Partida Rol por web

La sinfonía de los adioses.

ACTO I - Macabro crimen en la habitación cerrada

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06/03/2016, 23:11
Lo que acecha en bambalinas.

El inmisericorde invierno trae el ocaso con prontitud, y, como una procesión de almas en pena, todo vuestro sufrimiento confluye en el teatro Kursaal, que se yergue cual enorme catedral neo-clasicista, su rostro formado por largos ventanales rematados con relieves que recuerdan a los capiteles de las columnas grecolatinas, su cristalera frontal con balconada y la suavidad y sobriedad de sus formas, que dotan al monstruo de una armonía casi musical.

Tal y como habéis sabido, queridos, las puertas están abiertas. Claro que lo están. Esta noche queremos tener público, pues la función va a ser exquisita. Pasad... Pasad... a través de las cristaleras. Ya no quedan entradas para la última obra de Zann, pero no las necesitaréis.

Pero bueno, parece que los señores Buck y Harper son los más puntuales. ¿Armas? Qué desconfiados... ¿De qué sirven las balas en una obra? ¿No sabéis que la esencia del arte es la mentira? Allá donde vais no os servirán de nada.

Oh... El señor Buchanan... Tan altivo... Vienes a por tu familia. Tranquilo, hallarás lo que buscas. Todos estamos aquí, esperando.

Señor Flickerman, viene usted preparado, pero toda esa parafernalia le será sumamente inútil, pues lo que pretende encontrar podrá percibirlo usted mismo, con sus propios ojos.

Señor Bradshaw... Llega usted un poco tarde a la cita con su amigo... Una agradable velada es algo que nadie rechazaría en su sano juicio ¿Verdad? La curiosidad no mató al gato, sino lo que halló tras el umbral de la sombra...

La obertura ha finalizado, y los ojos del público se vuelven hacia el escenario, atentos, expectantes. La noche es joven y queda mucho espectáculo por delante. Sean bienvenidos a "La Sinfonía de los adioses" ¡Nuestra historia tiene de todo! Asesinatos, traiciones, secretos familiares, fantasmas del pasado... Y del presente.

Y la música... ¡Oh, la música! La música es maravillosa. Se arrastra a través de los oscuros corredores como una armoniosa respiración. Un violín rasgado. Un arpa solitaria en un rincón. Las suaves notas del piano en el silencio de la noche, cuando no hay nadie para tocarlo. El embrujo embriagador del trino del diablo, de Tartini, la siniestra quietud del Claro de luna de Beethoven, la fugaz energía de La Campanella de Paganini...

¿Conocéis La sinfonía de los adioses, de Joseph Haydn? es una pieza muy particular... Cada vez van quedando menos músicos tocando, desaparecen... Hasta que sólo queda uno. Y ese violín termina la melodía. El único que queda...

¿Quién será el último violín, queridos? Sentaos a ver el ensayo antes de comenzar con vuestros quehaceres, al fin y al cabo, aún no es seguro merodear por los corredores, pues los muertos viajan rápido en la noche cerrada.

Notas de juego

Esto es una introducción para abrir boca, mañana os doy pie ^^

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08/03/2016, 23:01
Guardián de los Mitos

Sobre las seis y cuarto, todos habéis llegado al teatro Kursaal y habéis entrado a través de las cristaleras.

Tal y como habéis sabido, la vigilancia brilla por su ausencia, pues los esfuerzos de todo el personal están redoblados y centrados únicamente en el ensayo de la última obra del genio... Que además, poco parece importarle la afluencia de curiosos, dado el próximo final de su trayectoria.

Por ello, cuando entráis en el enorme recibidor, decorado con un estilo barroco alemán, en contraste al neo-clasicismo italiano de la fachada, no podéis evitar sobrecogeros ante las exquisitas molduras y las tallas en yeso que adornan las paredes, además de la magnífica araña dorada que cuelga sobre vuestras cabezas. Hay, también un mostrador frente a vosotros, donde se venderían las entradas para las funciones y se colgarían los abrigos tras el cortinaje rojo... Si hubiere personal disponible.

