Partida Rol por web

- Es mejor no separarse. Llevemoslo.

Mierda... había jugado a hacerse el héroe por un segundo, y ese segundo iba a costarle la vida.

Nunca hubiera sospechado de Abnetts, con ese aspecto frágil y desamparado.

Tenía poco tiempo, apenas un movimiento y le volaría la tapa de los sesos.

¡¿Últimas palabras?? sólo una cosa venía a su mente, estaba lo suficientemente cerca, podría funcionar, si no lo hacía sería su última triquiñuela.

En un impulso inmóvil, abriendo los ojos todo lo que los párpados le permitían, sacándolos casi de las cuencas, volcó todo su potencial psíquico en la muchacha ¡ARDE! gritó, transmitiendo la señal directamente a su cerebro, tratando de que soltara el arma, una simple duda en sus ojos sería suficiente para intentar apartarse de aquella grotesca boca de fuego.

Un instante se convierte en un eón.

Ese extraño eón se convierte en extraños eones.

Y los extraños eones forman una eternidad en la que te encuentras sumergido, a la espera de que, de alguna manera, tu añagaza haya funcionado. Casi puedes visualizarlo como un aparte en un drama teatral. Un aparte en el que el foco está sobre ti, y la acción se detiene para el resto de personajes.

Y, ante la determinación de tu mirada, ves, durante menos de un segundo, una sombra de duda en su semblante.

Rápidamente, lleváis el cuerpo de Zann escaleras arriba, hacia el tablado. El cadáver está bastante maltratado, enormes heridas recorren su cuerpo y está cubierto de sangre (Aunque, debido al tiempo desde su muerte, bastante menos de la que debería), por lo que acabáis con las mangas cubiertas del pegajoso fluido vital.

Por otra parte, el ascenso no es duro, puesto que Erich era un hombre más bien liviano, como podéis comprobar.

En el escenario, El señor Goldan y Will están expectantes, frente a la trampilla del escenario, y se apartan casi con reverencia cuando volvéis con el maltrecho cuerpo. El señor Ángelo Leone hace esfuerzos por levantarse y llegar hasta vosotros, pero la verdad es que su aspecto es bastante lamentable.

—¿Qué ha pasado ahí abajo? Parecía un tiroteo... —La voz del señor Goldan, otrora potente y grave, ahora es quebradiza e insegura.

—¿Dónde está Richard? También bajó con vosotros... —Will echa un vistazo sobre vuestros hombros, pero allá en la oscuridad apenas se distingue nada. Una nota de preocupación tiñe su voz jovial.

Lew niega con la cabeza para dejar a las claras las funestas noticias sobre Richard.

- Ayudadnos con el cuerpo de Erich- dijo soltando el brazo con el que lo llevaba y dejando el cadáver en el suelo.

- No hay tiempo para explicaciones, pero al final todo está cuadrando. El cuerpo de Erich...o más bien la partitura que en él está tatuada, es la forma que tenemos de que el Curssal nos deje salir...Sí, sé que es algo irracional e incongruente, pero ¿acaso todo lo que ha pasado no lo es?- preguntó el detective apara que pensaran.

- Él es la clave. Él es lo que importa. Tenemos que preservar y proteger su cuerpo pase lo que pase- dijo sin ninguna duda señalando el cuerpo decapitado de Erich-. Es por eso por lo que nos atacaron y Zerlinda se llevaron el cuerpo de Erich.

- Ahora bien, cuando bajamos y luchamos con Zerlinda para arrebatarle el cuerpo, alguien desde llegó y nos disparó acabando con Richard. Harold siguió a este hombre. ¿Sabéis quién era y dónde está Harold?- preguntó Lew irando a los allí reunidos.

Seamus asintió a las palabras de Lew.

- Eso es lo que ha pasado.

El cadaver tiene la partitura que hay que interpretar para acabar con el mal que se ha adueñado de este teatro.

Aunque ... quien disparó ... ¿habeis estado juntos todo el tiempo?

