Partida Rol por web

La tormenta de arena

IV. El Templo y la Reina

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20/09/2016, 22:42
Guardián

Poco a poco se fueron alzando. El descanso aunque breve fue merecido y consiguió restañar algo las heridas que varios de ellos poseían. Las féminas insectoides aguardaban al otro lado del umbral de la puerta del templo, observándolos con sus rostros más cercanos a los de un arácnido que a los de las bellas nativas que los recibieran por la mañana. A pesar de todo, aunque se contorneaban y gorgojeaban deseando que alguno de los supervivientes saliera del recinto, ninguna hizo el ademán de cruzar. Parecía como si el templo ofreciera un influjo que les impedía adentrarse... O quizás temieran algo peor...

Decidieron adentrarse en aquella cámara levemente iluminada y dejarlas atrás. No había tiempo que perder. Guerin andaba suelto y seguramente hubiera atrapado a Duvalier, el Dr Leblanc y al acomodado Vivant... ¡¡Pero!!... ¡¿Pero qué demonios era aquel lugar?!

Centenares de enormes capiteles tan altos como retorcidos se alzaban en un espacio que no parecía tener fin. Cada una de aquellas enormes columnas revelaba una serie de grabados y signos en un lenguaje de difícil comprensión, en un muestrario infinito de aquellas robustos pilares. ¡¿Quién podía ser el artífice de todo aquello?!

Decidieron continuar, adentrase en ese espacio que anteriormente les comentaron que pertenecía a la Reina de Seadom. A cada paso, una espesa niebla de color amarillo macilento comenzó a arremolinarse en el suelo. El lugar no sólo era tétrico, si no que escapaba a la propia lógica en sí. Juntos avanzaban uno tras otro entre aquellas columnas desprovistas de detalles, pero pero con una poder intimidatorio excelso.

De repente, Abeillut tropezó con algo. Un grito se le escapó de forma inconsciente. En el suelo yacía el cuerpo papiráceo de un soldado antiguo, vestido con una túnica, grebas y brazales, una cota de escamas, una espada y un cassis romano... ¡¿Aquello era un centurión?!

Entonces se oyó una voz familiar...

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20/09/2016, 23:05
Mujer extraña

- El vuestro no es el primer Imperio que llegó hasta aquí...- dijo la bella Ediz en su estado femenino y sensual saliendo de detrás de una de las columnas. - A lo largo de la historia y del tiempo, muchos han intentado llegar a este lugar. Algunos simplemente como alimento, otros cegados por obtener un fragmento del poderoso talismán que Aquél cuyo Nombre no Debe ser Pronunciado, se ve obligado a buscar cada cierto tiempo.- aclaró la muchacha en unos términos que los que allí estaban reunidos eran incapaces de comprender - Hastur es un dios... ¡¡Mi Dios!! pero posee la compulsión de buscar el talismán que el mismo pierde- siguió explicando a medida que con pasos lentos se acercaba al grupo- ¡¿O todavía pensáis que Sodoma y Gomorra desaparecieron por la ira del dios de los cristianos?!... ¡¿No os parece suficiente prueba ésta?!

Y tras esta palabras, el cuerpo de Ediz volvió a mutar el la abominación monstruosa con la que segara la vida del coronel Galindeau. 

- ¡¡Ahoooooooooraaaaaaaaaaaash cri, gnic!! ¡¡Vereeeeeeeeemossssssssssh ssssssi soissssssssh justossssssh!!

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: Quien tenga la pistola fuera preparada ya puede disparar...

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21/09/2016, 12:14
Abeillut Sadar

El horror se apoderó de nuevo de Abeillut, quién dio un paso atrás al ver a semejante engendro tomar de nuevo aquella horrible forma. El bereber sentía el sudor en la palma de sus manos, y el latido de su corazón golpeando contra el pecho con fuerza. Comparada con los engendros arácnidos, aquella criatura resultaba espeluznante, y por más horrores que contemplaban, lo lograba su mente acostumbrarse a tanta locura.

No teniendo un arma de fuego a mano, se abró hacia un lado el bereber, tratando de usar aquella densa niebla amarillenta para ocultarse parcialmente, y así ganarle la espalda a la criatura, disponiendo de un golpe franco que permitiese acabar con ella, del mismo modo que había despedazado a una de las mujeres-araña.

Allah, protégeme en esta hora sombría. - rezó, mientras conducía sus pasos hacia el costado...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues ni tengo arma de fuego (a mano) ni me compensa mucho, así que voy a volver a jugar la carta de intentar escabullirme hacia el costado del engendro, aprovechándome de la niebla y de cualquier otro obstáculo que pueda haber.

