Partida Rol por web

La Kitsune estaba cocinando, y cuando llega  Victoria, estaba echando en la cacerola carne picada, y algunas verduras que había encontrado en las conservas. A su lado, estaba un gato azul, era un espíritu. La japonesa se gira hacia él y acaricia su cabeza, haciéndole mimos luego de haber terminado de estudiar echar la comida a cocinar.

- lo siento... pero no espero que mi energía sea igual de deliciosa, señor gato- le dice al gato, y al ver llegar a la mujer, le sonríe, inclinando la cabeza - hago sopa para todos, algo caliente y mas o menos fresco, nos hará muy bien, - le informa y sigue haciéndole cariño al gato.

 Entré a la cocina con intención de coger una lata y comer algo, pero la sorpresa de encontrarme a Rina cocinando no pudo ser más grata. Bueno, tal vez si la hubiera encontrado sola, sin el gato.

 Me dirigí hacia ellos y, recordando el respeto que afirmaban que se debía a los espíritus, hice una torpe reverencia al gato.

 - Buenas tardes, Rina... - Quedé pensativa un momento, pensando en cómo dirigirme hacia el espíritu, hasta que caí en cómo acababa de llamarlo ella - Señor Gato. - Me decidí.

 Me acerqué a la japonesa para oler la sopa, curiosa, y hambrienta. - ¿En serio? ¿Puedo ayudarte con algo? - Pregunté con un entusiasmo casi infantil. Era curioso como la tarea menos emocionante era la que más me llamaba la atención, como a una niña pequeña. - Rox y las dos Kats se han quedado con Natuk. Van a lavarla, pero espero que la dejen descansar pronto - Informo a Rina. - Yo... Prefiero hacer otro turno - Le explico, justo antes de cortarme de nuevo tras mirar al gato. - Eh... Perdón, espero no haber interrumpido nada. - Me disculpo de antemano.

- con tu compañía me ayudas - le responde dejándola oler, hasta a ella se le despertaba el apetito - pues... Puedes ver si hay mas conservas que la hagan aun mas contundente, para todos que sino enfermaremos, y sobre todo tú, ustedes - sonríe y apoya su cabeza en el brazo de ella, unos segundos.

-y no interrumpes nada, invoque al señor gato, porque pensé que nadie vendría, pero creo que lo que nos puedan dar sus consejos, nos puede ayudar a ambas- echa un poco mas de carne cortada y los huesos que Katar dejó-señor gato no es como mi hermana menor, él es un espíritu amable y sabio, el pobre debió quedarse mucho tiempo en la cueva, esperando a que llegáramos, y darnos los mensajes que los magos que nos reunieron nos tenían - le intenta explicar,

- ummm pensé que la dejarían dormir, - había arrugado el ceño, no estaba molesta, pero si preocupada - ella no está obligada a ayudarnos, y eso me preocupa, no creo que sea correcto presionarla de ninguna manera... aunque tanto dependa de su ayuda... -reflexiva, saca un poco de sopa con el cucharón - ¿prueba?- pone la mano debajo y sopla un poco la sopa humeante, para que no se queme.

- ¿te has sentido bien?- busca su mirada, la persona que fue antes de lo de Tokyo estaba volviendo, esa alegría, preocupación casi maternal, y claro, el amor por los niños, incluso uno que aun no nacía.

El espíritu miraba curioso y dice:

- Si, la pobrecita está asustada seguro... creo que habría que dejarla y animarla no?

El gato da un salto y se coloca junto a Victoria para que le acaricie y añade:

- Creo que sería interesante ser antes su amiga verdad? los amigos siempre se ayudan más que los desconocidos que acaban de conocerse

 - Menos mal. - Me alivié al saber que no interrumpía, sonriendo a Rina por su amabilidad. Por un momento me quedé mirando al gato mientras explicaba el tiempo que había estado esperando. Ser un animal debía ser bastante aburrido, y ser un animal que durante trescientos años no hace nada... Bueno, mejor ni imaginarlo.

 - Yo también creía que la dejarían descansar, imagino que lo harán después de lavarla. Para prevenir la fiebre, infecciones, y eso. Mejor prevenir que curar. - Comento, antes de acercarme a probar la comida.  - Mm. Está muy bueno. - La felicito. No era la mejor sopa que había probado, pero con el cansancio y el hambre que traía, y habiendo comido de esas latas pastosas desde que llegué, parecía la mejor.