A un lado de la puerta, podéis ver, de soslayo, una serie de fotografías antiguas que parecen mostrar el proceso de construcción del edificio del teatro.

No sois los únicos que han intentado entrar, pero sí los pocos que han sorteado al personal que pulula por allí y han conseguido entrar en el patio de butacas, en todo su esplendor. El teatro no posee palcos. Las paredes de madera están desnudas y el techo se ha tallado en artesonado para conseguir la mejor acústica. El patio de butacas se divide en dos mitades, una inclinada en escalones y otra platea plana. El escenario está elevado a un metro y medio del suelo del parqué, flanqueado por un pesado telón color rojo con visillos dorados.

Tramoyistas por aquí, por allá, actores ensayando sus líneas, músicos afinando sus instrumentos, gente gritando... El teatro bulle de actividad febril, incluso la temperatura parece aumentar un grado o dos, pues los ánimos no están precisamente calmados. Veis a un hombre alto y corpulento, con brazos como troncos de árbol, vestido con un jubón renacentista y un gorro de plumas, así como unas calzas de seda blanca; Está subido al escenario, ladrando órdenes a los tramoyistas y a los actores sobre dónde colocar tal atrezzo o ellos mismos. Veis a una mujer apagada, casi muerta, con una piel más blanca que la nieve y la cara chupada cual cráneo, tocar débilmente unas notas de piano, con la mirada perdida y acuosa. Una joven de cabellos rizados y dorados, de gran belleza y envuelta en un aura angelical, hacer ejercicios vocales a un lado...

Sólo podéis sentaros y disfrutar del espectáculo, preguntándoos quiénes son esos otros personajes de aspecto sospechoso que también se sientan en distintos lugares del patio de butacas... Alguno parece estar mirando a su alrededor incansablemente, y otro, examina con ojo avizor a todos y cada uno de los integrantes de la compañía...

Durante las siguientes horas, no se os hace mucho caso. La gente entra y sale del patio de butacas, y no veis a Erich Zann en ningún momento. 

Intentáis discernir algo del argumento, pero el idioma de la ópera, como acostumbra Zann, no es inglés, sino una mezcla entre italiano y alemán que se os antoja indescifrable. Por la puesta en escena no es mucho mejor, pues parece haber multitud de personajes vestidos de diferentes épocas en el mismo cuadro (Y que, además, cambian de traje y de escena cada poco tiempo). Es un auténtico caos. El director de orquesta, un hombrecillo bajo, delgado y de hombros cargados, dirige la música de forma técnica pero desapasionada. Aun así, las piezas de Zann son sobrecogedoramente bellas e inquietantes, y alguna de las arias que podéis llegar a oír son maravillosas.

Aproximadamente a las ocho de la tarde, la compañía hace un descanso de media hora en el que el personal se dispersa por el edificio. Algunos charlan, otros toman un tentempié...

Es una gran oportunidad para comenzar las investigaciones.

Notas de juego

Bueno, he decidido no entrar al trapo directamente (Principalmente porque tendría que condensar demasiada información en un sólo post) y dejaros moveros un poco a vuestro aire durante unos pocos post, pero no os emocionéis mucho, que en cuanto se acabe el descanso, verán con peores ojos que andéis rondando por ahí.

Mientras estéis en el patio de butacas, poned a todos los jugadores como destinatarios de los mensajes, pues pueden ver lo que hacéis. 

Si queréis salir del patio de butacas, hay dos puertas principales, una a cada lado de la enorme sala (Podéis consultar el plano que hay colgado en la sección del teatro como referencia, pero si vuestro personaje no lo conoce, procurad ser cautos).

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09/03/2016, 12:56

Me moví entre las filas de cómodos sillones y saludando con una leve inclinación de cabeza a los presentes que como yo, observaban el ensayo.

¡Cuánto curioso junto!, pensé, es inaudita la cantidad de observadores presentes.