El señor Goldan menea la cabeza, incrédulo, de un lado a otro ante vuestra explicación. Incapaz de asimilar todo lo que estáis contándole, se agarra a la única pregunta que ha tenido sentido para él.

—No, el señor Flickerman no ha subido por aquí, pero... —Se lleva las manos a las eines y se las masajea, extenuado—¿Zerlinda? ¿Se refiere a Zerlina Zann? ¿Está aquí? ¿Qué tiene que ver con?... por el amor de Dios... yo...

Por primera vez, el señor Goldan parece haberse quedado sin palabras y se ve abrumado por todas vuestras preguntas. COn un gesto aciago, se retira, dejando paso al tenor Angelo Leone, que se adelanta lentamente, con una mirada de determinación.

El tenor llega hasta vuestra altura y echa un vistazo al cadáver, moviendo los labios murmurando algo para sí.

—De acuerdo —Dice, y alza la mirada— ¿Qué hay que cantar?

Lew miró al señor Goldan con pesar. Sabía que Zerlinda y él habían tendio una avetura. Pero Zerlinda lo había utilizado para dar celos a su marido Erich y que así se fijara más en ella. Pero por lo visto Goldan sí que quería a Zerlindo. Sin nada que decirle el detective se centró en Angelo y cambió de tema.

- Tenéis que leer la partitura que Erich se tatuó en su cuerpo...lo hozo pues sabía que loq ue se esconde en el Curssal mandaríua a sus esbirros para que se apoderasen del libreto y lo destruyeran...como han intentado- le dijo el detective al tenor pasándole su pequeña linterna-. Toma, no quiero que esta vez se apague la luz y no podamos acabar con esto.

Dicho esto Lew se giró hacia Seamus.

- ¿Nosotros buscamos a Harold o nos quedamos con los lectores para protegerles?- preguntó a su socio.

Seamus recargo el arma.

- Debemos defender la ejecución. Harold ... me gustaría buscarle, pero tal vez solo consigamos perder esta oportunidad.

Lew asintió a su compañero. No le gustaba la idea de dejar a Harold sin su ayuda, pero si acababan con esto se acabaría todo.

- Comenzad, nosotros os protegeremos como podamos.

Apenas era consciente del movimiento de su cuerpo, su mente se hallaba en una lucha visual con su adversaria. La sombra de la duda apareció, era cuanto necesitaba pues ya iba pistola en ristre cuando salió a por el agresor. 

Sin apartar ni modificar su mirada un ápice, se derrumbó hacia el suelo cayendo sobre su espalda, a la vez que apuntaba su arma hacia arriba, tratando de acertar en la cabeza a su oponente.

Era un todo o nada, los movimientos parecían realizados en gravedad cero cuando en realidad todo sucedía en fracciones de segundo, la jugada era arriesgada, era un todo o nada, vida o muerte.

Pero Harold siempre había confiado en su suerte.

Escuchas dos atronadores estruendos sobre tu cabeza, y sientes cómo tus esperanzas se desvanecen...

"Las balas encantadas de Max no fallan nunca... Ist unser der sieg"

Pero la suerte está de tu lado. Hay algo con lo que Dorothy no ha contado, la extrema cercanía de la trampilla abierta, en la que las dos balas quedan incrustadas antes de que tengan la ocasión de cambiar su trayectoria. La suerte está de tu lado y las milésimas de segundo se convierten en tus aliadas mientras te desvaneces en la oscuridad del sótano y descargas un disparo que se incrusta en el antebrazo derecho de la soprano.

Recibes un tremendo golpe en las lumbares y las cervicales al caer sobre los escalones de madera y todo tu cuerpo se resiente por ello, pero el agudo grito que escuchas es como música para tus oídos...

Es en ese momento cuando el destino te recompensa con otra revelación. El repentino movimiento ha hecho que Dorothy perdiese el cabello... Y, por un lado de tu cabeza, cae su peluca, revelando un cuero cabelludo calvo que da un aire muy distinto a sus facciones...

Un aire más masculino...

—Vas a morir... Vas a morir... 

