Partida Rol por web

La Travesía [sin terminar]

Prólogo - Hogar dulce hogar

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29/07/2017, 18:24
Director

Casa de Acompañantes Huayan, Shinon

El templo Huayan se encontraba a las afueras de la capital, en una de las montañas más prominentes de la región y de la cual emanaban varias cascadas en torno a las que ascendía una hermosa escalinata de piedra. Phee no recordaba haberlas subido nunca y no iba a empezar aquel día, sobre todo cuando Ray contaba con la lanzadera y se había ofrecido voluntaria a llevarla hasta allí antes de empezar con la larga lista de víveres que necesitaban para la nave.

Por azares de la vida, Carmina había decidido relajar el ritmo y pasar unos días en Lu'Weng, dándoles tiempo a todos de descansar, poner en orden sus asuntos y disfrutar de las numerosas actividades que ofrecía la ciudad. Era un puerto caro, de los más caros de la galaxia, pero el negocio iba viento en popa y las ganancias eran lo suficientemente copiosas como para permitirse una extravagancia como aquella. Y como si tuviera un radar que alertaba de su presencia, Rachel había contactado con ella hacía dos días y no había dejado de insistir hasta hacerle prometer que iba a pasarse por el templo a comer, mencionando de paso a Miriam y lo mucho que la echaba de menos. Phee sabía perfectamente qué esperar, pero lo cierto es que no había vuelto a 'casa' desde que terminó su adiestramiento y aquel verde esmeralda que se extendía por todo el planeta le trajo buenos recuerdos y una sensación de paz que sólo encontraba cuando se sumergía en su jardín particular a bordo de la nave.

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29/07/2017, 20:44
Phee

Phee le dio dos fuertes palmadas al casco de la lanzadera para indicarle a Ray que podía despegar y se volvió hacia el edificio principal del templo con un suspiro. Había comprado la botella más barata de la lista de vinos preferidos de la Sacerdotisa, y cuando empezó a andar hacia la puerta la sujetó por el cuello con una mano y el culo con la otra, como si no estuviera segura de si ofrecerla como regalo o romperla contra una piedra para crear un arma improvisada.

No tenía más que buenos recuerdos de la Casa Huayan. Había sido muy feliz allí, y lo consideraba su hogar. Estaba un poco resentida con Rachel por hacer que no se sintiera del todo a gusto allí. Pero ya había llegado, y como probablemente ya la habría visto alguien era tarde para marcharse e inventarse una excusa.

Entró en el templo con una sonrisa y buscó alguna cara familiar. Sabía muy bien que las Acompañantes estaban entrenadas para recibir a la gente. Era, después de todo, parte del elaborado ritual de la profesión. Por tanto, si no había nadie esperándola, probablemente la Sacerdotisa estuviera planeando hacer una gran entrada.

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31/07/2017, 00:16
Director

La entrada del templo estaba tal y como la recordaba; una amplia estancia de techo abierto y suelos de mármol donde la luz parecía bailar a sus anchas, arrojando reflejos aquí y allá. Un lucido sauce dominaba la estancia desde el centro, en un círculo verde donde crecían multitud de plantas y varios tipos de flores blancas. Algo llamó su atención allí.

Junto a estos había varias persona, un hombre de piel tostada no mucho mayor que ella misma y varias niños, alumnos claramente, cuya edad variaba. Parecía explicarles algo y enseguida se percató de la bolsa extensible de cuero donde llevaba varios utensilios de poda. Parecía, para su sorpresa, un profesor. Que los había, pero no abundaban especialmente.

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31/07/2017, 00:38
Sacerdotisa Rachel Lan

-¡Ophelia!

La exclamación llegó de una de las escaleras laterales. Rachel bajaba los últimos peldaños con los brazos extendidos, casi como si le rezara a Dios dando gracias por el regreso de su hija pródiga. Y la sonrisa de su rostro no dejaba lugar a dudas sobre su cariño hacia la muchacha, pero tampoco excluía todos los planes que tenía en mente para ella. O mejor dicho, los que siempre había tenido y nunca había terminado de alcanzar.

-¡Querida! Qué alegría tenerte de vuelta entre nosotros. No te esperaba hasta más tarde -dijo, como si no hubiese sabido a ciencia cierta que acababa de llegar hacía menos de un minuto.

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31/07/2017, 01:04
Phee

Phee, que se había distraído con la idea de asistir a la lección de jardinería para retrasar el reencuentro, se irguió al escuchar la voz de Rachel, adoptando inconscientemente la posición de recepción de Acompañante.

