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Notas de juego

Emilio nació en el seno de una familia de pastores y tras una corta y feliz infancia heredó el negocio familiar cuando sus hermanos se fueron a la ciudad en busca de fortuna. Su vida marchó con bastante tranquilidad hasta que unos ladrones decidieron que su ganado era una buena fuente de alimento gratuito y mataron a casi todas sus reses (más por diversión que por necesidad) y se llevaron un par para comer. Con otros campesinos y pastores que habían sufrido sus desmanes organizaron un grupo que fue a su guarida siguiendo el rastro de las reses y los ajusticiaron. Entre los frutos de su latrocinio encontró el pendón del 2º Batallón, 326 Regimiento de Infantería de línea. No teniendo donde ir y arruinado al perder su principal fuente de ingresos, solicito el ingreso. Agradecidos por la devolución aceptaron gustosos.

Su vida dentro del ejército no fue fácil. Sufrió varias heridas y pasó un tiempo herido, con varias cicatrices que ratifican su bautismo de fuego que casi le costó la vida.

Cuando pudo recuperarse consiguió destacar en sus labores de hostigador gracias a su experiencia como montañes. Destacó por su capacidad de localizar emboscadas y ayudar a recopilar información para los objetivos, con lo que consiguió una mención por parte de su oficial el Capitán García.

Debido a su puesto era fácil que cayera herido de mayor o menor gravedad. Debido a su dura constitución siempre conseguía recuperarse por muy graves que parecieran los daños.

Pero no todo fueron balas de plomo. En una de las escaramuzas tuvo la suerte de cuando asaltaban un puesto de guardia enemiga, tras abatir a un vigía consiguió recuperar un catalejo de gran calidad. Que aunque no le sirviera de nada al caído, él podría dar buen uso.

La paga fue buena, su labor era reconocida y sus heridas valoradas en la medida que merecían. Muchos de sus compañeros decía que sobrevivía demasiado para su carácter arrojado y entregado.

Durante un asedio a una plaza fuerte enemiga el Capitán García solicitó voluntarios para una misión especial tras las líneas enemigas, como no Emilio fue el primero. Volvió maltrecho pero logró su misión y se ganó la confianza de su oficial.

Su labor volvió a destacar antes de que su batallón fuera apresado cuando gracias a su acción el batallón no cayó en una trampa y por tanto se ganó no solo su gratitud si no un banquete y una fiesta en su honor. Por supuesto volvió herido, como siempre.

El tiempo en prisión le valió para recuperarse totalmente y descansar. Pero tenía ganas de volver a la acción.

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Si me he equivocado al adaptar algo, por favor avísame.

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por cierto, con el sable cómo iría, que en esta época no había armas automáticas y el segundo golpe tendrá que ser cuchillada, ¿no?

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el sable en mi caso son 5 cartas pero y la navaja cabritera cuantas cartas serian?.

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y si tienes la habilidad de sable desarrollada? cuántas cartas sacas?

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je, je, espero no estar siendo pesao, sólo lucho por mis derechos xDD.