Partida Rol por web

-¡Maldita sea! –maldijo el pícaro mientras mojaba abundantemente las quemaduras. Hacía muchísimo tiempo que no le sucedía esto. Una de dos, o se estaba descuidando o realmente había algo importante tras aquella puerta. Las heridas no parecían demasiado serias pero aun así Rómulo se ofreció a curarle, ayuda que Gaius no iba a rechazar.

- Gracias Rómulo – comentó agradeciendo su gesto – Si tengo intención de intentar abrirla una vez más, aunque no puedo estar seguro que no use algún sistema de rearme…- contestó a sus compañeros. – Por si acaso apartaos –

Al asesino nunca le gustaba reintentar las cosas. Siempre confiaba en que su atención y concentración eran las óptimas, entonces ¿Por qué iba ser diferente al segundo intento?

Los demás observaron temerosos como Gaius volvía a intentar desactivar la puerta. El asesino no las tenía todas consigo: aquella trampa no era mecánica sino mágica, lo cual siempre complicaba las cosas. Pero también sabía que cargar una trampa mágica era algo costoso y normalmente esto significaba que su rearme automático no era habitual... Cuando a su olfato llegó el olor a ozono supo que aquella trampa no era de las habituales... ¡Maldición! Nuevamente Gaius se lanzó con la suficiente agilidad como para evitar la peor parte del impacto de los relámpagos, pero resultaba imposible esquivarlos por completo en aquel espacio reducido. Notó como sus huesos recibían la descarga brutal de la energía eléctrica y cayó al suelo exhausto... Lo peor de todo es que aquella puerta permanecía cerrada.

Sin decir nada, Mosest se detuvo al lado de Gaius y rezó con las manos sobre sus quemaduras para que Gloranai lo restableciera.

- ¿Y si intentamos tirarla abajo?

- Parece que esa puerta no la podrás abrir - comenta Rómulo en voz baja - supongo que deberemos intentar averiguar que hay detrás de esas - completó señalando las puertas gemelas que aún no habían investigado

- Aunque si están tan bien protegidas cada vez estoy más ansioso de saber que puede haber allí. Ah!... si estuviera Crispín - completa melodramaticamente - Seguro que el podía abrirlas -

Las manos cálidas del paladín se posaron sobre el hombro de Gaius. Éste sintió la reconfortante acción de la magia curadora a través de su piel. La diosa concedía el don de la curación...

"No perdamos más el tiempo, está claro que esa trampa nos supera, hay que buscar otro camino," declara Arthedain.

Teneis razón, no perdamos mas el tiempo, vayamos por la última puerta que nos queda-me temo que vamos de cabeza a una trampa- pensó el enano- Esto no es normal ¿ pero no tenemos muchas opciones, verdad ? Ahora es cuando hemos de ser mas cuidadosos que nunca, no quiero ver ninguna acción que ponga en peligro al resto del grupo ¿ entendido ? el error de uno puede representar la muerte de todos. Vamos

El orgullo, gran aliado algunas veces, otras en cambio guía hacia la perdición. El pícaro estaba totalmente fuera de si, aunque no lo exteriorizara. No era suficiente con la vergüenza de no poder abrir la puerta si no que además Rómulo, confiaba que inconscientemente, le instigaba con comentarios sobre su ridículo primo Crispín. Casi nunca trabajaba en compañía y volvía notarse que no era su fuerte.

- Bien dejadme, lo intentare una vez más – espetó algo enfado Gaius cortando las palabras de Bhain – preparad vuestras conjuraciones por si fuera necesario – añadió tragándose su orgullo. Se concentro una vez más en los engranajes que le habían provocado las dolorosas quemaduras, esta vez el los vencería. Incluso antes de comenzar su trabajo se permitió recordar una frase ya olvidada y en desuso para él: “A la tercera va la vencida”.

Todos contuvieron la respiración cuando el asesino lo intentó nuevamente. En cualquier momento esperaban ver saltar nuevamente el relámpago y aunque Gaius había demostrado ser ágil para esquivarlo quizás esta vez no tuviese tanta suerte. Pero contra todo pronóstico las manos expertas abrieron el portón sin que, esta vez, sucediera nada extraño. Aunque no lo veían debido al embozado Gaius lucía la sonrisa más amplia que le permitía su boca. Aquel si que había sido un desafío.

Empujando levemente la puerta contempló un suelo de piedra levemente iluminado. La iluminación, muy tenue, parecía venir del suelo. Y se escuchaba el ruido de algo gorgoteando, como una colosal olla puesta a hervir al fuego. El asesino asomó un poco el rostro. La mayor parte de la sala estaba totalmente sumida en la oscuridad, pero a unos seis metros de la entrada se veía una piscina de agua azulada que emitía aquel extraño sonido cuando su superficie se retorcía con las burbujas provocadas por algún tipo de reacción. La piscina debía tener unos seis metros de radio y era lo que provocaba ese extraño resplandor.

Pese a que el líquido parecía hervir una vaharada de frío glacial se escapó del interior de la cámara.

- No me gusta. Si caemos ahí no habrá salvación me temo. Pero supongo que está ahí protegiendo algo.... no sé qué hacer.

Nunca había visto nada parecido ¿ alguno sabe de que se puede tratar ? -El enano examinó la habitación - esto no me gusta - El enano se puso en guardia, preparado para que le atacaran en cualquier momento - ¿ gaius , Mama, habíais visto alguna vez algo parecido ?

-En mi perra vida.-La maga había usado la mayor parte de sus conjuros y el de detectar magia lo usó con el enano la primera vez que le dolieron los ojos. -Parece un pozo de energía o algo similar; será mejor que tengamos cuidado y nos mantengamos alejados de eso. Con el frío que desprende se me han puesto ya duros los pezones y aún no he cruzado la puerta.

Mosest miró ruborizado a la maga por la obscenidad que acababa de soltar pero no dijo nada. En su lugar, se concentró en escudriñar la habitación que se encontraba ante él.

El druida, aún montado siguió al pícaro a la extraña sala mientras miraba a su alrededor - Si realmente es extraño... y el frío no parece natural - consensuó con los presentes mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro al escuchar la respuesta de la maga... y el rostro del paladín.

- Aunque... - como de costumbre, el gnomo no pensaba quedarse quieto, tomando una de las balas de su honda se preparó para lanzarla a la piscina después de avisar - Por las dudas... mantengan la distancia -

Al ver que no había nadie cerca, balanceó su pequeño brazo y lanzó la pequeña bala hacia el líquido, sin saber que podría suceder

Lo único visible para el grupo era la extraña piscina en ebullición. El resto de la sala estaba sumida en una oscuridad total, aunque cuando el mediano lanzó su piedra - que se hundió en el líquido sin más reacción - el sonido reverberó anunciando que la sala oscura era realmente grande. Un pabellón sin duda.

Rómulo estaba a punto de lanzar otra piedra a la piscina cuando la mano del paladín se posó en su hombro. Levantando la vista vio que éste miraba hacia el pozo con el rostro pálido y los ojos muy abiertos. La maldad que emanaba del mismo era tan fuerte que casi le dolía en el corazón...