Partida Rol por web

La Travesía [sin terminar]

Prólogo - Hogar dulce hogar

Cargando editor
23/08/2017, 21:09
Elanna

-¿Marcus? Oh, no. Biología siempre ha sido una asignatura complicada para mí. -Sonrió ampliamente-. Pero parece que no para usted. Me llamo Elanna, ¿y usted?

Le tendió la mano con suavidad.

Notas de juego

Tírame Advertir a dif. 7

Cargando editor
23/08/2017, 23:58
Phee

-Yo soy Ophelia, pero prefiero que me llamen Phee -respondió dándole un apretón de manos decidido. En la Casa le habían enseñado a apretar las manos de cierta manera, dejando siempre que la otra persona fuera más firme y dominante pero recibiendo su fuerza con, si no recordaba mal las palabras, acero envuelto en seda. El resultado era que los apretones de manos entre Acompañantes eran un espectáculo extraño y lamentable, dado que trataban de superarse entre ellas tanto en sutileza como en inamovilidad, y era más fácil dejarlo aparte y preferir que Elanna practicase-. A lo mejor no deberías pensar en ello sólo como Biología. A mí me ayudaba aprender otras cosas sobre las plantas que estudiaba. Por ejemplo.

Dio un paso a un lado para no interponerse entre Elanna y las flores, que señaló con un amplio gesto de la mano.

-Esto son cedueñas, pero también las llaman flores de la golondrina. En la Tierra Que Fue simbolizaban alegrías venideras. También se usan para tratar verrugas, pero probablemente no deberías mencionarlo en compañía educada.

- Tiradas (3)

Notas de juego

8+5= 13. Éxito extraordinario. Soy la Daredevil plantoril.

Cargando editor
24/08/2017, 23:23
Elanna

La niña prestaba atención, manteniendo una ligera sonrisa en el rostro y asintiendo de vez en cuando. No le costó intuir que las plantas no le iban a resultar nunca un tema entretenido del que hablar, aunque se esmeraba por parecer interesada. De hecho, en cuestión de segundos Phee se percató perfectamente de lo que estaba ocurriendo allí. Elanna estaba tratando de imitarla usando una técnica básica de cualquier acompañante. Se le llamaba el Espejo y consistía en generar una sensación de comprenetación mediante la imitación sutil -sutil para quien sabía hacerlo bien- del cuerpo, principalmente, y otros detalles como la voz, el tono y la forma de hablar.

Siempre era divertido recibir aquella clase, sobre todo porque nada más terminar una se encontraba intentando copiar a todo el mundo dándose cuenta a su misma vez que todo el mundo trataba de copiarte, lo que termiana por obligarlas a salir al exterior para practicar. Los años, sin embargo, integraban aquella práctica volviéndolo algo natural y un arma esencial para crear esa compenetración entre acompañante y cliente en cuestión de minutos. También se aderezaba con preguntas y gestos, y aunque Phee nunca había llegado a ejercer la había encontrado útil en numerosas ocasiones: para conseguir mejores tratos, entrar en lugares de forma gratuita y hasta para fortalecer relaciones. Claro que con Alma y Samael, o cualquier otra acompañante, era siempre un espectáculo que pasaba desapercibido para la mayoría.

-Tomo nota de ello, Phee. Así que cuentan con propiedades para combatir lesiones cutáneas. ¿Similar al aloe vera?

Cargando editor
29/08/2017, 23:17
Phee

El Espejo era una de las lecciones que Phee se sentía más agradecida de haber recibido. Cuando se marchó de Huayan, el choque de culturas la había dejado sola y confundida, y Espejo era una forma muy efectiva de ser bienvenida entre gente que no conocía.

También recordaba lo emocionada que había estado de practicar Espejo, y lo mucho que se habían divertido a su costa Acompañantes entrenadas y alumnas más mayores cuando había intentado practicar con ellas. Phee decidió hacer lo mismo. Se incorporó, estirando un poco la espalda, y tensó los brazos y los hombros un poco bajo su chal para hacer sus movimientos un poco menos fluidos, un poco más robóticos. El objetivo de aquella burla, como había entendido más tarde, era ver si Elanna percibía el cambio y cómo se adaptaba.

También era, suponía, un rito de paso. Phee mareaba a Elanna, como sus maestras la habían mareado a ella, y a éstas sus propias maestras.

No había mucho cambio que notar, en realidad, cuando Phee extendió el brazo (solo un poco más rápida y rígidamente que antes) para invitar a Elanna a caminar a su lado. Iría pronunciando el cambio hasta que la niña lo notase, y cuando ajustase su reflejo ella cambiaría de nuevo.

-En realidad no está muy claro que el aloe vera sea medicinal. Pocos investigadores han hecho algún descubrimiento que lo confirme, y la mayoría de esos investigadores estaban trabajando para corporaciones que utilizan aloe vera.

Como no vio ningún aloe se detuvo frente a un agave. Dudaba que Elanna pudiera distinguirlos.

-Medicinal o no, es una planta preciosa. También las flores.

Cargando editor
05/09/2017, 12:38
Elanna

El baile comenzó, porque sólo se le podía considerar tal, especialmente con Phee liderando las idas y venidas mientras la conversación sobre las plantas proseguía volviéndose cada vez más monótona e insulsa. Por supuesto, la acompañante no tuvo problemas en guiar la danza, ajustando sus movimientos de forma sutil sin que la jovencita de ojos oscuros pareciese percatarse de ellos. Al menos durante el primer minuto, más o menos. Después empezó a leer su frustración y cómo su atención se desplazaba a otros detalles brevemente, de forma casi imperceptible, tomando nota de lo que Phee estaba haciendo. Y para lo que costaba dominar aquella técnica, lo cierto es que Elanna tardó menos de lo esperado en dibujar una larga y pausada sonrisa, mirándola con fijeza.

-Eres una antigua alumna -constató-. Qué tonta. Debería haberme dado cuenta antes.

Miró un momento al resto de alumnas, que seguían en un corrillo ya a lo lejos, pero con los ojos bien atentos en ellas de forma nada disimulada tras los arbustos o encaramadas sobre los bancos.

Cargando editor
06/09/2017, 23:35
Phee

-Y tú -dijo con una sonrisa lenta y suave, que tenía como fin disipar el pinchazo que sintió al ser confundida con una clienta en su propia casa-, Elanna, tienes una gran técnica y un ojo muy agudo para los detalles. Te felicito.

Miró de reojo al grupo de alumnas y levantó una mano en su dirección, agitando los dedos a modo de saludo. Después se volvió de nuevo hacia Elanna ajustándose el chal sobre los hombros.

-Ahora, si puedo robarte unos minutos más, tengo que encontrar la clase de danza de Mariam, y ni siquiera sé si sigue usando la misma sala. ¿Podrías darme indicaciones?

Cargando editor
07/09/2017, 22:40
Elanna

-Puedo llevarte allí, de hecho -rió, colgándose de su brazo sin permiso ni invitación-. ¿Fue tu profesora?

Cargando editor
10/09/2017, 21:18
Phee

-Mi profesora y mi amiga -respondió Phee, dejándose guiar por Elanna-. Mariam me ayudó mucho hacia el final de mi entrenamiento. Pero si yo fuera tú no se lo mencionaría a la Sacerdotisa.