Partida Rol por web

La sombra del Norte

Capítulo 5: Fornost Erain

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15/04/2019, 16:49
Melyanna Forestel

-¡Bravo! - Gritó Melyanna al ver como Eoden asestaba el golpe final al ciervo. La exclamación se le había escapado de los labios tras contener el aliento por tan inesperado desenlace cuando ya parecía que el ciervo iba a escapar.

-¡Qué gran habilidad tenéis, Eoden!

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15/04/2019, 16:51
Eoden

-Gracias mi señora. No es nada comparado con vuestra belleza. -Dijo el muchacho haciendo una reverencia desde su caballo. La mirada de Dimrod hacía el joven era tan fulminante que no quedaban dudas de que seguía sin gustarle que el joven muchacho tratara de impresionar y cortejar a la dama, pero en ese momento a Eoden no parecía importarle lo que Dimrod pensara. Estaba disfrutando de su momento.

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15/04/2019, 16:53
Aranarth

-Magnífico. -Les felicitó el Príncipe. -Pero creo que ya es hora de descansar y comer algo. Podemos aprovechar este mismo claro para ello. -Aranarth dió unas indicaciones a sus hombres y éstos rápidamente comenzaron a preparar el campamento y prepararon una hoguera para calentar algo de la comida que habían traído.

-Un ciervo como este suponen 300 puntos en la competición, -le dijo a Eoden- sumado a los otros 400 que conseguisteis con el jabalí os podéis colocar en una muy buena posición. -La asignación de puntos no era algo baladí, como descubrirían durante la comida cuando el Príncipe les explicó el porqué de tan extraño sistema de puntuaciones. -Al finalizar la cacería compraré a cada participante las piezas que haya conseguido al precio de una moneda de cobre por punto de la competición. Después esta carne la repartiré entre quienes más han sufrido por culpa de la guerra.

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15/04/2019, 17:03
Director

Yandabar sirvió un té caliente a Yulma y lo acompañó de unas pastas de almendras que había comprado en un pequeño puesto que había cerca de allí. El té le calentó la tripa y las pastas tenían un gusto delicioso que sorprendió a la elfa, la combinación de ambas cosas sirvió para calentarle el estómago y quitarle algo del hambre que traía consigo.

La noche se volvió muy cerrada demasiado pronto. Un cúmulo de nubes con intención de descargar una buena tromba de agua surcaba el cielo de modo amenazante. La luna había quedado oculta y la única luz que alumbraba el exterior procedía de los farolillos que había frente a las casas de los comerciantes y de las linternas de gas que portaban los vigías. Yandabar, sobre las diez de la noche, se despidió de Yulma y se marchó a la cama indicándole cuál era su cuarto por si durante la noche había alguna emergencia y debía de darle aviso.

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18/04/2019, 20:29
Aeth Umbradacil

- ¿Comer, ahora? - extrañado, Aeth miró hacia el cielo tapándose la luz con el dorso de la mano. Efectivamente, ya habían pasado varias horas desde que comenzasen aquella competición y el sol estaba bien alto en el cielo. - Bah, esperaba que para esta hora ya hubiesemos atrapado al menos el doble. - gruñó, aunque no puso pegas para sentarse a comer; ahora que sabía la hora que era, sus tripas protestaban.

Aeth no estaba por la labor de prestar atención a la explicación del príncipe, pero cuando habló de pagar en metálico por las piezas, la conversación pasó a interesarle mucho más, aunque el punto final lo dejó decepcionado. - ¡Cobre! Ni aún con el venado y el jabalí juntos sumamos una moneda de oro, y eso sin contar con que el único que ha derribado las piezas ha sido nuestro caballero de los rizos dorados. - sin embargo, Aeth sabía que el precio que ofrecía el príncipe era bueno. Si era capaz de derribar él mismo al siguiente animal se embolsaría unas cuantas monedas de plata, una cantidad nada desdeñable.

- Si pagáis eso por un simple ciervo, no quiero imaginar cuanto estáis dispuesto a pagar a quien os traiga el corzo blanco. - terminó en un tono ligeramente burlesco.

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19/04/2019, 20:08
Yulma Tarmaelen

Yulma disfrutó del té y de la compañía de Yandabar hasta que esta decidió que era una buena hora para acostarse. Su guardia había comenzado, y confiaba el pequeño descanso que se había tomado en la mansión la ayudaría a mantenerse despierta durante toda la noche.

No era la primera vez que tenía que hacer de escolta o proteger a alguien. Desde luego, eran encargos endiabladamente raros, pues los patrones solían preferir a hombres fornidos y avezados para semejantes tareas. Desde luego, ofrecían mayor confianza que una adepta a la hechicería que era más apta para rastrear y cazar —los trabajos para los que solían contratarla habitualmente—. Y ahora estaba allí, de nuevo bajo un techo y sin poder conciliar el sueño.

