Partida Rol por web

¿ habéis notado eso ?- dijo Bhain, Notando como se le ponía la piel de gallina - De repente la temperatura ha bajado
La cara de Rómulo, su compañero, se había transformado en un rictus de preocupación que no paso desapercibida al enano

¿ que sucede ? - Le preguntó . el enano no veía nada, paro atención a ver si podía captar algún sonido, pero no escucho nada, fuera lo que fuera lo que le preocupaba a Rómulo, se le escapaba de las posibilidades de Bhain.

Mosest embrazó su escudo y preparó su espada, vigilando todo cuanto acontecía a su alrededor. Atento a la más mínima señal de algo que se le acercase... ciertamente estaba preocupado. Forjar su leyenda no sería tan fácil como pensaba en sus fantasías de adolescente.

- Rómulo, ¿pasa algo, verdad?. ¿Vamos a tener que luchar?. ¿Lo haremos aquí mismo o retrocederemos al pasillo?. ¿En qué formación nos disponemos?.

Ante la andanada de preguntas del paladín, Rómulo, no supo que responder. Esto de ser líder era más complicado de lo que pensaba - Eh... no nos separemos y veamos cuantos son - terminó diciendo sin demasiada seguridad

El mediano seguía firmemente montado y dispuesto a usar su honda, o su magia, sobre los no-muertos que pudieran aparecer - si podemos evitar que se acerquen... quizás por medio de las oraciones - continuó - quizás podamos eliminarlos antes de llegar al cuerpo a cuerpo -

No era un gran plan, pero sin más datos, le resultaba imposible pensar en una estrategia más eficaz.

Al oir las palabras de su compañero sus manos casi actuaron por inercia y se pusieron en actitud de combate.- Todos atrás- dijo mientras el mismo daba un par de pasos hacia atas. - Si dejamos la entrada libre, cuando intenten pasar tendrán que hacerlo de uno en uno, en cambio nosotros podremos golpearlo varios a la vez.- Ahora se sentía seguro, a veces le gustaría poder expresar lo que sentía pero siempre acababa metiendo la pata, y se le malinterpretaba, pero cuando se trataba de combatir si que sabía exactamente que hacer

Arthedain siguió sin decir palabra la instrucción de retroceder, al tiempo que se colocaba en guardia con la espada, y aprovechando la duración del conjuro de detectar magia, lo enfocaba hacia la oscuridad de la que provenían el frío y los -previsibles- muertos vivientes.

Silvania tampoco dijo nada. Simplemente, esperaba un blanco. Los dedos de su mano derecha, protegidos por la capa de cuero que utilizaba para protegerse de la cuerda, empezaban a cosquillearle por la falta de uso.

Quizás era la opresiva estancia en aquel lugar infecto lo que acentuaba su miedo, y con él su necesidad de un enemigo en el que focalizar sus esfuerzos como tiradora.

Aunque Arthedain se esforzaba no veía nada que brillase o le llamase la atención en la oscuridad. Si era consciente de que el suelo de la sala, al igual que las paredes, parecían brillar muy levemente, como si contaran con algún tipo de magia enmascarada en su interior. Pero la oscuridad era tan densa que no permitía ver quienes - o que - eran lo que se aproximaba.

Tiro iniciativa, pero espero a colocarme después de que lo hagan los demás, por lo de la poca armadura y eso...aunque aún me dura "la armadura de mago".

-Rómulo, ¡ponte detrás nuestra!. ¡Bhain y yo los detendremos mientras nos apoyáis desde atrás!.

Tirado y colocado.

Robin avanzó hasta el frente de la formación y se arrodilló en el suelo, afianzando su lanza con la punta apuntando hacia la oscuridad y el otro extremo bien encajado en una grieta de la roca. Mientras, con su mano izquierda se aseguraba de tener bien sujeto el símbolo sagrado de su dios. Presentía que, dentro de poco, sus poderes serían necesarios...

Con un susurro, empezó a recitar una oración a su Patrón: "En la noche más oscura, el mal no escapará a mi vista... a no ser que la Tres Veces Maldita Pifia se interponga en mi Destino, Random no lo quiera."

- Allá vamos otra vez…- pensó Gaius mientras su corazón bombeaba aceleradamente adrenalina a su torrente sanguíneo, esperando ver que se acercaba arrastrándose a ellos.

El silencio que si hizo mientras esperaban acarreo extrañas sensaciones en el asesino. Quizás no debería haber insistido tanto en abrir aquella endiablada puerta, la satisfacción había sido grande pero el olor a piel quemada atestiguaba que ya había pagado un alto precio, y tenía la intuición de que el interior de la habitación cobraría los intereses.

Aun con la adrenalina corriendo por sus venas se noto débil y con las articulaciones algo afectadas. No queriendo molestar a Robin, en lo que podía significar una gran ventaja para el grupo si se trataba de muertos vivientes, considero oportuno echar mano de su propia reserva de curación. Bebió la poción de su vial sintiéndose menos entumecido y procedió a devolverlo a su cinturón cuidadosamente.

El pasillo que conectaba con la sala estaba literalmente atorado por sus compañeros, sin poder hacer otra cosa se situó al lado de la nigromante haciéndole un gesto de complicidad mientras descolgaba su arco de la espalda y encajaba una flecha. Ahora era cuestión de seguir esperando…aunque estaba atento a las palabras de Romulo, nunca podían saberse las salidas de su curioso líder.

"Gaius, Mama", dijo Arthedain en un susurro. "Cuando nos metamos en harina, echad de vez en cuando una ojeada atrás; ese pasillo es muy estrecho y si alguien viene por ahí lo tendremos mal para salir pitando... digo, para hacer una rectificación de líneas", acabó el elfo con una mueca sarcástica.