 - Sí, estoy bien. No tengo mareos, ni me siento especialmente cansada, ni nada de eso. Gracias por preocuparte, Rina. - Contesto a su pregunta, esbozando una pequeña sonrisa.

 Estiro el brazo hacia el gato para acariciarlo, curiosa por cómo puede sentirse el tacto con un gato... fantasma. - Parece que gusto a tus espíritus. - Bromeo. 

 - Eso estaría bien, pero primero debería descansar y reponerse. Si ahora todos vamos a ella queriendo ser sus amigos sólo se agobiará más. - Contesto al felino.

-exacto -levanta la cuchara de palo, ya había probado la sopa, estaba bien, por lo menos parecía fresca, aunque no había podido quitarle el sabor a enlatado, pero era mejor eso que seguir comiendo directamente de las latas. Tapó la olla, y apagó la otra olla que tenía con agua que Katar le había pedido. Miró por la ventana, quizás en el jardín habría alguna hierva que sirviera para hacer algún té. Matarla por un café para el frío.

- si todos le contamos lo que pasa, y pedimos ayuda y todo, se agobia, quizás ni se acostumbra a tratar con otros como ella, pero tiene razón el señor gato, lo mejor es ganarnos su confianza y amistad, pero nunca exigiendo, creo que la amistad debe ser un acto sin dobles intensiones ni exigencias, a un amigo no se le puede ni exigir pensar como uno - siguió haciéndole cariño al gatito.

- señorita Victoria, quería disculparme por mi hermana una vez mas, - hace una inclinación hacia ella, de la disculparse, y quizás ni así podría compensar en mal rato pasado por ese travieso espíritu.- no debió colocarse así... lo siento mucho, no debió decir todas esas cosas no proponer lo que dijo, me siento aun muy avergonzada de aquello - seguía inclinada, esperando que  Victoria aceptara sus disculpas.

 - Ah... - Suspiró cuando le habló sobre amistad - Esperemos que todo salga bien. - Se limitó a comentar para preferir no entrar en debate. Lo que acababa de decir Rina sería lo ideal, lo perfecto. Que forjásemos con ella una amistad verdadera y desinteresada. Pero en el fondo no es tan fácil como eso. Todos teníamos un interés común y muy fuerte en ella que sería difícil ocultar que nos es más deseado que su amistad. Al menos deberíamos cumplir el no presionarla mucho.

 - No tienes porqué hablarme con tanta cordialidad, Rina. - Apunté al darse cuenta de las múltiples veces que me había llamado señorita, incluso sabiendo que debía ser cosa de su cultura. - Y, bueno... - Me miré al vientre por un momento. - No te preocupes, imagino que no fue cosa tuya. - Tranquilicé a la japonesa antes de sincerarme un poco más. - Yo... He llegado a pensármelo, pero no quiero causarte problemas. Y aun así... -  Me llevé la mano al ombligo y volví a mirarlo. - Tampoco estoy segura de querer aceptar. Esto... Es mi responsabilidad. - Admití con resignación antes de mirarla de nuevo, con media sonrisa nerviosa. - Perdona, me estoy yendo por los laureles. No debería dejarme llevar así, no quería molestaros. - Me disculpé - Han sido demasiadas cosas - Me justifiqué algo avergonzada.

Se da cuenta que Victoria estaba atascada con lo que sentía y que la verdad, lo de la última, el viaje en el tiempo, y todo eso, era el menor de sus problemas, la kitsune miró al gato, el ronroneo de los felinos eran tranquilizadores, y aunque fuera un espíritu, la sensación era la misma, y con la mirada, le pidió que se acercara a mimarla, darle algo de consuelo, ella, por su parte, se puso delante de ella, y con sus dos manos en sus hombros.

- la verdad, es que en mi cultura no podemos tratar con familiaridad a alguien que no conocemos, el respeto es sobre todo, y como no sé su apellido, no le puedo decir san... pero procuraré llamarla Vicky-chan, si me lo permite - ladea su cabeza, y luego lleva su mano a la mejilla de la chica.

