en la defensa.-

Al final decido hablar, sin necesidad de levantar la vista - ¿ Tenéis conocimiento de su número ?. ¿ Cuantos son y donde están ?

Lord Ernest niega con la cabeza.

-Están en las montañas ... poco mas se de eso, los últimos exploradores que mandamos no han vuelto.-

Están en las montañas ... poco mas se de eso, los últimos exploradores que mandamos no han vuelto.

Vamos a ir. Necesitamos saber a que nos enfrentamos exactamente. - Sentenció en mi habitual tono de quien no tiene costumbre de pedir permiso para actuar. - ¿ Quien de tus hombres es el mas capacitado para acompañarnos en esas tierras ?

-¿Por que debería?-

-No se quienes sois o si vais a desaparecer una vez entréis en las malditas neblinas de Stonemarch ...la ciudad está bajo amenaza y necesito a cada hombre capa de presentar lucha o proporcionarme la información que pueda necesitar.-

La voz del lord suena severa y sin poco margen a las bromas.

No se quienes sois ...

Venimos en nombre de Lord Faren Markelhay, de Fallcrest. - Me presento cayendo en el detalle de que mis compañeros no lo han hecho antes. - Nos ha enviado para esclarecer que hay de cierto en los rumores que llegan a la ciudad.

... o si vais a desaparecer una vez entréis en las malditas neblinas de Stonemarch

No lo sabes. Entre las duras tareas del regente, están las de elegir sabiamente. - Reprocho en el mismo tono severo que Lord Ernest ha empleado. - De ello depende la vida de tu gente ... Pero no olvides que Lord Faren Markelhay también necesita toda al información que pueda reunir, para quizás tomar la decisión de enviar ayuda ... o no.