Tan pronto como vio la sonrisa de Rachel se dio cuenta de que, pese a todo, se alegraba muchísimo de verla en persona, y le devolvió la sonrisa con franqueza. Tan pronto su mentora la alcanzó se relajó y la besó en ambas mejillas.

-Yo también me alegro de estar aquí, Sacerdotisa. Estaba deseando haceros una visita. -Barrió brevemente el vestíbulo con la mirada y volvió su atención de nuevo hacia Rachel, mostrándole la botella con una sonrisa que esperaba que no desvelase ninguna vergüenza por la humildad de su regalo o su incomodidad anterior y futura-. Nelais Blanc de 2501. Uno de tus preferidos.

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01/08/2017, 21:40
Sacerdotisa Rachel Lan

La estrechó entre sus brazos con más efusividad de lo habitual y, por supuesto, mucha menos ceremonia de lo que le habían enseñado. Pero era la Sacerdotisa y si alguien podía permitírselo era ella.

-¡Oh! Qué delicia -exclamó, juntando ambas manos a la altura del pecho-. Siempre tuviste un gusto particular para los regalos, ¿hm?

Cogió la botella con cuidado, girándola para examinar la etiqueta con ojos golosos. Después chascó los dedos e hizo llamar a una de las alumnas que atendía el jardín, de nombre Finna, que acudió enseguida donde estaban. Al ver a Phee y no reconocerla, hizo lo apropiado presentándose.

-Por favor, ten la amabilidad de llevarla a las cocinas y pedir que la sirvan durante mi almuerzo. Muchas gracias.

Una vez se hubo retirado, Rachel extendió ambos brazos henchida de orgullo y la instó a seguirla hacia los jardines.

-No puedo expresar lo feliz que me hace tenerte de vuelta -canturreó-. Hay muchas novedades que no he querido comentarte por mensajes, pero lo primero es lo primero. ¿Cómo estás, Ophelia? ¿Qué tal viajando entre las estrellas? 

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01/08/2017, 23:07
Phee

Phee saludó a Finna con una inclinación de cabeza formal, para indicarle que su etiqueta era perfecta, y una sonrisa nada formal para dar a entender que no era una cliente ni una instructora, y el trato informal era bien recibido.

-Oh, es una maravilla -dijo, entrelazando su brazo con el de la Sacerdotisa mientras echaban a andar-. Vivir en una nave es como vivir en una obra de arte, Sacerdotisa, una que nunca está terminada del todo. Cuando piensas que por fin está lista llega la inspiración, y la obra sigue creciendo y transformándose. Y ahora que el huerto produce suficiente para la tripulación y los pasajeros la capitana me ha dado permiso para plantar lo que yo quiera. Tengo que mandarte imágenes cuando esté listo.

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04/08/2017, 01:27
Sacerdotisa Rachel Lan

-¡Estupendo! Tenías mucho talento con las plantas, es bueno que hayas sabido integrarlo en una nave. Todo un reto, sí, sí -comentó con entusiasmo-. Quizá, si vas a pasar unos días por aquí, te gustaría conocer a Marcus. Es una incorporación reciente pero está haciendo maravillas con los jardines e implantando técnicas muy novedosas. Trabajó en el borde exterior ayudando en Ithaca, creo recordar. Trabajando la tierra para que produjese mejores alimentos y las plantas creciesen fuertes. ¡Ah!, mira.

Se soltó de brazo con delicadeza para acercarse al borde del camino empedrado donde había unos magníficos rosales de flores multicolor. Todavía no habían brotado, pero los capullos tenían la forma perfecta y un color dorado con tintes rosas y naranjas realmente bonitos.

-Este es uno de sus proyectos con las alumnas. ¿No son preciosas? Ojalá pudieses verlo todo cuando florezca. Es simplemente una maravilla para la vista.

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04/08/2017, 03:03
Phee

-No sé cuánto tiempo nos quedaremos, pero si es posible me encantaría conocerle -aseguró mientras se inclinaba para examinar los rosales. Parecían en perfecto estado de salud, pero llevaba tanto tiempo pensando en términos de producción de oxígeno y alimento que era difícil simplemente apreciar lo bellas que serían esas rosas cuando floreciesen-. Tengo que reconocer que echo de menos... el paisajismo, supongo. Pero como ya te he dicho, ahora tengo la oportunidad de volver a hacerlo.

Se irguió de nuevo y se giró hacia Rachel con una sonrisa.

-Marcus debe ser un gran profesor, si sus alumnas están criando unos rosales tan bonitos. Dudo que yo tuviera la paciencia necesaria para dejarles cometer sus propios errores en mi jardín.