Ya de paso trato de echar un vistazo a lo que hay alrededor (si es que se ve algo).

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21/09/2016, 12:20
Jean-Baptiste Lacroix

El teniente agradeció las palabras de Abeillut. Sacó el mosquete y comprobó que estuviera cargado, mientras Barraud apoyaba sus palabras. Lacroix asintió hacia Farré y el quinteto empezó la marcha.

Moverse por aquellas columnas ciclópeas, era como atravesar una jungla de mármol. Entonces Abeillut dio con el cuerpo reseco de otro soldado venido del pasado. Aunque después de todo lo pasado, Lacroix empezaba a estar inmunizado con aquellos descubrimientos, así que no le dio más importancia.

La sudor impregnaba el rostro del teniente, con lo que la reciente herida quemada con pólvora del cuello le picaba horrores. Movió la cabeza contra el hombro para rascarse cuando la reina de las rameras apareció delante de ellos.

¿Dios de los cristianos? Tú Dios? Lacroix no creía en dioses, aunque empezaba a creer en monstruos.

-¿Ah sí? Pues dale recuerdos a Astor de mi parte!-Y le descerrajó el mosquete en todo el pecho.

Luego lo dejo caer en el suelo y sacó su querido sable.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Astor=Hastur :D

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21/09/2016, 13:32
Eugène Descoteaux

El sacerdote de Saint-Etienne se estremeció y su mandíbula pareció temblar ante la horrible visión de aquella mujer pagana que mencionaba a un dios cuyo solo nombre era blasfemo a los ojos de Descoteaux. Sin embargo, y a pesar de su actual estado tras todas las penurias vividas en aquellas arenas del desierto Eugène sabía que nada podría hacer en un combate contra aquella monstruosidad así que en cuanto vió al guia bereber ocultarse intentó hacer lo mismo y utilizar una de las muchas columnas para esconderse, al menos hasta que se le ocurriera un plan mejor.

Aquello era un infierno, sí, pero él no estaba dispuesto a ser un guerrero del ejército de dios, aquello correspondía a otros. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

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21/09/2016, 15:30
Jean-Pierre Barraud

El Sargento maldijo su torpeza por haber quebrado antes el mosquete.

Ante la súbita aparición de la mujer que tan calurosamente les diera la bienvenida, Lacroix respondió de manera impecable: sin pensarlo, disparó su arma contra aquella aberración.
La transformación de ésta, sin embargo, resultó más aterradora si cabe. Por algún motivo, Jean-Pierre tenía la sensación de que ella se encontraba a gusto en este sitio, al contrario que las otras que esperaban fuera.
Descolgó la bayoneta de la cadera y la aferró con fuerza, listo para un último combate. Miró a su alrededor y vio cómo sus compañeros tomaban posiciones para hacerle frente como buenamente pudieran.
Barraud notaba los latidos de su corazón como golpes dados a un tambor sin ninguna piedad. Trató de calmar sus nervios, sabedor de que si moría, lo haría en la mejor compañía posible.

Cerró los ojos un instante y se mentalizó para acometer a esa monstruosidad y, por lo menos, arrastrarla al infierno con él.

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21/09/2016, 17:44
Guardián

Junto a Lacroix, Farrè alzó su pistola y la descargó con una humarada contra aquel ser deformado y apócrifo. Los disparos fueron certeros y las balas esféricas de plomo impactaron levantando la dura y correosa piel abollonada de Ediz. Pero ésta no cayó.

Su piel era dura como el hueso y ofrecía una inaudita resistencia a los proyectiles. Los oficiales se miraron y extrajeron sus sables con una sonrisa en la cara. Poco quedaba ya mas que morir por lo que consideraban justo.

Parecía imposible que alguien pudiera mantener los principios con los que se fundamenta una persona en aquel lugar dominado por el más delirante de los horrores. Ambos amigos habían luchado brazo con brazo por defender su país y la libertad, y ahora en aquel momento al borde del fin no se traicionarían.

Ediz avanzó con rapidez sobre el mar de bruma, gateando sobre sus piernas y brazos retorcidos. Cuando llegó hasta hasta el alférez y el teniente, proyectó los quelíceros de su rostro en busca de carne y muerte. Nada podía detener el ataque de tal aberración, pero Farrè se antepuso a su compañero en un acto de gran amistad y heroísmo, mientras encajaba el terrible mordisco en el lateral de su abdomen. Rápidamente de la herida comenzó a brotar sangre...

