Partida Rol por web

Que nadie duerma...

Pues en esta noche sin final, todos deben contemplar el retorno de mi Señora.

Que nadie duerma...

Hasta que no se resuelva el acertijo, hasta que no se encuentre el nombre, que nadie duerma.

Es nuestra victoria.

En todas las historias de misterio hay un punto de inflexión. Un punto de inflexión en el que el detective se detiene y mira al infinito durante unos instantes, antes de anunciar que ha dado con la solución del misterio y tiene pruebas para demostrar quién es el asesino, cómo lo hizo y por qué. En este punto, exige que se reúnan todos los sospechosos para ofrecer una brillante reconstrucción del caso, sin ningún error. Ese punto de inflexión es la forma que tiene el escritor de anunciarle al lector que, si el juego ha sido limpio, ya tiene todas las pistas para resolver el misterio por sí mismo y llegar a la misma conclusión que el detective. 

El mensaje es claro. No te dejes llevar. No esperes a que yo te de la solución. Piensa, tienes las mismas armas. Piensa.

Piensa...

No puedo asegurar, queridos, que tengáis todas las piezas del puzle, puesto que habéis estado más preocupados de sobrevivir que de investigar durante esta noche. En cualquier caso, sí puedo aseguraros que os queda poco, muy poco, y que estáis en una carrera contrarreloj contra Mi Señora.

¿No escucháis las flautas? Ahí viene.

Quizás todo esto no es más que un juego, un engaño. Al fin y al cabo ¿Quién asegura que, si halláis la solución al misterio, el criminal se entregará dócilmente y podréis ver la luz de un nuevo día? Yo, desde luego, no, pero es tan divertido veros correr como gallinas descabezadas...

Que nadie duerma...

Nadie sabe su nombre... Y por ello moriréis...

¡Desaparece, oh, noche! ¡Retroceded, estrellas; RETROCEDED ESTRELLAS!

¡AL ALBA SERÁ NUESTRA VICTORIA!

IST UNSER DER SIEG, IST UNSER DER SIEG, IST UNSER DER SIEG!!!!!!!

¡¡¡¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAAJAJA!!!!!!!

Llegáis al despacho de Zann. Todo está tal y como lo dejásteis, aunque la atmósfera está más pesada si cabe. El cadáver sin cabeza, inmutable, eterno, sigue sentado en la silla, frente al piano, con las manos colgando inertes.

Como antes, no hay nada que pueda indicar cómo consiguió escapar de allí el asesino o dónde podría estar la cabeza. El sonido de las flautas sigue distante, pero se oye más nítido que antes, más amenazador, más ajeno...

El baño ha quedado en completo silencio tras la huida del Señor Church. No obstante, habéis escuchado sonidos de disparos y un tremendo estruendo de cristales rotos en el Hall.

Richard, abriendo los ojos como platos, mira a Harold, con un brillo nuevo en los ojos.

-¿Ha oído eso? ¡Cristales! ¿Habrán destrozado la cristalera de la entrada? ¡Podemos escapar de esta pesadilla!

Inmediatamente, el señor Bradshaw abandona los lavabos como una exhalación.

Después de todo lo escuchado, a Harlod no le hacía especial ilusión quedarse sólo. Palpó su .45 corto por encima de la ropa, intentándo armarse de valor, y salió corriendo detras de su "colega", debían buscar la fuente del estruendo, probablemente los detectives estuvieran haciendo de las suyas...

Llegado al despacho lo primero que hace lew es dejar que entre su colega Seamus y luego cierra la puerta. Quería verlo todo como estaba cuando Zann murió.

- Está claro que Zann murió aquí y que estaba o solo o con alguien que consiguió escapar de algún modo, pero no por la puerta- comenzó a cabilar.

- También está claro que el director estaba escribiendo su libreto en este mismo despacho y que por lo tanto debería escribirlo aquí-continuó diciendo mientras daba vueltas por la habitación hasta que s detuvo detrás del sillón del propio Zann, como si mirara lo que estaba haciendo antes de morir.

- Si pensaba que algo malo le iba a ocurrir, seguramente lo guardara en algún sitio que la gente no pudiera encontrarlo pero que siempre estuviera cerca para poder trabajar en él.

Lew seacercó al escritorio y lo miró de arriba a abajo buscando algo, algún recoveco o alguna palanca que diera con el enigma.

Lew examina el escritorio concienzudamente, poniendo especial cuidado en revisar cualquier recoveco o talladura. No obstante, el sobrio escritorio no le devolvió ningún fruto, y pasa veinte minutos escrutando con la mirada el mueble, con el ceño fruncido.

