Partida Rol por web

La Travesía [sin terminar]

Prólogo - Reconocimiento

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14/08/2017, 03:04
Director

El enfermero le pidió amablemente que le siguiera y pronto se vio en un despacho con vistas a la gran ciudad, sentado frente a un hombre ya mayor que se presentó como el Doctor Wong. Le explicó con detalle cómo iban a proceder, asegurándose de que no le quedaba ninguna duda al respecto. Iban a ser varias pruebas; nada realmente importante a no ser que algo indicase lo contrario. Test de sangre, algunos cultivos, un escáner general y algunas pruebas adicionales con nombres más complejos que Samael no logró recordar. Iba a ser una mañana, y probablemente media tarde, larga y seguramente aburrida, por lo que le dieron acceso a una sala privada que contaba con libros, cómodos sofás, algunos aperitivos y bebidas y también ordenadores con acceso restringido -contaba con algunos juegos de entretenimiento, películas y poco más-. También, por motivos de seguridad y confidencialidad para él y el resto de pacientes, le pidieron que guardase todas sus pertenencias, especialmente las electrónicas, en una taquilla personal.

Fue una mañana entretenida a la par que aburrida, donde su mente tuvo tiempo de sobra de imaginar, indagar e inventar sobre lo que Johan le había dicho. Pasó por diferentes escenarios y de lo más variopintos, desde Johan ofendiendo a un cliente hasta metiéndose en algún tipo de lío por drogas. O la mafia. O a saber. No es que le hubiese dado muchos detalles pero el si le habían suspendido la licencia -para siempre o por tiempo indefinido-, algo grave había debido de hacer porque el Gremio, si podía, tendía a salvar a sus alumnos. Como habían hecho con él enviándole lejos hasta que las aguas apaciguaran. Pero no, a Johan le habían suspendido y Dios no quería saber qué tenía que decir Cho al respecto. O sí, sí quería pero era ciertamente complicado.

Horas más tarde - más de las que le habría gustado, aunque Alma ya se lo había advertido- estaba de vuelta en la consulta del Doctor Wong, que repasaba los resultados. No estaban todos, algunos tardarían un par de días más, pero el pronóstico general parecía favorable.

-Bien, bien... -comentó más para sí que para Samael mientras revisaba en su pantalla holográfica-. Todo parece en orden y correcto. No hay nada de lo que preocuparse, pero te voy a recetar unos suplementos que te van a ayudar a fortalecerte. A veces cuando uno nunca ha pasado mucho tiempo en el espacio y empieza a viajar y a saltar de un lado a otro el cuerpo se desajusta un poco. Quizá notases durante los primeros meses jaquecas espontáneas, cierta debilidad o nauseas. Aunque las nauseas son bastante comunes en cualquier caso. También desorientación por la falta de un sistema horario y de estaciones. Es perfectamente normal. Además, según tu informe mantienes una buena alimentación, orgánica, y ejercicio regular, así que eso es muy bueno. Sí, sí. Por lo demás, sano como una manzana, señor Rozenberg. El resto de resultados se los enviaremos a la localización que nos ha proporcionado y también a su casa gremial. Puede adquirir los suplementos en nuestra farmacia o en cualquier otra. La información está en su tarjeta médica. Y... Creo que eso es todo. Ha pasado un examen excelente. ¿Alguna pregunta?

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17/08/2017, 11:10
Samael Rozenberg

Después del día que había pasado en una nube en la que sólo se había tenido que dejar hacer, como algunos de sus clientes habían querido, las palabras del doctor eran redundantes. Ya sabía que estaba sano. Sin embargo, haciendo acopio de sus lecciones aprendidas se esforzó en reunir la energía para mantenerse alegre y encantador en una ultima sonrisa.

-No, ninguna. Sólo estaba un poco nervioso ante lo desconocido de la situación. Gracias por todo, Doctor Wong.

Sin esperar respuesta se levantó y salió de la consulta. Esperaba sentirse menos atrapado en la nave, haber pasado el dia encerrado como una cobaya había minado sus energías. Al salir le pegó un toque a Tiber. Era hora de empezar a viajar.

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23/08/2017, 21:16
Director

El doctor le dejó marchar sin problema alguno, y aunque todavía tardó unos minutos en abandonar el lugar (que por Dios, parecía que la seguridad y el papeleo no terminaba nunca) cuando se encontró de nuevo bajo el cálido sol veraniego de Lu'Weng todas las preocupaciones parecieron desaparecer. O casi todas.

Tiber le dijo que estaría allí en unos minutos -todo dependía del tráfico-. También le comentó que tenía una agradable sorpresa en casa, pero se negó en rotundo a darle una mísera pista sobre lo que era. Sólo que preparase sus mejores galas. A saber. Fue tras cortar la señal cuando se dio cuenta de que un hombre bien parecido se acercaba hacia él. Iba de traje, no elegante sino más bien profesional, con unas gafas negras a juego. Tenía rasgos asiáticos, el pelo rapado casi al cero y buen porte. Todavía a una distancia prudencial, hizo una reverencia cordial hacia Samel.