Finalmente mi camino fue claro para cualquiera que me estuviese observando, iba directo hacia la bella jovencita que ensayaba sobre un lateral.

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09/03/2016, 20:23
Harold Flickerman

Pasé un largo rato mirando las fotos que había tomado mientras escuchaba los ensayos, por lo visto no era el único que había logrado esquivar al escaso personal que largaba a los mirones - Mejor, cuantos más, más difícil de controlar.

Uno de los hombres parecía dirigirse hacia las mujeres que habían estado ensayando en el lateral, por sus ropas y su pelo engominado diría que pretendía tener un affair con alguna de ellas - Éste es el momento, ahora que los actores se centrarán en él puedo intentar escabullirme.

Conocía la ditribución del teatro, al menos la distribución teórica, así que me desplacé todo lo anodinamente que pude hacia el portón a mi izquierda, buscando alcanzar la puerta de alguno de los almacenes cercanos a las escaleras - debo encontrar un buen sitio para guarecerme antes de que echaran al resto de curiosos, las manifestaciones de lo paranormal suelen acentuarse a media noche.

 

Notas de juego

Dejo en Notas una relación del equipo que porto.

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10/03/2016, 22:03
Richard Bradshaw

Había llegado algo más tarde de lo convenido al teatro Kursaal, pero las experiencias de la mañana bien justiciaban el retraso, y sabía que William lo entendería perfectamente. A mi paso frente a la entrada del teatro, me deleité en la belleza clásica del edificio, que sin embargo se me antojaba obsoleta para albergar la magnificencia vanguardista que aparentemente mostraba Erich Zann.
Me encontré con William a la entrada, que al verme observó su reloj a modo de reprobación. Me excusé de mi tardanza con una cierta elocuencia y le comenté que hoy había tenido un caso difícil, venciendo al tiempo la tentación de romper mi promesa de confidencialidad para discutir los pormenores con mi amigo.

Al paso por el recibidor, de camino a nuestro destino en el patio de butacas, contemplo sorprendido el cambio de estilo respecto al exterior y comentó a William cuanto más apropiada me parece esta ornamentación barroca al estilo que se le atribuye a Zann, en comparación con la austeridad de las líneas italianas de la fachada.

Una vez sentados dentro, y ante la inmunidad que me hace sentir la presencia de William, que saluda a todo el que pasa a su lado como si fuera uno más del equipo, me permito el lujo de sacar mi libreta y mi estilográfica de forma discreta, y recostarlas sobre mi pierna para poder tomar notas sin perder detalle. Sin la compañía de mi amigo no me hubiera atrevido a tomar notas por miedo a que me echaran suponiéndome un periodista interesado o un espía de una compañía rival, pero con él para dar cuenta de mis investigaciones, vi oportuno estudiar atentamente escena. Con calma y mucha atención observé todo cuando veía a mi alrededor, desde la disposición de los elementos que ya se encontraban en el escenario, como la propia estructura del teatro, apuntando de manera conjetural las medidas del foso, del proscenio o la distancia entre el mismo y la platea, fascinado ante la idea de haber encontrado al fin en Zann una prueba de la veracidad de mis estudios.

Mirando alrededor para ver al director, me doy cuenta de que estamos lejos de ser los únicos observadores del ensayo, y me extraño ante las múltiples personas que presencian un ensayo que, en vista de la popularidad de Zann, debiera ser discreto o incluso secreto.

- ¿Es normal que el patio de butacas esté tan abarrotado en los ensayos, Will? – Comenté en  voz baja a mi acompañante – Y no veo al señor Zann… ¿Crees que podremos intercambiar unas palabras con él hoy?

 

Notas de juego

Tengo mis enseres apuntados en el inventario, pero los copio tambitambién a las notas por si te resulta más cómodo mirarlo ahí ˆˆ
Y cambio la narración a tercera persona, para que homogeneizar la narración con la de los demás jugadores.