- desde un principio me di cuenta que no era un embarazo querido... y no me quise meter, no hay tanta cercanía, y no se me había pedido consejo, pero... creo que lo que más necesita ahora es hablar de lo que le pasa, y no me molesta, para nada, al contrario, - se encoge de hombros - todo lo que pasa y mas encima el bebe que viene, más problemas, y no sé como eso podría acarrearme consecuencias, ni sé porqué mi espíritu lo querría, pero si sé que debe ser un bebe especial, pero algo quiero que sepas... nadie, ninguno de los que estamos aquí tiene derecho a cuestionar lo que decidas, nadie, es tu cuerpo, tú vida,  y el que se atreva, tendrá que vérselas conmigo, tú sabes que harás, y sé que ahora estas sola aquí, así que quiero que sepas que cuentas conmigo para todo, Vicky-chan.... y tranquila, quizás cuando terminemos todo esto, estemos en nuestro tiempo, y quizás no recuerdes nada de esto, y podrás tomar la decisión que estimes conveniente para tu vida, y espero que en ese momento, tengas alguien que te apoye, todos lo necesitamos -  toma sus manos y las estrecha.

- Vicky-chan... déjate llevar, conmigo si quieres, siempre tendrás una oreja amiga para oírte, es muy triste estar sola y sufrir de esa soledad, pero más triste es buscar ayudar, y comprobar que realmente estas completamente solo... mientras respira, no quiero que nadie sufra de eso... - sonríe de nuevo, y como lo hizo con Natuk, la acercó a ella, para abrazarla - no puedo tomar la decisión por ti, ni decirte que nada malo pasará, sólo puedo... abrazarte y darte mi cariño, Vicky-chan... 

 - Bueno, eso está un poco mejor. - Asentí a Rina cuando aceptó cambiar su forma de dirigirse hacia mi. Me sentiría más cómoda así, aunque no estuviera muy acostumbrada al '-Chan' - También puedes tutearme, no muerdo. - Bromeé, forzando una pequeña sonrisa. 

 Miré hacia abajo y suspiré antes de volver a hablar. - Sé que es cosa mía, pero no quiero quedarme atrás ni sin hacer nada, mientras los demás ayudáis. No quiero ser ninguna carga, y puedo seguir adelante con el grupo, quiero hacerlo. Primero tenemos que convencer a Natuk para que nos ayude a volver y arreglar lo de Maki, y entonces podré ocuparme de esto. No... No te preocupes, allí tengo a quien me apoye - Toco mi ombligo, fingiendo una triste sonrisa de control de la situación y tranquilidad sin mucho éxito antes de que la japonesa me abrace, recibiéndola de buen grado. - Si como yo, es especial... Deberá tardar unos años en despertar, ¿No? - Pregunto, insegura y preocupada por los peligros que podría entrañar un poder tan grande a un recién nacido. Empiezo a emocionarme, y tras un rato comienzo a hablar, con un nudo en la garganta.

 - Yo... No se cómo influirá esto en mi trabajo, o en mi relac... - Dejo de hablar cuando oigo a alguien entrar, separándome poco a poco de la japonesa y frotándome los ojos con una mano. - Perdona... Y gracias - Dije algo avergonzada, antes de cambiar de tema para romper el hielo. - Parece que esta noche será dura. - Comento al sentir la bajada de temperatura.

 Bufo desganada en cuanto compruebo que se trata de Kat, y vuelvo a acariciar el espíritu del tal Señor Gato, ignorando aparentemente a la polaca, pero atenta a si tiene algo que decir sobre Natuk.

Katarzyna entra para ver a Rina y Vicky hablando junto al espíritu gato.  Se había acostumbrado ya por sistema a ignorar los contínuos desaires de Vic, pero éstos se habían convertido en otro recordatorio de sus deseos por salir de éste castillo.

- Supongo que no se puede esperar más de una cría. -  pensó, cuidando mucho de evidenciar su pensamiento.
- Hola  -  se limitó a decir a los presentes conforme andaba hacia las cocinas junto a Rina.
- Por fin he conseguido que Himiko me diera acceso a la enfermería.  -  dijo a Rina suspirando levemente.
- Y había varias vías y agujas para poder suministrarle el suero.  -  alzó, abriendo la mano y las enseñó.
- Si conseguimos desinfectarlas y fabricar un suero ... -  dejó el libro sobre la mesa y buscó la página.
- ... aquí explica cómo.  Podremos hacer mejorar a Natuk.  -  concluyó.