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23/08/2017, 21:31
Señor

-Señor Rozenberg.

Y no era una pregunta. Sabía quién era, lo que siempre resultaba desconcertante cuando no era recíproco.

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23/08/2017, 22:12
Samael Rozenberg

Cuando parecía que su día iba a estar sumergido en trámites burocráticos, se empezaron a encadenar sucesos. Aun no le había dado ni tiempo a ponerse nervioso ante la idea de una sorpresa agradable (como le ocurría siempre que la anticipación lo saturaba) que el cosmos le ponía una traba en el camino. Parpadeó y levantó las cejas, sorprendido por la proximidad del hombre y la certeza con la que hablaba.

- El mismo. ¿Usted quién es?- las preguntas se le amontonaban en la cabeza, pero se impuso la buena educación. 

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23/08/2017, 23:40
Señor

El hombre mantuvo aquella posición erguida, casi militar, e ignoró su pregunta deliberadamente. En cualquier otra circunstancia Samael se podría haber sentido ofendido, pero sus emociones se vieron dirigidas hacia un lugar bien diferente cuando escuchó aquel apellido.

-El señor al-Karr le desea buenos días y una apacible estancia en Lu'Weng -dijo en tono neutro, como quien habla del tiempo.

Haytham sabía que estaba allí. En aquel lugar. En aquel momento. Y no había tardado más que horas en localizarle desde que habían aterrizado. Horas.

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26/08/2017, 14:29
Samael Rozenberg

Al-Karr aun no había tenido muestras hostiles de su afecto obsesivo hacia Samael. Aunque barajaba todo tipo de respuestas, a cada cual más mordaz que la anterior, decidió morderse la lengua a riesgo de envenenarse. 

- No es su estilo enviar emisarios ¿Tanto teme mi desdén cara a cara que prefiere recibirlo a través de un tercero?. - El impulso y el orgullo se escaparon entre los dientes del acompañante. Suspiró.- ¡Qué tenga el buenos días también y una agradable estancia, pero lejos de mí! El mundo es muy amplio.- dedico una mirada molesta al siervo de al-Karr.- ¿Tienes algún recado más para mi o solo has venido a estropearme el día?

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26/08/2017, 16:44
Señor

El hombre, que casi pareció no haber oído sus palabras, asintió afirmativamente.

-al-Karr me indicó que le pidiera disculpas por importunarle y también le ofrece este regalo como ofrenda de paz.

Extendió una mano, la cual había mantenido a la espalda todo aquel tiempo, y de ella pendía una bolsa rígida y blanca poco más alta que la palma de su mano.

-Si tiene a bien aceptarlo, claro. Quiere que sepa que no está en obligación alguna de hacerlo, señor Rozenberg.

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26/08/2017, 22:33
Samael Rozenberg

A Samael le habían enseñado dentro de la férrea disciplina de los Acompañantes a no dejarse chantajear, a ser asertivo y negarse educadamente. Sin embargo, si al-Karr le iba a perseguir por toda la Galaxia ¿Qué tenía de malo aprovecharse un poco de la situación y aceptar sus regalos?. Además, los chicos bonitos, necesitan cosas bonitas. No había terminado de justificarse dentro de su cabeza, cuando ya había alargado la mano y cogido el paquete. 

-Espero que sean trufas. Bueno, mejor no, que mantenerme así me cuesta lo mio. - Le dirigió una sonrisa al hombre sin nombre antes de mirar dentro.

Notas de juego

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02/09/2017, 01:11
Señor

El hombre no aportó nada más a la conversación. Le dejó sacar el regalo y examinarlo bajo su atenta mirada: una colonia, nada más y nada menos, de marca conocida pero nada del otro mundo. Ni nota ni nada. Una colonia.

-Que tenga un buen día, señor Rozenberg.

Hizo una pronunciada reverencia como despedida y se dispuso a marcharse por donde había venido.

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06/09/2017, 17:16
Samael Rozenberg

-Mhe, esperaba que tuviera mejor gusto ¿Lo ha elegido él o vos siguiendo su mandato?- Dejó que la caja volviera a caer en la bolsa.- Si me va a llamar maloliente prefiero que tenga la decencia de insultarme a la cara.

Estiró el brazo y sujeto la bolsa con la punta de los dedos.

- Inténtalo de nuevo.- Samael agitó la bolsa indicando al hombre que la recogiera, como si le asquease el contenido de la misma.

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06/09/2017, 19:30
Director

Al ver que hablaba, el hombre se detuvo escuchando hasta la última de sus palabras. Pero Samael no detectó ningún gesto de más o movimiento que delatara cualquier tipo de emoción salvo aquella impermeable indiferencia. Cuando terminó, le vio inclinar la cabeza de nuevo sin coger la bolsa y se marchó.

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12/09/2017, 20:06
Samael Rozenberg

Se quedó con la bolsa en la man y cara de imbécil. Bueno, siempre podría usar e regalo para hacerle un desplante a su acosador. 

No le quedaba más que hacer que esperar a su chófer. Se armó de paciencia.