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04/08/2017, 03:37
Sacerdotisa Rachel Lan

-Lo es, lo es -juntó las manos frente al pecho como si estuviera dando gracias a Dios, incluso alzando la mirada ligeramente hacia el cielo-. Es un hombre generoso, estricto cuando debe, pero siempre deja espacio para la creatividad y el aprendizaje. Y también el error, que es esencial en esta vida. La horticultura no es mi mayor fuerte, desde luego, pero estoy más que complacida con su presencia en nuestra casa y su labor en el jardín. Casi diría que es mi jardinero favorito, pero no está bien que la sacerdotisa tenga favoritismos.

Le guiñó un ojo con complicidad.

- ¿Y qué tal con tus compañeros de aventuras? -frase que sonó, seguramente queriendo, igual que si leyera el título de un cuento infantil-. Comentaste que hay otra acompañante a bordo, si no recuerdo mal.

 

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04/08/2017, 13:18
Phee

Phee respondió al guiño inclinándose para darle un beso en la mejilla a la Sacerdotisa.

-Dos, en realidad. No se me ocurriría vivir en una nave que no fuese perfectamente respetable. Alma y Samael, se llaman. Todavía no sé mucho de Alma, pero Samael viene de la Casa Zhizhu. No había oído hablar de ella -comentó mientras volvía a entrelazar brazos con Rachel para seguir paseando.

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05/08/2017, 15:20
Sacerdotisa Rachel Lan

-Ah, la Casa Zhizhu. En Perséphone, ¿verdad? Su sacerdotisa es una mujer... peculiar.

Y peculiar era esa clase de palabra, neutra en teoría, que Rachel usaba a menudo cuando algo no resonaba con ella o le incomodaba en cierto grado. No necesariamente malo, pero como poco a tener en cuenta.

-La conocí hace algunos años, en una audición del Gremio. Una mujer vanidosa y de carácter fuerte. Con muchas ambiciones, también. Tenía grandes planes para su Casa, pero imagino que si tú no reconoces el nombre es que no han llegado a buen puerto. En fin.

Se encogió de hombros ligeramente.

-¿Y les va bien a tus compañeros? Hacer negocio mientras se viaja no es tan cómodo como tener una residencia y una familia cerca.

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05/08/2017, 20:31
Phee

Phee sabía que tenía que tener cuidado con su respuesta, tanto a la opinión de la Sacerdotisa sobre la Casa Zizhu como a su pregunta acerca del trabajo de Acompañante itinerante.

-Oh, a los clientes no parece importarles mucho de qué Casa vengan -dijo después de una pausa que tenía la esperanza no delatase el cuidado con el que estaba escogiendo sus palabras-. Al menos eso creo. La mayoría de nuestros pasajeros son de la alta sociedad, y me imagino que Samael y Alma pasan la tarde con algunos de ellos, pero no hago preguntas. La discrección es de suma importancia para el Gremio, después de todo.

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07/08/2017, 16:39
Sacerdotisa Rachel Lan

Sonrió, seguramente porque no le quedaba otra.

-Me alegro de que sigas recordando y practicando los principios que aprendiste. Ah, tengo una ideaHay un festival, mañana por la tarde, en el Palacio de Congresos de Lu'Weng. Me encantaría que tus compañeros y tú asistierais como invitados de Honor de la Casa Huayan. Sería un placer conocerlos. Además, sé lo difícil que es a veces pasar tanto tiempo lejos de los círculos sociales en los que uno ha crecido, y estoy segura de que agradecerán poder asistir a un evento social sin compromiso laboral. Puedo incluso extender una invitación a tu capitana si lo crees conveniente. Cortesía de la casa.

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07/08/2017, 18:48
Phee

La petición de Rachel de que no sus compañeros de tripulación del Gremio no trabajasen durante el evento podían deberse a dos cosas, tal y como Phee lo veía. O bien Rachel quería pasar tiempo con ellos para conocerles y hacerse una idea de con quién vivía su pupila, o no deseaba que le hiciesen la competencia a las Acompañantes de Huayan, si es que la Sacerdotisa tenía algún interés en el evento relacionado con la Casa. Ambas peticiones eran del todo razonables, y de ningún modo motivo para declinar la invitación.

Phee deseó silenciosamente que hubiesen sido menos razonables.

-Es una oferta muy generosa. Muchas gracias -dijo, apoyando brevemente la cabeza en el hombro de la Sacerdotisa como muestra de afecto-. Estaré encantada de asistir, y estoy segura de que mis compañeros apreciarán la invitación. Y no puedo hablar por la Capitana Hasek, pero suena a su tipo de evento.