 

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11/03/2016, 01:31
Guardián de los Mitos

Podéis observar como el hombre engominado con aspecto de usar billetes de 20 dólares como servilletas, se acerca a la chica rubia que parece haber sido la soprano principal.

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03/04/2016, 10:52
Harold Flickerman

Oh, eeexcelente caracterización, amigo mío. Sin duda esta obra será de gran éxito - digo mientras intento convencerme a mi mismo de que se trata de un actor disfrazado - Como bien dice no soy un gran entendido del mundo musical, sin embargo también soy capaz de apreciar una buena pieza. He de añadir que la arquitectura del salón principal es de un gusto y decoración exquisita, de hecho creo que volveré a tomar algunas notas acerca de su elaboración, es posible que tras el cierre del teatro la prensa pague una buena cantidad por un detallado artículo de su esplendor.

Diciendo esto, me dirijo hacia la puerta, evitando en lo posible a la figura y sin perderla de vista - un placer, espero no perderme su actuación, caballero - termino con una leve inclinación de cabeza, mientras trato de abandonar la sala lo más rápida pero estoicamente posible.

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14/04/2016, 22:36
Guardián de los Mitos

Lentamente, como si fuerais parte de una obra paralela, volvéis a vuestros asientos y os acomodáis en las localidades mientras la compañía vuelve a reunirse.

Hay artistas con el mismo traje que antes del descanso, vestimentas fabulosas de distintas épocas y lugares. Otros, sin embargo, han cambiado su disfraz en otros más ostentosos y fantásticos, si cabe. Veis al director de escena, el hombretón corpulento y huraño, entrar como actor con una cota de placas y un yelmo de plumas (Por suerte para los que le habéis oído quejarse, dista mucho de ser una armadura completa, pero el peto tiene aspecto de pesar bastante), a la hermosa tiple vestir una túnica blanca con rebordes de dorado, a un coro de jóvenes harapientos con apariencia de mendigos londinenses de finales del siglo pasado...

Las voces cantoras comienzan a sucederse y os volvéis a dejar perder por el embrujo de la música, de la embriagadora partitura y de la espléndida orquesta. Veis al hombrecillo que actúa como director de la misma en sustitución de Zann, zarandear la batuta con inseguridad en los ritmos calmados y con una vehemencia casi furiosa y descompasada en los allegro.

Antes de que los ensayos comenzasen, todos habéis visto entrar en el patio de butacas a un joven airado y con una dura expresión sentarse al azar en un lateral y fijar la vista en el escenario, como si estuviera mirando al vacío infinito...

Media hora después, aproximadamente a las 9, el director de escena, enfundado en su armadura, llama la atención a todos.

─¡A ver! ─Grita, con una sorprendente voz de bajo bufo─ ¡Vamos a comenzar con el coro de los ausentes, así que atentos, tiene que salir bien!

Y, dicho esto, varios de los personajes principales y los coros, forman en el escenario, con un orden caótico, en el que unos se miran a otros, se dan la espalda, encaran el vacío o dan la espalda al público... Y comienza a sonar el piano. Una melodía bellísima. La mujer de aspecto cadavérico y enfermizo golpea las teclas con una maestría casi imposible y forma un sonido casi fantasmal. Y el coro comienza, en voz queda, que se eleva a medida que se unen los instrumentos. Cantan una canción en un idioma desconocido, fabuloso, ¿Alemán? ¿Italiano? ¿Francés? Es imposible saberlo, quizás sean todos a la vez y ninguno.

Y, en su punto más álgido, el clímax, cuando los artistas se mueven de un lado para otro mientras expulsan chorros de voz sostenidos directamente desde sus diafragmas... Comienzan a irse del escenario. Primero, unos pocos chicos del coro desaparecen tras bambalinas. Luego, uno de los protagonistas, que sigue cantando, pero su voz se pierde pronto, ahogada por la lejanía y los cantos del resto. Pero no sólo las voces, también los instrumentos ignoran que se encuentran en medio de una melodía tan hermosa y abandonan el foso de la orquesta por las puertas laterales...