Mantuvo preparado su bastón y el arco con el carcaj. Si se atrevían a irrumpir en el escondrijo de Yandabar, ella los detendría.

- Tiradas (2)
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20/04/2019, 00:52
"Aceroamargo"

Llego la hora del descanso, y aunque no había habido mas que un par de piezas en su grupo, quiso interesarse si algún otro había podido conseguir cazar también. Eoden había demostrado ser muy capaz con la lanza, y mas que habilidoso montando. Era un rohirrim y, como no podía ser de otra manera, hacia gala de la fama que su pueblo tenia.

Un notable campamento se levanto de la mano de los ayudantes y pronto viandas, vinos y licores ocupaban una larga mesa en la que todos se sentaban para disfrutar de una agradable pausa. Mas tarde la cacería continuaría, o eso pensaban muchos, por lo que aunque Aceroamargo sí que probó varias cosas, no quiso comer demasiado. Quería estar listo para ser el siguiente en lograr hacerse con un trofeo. Mientras pensaba en eso, el príncipe declaro sus intenciones. El pago por los animales, que era generoso, pero sobre todo su disposición de repartir su carne entre los mas afectados por la guerra. Era un gran gesto, y las monedas le daban igual, dio un ultimo trago a su vaso de vino, y se dispuso a escuchar.

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22/04/2019, 01:19
Aular Robleviejo

Lo único que persistía después de todo este tiempo es la intención de Eoden para con Melyanna. Podría resultar cómico.

Al menos la actitud del príncipe sin duda era noble, al menos la carne acabaría entre los más necesitados. Por ahora todo esto no era más que una pérdida de tiempo, con todo lo sucedido hasta ahora resultaba un sinsentido estar en el campo matando animales, pero poco importaba mi opinión, me senté con mis compañeros para calmar el hambre.

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22/04/2019, 20:17
Hunkel Saeta de Hierro

Hunkel aplaudió ante el éxito obtenido y felicitó a sus compañeros, aun a pesar de que aquel tipo de caza estaba muy lejos de lo que a él le parecía digno de un cazador. Un verdadero cazador entendía la diferencia entre matar por necesidad y matar por diversión. Aunque claro, aunque no lo reconociese, bien sabía él que aun entre los de su especie los había muchos que disfrutaban de la cacería desde una perspectiva “muy humana”.

Una vez la cacería concluyó el príncipe orquesto aquella comida improvisada en el claro, Hunkel instó a Thund y Gramj a que vigilasen de cerca a su protegida. El por su parte, daría un rodeo por el lugar y buscaría los puntos ventajosos y vulnerables de aquel claro. Seguramente los hombres del príncipe harían lo mismo, pero para aquellas alturas ya entendía bien el enano que los guardias humanos solían dejar mucho que desear.

Notas de juego

SI hay que tirar algo para reconocer el terreno, avisame.

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24/04/2019, 12:55
Rossuon Pairaniar

Rossuon se mantuvo en silencio. No le gustaba demostrar su falta de competencia, a pesar de que en esta ocasión podía sentir algo de consuelo al no ser el único. Y más aún si llegaba algo de vino a su seco gaznate en la parada para comer. Si se daba el caso tenía intención de agenciarse una bota con disimulo, para poder abastacerse a placer durante el resto de la cacería. Al menos hasta que se acabara su preciado contenido.

El joven noble escuchó el destino de las presas logradas. Al final no se iba a desaprovechar un gramo de carne. Le pareció un gran gesto y le gustó comprobar que no toda la aristocracia se mantiene al margen de los afectados por la guerra. Lo que hizo que empezara a replantearse varias cosas sobre su vida, manteniéndolo abstraído durante la comida.

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27/04/2019, 10:21
Aranarth

El Príncipe, que esperaba a que sus sirvientes preparasen algo de comida acariciando a uno de los perros de caza, echó a reír ante la ocurrencia de Aeth. A pesar de que la había escuchado quejarse y maldecir durante buena parte de la cacería no podía negar que el dorwinrim lucía cierto desparpajo.

-Sí, en efecto. El corzo blanco bien valdría un señorío completo.

Pronto hubo comida suficiente para todos, se levantó una hoguera en el centro del claro para alejar el frío del día. Si bien la lluvia, la nieve y el mal tiempo reinante en días anteriores les había respetado con un día de sol invernal, no estaba de más alejar el frío con algo de fuego. No convenía confiarse con el invierno, y más con uno como aquel que había sesgado más vidas que el propio Enemigo.

