Partida Rol por web

Talitha se deslizó rápidamente a la parte trasera del carro mientras arrojaba la antorcha a la parte delantera del suelo para alumbrar a los guerreros que bajaban del carro. Recogió su arco y sus flechas. Hacía unos instantes había tenido suerte, y los cascotes que los seres de la oscuridad les arrojaron no hicieron apenas daño a la muchacha, pero tenía un presentimiento mucho peor de las tres criaturas que les habían salido al paso.

La joven del desierto cargó el arco, y cuando Iona habló, se limitó a asentir con la cabeza, con un sonido seco, y con el cambio de objetivo que había escogido. Se preparó para disparar al enemigo que la zamoriana había escogido.

La enorme bestia se lanzo hacia delante rugiendo dispuesto a acabar con la nómada y con Iona, pero para ello tenía que abrirse paso hacía ellas a través del carro. Para llegar hacia ellas agarra con frenesí la ballesta del carro y con un violento tirón arranca esta parte del carro y empuja a las mulas a un lado como si fueran de papel. Las jóvenes  se tambalearon en el carro mientras olían el fétido aliento de la criatura. 

El monstruo miró fijamente a la guerrera de acero, con una malicia y rencor desconocida hasta ese momento para ella, antes de lanzarle dos ataques con su acero. El primero alcanza a la guerrera por su derecha, un tajo que la desestabiliza y la deja en una situación comprometida para que el segundo, que viene desde arriba a su izquierda describiendo un arco, atraviese sus defensas y haga sangrar a la guerrera. Por suerte la armadura se lleva la peor parte de un golpe que de haber impactado a otro seguramente le hubiese destrozado. 

Rong Wei observa atónito como las enormes criaturas asaltan sin mediar palabra, y como una de ellas arranca la ballesta del carro y aparta a los animales de tiro con una fuerza descomunal.

… Que Yaguitta nos guie en esta locura…

A pesar de lo sobrenatural de los acontecimientos, el sabio ya estaba preparado para actuar. Acercándose por el carro a sus compañeras, lanza desde el interior de su manga una pequeña esfera hacia la horrible criatura al tiempo que exclama:

- ¡Fuego! -

El hombre bestia recibió una llamarada que le chamusco todos los pelos de la cara. El desenlace pudo haber sido fatal para el ser, mas la agilidad natural del ser le lleva a dar un paso atrás evitando quedar en llamas.

El guerrero del norte midió a su rival con una tímida estocada que no alcanza su objetivo, al evitarla éste con un agil movimiento de pies.

-!!POR YMIR¡¡ !!ACABARÉ CON VOSOTROS SERES INFERNALES¡¡

La nómada salta hacia atrás para evitar la madera que se hunde delante de ella, acto seguido se agacha para equilibrarse más fácilmente, acto que aprovecha el sabio para lanzar una deflagación contra la criatura que se ha abalanzado contra ellos.

El enorme guerrero retrocede y entonces Talitha aprovecha para disparar contra él una de sus flechas, que debido al movimiento y lo apresurado no se dirige a su objetivo con demasiada fuerza.

La nómada aguanto el tipo en el carro y con gran agilidad lanzó un dardo que impactó a su objetivo, cosa no muy complicada debido a la corta distancia a la que se hallaban. El proyectil impacta atravesando la arcaica armadura del simio clavándose con firmeza en él.

La Zamoriana intentó equilibrarse ya que se hundía la caravana tras los fieros golpes de aquel "mono". Acto seguido la ladrona se desplaza a su izquierda intentando camuflarse en las sombras. Iona sigue las instrucciones de la nómada disparando un flechazo que se desvía del objetivo.

La próxima vez acertaré. Talitha cambio de arma e iré al cuerpo a cuerpo, no se me da muy bien el arco. Intentaré atacarle por la espalda a ver si le rajo el cuello

La intención de la ladrona era ocultarse en la oscuridad aprovechando el fogonazo de Rong  Wei que podría haber mermado la percepción de aquel ser. Cambiar de arma cuando pudiera y atacar por la espalda al Korsulita II. Su habilidad de acertar en puntos vitales podía hacer mucho daño. Ya que con simples flechas poco daño le haría.

La flecha sale disparada acertando a su objetivo en su cota de malla. Por desgracia, el proyectil rebota inofensivamente sin provocar daño alguno.

A pesar de llevar una antorcha en la mano izquierda, Zelata se dio cuenta por las malas, recibiendo un par de golpes,
que el fuego no asustaba a estas monstruosas criaturas. Así que arrojó rápidamente la antorcha a los pies de la bestia,
aferró su espadón con las dos manos, y propinó un mandoble a su adversario.

La de Poitain se revuelve y agarra con firmeza su espadón antes de lanzarlo en un tajo ascendente contra su enemigo. De un solo golpe el acero corta hierro, carne, musculo, tendones y hueso como el cuchillo caliente corta la mantequilla... La bestia sangra profusamente por el tajo y durante unos segundos alza su espada con la furiosa intención de devolver el golpe... pero antes de dar un paso se desploma de rodillas y cae al suelo inmóvil. 

El hombre mono lanza su pesado machete contra Ulfner, mas su intención no es herirle... no. Con este ataque pretende desarmarle. Aunque deja expuesta su guardia, el guerrero del norte no es lo suficientemente rápido como para llegar a golpear a su adversario. La espada del gigantesco simio golpea salvajemente la del nordheimer echando ésta por tierra, quedando desarmado el valiente guerrero. 

Con la muerte de uno de los Korsulitas los gritos de excitación, lanzados al aire por una desconocida cantidad de entes, aumenta hasta volverse insoportable. El fragor del combate continúa en la creciente oscuridad...

Zelata acababa de eliminar de un solo golpe una de las bestias.
Pero estaban rodeados por una cantidad preocupante de criaturas
que acechaban a su alrededor amparadas por las ruinas y la oscuridad.
La joven sujetaba fuertemente la empuñadura de su poderoso espadón
dispuesta a defenderse de un ataque realizando una parada con el arma.
Ésta siempre ha sido su manera predilecta de defensa.

Al apagarse las llamas producidas por la esfera de llamas-polvo el valor de Rong empieza a flaquear. La oscuridad aumenta y la criatura parece perder el miedo. De pronto, sangre a borbotones, uno de los grotescos simios cae frente a Zelata y desata una miríada de voces insanas que despiertan los más oscuros miedos de la mente del monje oriental, agarrotando sus articulaciones y bloqueando su habitualmente equilibrada cabeza.

… Oh Yagguita, ¿es este el fin? …

La ladrona se quedó de piedra con el griterío que invadió el ambiente. Estaban rodeados por aquellos habitantes de las sombras y aquello la puso muy nerviosa. Un sudor frío recorrió su espalda y el miedo se apoderó de ella. Bién era conocido que Iona tampoco tenía una gran valentía, pero aquella situación la superó. Sus músculos se atenazaron y su agilidad felina quedó mermada.

Pero la víctima que se cobró Zelata le infundó valor. Y la Zamoriana avanzó para socorrer a su compañero Ulfner.

Iona surcó la sala sigilosamente flanqueado al adversario de Ulfner. La ladrona escogió uno de los puntos vitales de aquella bestia, pero el desconocimiento de la fisonomía de aquel ser hizo que la herida no fuera muy sangrante.

Muere bicho peludo y vuelve a tu madriguera.

Iona guió el ojo a Ulfner Acaba la faena, no puede ser que una señorita como yo te salve las "barbas"