Ya se ha marchado la encantadora tiple, el director de escena, los coros... Sólo queda el orondo tenor principal, cuya voz resuena, sola pero atronadora y ensordecedora, por todo el patio... Acompañado únicamente de la melodía de piano. Pero, inevitablemente, él también desaparece, así como el director de orquesta... Dejando al instrumento de percusión cerrar la espectacular pieza con unas notas flotantes.

Cuando la pieza acaba, es casi como si despertaseis de un sueño encantador y una pesadilla a la vez. La burbuja encantada se rompe, y los artistas vuelven a sus puestos, listos para ensayar un poco más antes de cerrar.

Presenciáis el resto del ensayo, quizás con la esperanza de que esa fantástica pieza se vuelve a repetir, pero no, no lo hace, y, en algunos de vosotros, una punzada de decepción se abre paso por vuestros estómagos...

Finalmente, a veinte minutos de las diez, unas horas ciertamente intempestivas, el director de escena decide dar por terminada la sesión. Ya no quedan tramoyistas, ni vigilantes, sólo los artistas permanecen a esas horas allí, y, una vez acabado el ensayo, se dirigen todos a los vestuarios.

Esperáis aproximadamente unos quince minutos hasta que el patio de butacas se vacíe... Parece que pocos de vosotros quiere marcharse ¿Tenéis, acaso, asuntos pendientes...?.

En ese momento, escucháis algo... Una leve melodía de piano... que viene de algún lugar cercano, pero lejano a la vez... Es una melodía perfectamente reconocible, Für Elise, de Beethoven... Y, con un golpe de sonido, se detiene abruptamente a mitad de la melodía.

En ese momento, el joven que entró al final del descanso y se sentó en el patio de butacas, se levanta tembloroso de su asiento, mira a su alrededor, y lo oís decir algo...

─¿Papá...?

Tras unos cuantos segundos en los que se mantiene de pie, con la duda y la preocupación en su rostro sin saber qué hacer, camina rápidamente hacia la puerta sur.

Ahora mismo, estáis todos en el Patio de Butacas, completamente solos.

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17/04/2016, 01:37
Richard Bradshaw

Me levanto de mi asiento posando una mano sobre el hombre de William, reafirmando con el gesto mis últimas palabras, y recojo mis pertenencias. Con paso seguro y ligeramente apresurado recorro el pasillo del patio de butacas en dirección a la puerta sur mientras observo los rostros de los hombres que aún permanecen en la sala.

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20/04/2016, 01:54
Lo que acecha en bambalinas.

La obertura ha concluído.

Ahora rogamos silencio por parte de todos. Pues comienza la obra.

Se alza el telón de la tragedia. Y aquí y allá entran los artistas. Los cantores y los bailarines ¡Cantad, cantad! Trenzad vuestras cabriolas, pues el tablado es amplio. 

Se ha abierto la puerta sellada, y lo que hay tras ella es una nueva jaula...

La sinfonía de los adioses ha comenzado, y el primero en abandonar el escenario en medio de la pieza es el director...

Bienvenidos a la noche que no tendrá amanecer.

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23/04/2016, 18:08
Séamus Burk

- ¡Maldita sea! ¡Un disparo! ¡Vamos!

 

Seamus se levanta e intanta acceder a las bambalinas mientras echa mano a un objeto en su gabardina.

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24/04/2016, 10:50
Harold Flickerman

Eh? Eh? Maldita sea, yo no he oido nada - todo era tan extraño que parecía seguir siendo un espectador incluso después de la obra. Me apresuro a seguir al desconocido que había alertado al resto de la platea, al menos él parecía un ser humano normal.

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28/04/2016, 00:49
Richard Bradshaw

Cuando se hace evidente que las fuerzas han abandonado a Samiel Zann, relajo mi agarre y con un movimiento lo más gentil posible lo alejo un paso de la puerta, hasta un lugar que no permita divisar el interior.