Pero no estaba ahí.

Zann pasó mucho tiempo escribiendo y reescribiendo su libreto. El Señor Church fue contratado antes para encontrarlo. Hasta hace algunos minutos, no os habéis encontrado con él, por lo que podéis suponer que ya lleva tiempo moviéndose por el teatro y lo conoce bien. Si el señor Church removió el edificio entero buscando el libreto hasta perder la cabeza y no pudo encontrarlo... Y vosotros habéis registrado el estudio de Zann y tampoco está ahí... ¿Hay algún otro lugar al que Zann pueda tener acceso inmediato para trabajar en su obra... Sin que se halle físicamente en un papel olvidado en un rincón oscuro del edificio? 

- No está aquí- dijo el detective más para sí mismo que para Seamus-. Si no es aquí...¿dónde? Se supone que Zann no salía de aquí, del teatro...entonces tendría algún sitio donde dormir...o...¡¡espera!!

En ese momento Lew se acercó al piano. Lo miró de arriba a abajo sin tocarlo. Creía haber encontrado dónde guardaba Zann su obra...no física. Mientras buscaba le comentaba a Seamus lo que hacía.

- Nos dijeron que todo pasó cuando escucharon tocar el piano..¿para Elisa?...no me acuerdo, entonces ocurrió. Tiene que ser eso.

Burk sentia un tremendo dolor de cabeza por la tensión.

- No se ... ¿tal vez ensaya en el propio escenario cuando estaba vacio? Tal vez haya algo alli.

Fuera del baño, del señor Goldan y la señora Davis se encuentran muy cerca el uno del otro, mirando en dirección hacia la entrada, con expresiones consternadas. Inmediatamente, giran sus rostros hacia el señor Bradshaw y tú, para echar miradas nerviosas hacia el lado contrario casi de forma instantánea.

-Escuchen, no sé qué ha pasado en el Hall de entrada, pero Samiel ha cogido a la señorita Abnets y se han marchado hacia el otro lado -Os dice, bastante nervioso-. No me fio de la señorita Abnets ¿Saben? El señor Zann estaba demasiado cariñoso con ella, no sé si me entienden... En mi opinión, ella se cansó de sus insinuaciones y se lo ha quitado de en medio. Me pone muy nervioso esa tipa, tengan mucho ojo.

- Mientras yo reviso el piano, revisa tú el cuerpo de Zann...más a fondo- pidió Lew a su socio-. Tal vez se nos haya escapado algo que posea y que no hayamos visto antes...porque ¿tú le has cacheado a ver qué llevaba?, yo no.

El detective intentaba descubrir por todos los medios donde había dejado la partitura con la que trabajaba el compositor antes de morir de una forma tan dramática. Si la encontraban seguro que se desjarían bastantes incógnitas.

Seamus obedece a su colega y examina a fondo, de nuevo, el cuerpo descabezado, que ya ha perdido el rigor mortis y amenaza con perder el equilibrio en su perfecta posición. Bolsillos exteriores, interiores, calcetines... Nada...

¿Dónde puede estar la dichosa partitura?

En ese momento, Seamus comete un error. Al intentar examinar las solapas de la americana de Zann, el movimiento que realiza es demasiado brusco, y en un movimiento deslizante, el cuerpo cae al suelo con un golpe sordo.

Debéis ahogar una exclamación de sorpresa cuando lo descubrís.

La manga del traje se ha arremangado unos cuantos centímetros, arrastrando consigo la de la camisa. En el brazo de Zann, como un siniestro tatuaje, hay inscrito un pentagrama con notas musicales y letras de tamaño minúsculo, en una amalgama que se extiende hasta más allá de vuestra vista.

No es posible...

Cuando Lew escuchó el cuerpo de Zann caer se giró y miró al muerto sin más, pero al observar la atónita cara de su colega comprendió que había encontrado algo más de lo que parecía.

Sin perder tiempo Lew se acercó y descubrió lo que Seamus había encontrado: el intrincado tatuaje que comprendía la obra de Zann.

- Lo tenías tú al fin y al cabo- dijo con una medio sonrisa en al cara-. Desnudémosle para ver dónde empieza y acaba. Luego buscaremos a alguien que pueda leerla...o mejor llevaremos "la partitura" a alguien quien pueda leerla. Ya no me fío de que desaparezca después de lo que nos ha costado encontrarla... y tampoco podemos ir solos por el teatro.

Seamus empieza a quitarle la camisa al cadaver.

- ¿Que clase de locura es esta?