Por su lado, Abeillut que había iniciado las maniobras para flanquear a la criatura, rodeó una de las grandes columnas con la mayor presteza que le era posible. Estaba dispuesto a abalanzarse sobre esa ramera con su arma familiara entre las manos. Sin duda que Allah le ayudaría.

Súbitamente tropezó con un cadáver. Aquellor era un verdadero cementerio. Miró a un lado y a otro y sus ojos se desencajaron al ver que allí se amontonaban cadáveres de ejércitos de varias eras: franceses, cruzados, romanos... y... y... ¿¿Y esos??

En el suelo yacía el cuerpo sin vida de un soldado de ropas amarronadas. Su mosquete era el más raro que jamás había visto, tenía varios tubitos y mecanismos que no llegaba a comprender...

¡¿De dónde surgía este ejército?!. Su cuerpo estaba momificado y parecía humano. En su pechera un una insignia. No llegaba a reconocer a la tribu que pertenecía, pero sus ropas y calzado parecía estar mejor manufacturadas...

En su mano aferraba una foto. En ella había más soldados como él, pero llevaban unos cascos demasiado raros... Diste la vuelta a la foto y entonces un sudor frío recorrió tu cuerpo al leer lo que allí ponía...

Paris... 1942

Descoteaux intentaba guarecerse. No era un guerrero y aunque seguía pensado que Dios le protegía, sabía que aquello le superaba claramente. Ahora entendía a Luc Van Haal. Ahora entendía por qué la Santa Sede buscaba a ese desalmado de Guerin. Y ahora los envidiaba a todos por no hallarse allí. Intentó esconderse como pudo. Pero aquello era un osario brumoso. Miró arriba buscando la clemencia de Cristo y Dios Todopoderoso y lo único que vio fue una enorme silueta aracnoide sobre él...

Las lágrimas comenzaron a fluir por sus mejillas.

- Tiradas (6)

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: Comenzamos combate por Destrezas. El primero es Abeillut, pero antes de que se lance, debe realizarme una tirada de salud mental para 1/d10 (lo sé, soy un cabrón y te vas a volver chota, lo sé...). Siguientes Lacroix, Barraud y Farrè.

El padre Descoteaux una tirada de cordura para 1/d10.

PERSONAJE

P.VIDA

CORDURA

ESPECIAL

Jean-Baptiste Lacroix

5/11

70

 

Abeillut Sadar

10/10

29

 

Eugène Descoteaux

10/10

68

 

Jean-Pierre Barraud

5/15

75

 

Gerard Farrè

4/12

42

 

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21/09/2016, 18:35
Guardián

Ves esto.

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23/09/2016, 14:03
Abeillut Sadar

Abeillut comenzó a rodear a la criatura, dispuesto a guiar la hoja de su flissa hacia el interior de la carne de aquel engendro infecto. Sin embargo, algo se cruzó en su camino: una fotografía, junto a un extraño artefacto. Su mirada se posó en aquellos elementos atemporales, mientras su cerebro, ya cercano a la locura, se retorcía en un infinito de posibilidades que la racionalidad no podía comprender. Pasmado, Abeillut olvidó cuanto le rodeaba: sus amigos, la criatura, Guerín. Todo desapareció para él, mientras reía en la oscuridad...

- Tiradas (2)

Notas de juego

Pues... chof xD.

No sé exactamente qué implica la pérdida de cordura que me ha caído, pero bueno, de momento la interpreto así. Ya me darás más indicaciones.

PD: En tu tabla pone 29 de cordura, pero en mi ficha pone 28. No creo que cambie gran cosa, pero bueno, yo lo aviso xD.

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23/09/2016, 14:36
Jean-Baptiste Lacroix

Los disparos parecieron no afectar demasiado a la monstruosa mujer, que otra vez más se transformo. Los dos militares veteranos intercambiaron una sonrisa de camaradería mientras desenvainaban sus sables. Nunca se habían abandonado el uno al otro y esa vez no seria diferente. Solo fueron unos segundos, pero la perra avanzó hacia ellos con tanta presteza que el teniente no pudo reaccionar, aunque su amigo, su camarada de incontables batallas si que lo hizo, interponiéndose en el ultimo momento entre los dos y llevándose el ataque de Ediz.

-¡¡¡Gerrard!!!

El teniente de dragones flanqueó a su compañero sable en mano, y lo dejo caer con toda la rabia que sentía hacia aquella ramera. El sable, guiado por la camaradería corto carne y tendón por igual...