La escena dentro del despacho de Erich Zann resulta grotesca, un espectáculo de malignidad y crueldad que me descubro admirando no como crimen, sino como cierre a un espectáculo inhumano. Sacudo mi cabeza para ahuyentar esos pensamientos malsanos y agarro al chico de una forma más fraternal tratando de reconfortarlo en la medida de lo posible. Mientras tanto observo al hombre que alza su voz erigiéndose Sheriff del Kursaal, que se encara a Samiel en un acto de insensibilidad que me eriza el vello.

- ¡Disculpe caballero! – Digo con una voz autoritaria entrenada ampliamente en mi consulta - ¿Acaso no tiene usted corazón? ¿Quiere quebrar por completo la delicada psique del muchacho? Déjele recobrar la compostura, por favor.

Tras terminar de hablar busco con la mirada a Travis Goldan.

- Goldan, ayúdeme con el muchacho, ¿quiere? Habría que darle algo de beber y sentarlo unos minutos.

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28/04/2016, 03:01
Séamus Burk

- Maldita sea... ¡Si Lem, hay que cerrar en lugar! ¿Y donde esta la cabeza? ¡Deberia haber un rastro de sangre!

Y se puso a buscarlo.

- Tiradas (1)

Motivo: percepcion

Tirada: 1d100

Dificultad: 75-

Resultado: 49 (Exito)

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02/05/2016, 15:52
Séamus Burk

Seamus intento aparentar una mayor tranquilidad de la que realmente sentia.

- ¡Tranquilicense! Usemos la cabeza - nosotros que la tenemos todavia sobre los hombros, penso con un humor tan negro que lo dejo sorprendido y preocupado -. Lo han decapitado postmortem. Deberia haber mas sangre si hubiese estado vivo. Lem ¿Ves alguna otra herida?

Notas de juego

Espero que no os importe, he cambiado la imagen del personaje escogida por el otro jugador, tenia que haberlo hecho antes :D

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03/05/2016, 17:42
Lew Harper

El detective dio dos pasos en pos de las salidas de incendios, pero al ver la algaravía y el caos reinante se dio cuenta de que el asesino le habría dado tiempo a huir, con lo que decidió quedarse. Luego le echaría un vistazo a esas puertas.

Lew, a petición de sucompañero Séamus, se acerca al cuerpo y lo explora desde una distancia prudencial sin tocar nada de éste. No era un forense ni podría ver algo tan minúsculo como un pinchazo de una aguja donde se le haya innoculado algún veneno. Pero parecía que no había más heridas.

- No, pero no descarto nada. No soy un médico forense- dijo encogiéndose de hombros.

Luego, ya una vez dentro del despacho miró atentamente la escena del crimen por si podía sacar en calro algo. Revisó los objetos que había en la mesa, los libros de las estanterías...algo que pudiera darle una pista.

- Tiradas (3)

Motivo: Medicina

Tirada: 1d100

Dificultad: 5-

Resultado: 15 (Fracaso)

Motivo: Primeros auxilios

Tirada: 1d100

Dificultad: 30-

Resultado: 15 (Exito)

Tirada oculta

Motivo: Descubrir

Tirada: 1d100

Dificultad: 70-

Resultado: 35 (Exito)

Notas de juego

Por mi perfecto, socio.

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05/05/2016, 00:34
Richard Bradshaw

Me incorporo de mi posición de custodio de Samiel Zann para contestar a aquello que mi amigo William me comunica, tras lo cual mantengo la posición erguida. Miro alrededor y trato de captar toda la información posible de la gente que me rodea, fijándome especialmente en la soprano, cuya presencia parecía resultar balsámica para Samiel. Intuyo que entre ellos debe haber alguna relación más allá del vínculo que les proporciona el Kursaal. Después pasó la vista pormenorizadamente sobre todo aquel que se encuentre en mi línea de visión, tratando de detectar cualquier dato de interés.