Despojáis el cadáver de su ropa, lentamente. Y con ello, descubrís, en un cuerpo rígido, seco y arrugado, un complejo mapa de pentagramas, notas musicales y pequeñas secciones con texto en las que se hacen aclaraciones sobre el libreto, que aparece inscrito bajo el intrincado mosaico de pentagramas y figuras. La visión es realmente pavorosa y vuestros ojos parecen seguir uno de los pentagramas para pasar a otro, y a otro, como un horrible laberinto. Lo más inquietante de todo es que, si Zann se hubiera dibujado a sí mismo todos esos trazos... Hubiera tenido que contorsionarse como si no tuviera huesos... Pero eso no es posible ¿Verdad?

Pasáis varios minutos examinando la partitura, vais tomando conciencia del terrible argumento de la última obra de Zann. Se titula "Tru´Nembra".

La ópera es una tragedia, y cuenta, en dos actos, como un músico errante y sus dos hijos llegan a una próspera ciudad donde se convierten en músicos callejeros. Al no conseguir mucho dinero y ver a sus hijos sufrir el hambre, el protagonista realiza un pacto con una diablesa de la música, llamada Tru´Nembra, que es la encargada de recolectar las almas de los músicos con talento y llevarlas para deleitar a Beelzebub por toda la eternidad.

A través de desgarradoras arias, el pacto se fragua, pues Tru´Nembra otorga al protagonista un enorme talento musical, pero a cambio de sus propios hijos, uno se convierte en un ser posesivo y controlador que obliga al protagonista a tocar para él, y el otro ha de ser sacrificado a la música, y se marcha con la diablesa para no volver. El protagonista comprende pronto que su primer hijo ha sido poseído por la diablesa con el único propósito de alimentar su poder escuchando su música.

Finalmente, y encomendándose a Dios, el protagonista consigue componer un aria para un instrumento y voz, con la que podrá expulsar a Tru´Nembra de su hijo temporalmente...

El aria es tocada por el protagonista y cantada por un ángel del Señor para luchar contra el demonio, de tal forma que expulsa del cuerpo de su hijo a Tru´Nembra... pero al comprender que es una solución temporal, pues un pacto no se puede romper con simple hechicería, decide poner fin a la vida de su hijo para que Tru´Nembra no tenga un cuerpo físico al cuál volver, y liberarse así para siempre.

Ese es el último legado de Erich Zann.

- Tranquilicemonos, por extraño que parezca, esto puede ser la clave de nuestra supervivencia ...

Pese a no conocer las artes musicales, Lew recorre con la vista las intrincadas notas que componen la partitura-tatuaje. Su cabeza le empieza a doler y reconoce que no puede dejar de mirar esas endiabladas notas.

- Dios, no puedo ni imaginar el doloroso tránsito para llegar a este resultado...sin contar lo de la cabeza- reconoce el detective.

- Debemos encontrar a alguien que pueda interpretarla. Si he leído bien y la partitura coincide con la vida de Zann, esta es la solución a diablesa que albergaba el cuerpo del hij...

Fue entonces cuando Lew volvió a tener otro de esos fogonazos que iluminan su mente.

- Si Erik Zann es el padre que entregó su alma a la diablesa...sus hijos son los que entregó a cambio...uno el que encontramos en las bambalinas y el otro...¡¡Samiel!!

Si su corazonada era cierta debían de tener cuidado con el muchacho, pues era posible que aun la diablesa estuviera en contacto con él.

La mente del detective era un hervidero y las conexiones dentro de este caso se entrelazaban y se rompían según las iba pasando. Indudablemente esto e estaba pasando factura a la mente de Lew.

Luego recordó que había encontrado una especie de diario o libro en el escritorio de Zann y que luego lo había vuelto a dejar en el mismo sitio. Dentro había encontrado una foto de Erich y de... ¿Darlene Brönte?

El detective fue al escritorio y cogió de nuevo el libro. Lo abrió y cogió la foto. Se fijó en la mujer y buscó parecido entre ella y la mujer que les encargó este caso...¿puede ser la misma?

- ...pero ¿no dijo el señor Church, a quien también había contratado Darlene Brönte, que había tenido un accidente y estaba en coma, en cuidados intensivos?...- dijo pensativo Lew, más para sí mismo que para que lo escuchara su socio.

Los ojos de Lew se abrieron desorbitadamente y luego comprendió.

- ¡No es una momia! ¡Es Darlene Brönte quien nos atacó en lo alto de las bambalinas! ¡Es la que duerme en el sótano y escribió el diario! ¡Es la mujer de Erich Zann y la madre de Samiel Zann! ¡Y es la que se encarga de custodiar el cuerpo de su diabólica señora! ¡Por eso quería el libreto con la partitura, para que su señora despertase!