Aunque solamente el grupo del príncipe se reunió para comer allí, ya formaban una comitiva digna de ver. El bosque donde se encontraban era extenso, y los otros grupos de caza se encontraban desperdigados por él. Los sirvientes de Aranarth cocinaron algunas perdices que habían traído consigo y las repartieron entre todos. Dimrod felicitó al cocinero, pues el ave estaba realmente excepcional y el Príncipe le dijo que Fornost era el lugar del reino donde mejores perdices se criaban. Los huesos de las aves sirvieron para alimentar a los perros y tras un breve descanso se pusieron en marcha de nuevo.

Notas de juego

Tiradas de rastrear de nuevo.

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27/04/2019, 12:00
Director

Los elfos estaban acostumbrados a dormir poco, y a menudo sustituían las horas de sueño de los hombres por meditación. De todos modos, un par de horas de meditación en el trance de los elfos eran más reparadoras que el triple de sueño en los hombres. Tal era el grado de perfeccionamiento que habían alcanzado. Por tanto, Yulma se encontraba fresca y preparada para enfrentarse a una noche en vela al servicio de Yandabar. Cuando la mujer se fue a la cama mantuvo los oídos bien abiertos mientras estaba de guardia. Podía escuchar los pasos del grandullón contratado por Yandabar incluso desde ahí. Casi podía incluso sentir la respiración regular de Yandabar aún a pesar de que el cuarto de la comerciante se encontraba en la segunda planta del edificio.

Pasaron las horas con la tranquilidad y la quietud habitual de la noche, cualquier ruido que se hacía a aquellas horas se magnificaba enormemente y un ruido ligero que pasaría inadvertido durante el día, en la noche se transformaba en una estampida de mûmakils. Además Yulma estaba muy atenta, hubiera podido escuchar hasta los andares de un gato al acecho de un ratón.

Ya eran las tres de la madrugada, y todo había transcurrido sin incidentes. Yulma se percató entonces de que hacía tiempo que no sentía las pisadas del grandullón y se preguntó si se habría quedado dormido o estaría patrullando alrededor del edificio. Se había servido algún te más para mantener el calor, la noche se había vuelto fría a pesar de que el día anterior había sido bastante bueno. Yulma se encontraba en el amplio salón de Yandabar, y decidió acercarse a uno de los ventanales para echar un vistazo y localizar a su camarada vigilante. Entonces sintió como la madera crujía tenuemente a su espalda, un ruido sutil y ligero, no demasiado fuerte. Como el gato que acecha al ratón. Cuando se volvió, descubrió allí a una figura embozada y oscura que al ser descubierta se lanzó al ataque con pisadas rápidas y aún así silenciosas. La figura se abalanzó sobre la elfa y el brillo de la hoja de una daga relució en la oscuridad arrancando destellos rojizos del fuego de la chimenea.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Has superado la tirada de percepción con creces, de lo contrario te hubiese pillado por sorpresa y apuñalado por la espalda. Lanza iniciativa y declara cómo te defiendes o si le atacas. Si no superas su iniciativa él atacará primero con la tirada que dejé ya hecha.
 

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28/04/2019, 13:09
Yulma Tarmaelen

Yulma se giró como un gato montés al acecho que es alertado por el canto de un mirlo. Había estado a punto de convertirse en la presa, pero sus sentidos la ayudaron a descubrir a tiempo a su asaltante. No había tiempo para detenerse a pensar. Ya había trazado un plan de acción durante todas aquellas horas de guardia, y era toda una suerte que su enemigo se valiese de armas de metal.

Había visto caer rayos antes y, tal y como había previsto, el asesino se acercaría blandiendo una hoja de acero. Perfecto. Lo único que lamentaba era no tener tiempo para prepararlo a conciencia, pero sabía perfectamente cómo reaccionar. El sortilegio que tenía en mente tendría dos funciones: aturdir y dañar a su adversario y, aprovechando la luz que este despediría, alertar a los guardias y a Yandabar. Solo tenía que apuntar bien y resistir el impacto.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Especial: Puede ver en oscuridad extrema.

No sé si tengo algún tipo de ventaja/bono por esto :P 


Lanzo el hechizo Rayo de Descarga de la Ley de la Luz:

De la palma de la mano de quien realiza el sortilegio sale un rayo de potente luz cargada eléctricamente; los resultados se determinan en la Tabla de Ataques de Rayo.

Tiro con +1 porque mi bono es de +31 para Hechizos Dirigidos, pero cuento con un -30 por lanzar el hechizo sin prepararlo previamente.