Oyes maldecir a la soprano... O al soprano y, con un grito desquiciado se lanza sobre ti, intentando aprisionarte el cuello, caéis rodando escaleras abajo.

William se acerca al cuerpo de Zann, intentando discernir algo.

—Pero... señores, esto es una ópera completa ¿¡No esperarán que el señor Leone interprete en solitario todos los papeles!? Además, no tenemos música... —Esto último lo añade mientras observa a los colgados balanceándose al compás de las flautas.

Lew se rasca el cogote mientras mira las partituras tatuadas en el cuerpo de Zann. Luego se encoge de hombros y mira a William.

- No soy músico, ni siquiera me acerco a un teatro o a un espectáculo, así que no sé qué hace falta para interpretar esta obra- dijo sinceramente-. De todas formas no sé si hay alguin más vivo que nos pueda echar una mano, intentaré buscarlo...incluso Seamus y yo podemos ayudar. Pero, insisto, la manera de detener todo esto es leyendola, interpretándola.

Lew miró a William, luego a Angelo y por último a Travis.

- Debemos intentarlo. 

El señor Goldan echa un vistazo al cadáver colgado de la señora Davis y aprieta los labios, cerrando un momento los ojos y volviendo a mirar el cadáver de Zann.

—Puedo tocar el piano. Agatha me enseñó... Empezando por "Para Elisa"... —Esboza una sonrisa nostálgica— Jamás volverá a tocar el piano...

Una suerte de ira comienza a apoderarse del corpachón del director de escena, que aprieta los puños mientras respira hondo.

—El señor Leone y yo podríamos apañarnos, pero... No podemos interpretar una ópera tan larga ¿Es necesario hacerlo?

- Tal vez sea solo preciso una parte ...

Pasáis varios minutos examinando la partitura, vais tomando conciencia del terrible argumento de la última obra de Zann. Se titula "Tru´Nembra".

La ópera es una tragedia, y cuenta, en dos actos, como un músico errante y sus dos hijos llegan a una próspera ciudad donde se convierten en músicos callejeros. Al no conseguir mucho dinero y ver a sus hijos sufrir el hambre, el protagonista realiza un pacto con una diablesa de la música, llamada Tru´Nembra, que es la encargada de recolectar las almas de los músicos con talento y llevarlas para deleitar a Beelzebub por toda la eternidad.

A través de desgarradoras arias, el pacto se fragua, pues Tru´Nembra otorga al protagonista un enorme talento musical, pero a cambio de sus propios hijos, uno se convierte en un ser posesivo y controlador que obliga al protagonista a tocar para él, y el otro ha de ser sacrificado a la música, y se marcha con la diablesa para no volver. El protagonista comprende pronto que su primer hijo ha sido poseído por la diablesa con el único propósito de alimentar su poder escuchando su música.

Finalmente, y encomendándose a Dios, el protagonista consigue componer un aria para un instrumento y voz, con la que podrá expulsar a Tru´Nembra de su hijo temporalmente...

El aria es tocada por el protagonista y cantada por un ángel del Señor para luchar contra el demonio, de tal forma que expulsa del cuerpo de su hijo a Tru´Nembra... pero al comprender que es una solución temporal, pues un pacto no se puede romper con simple hechicería, decide poner fin a la vida de su hijo para que Tru´Nembra no tenga un cuerpo físico al cuál volver, y liberarse así para siempre.

- Creo con la parte final expulsaremos a ese ... ente ... pero despues hay que acabar con su cuerpo.

- Si eso es cierto, habrá que buscar a Samiel- dijo Lew mirando en su derredor como si alguien le estuviera observando.

- De todas formas si esta obra tiene relación con la familia Zann, Samiel sabía en todo momento lo que estaba aconteciendo y estaba siempre del lado de nuestro oponente...nos la estaba jugando- concluyo el detective.

- Ustedes preparen la obra, nosotros buscaremos a Samiel- comentó a los allí reunidos-. Vamos socio, hay un Zann al que tenemos que echar el guante.