- Tiradas (3)

Notas de juego

8 punticos...no ta mal! :D

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23/09/2016, 15:10
Jean-Pierre Barraud

Con los nervios a flor de piel, el joven sargento acometió a la horrenda criatura. Sus compañeros estaban luchando mostrando una lealtad y valor fuera de toda duda, y él no podía ni debía quedarse atrás.
Hubo un tiempo en que el simple tacto del mosquete en las manos le causaba repugnancia por lo que implicaba ser portador de semejante arma. Ahora, no obstante, perdido como estaba en mitad de ningún sitio, echaba de menos ese trozo de metal como si le faltase un miembro.

Bayoneta en mano, cargó con fuerza, trazando un arco con el cuchillo. Pero el acero no encontró nada en su camino y el filo pasó lejos de su objetivo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¡No es momento de fallar!

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23/09/2016, 18:24
Guardián

La criatura descendió por un grueso y transparente hilo hasta el sacerdote. A pesar de su tamaño, la velocidad a la que se movía rozaba la locura... Como todo aquel lugar. Nada pudo hacer Descoteaux. Aquel engendro esputado por el mismo infierno, estaba frente a él con retorcidas intenciones. Intentó gritar, pero el pavor más inhumano y terrible que jamás había sentido se apoderó hasta de la musculatura de su cara. Quedó inmóvil ante su terrible destino.

Los quelíceros de la terrible y enorme araña se cerraron alrededor de su cuerpo. Estaba acabado. El fin estaba cerca. 

Con un tirón de fuerza sobrehumana, la aberración tiró de él, pero para su fortuna, sólo le arrancó gran parte de la sotana que conformaba sus hábitos. Entonces a escasos metros Abeillut se puso a reír, y la enorme y sigilosa araña, alertada por el bereber,  desapareció entre las columnas con vertiginosa rapidez.

- Tiradas (9)

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: Se lo has puesto a huevo. En teoría te pillaba y te destrozaba, pero has gastado tu cartucho de suerte. Igualmente te quedas con una locura de larga duración (PARANOIA TEMPORAL durante 80 horas). Esa criatura te ha dado una segunda oportunidad... Debes evitar que tus amigos la dañen. 

Móntatelo como quieras...

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23/09/2016, 19:05
Guardián

Barraud lanzó una puñalada con la bayoneta, pero marró. Aquella condenada se movía con una agilidad impropia de un ser cabal. Durante unos segundos pensó en el bien que podría hacer en aquella desesperada situación, el hacha que portaban los soldados del destacamento de zapadores...

Por su parte, Lacroix se abalanzó flanqueando a la ruin criatura con su sable. El tajo lanzado con toda su alma apunto estuvo de ser evitado, pero por fortuna, la hoja seccionó el brazo deforme de Ediz que cayó al suelo frente a ella. En ese instante, la el aspecto bello de la mujer exótica, retornó a su cuerpo, mientras unas palabras fluyeron débilmente:

- Muchos imperios... Muchos... Ahora podréis ver a la Reina... Podréis verla.- un reguero de sangre surcó su comisura - Os habéis ganado el derecho de conocer a Bera... La Reina... ¡¡Rendid pleitesíaaaaagggh!!- sus palabras desfallecían - Y quizás marchéisssss...- acto seguido se desplomó mientras las últimas palabras surgían de su boca...

- Adios madreeeee... Te serví hassstaaaagh el finaaaagh- su voz se apagó por siempre

Tras esto, la risa de Abeillut quebró desde detrás de una de las columnas. A escasos metros del guía, apareció Descoteaux. El capellán, tenía el rostro desencajado...

- Tiradas (5)

Notas de juego

NOTA DM: Abeillut se gana una locura de larga duración porque ha perdido > 20% de su cordura en una hora. He usado el 28 en cordura que me has dicho para descontar. Ediz intentó esquivar el espadazo, pero ni usando su suerte (los malos guays también tienen) ha podido sucumbir al poder francés. Los valientes que lucharon contra Ediz recuperan un d6 de cordura...

PERSONAJE

P.VIDA

CORDURA

ESPECIAL

Jean-Baptiste Lacroix

5/11

73

 Locura larga duración

Abeillut Sadar

10/10

23

 

Eugène Descoteaux

10/10

58

 Locura larga duración

Jean-Pierre Barraud

5/15

78

 

Gerard Farrè

4/12

45

 

¡¿Qué hacéis?! 

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23/09/2016, 19:39
Guardián

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: Tienes ALUCINACIONES. Actúa normal. En algún momento verás un bicho feo que tendrás que matar... MWAHAHAHAHAHAHAHA!!!!

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24/09/2016, 22:04
Eugène Descoteaux

El rostro del capellán pareció desencajarse por completo y mostró una mirada perdida y ausente aunque nerviosa a la vez. Cuando Lacroix hirió a Ediz el hombre de Fe se abalanzó sobre él. 