Empezó a lavar con mucho cuidado el limitado instrumental del que disponían.  Buscó la cacerola que Rina debía de haber puesto en el fuego con agua a raíz de su conversación de antes, para desinfectarlo todo.

- ¿Es esta?  -  preguntó
- Hay que asegurarse muy, muy bien de desinfectarla.  -  dijo

comprendiendo que no era bueno ventilar mas aquel tema, por la tensión entre ambas chicas, que la kitsune aun no se da por enterada pero que es evidente, solo pone su mano en su cabeza, hace dos caricias sobre su cabello, como si le dijera que todo saldría bien, que estuviera tranquila, o quizás solo intentaba infundarle ánimos.

-hai, la saqué porque estaba hirviendo, pero, espera - enciende de nuevo el hornillo, para poner a ebullición el agua- ¿en qué puedo ayudarte? La comida está lista de hecho - apaga la olla, solo requería un hervor porque todo estaba cocido, y se puso a buscar cuencos para poder servir la sopa, - ahora no sé si los llámanos a comer, o llevamos los platos, a Natuk- san obviamente se lo llevaremos, pero quizás cuando despierte, ¿no?- miró a las chicas, esperaba que el coincidir un poco mas, podría limar esos resquemores.

- Pues ya que te veo bastante mañosa con la cocina, podríamos intentar hacer el suero  -  contestó a Rina.
- En cuanto a la comida, lo mejor será llevársela a los que hacen guardia y que vengan los demás.  -  concluyó.

Ya lavadas, dejó las agujas y las vías en el cazo al fuego que había ofrecido Rina, con el fin de asegurarse de que se iban los gérmenes, con cuidado de que no se estropearan.  Empezó con la fórmula del suero, mirando el libro que había abierto.

- Bueno, pues vamos allá.  Hagámoslo con mucho cuidado.  -  dijo más para si misma.
- ¿sabes qué?, Himiko ha ofrecido su sangre del congelador y todo  -  se acordó de repente.
- Pero antes de probar eso, quisiera cerciorarme de que no es peligroso.

Tras esas palabras, empezó con la tarea de hacer el suero.

 Sin devolver el saludo a la rubia, sonreí de nuevo a Rina, dejé lo mío aparte y me limité a escuchar la conversación entre Rina y ella, arqueando una ceja en cuanto empiezan a hablar de sueros. - ¿Y estas dos, qué saben sobre hacer sueros ni pinchar vías? - 

 - Uh... A mi no se me dan bien estas cosas, y... - Miro a Kat de reojo. - Mejor me voy a leer un rato, o algo, y os dejo solas. Pero... tened cuidado con esas cosas, anda. - Les pido, preocupada por que no puedan perjudicar más a Natuk, antes de marcharme.

Parecía ser que en su primer intento de hacer el suero habían metido la pata bastante, pero Katarzyna se resistía a desistir tan pronto.  La molesta espantada de Vicky le hizo más difícil el calmarse, pero suspiró y dijo.

- No pasa nada, no pasa nada.  Empecemos otra vez de nuevo.  -  dijo recogiéndolo todo.
- Bueno ... pongamos de nuevo el fuego ...  - continuó, repasando de nuevo la fórmula.

Se mentalizó.  El viaje en el tiempo dependía de la recuperación de Natuk, y ello podría estar en sus manos ahora.  Con mucho cuidado, comenzaron a rehacer sus pasos.

Intenta hacer que Vicky no se fuera, pero estaba de espalda,  cuando se giró, la latina ya estaba cruzando las puertas, la Kitsune levanta sus cejas,  emite un gran suspiro, pero prefiere no insistir, había tenía un día pesado, y era mejor evitar más tensiones.

Luego de haber arruinado el suero, y disculparse mil veces, prefiere dejar a Katar hacerlo casi todo, ella solo tenía conocimientos de primeros auxilio, lo que enseñan en clases, pero prestó toda la colaboración a la chica.

- creo que ya está todo...- le dice, con una media sonrisa en sus labios,  - espera, déjame encontrar platos para llevar comida - se demora un poco más, y pone los platos, asumía que habrían varios - ummm mejor les digo que vengan a comer, y los que se queden con ella, le llevo la comida - medita en voz alta, - ¿vamos? - tomó el libro y las demás cosas, para que Katar solo viera el suero y lo demás.