Hecho el barrido visual, mi mirada se dirige, muy a mi pesar, dentro del despacho del director Zann, dónde dos hombres desconocidos lideran una especie de “investigación” improvisada y tratando de dirigir a la gente. Por su modus operandi parecen ser agentes de la ley, pero presentaron sus credenciales, y el rigor con el que operan dista mucho de la profesionalidad que esperaría de las fuerzas de seguridad. Habiéndose cometido un asesinato, la presteza con la que los hombres abordaron la escena del crimen me resulta sospechosa, y temiendo que ellos sean los criminales y que estén tratando de cubrir sus huellas agito a Goldan por el hombro y le hablo en voz baja pero audible.

- Goldan, ¿Quién son esos dos tipos? ¿Los conoce? Samiel y usted son posiblemente las dos figuras de más autoridad en el Kursaal, debe tratar de imponer orden. Mi amigo William y yo cuidaremos de Samiel, usted llame a la seguridad del teatro para que controle la escena.

Tras este arranque de autoritarismo, fruto de la experiencia de tratar a exmilitares traumatizados que solo eran capaces de responder ante una voz de mando, me agacho de nuevo para tratar de consolar a Samiel, mientras clavo la mirada en los dos hombres que rebuscan por el despacho del fallecido.

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05/05/2016, 00:56
Séamus Burk

A Seamus habia algo en el tono del hombre delgado que acababa de habar que no le gustaba.

- Tranquilicese amigo. Seamus Burk, detective privado. Solo pretendo ayudar y sospecho que tengo mas experiencia que la seguridad del teatro.

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05/05/2016, 17:32
Lew Harper

- Goldan, ¿Quién son esos dos tipos? ¿Los conoce? Samiel y usted son posiblemente las dos figuras de más autoridad en el Kursaal, debe tratar de imponer orden. Mi amigo William y yo cuidaremos de Samiel, usted llame a la seguridad del teatro para que controle la escena

- ¡¿Seguridad?!...je...veo que no es usted muy observador, amigo mío- contesta Lew al que acababa de hablar antes de que lo hiciera su socio.- Somos investigadores privados de la agencia H&B, pero eso no es lo importante- comentó Lew desde delante del escritorio girándose un poco para no darle la espalda a todos mientras hablaba. 

- Lo importante es que hay un crimen del que no hay pisas: no hay sangre, no hay arma u objeto con el que lo hayan podido hacer, no hay pisadas ni manchas recientes, no está la habitación desordenada y no salida por otro sitio que no sea esa puerta- comentó señalando la puerta de entrada.

- Y lo mejor de todo, es que hemos acudido todos no por el crimen, si no por el sonido de un disparo del cual no veo rastro ni de la pistola nide la bala. Es posible que Zann se defendiera, pero ¿dónde está la pistola? ¿la cogió su asesino? y si el proyectil no ha dejado marca ¿acertó? y si acertó, ¿por qué no hay signos de sangre que lo demuestren? ¿acaso llevaba algo para protegerse?...

Lew se acerca a la entrada y les comenta:- No es la primera escena de un crimen en la que mi compañero y yo entramos los primeros. Sabemos como actuar. Los demás deberíamos salir hasta que vengan la autoridades.

Abriendo las manos Lew y haciendo un gesto con las mismas el investigador privado les insta a que salgan de la sala.

- Es mejor así, pues la visión de un cadaver en este estado puede crear traumas- comenta mientras les insta a marcharse.- Tu también Séamus, pero antes mira el cuello, no hay sangre, y el tipo que lo hizo debía de ser enormemente fuerte pues lo hizo de uno o dos tajos...míralo y luego sal...y por cierto... - termina diciéndole algo en un susurro al oído a su colega.

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05/05/2016, 22:35
Séamus Burk

- ¿Se habran llevado la cabeza? El disparo tal vez no tenga que ver con esto ... o ha sido muy rapido disparando, decapitando, moviendo el cuerpo ...

Se abanica con el sombrero, notando como la tension le hacia sudar.

Antes de salir, se acerca a revisar la mesa, abriendo algunos cajones por si encuentra algo interesante.