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09/08/2017, 02:04
Sacerdotisa Rachel Lan

Rachel la abrazó con ganas durante unos segundos, contentísima ante la aceptación de la invitación. Sin dejar de sonreír, continuó hablando.

-Estupendo. Fantástico. Te remitiré las invitaciones a la nave y toda la información al respecto. También van a ir algunas acompañantes de esta casa. Quizá puedas ver a tus antiguas compañeras. Lo que me recuerda que Mariam tenía muchas ganas de verte. -Consultó rápidamente un reloj de bolsillo que Phee recordaba muy bien; debía ser un regalo preciado, quizás una herencia-. Debería terminar su clase en media hora, pero estoy segura de que tu presencia no le importunará si quieres acudir ahora. Yo tengo algunos asuntos que atender, ya sabes, siempre hay problemas mires donde mires, pero estás en tu casa.

Le tomó el mentón con los dedos dejando un beso en su mejilla.

-¿Puedo hacer algo más por ti, querida?

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09/08/2017, 17:39
Phee

-Sí -respondió, ofreciendo la otra mejilla-. Y si te sientes muy generosa, más tarde puedes invitarme a una copa de vino y contarme cómo han ido las cosas por aquí.

Observó a la Sacerdotisa alejarse con las manos entrelazadas frente a su cuerpo, reticente a seguir con su día hasta que Rachel hubiera desaparecido de su vista. Era costumbre entre Acompañantes, después de todo, recibir y despedir a la gente con toda su atención.

Una vez Rachel se hubo marchado, Phee empezó a pasear perezosamente por los jardines, avanzando hacia el edificio principal del templo lentamente y deteniéndose para examinar este macizo de flores y aquel otro árbol. Sabía dónde daba clase Mariam, pero no quería interrumpir sus lecciones, de modo que decidió que estaría esperando cuando saliese, y hasta ese momento era libre de pasear por los jardines y observar las idas y venidas de las pupilas por el jardín.

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14/08/2017, 02:51
Director

Lo cierto es que el jardín no había cambiado mucho. Tampoco hacía tanto de su partida y las plantas, al menos las que se cuidaban de forma natural, solían tardar mucho más de lo que la gente pensaba en crecer. Pero Phee era capaz de ver más de lo que quedaba a la vista y empezó a ver algunas cosas que llamaron su atención, sobre todo en la manera en que habían empezado a cruzar algunos arbustos mediante esquejes para darles una forma particular. Había uno en concreto que intuyó, estaban convirtiendo en un banco natural, donde las ramas y los tallos se entrecruzaban formando un trenzado sólido. Estaba algo descuidado porque en Shinon el otoño estaba a punto de llegar y la época de poda era durante primavera.

En esas andaba, aparentemente distraída, cuando llegó a sus oídos una risita juvenil a la que le siguieron varias. Era un grupo de alumnas que estaban en una pequeña plazoleta a varios metros de allí, y miraban de forma muy poco discreta hacia donde estaba Phee.

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14/08/2017, 03:00
Elanna

Una de ellas, la más alta, se separó del grupo para acercarse a ella con andar altivo y los hombros bien atrás, como si estuviera probando algo.

-Disculpe, señorita -saludó en chino, inclinando la cabeza ligeramente hacia Phee-. Yo y mis compañeras no hemos podido evitar darnos cuenta de que mira a las plantas con mucha curiosidad.

Y sonrió de aquella forma encantadora y traviesa que sólo un niño puede alcanzar de forma tan natural.

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17/08/2017, 20:43
Phee

Phee estaba, en efecto, acuclillada para examinar lo que estaba segura que eran los últimos días de unas flores amarillas. La cedueña florecía de mediados de la primavera a finales del verano, y el verano estaba a punto de acabar.

Lo que la tenía tan interesada no era eso, sino lo extraño que le resultaba ver un arbusto tan común en el jardín del Templo. La Sacerdotisa debía de haberse vuelto menos estricta desde su marcha.

Se volvió hacia la niña con una sonrisa y la repentina certeza de que no había hablado con ningún niño desde la última vez que había abandonado Huayan. No mucha gente reservaba pasaje con sus hijos en una nave diriga al placer adulto, después de todo.

-Así es -asintió. Se incorporó con lentitud y cuidado deliberados para suavizar la repentina diferencia de altura entre las dos-. A ver si lo adivino. ¿Eres alumna de Marcus?