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29/04/2019, 18:20
Yulma Tarmaelen

De la mano de Yulma brotaron rayos que hendieron la oscuridad y golpearon de lleno a su asaltante. El pálido resplandor fue tan potente que la hechicera tuvo que entrecerrar los ojos, pero pudo ver con perfecta claridad cómo derribaba a su oponente.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Me he atrevido a aportar una pequeña descripción del resultado del hechizo. El resto te lo dejo a ti :3

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29/04/2019, 20:26
Director

Yulma identificó, sin apenas tiempo de reacción, a Galastel abalanzándose sobre ella y tuvo que reaccionar casi como un acto reflejo. Aún a pesar de la oscuridad los ojos de la elfa se percataron de que la ropa de Galastel seguía teniendo ese color purpureo que solía lucir, pero daba la impresión de que se había oscurecido hasta alcanzar el color de la noche. Pero Yulma tampoco tuvo tiempo de mucho más, había meditado un plan de ataque pero aquella repentina aparición le hizo actuar casi por instinto.

Extendió una mano cuando Galastel ya se encontraba sobre ella y de la palma brotó un potente haz de luz cargado de electricidad que impactó en el tahúr y le hizo retroceder y perder la oportunidad del ataque del mismo modo que había perdido la sorpresa. Galastel dio varios pasos atrás dolorido y aturdido por el impacto y con una mueca dibujada en lo poco que se podía ver de su rostro bajo la capucha. Yulma había conseguido salvar su vida gracias a sus reflejos, y ahora tenía a Galastel con la guardia baja, aunque fuera no parecía que nadie se hubiese percatado a pesar de la luz y el estruendo del rayo que había creado con su magia.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Consigues crítico C. Gastas tus dos puntos de poder.
 

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03/05/2019, 11:17
Aeth Umbradacil

Normalmente tras una buena comida hubiera preferido relajarse un rato, pero la perspectiva de llevarse al bolsillo un puñado de monedas hizo que Aeth se pusiera enseguida en movimiento. También fantaseaba con encontrar al corzo y comprobar si el príncipe cumplía su promesa de conceder un señorío a su captor, pero en realidad era bastante escéptico sobre la existencia del animal.

- Vamos, todos en marcha, o lo único que nos quedará para cazar serán ratones de campo. Creo que antes vi un par de huellas en esa dirección. -

- Tiradas (1)
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06/05/2019, 01:08
"Aceroamargo"

Tras el descanso, y ya saciados, el grupo se puso en marcha de nuevo. Aceroamargo conocía el protocolo de aquellas cacerías, los señores se pasaban jornadas en ellas, asistidos por los auxiliares. No era realmente una caza, era un pasatiempo, a menudo usado para entablar relaciones diplomáticas. La verdadera caza era solitaria, practica, todo se reducía a buscar alimento. En esa ocasión estaba el mismísimo príncipe, su prometida, y varios nobles. Ellos, la escolta de Melyanna, eran gente corriente que disfrutaba por una vez de los placeres de los señores. Quizas no tuviesen otra oportunidad, el dunadan la aprovecharía.

El soldado quería su parte, su propia pieza, su reconocimiento. Estaba dispuesto a esforzarse lo necesario. Buscaba cualquier indicio, fijándose en lo que parecían huellas, en ramas cortadas, o en la corteza de los arboles. Pero era un guerrero, preferia un enemigo con espada y que se enfrentase abiertamente. Para el rastre y otros subterfugios, no estaba tan preparado como para la lucha. Pero no se detendría.

- Tiradas (1)
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07/05/2019, 01:10
Yulma Tarmaelen

No había tiempo que perder. Había cogido a su enemigo con la guardia baja, lo había cegado y era el momento idóneo para dañarle lo máximo posible.

Dirigió contra él su bastón y se concentró en la sensación de calor que brotaba de sus manos. La punta comenzó a parpadear, hirviendo en dirección a su objetivo.

Tan confiada estaba de su victoria, que Yulma cometió el error de permitirse perder parte de su concentración para gritar. Quizá con suerte alertase a alguien más para que la ayudase.

¡ATRÁS, ASESINO! ¡LAS LLAMAS DE LAS PRIMERAS ESTRELLAS ARDEN EN ESTE BASTÓN Y EXTINGUIRÁN LA SOMBRA QUE TRAES CONTIGO!

- Tiradas (1)
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07/05/2019, 11:52
Aular Robleviejo

Me levanté tras la comida y estiré mis músculos, crujiendo algunos huesos, me alejé unos metros y oriné detrás de un árbol, me supuse que esto sería suficiente. Parecía, pues, que continuaba la cacería, tratando de disimular un bostezo me preparé para seguir a la comitiva.

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08/05/2019, 22:30
Eoden

-¡Vamos! - Les animó Eoden, el único al que de momento parecía irle bien la cacería. El muchacho recogió con avidez su parte del campamento y se preparó para continuar con la cacería. Montado ya en su caballo se alegraba de ver que su ímpetu se había contagiado entre algunos otros miembros del grupo tras las explicaciones del príncipe y la promesa de la recompensa.

- Tiradas (2)