Partida Rol por web

El cazador impulsó de nuevo el hacha, tras haber rodeado al monstruo tenían que abatirlo entre los tres, quiso dar un duro golpe pero otra vez la dura piel resistió el filo del arma.

Los intentos por acabar con una de las criaturas se estrellaban contra las placas de su cuerpo sin hacer daño alguno, mientras las bestias gruñían como animales rabiosos revolviéndose contra ellos. Sin embargo algo pareció alertarlos, uno de ellos pareció pausarse y levantó la cabeza para volver a asestar un mordisco ausente a Claudius antes de volver a intentar escuchar algo, erguido.

Era como si hubiese dejado de tener interés en el combate, al menos momentáneamente.

Los otros seguían tratando de desgarrar a sus víctimas, ajenos a su compañero o cualquier cosa que este hubiera percibido. Los rápidos movimientos de Tass lo mantuvieron a salvo pero Rigar no tuvo tanta suerte, las uñas afiladas como cuchillos se hundieron en su carne provocando serios tajos y abundante hemorragia. El taldano aguantó como pudo, estoico ante una posible muerte y consciente de la gravedad de sus heridas.

Rami, colgada de la espalda del Páter lanzó un grito al verlo, alertando a los perseguidores de su presencia que hasta ahora la habían ignorado.

Esta vez el monstruo no logró alcanzarle, lo que agradeció, pues significaba que era más fuerza bruta que destreza, y que sus fintas y ágiles movimientos servían de algo. También tuvo que ver qué algo despistarse a la bestia.

Tass prestó atención también, sin saber ya que esperarse. ¿Los amos de esas criaturas? ¿Nuevos enemigos? ¿Refuerzos? Observó, aunque no cometió el mismo error que el animal, y su escrutinio de la distancia no le impidió volver a tirarse a fondo y clavar su estoque de nuevo, causando una nueva herida.

Suspiro.
Me la juego para que mis compañeros esten en forma. Se relajan, y... en fin. Ya ves. Pasa lo que pasa

Dando un paso de 5 pies para poder curar sin miedo de ser herido, le impongo las manos a Rigar, pues me huelo que otro golpe como este, y el compañero tendrá se librará de ver Taldor caer en más desgracias a manos de la orcafoca de reina que tenemos... al precio de perder la vida

El cazador notó las mandíbulas desgarrarle, la situación era cada vez más complicada, sentía que ya estaría en el suelo muriendo si no hubiera sido por la mano sanadora de Claudius.

- Preparaos para marcharos, no podemos quedarnos aquí.

Había que correr, alejarse de lo que estaba viniendo salvo que el destino quisiera que sucediera un gran imprevisto, algo que lo cambiara todo.

Rigar hundió el hacha en su tercer intento, el metal atravesó la piel que tanto se había resistido. La sangre manó en abundancia salpicando su rostro, de esta manera había devuelto el dolor que a él le habían causado y que lo dejaba casi a merced de los deseos de esas criaturas por seguir batallando.

Algo parecía escucharse... caballos al galope, un sonido muy distante pero que identificaban de modo claro. ¿Cómo podía haber caballos aquí? ¿Y cómo podían sortear la vegetación tan hábilmente? Sin duda estaban entrenados. No estaban cerca pero llegarían rápidamente a ese ritmo.

Los gestos de uno de los bulettes hacían ver que también lo había escuchado, ¿y acaso era temor lo que parecían notar en él? Se mostraba nervioso desde que los había percibido.

No habían sido conscientes hasta ahora pero el momento de pausa les dejó ver que en su espalda, sobre su coraza, había una marca... una lanza quizá, pero debía haber sido un golpe muy poderoso para traspasar así al animal.

El embite fue brutal, la sutilidad del cambiaformas al encontrar un punto débil contrastaba con la brutalidad del cazador, que con un poderoso hachazo partió una de las placas de defensa y se clavó directamente en la cabeza del animal. Parecía que ya le quedaban pocas fuerzas pero se revolvió rabioso contra sus agresores tratando de atravesar a ambos con sus garras sin conseguir nada.

Más allá otro de los bulettes clavó su mandíbula en la armadura del clérigo saboreando solo el metal y acto seguido volvió a levantar la cabeza para hacer caso a algo. Cada vez parecía más nervioso. En ese momento comenzó a emitir un sonido similar al entrechocar rápido de dos objetos sólidos, una vibración de la lengua con su paladar que se repetía a gran velocidad mientras los miraba y adoptaba movimientos de depredador acechante.

Pero el último de ellos le respondió con el mismo ruido, casi como intentando no hacer caso para lanzarse contra Rigar a fin de destrozarlo y conseguir que uno de sus zarpazos atravesase el brazo dejando una fea cicatriz y al guerrero cayendo al suelo casi sin vida. La bestia se relamía aparentemente dispuesta a seguir atacando.

Tass no podía hacer nada por Rigar, excepto acabar con la bestia que tenía enfrente, esperando que tal vez eso llamara la atención de las otras y dejaran al cazador en paz, a fin de que Páter le curara. Era una medida desesperada y tuvo que tirar de ingenio para atravesar las duras placas de la piel de la criatura en esa posición, pero en el último instante lo logró y causó otra punzante herida en el costado.