- ¿PERO QUE HAS HECHO SUCIO BASTARDO? - gritó exaltado recriminando a Lacroix su ataque contra la diabolica criatura. Acto seguido trató de cojer el cuello de Lacroix,como si quisiera estrangularlo.

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25/09/2016, 12:46
Abeillut Sadar

Abeillut volvió en sí tras un momento de delirio. Había sido extraño, inexplicable, absurdo. Su mente se había retorcido, amenazando con quebrarse para siempre ante la visión de aquellos iconos inexplicables, pertenecientes a una época atemporal, ajena a cualquier conocimiento que pudiese tener el bereber. La impresión se había sumado a todo lo demás: la muerte, los cadáveres de imperios pasados, la impresión de haber quedado perdidos en una época ajena al mundo en que vivían, donde criaturas de todos los tiempos habían ido a converger.

Y de repente, todo había cesado. El horror, los chillidos de aquella criatura, los pensamientos incontrolables... Abeillut volvió en sí, viendo a su teniente acabar con el engendro, y luego a Descoteaux arrojarse en pos de él, totalmente enloquecido. El sacerdote se había vuelto completamente loco.

- ¡Siaserdote! ¡Para! - Abeillut corrió hacia Descoteaux, tratando de sujetar sus brazos asesinos, fraticidas - ¡Tiniente es amigo! ¡Amigo! ¡Para siaserdote, tú para!

Agarró a Descoteaux por los brazos, no sin antes haber envainado su flissa. No quería hacerle daño, no debía...

Notas de juego

No sé si hay que tirar algún tipo de confrontación xD.

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25/09/2016, 12:52
Abeillut Sadar
Sólo para el director

Notas de juego

Cita:

NOTA GUARDIÁN: Tienes ALUCINACIONES. Actúa normal. En algún momento verás un bicho feo que tendrás que matar... MWAHAHAHAHAHAHAHA!!!!

Ok xD.

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25/09/2016, 15:25
Jean-Pierre Barraud

Con una magistral estocada, Lacroix puso fin a la aberrante vida de aquella criatura.
Antes de expirar, hizo mención a la Reina, así como al hecho de que ahora ya podían verla.
No obstante, no hubo tiempo para conjeturas, pues el sacerdote se abalanzó sobre el Teniente con la clara intención de hacerle daño.
Barraud vio cómo Abeillut corría en su ayuda y el Sargento hizo lo propio; entre los dos, trataron de apartar al enloquecido capellán de su compañero.

Notas de juego

¿Tirar confrontación? ¡Atacamos directamente! Jajajaja

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25/09/2016, 18:11
Guardián

El sacerdote emergió de la niebla con la cara desencajada y el rostro envilecido por el odio. Mientras profería insultos plagados de rabia hacia Lacroix, inició una carrera funesta hacia el teniente de los dragones, el cual extraía su filo del cuerpo mortecino de Ediz.

Barraud y Abeillut contemplaron las oscuras intenciones del capellán de Sant-Etienne y se lanzaron para detener la carrera del mismo. Pero Descoteaux parecía ungido por la furia del mismo infierno y no tuvo dificultades para abalanzarse con los brazos por delante sobre el joven teniente.

Lacroix se giró justo para ver como unas manos poderosas le agarraban el cuello y comenzaban a estrangularle...

- Tiradas (4)

Notas de juego

Para someter a un individuo, hay que hacer un tiro exitoso de presa. Toda presa, en caso de éxito, se puede evitar realizando una contrapresa (la cual ha fallado Lacroix). Como el único que ha tenido éxito ha sido el sacerdote, agarra a Lacroix y decide usar su presa para estrangular...

Para escapar de la presa en el siguiente asalto fuerza contra fuerza. Lacroix tiene un 60% de romper la presa.

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25/09/2016, 18:25
Gerrard Farrè

El alférez miraba descolocado lo que sucedía allí. Apenas habían logrado vencer a la terrible Ediz, cuando el sacerdote que los acompañaba perdió el oremus y se abalanzó sobre su amigo. Aquel hombre, aunque pequeño, parecía vigorizado por algún oscuro poder...

- ¡¿Qué hago Jean- Baptiste?!... ¡¿Qué hago?!- Gerrard observaba como el capellán le restaba el aire de los pulmones a sus compañero que sucumbía ante la presa infernal. Habían superado cientos de enfrentamientos, heridas y problemas.

¡¿Sería el capellán uno de ellos?!

El oficial aferraba fuerte el sable a la espera de su amigo. Si debía matar al religioso, lo haría.