Estaba antes en una posicion segura, asi que no tengo mas remedio que usar mi penultimo hechizo en Rigar

"INFLIGIR HERIDAS CRITICAS"

Uy no, qie no era ese "CURAR HERIDAS LEVES"

Rigar cayó al suelo, veía como su propia sangre caía a borbotones antes de quedar inconsciente. El ataque de rabia de Tass dio resultado y la bestia que se iba a ensañar con el cazador posó su atención en el pequeño tras sentir como el estoque se introducía dentro de él todo lo que medía su hoja haciéndole soltar un alarido de dolor, seguía viva pero estaba claro que por poco tiempo, no obstante se retorció contra él demostrando que aún le quedaban fuerzas.

El poderoso mordisco lo pilló por sorpresa llegando al costado y desgarrando parte de la carne.

La más grande de las bestias seguía emitiendo el sonido rítmico al parecer tratando de transmitir algo a su compañero, que se debatía entre atacar o retirarse. Los bulettes los seguían mirando, de frente y bajando la cabeza en señal de desconfianza y aviso mientras enseñaban los dientes. Era como si pidiesen una tregua sin llegar a fiarse, lo que habían percibido tenía más importancia que destrozarlos ahora mismo.

Mientras tanto Clavius se acercó al cuerpo inerte de su compañero y se arrodilló junto a él sin dejar de mirar al bulette que seguía enfervorizado sin hacer caso a los otros dos, Rami se soltó para tocar el suelo cuando la magia del clérigo emanaba con un halo de luz cerrando todas las heridas.

Se habían detenido y eso no era normal, lo que significaba que o bien había otro depredador cerca que les asustara —y entonces más vale que ellos se replegaran pronto— o que aquél monstruo peludo les estaba forzando a retirarse por algo; la única razón que veía para ello es que estuviera en peligro de muerte. En ambos casos, incluso podía ser cosa de quién fuera que hubiera decapitado a los qadiranos y clavado las cabezas en picas, y si eso (o esos) estaba cerca, mejor irse también. Tenía aprecio a su cuello como para dejar que se lo cortaran.

Salió de sus devaneos mentales cuando el mordisco, que no fue lo suficientemente rápido para desviar ni esquivar, le arrancó un trozo de carne.  El dolor le recorrió como una punzada cuando intentó responder, y apenas fue capaz de levantar el estoque, mucho menos atravesar sus defensas. Sólo quedaba Páter.

—Acaba con él y después retírate —avisó—. Los otros no atacarán si les dejamos marchar, pero este está furioso, no cejará. Aunque hay que ser rápidos o se lo pensarán dos veces...

No creía que los otros se fueran a quedar quietos mucho más viendo cómo mataban a su hermano. Si le hacían caer pronto y se apartaban, lo tomarían como la tregua que buscaban, pero si se alargaba la lucha, puede que su naturaleza, impelida por el rabioso tiburón que seguía luchando, se impusiera al impulso de irse, y entonces estarían acabados.

Me saco la varita. Quizá con esta sea suficiente.

"Por la voluntad de Erastil, que la vida no te abandone. Levantate, Rigar!" Conjuro.

"Tass, Rigar... ¡Vamonos de aqui, y en direcciones opuestas a los tiburones!"
"Si las bullettes nos han hecho ESTO, y le tienen miedo a lo que sea que viene, yo no quiero quedarme para ver que es" (maxime cuando he quemado casi todos mis conjuros)

La intervención del Páter fue vital para que Rigar escapase de las puertas de la muerte, usando su varita de poder hizo fluir de nuevo la vida en su cuerpo. Tass trataba de mantener al margen al bulette malherido, que como saliendo de un estado de trance pareció mirar por fin a los otros dos, gruñendo sin cesar al pequeño guerrero mientras se iba alejando lentamente como hacían los demás.

Cuando las bestias estuvieron a la par, lejos de las armas del grupo, comenzaron una carrera alejándose de allí para de un salto volver a la tierra y desaparecer. Todo quedó en calma.

Rigar rompió el silencio, quejándose amargamente de una de las heridas que aún sangraba abundantemente para lo que tuvo que separarse parte de la armadura.

Mientras las criaturas escapaban pudieron ver fugazmente como parte de las placas del bulette al que habían estado atacando estaban rotas a la altura de la parte baja del lomo, casi llegando a la cola. Sin duda no habían sido ellos, aunque Rigar había dejado otra de modo similar sobre su cabeza.

Otro de ellos presentaba también marcas de abrasamiento en varias zonas posteriores, junto a la grieta que habían reconocido anteriormente en el primero producto de una lanza o similar.

Tass no se molestó en rematar al tiburón mientras se retiraba, pues no quería arriesgarse a que el furioso animal cambiara de opinión. No, habían sobrevivido por los pelos y ahora tocaba dar gracias a la suerte y retirarse. Lo que fuera que había hecho retroceder a las bestias, y estaba claro que habían sido maltratadas anteriormente, sería un problema que afrontar más adelante, después de ponerse a salvo y recuperarse.

—Si, vámonos. No debe de quedar tanto para las ruinas. ¿Rigar puede moverse?

Continuo el avance, sin acelerar ni tampoco frenar el paso

"No te me escapes, Rigar! Asi... Asi..." Digo restañando las heridas con la varita.mientras continuo el avance. "Es un tanto cruel, pero las Bullettes deberian de oler mas, sangrar mas, y quiza sean una presa mas golosa. En tanto que no dejemos manchas de sangre, todo ira bien"