Partida Rol por web

Katarzyna se disponía a salir cuando, debido a que iba cabizbaja y mirando al suelo, casi chocó contra el corpulento Benjamin, que iba junto a Victoria. Absorta, iba arrastrado sin esperar oposición, de forma que, cuando se dio cuenta de la presencia de la pareja, prácticamente ya estaba casi pegada a ellos.

Levantó pesadamente la cabeza.  Su gesto evidenciaba cansancio y sus ojos vidriosos mostraban su falta de sueño, pero lo que más llamaba la atención era una herida en el rostro, más llamativa por la inflamación que por la herida en si.

- H-hola. Liz está allí, en la cocina  -  quedó allí parada mientras su absorta y lenta mente intentaba evaluar a Ben.
- ¿Se dignaría al menos a hablar con ella o la ignoraría como hacían las chicas?  -  le carcomía la duda.

Al entrar al comedor, me encuentro de bruces con Kat, que parece encaminarse a la salida. Se sorprende al verne, casi tanto como yo mismo, pues estamos a punto de chocarnos. Se la ve cansada, más incluso que yo tras haber pasado la noche en vela y con frío en esa muralla. Me informa de donde se encuentra mi novia, y miro en dirección a la cocina antes de volver a mirar a la polaca.

Buenos días, Kat. ¿Te ibas? Deberías quedarte, hay algo que tenemos que contaros. -Digo rodeándola y encaminándome a una de las mesas- ¡¿Liz?! ¡Sal un momento, tenemos que hablar! -Alzo la voz para que me oiga desde la cocina. Cuando sale, le muestro la catana, su catana, antes de dejarla sobre la mesa en un gesto significativo. Va siendo hora de que la lleve con ella a todas partes- Ha venido el cuervo de Chris, y ha traído esto.

Saco el móvil y conecto la grabación para que la vean.

Cita:

- Vaaalee  -  dijo sin poner la más mínima oposición a Ben, dejándose manejar como una marioneta.

Mientras él mostraba el video, Kat tuvo que sentarse porque, aunque podía andar por inercia, las fuerzas le faltaban para permanecer de pie.  Cuando el video terminó, Kat pudo expresar lo que pensaba:

- Dudo que pueda ahora mismo, sin suero y apenas sin comer.  -  susurró, más para si misma que otra cosa.

Me encontraba concentrada en aquella especie de guiso de conservas cuando escuché la voz de Ben llamándome. Me sobresalté, más por aquel “tenemos que hablar” que por la inesperada llamaba en sí. ¿Qué habría pasado?

Retiré la cacerola del fuego y salí al comedor, donde para mi sorpresa, aún se encontraba Katarzyna. ¿Sería de ella de lo que había que hablar? Después de su comportamiento en la habitación... Pero no, dudaba que Ben quisiera ejercer de mediador en este caso. Además Victoria también les acompañaba.

-¿Q-qué pasa? – pregunté nerviosa mientras salía.

Mi nerviosismos aumentó ante el gesto de Ben con la katana sobre la mesa. Todo esto tenía mala pinta. Y así era.

Benjamin puso la grabación, y no pude más que quedarme estupefacta. Ya no tanto por la gravedad de la situación en sí, ya que había visto cosas mucho más crudas gracias a mis recientes habilidades, sino porque no podía creer que estuvieran metidos en semejante lío.

-¿Q-qué habrá pasado? – pregunté en general, sentándome en una silla del comedor, pensativa. – Natuk no puede ir allí, ¿Cómo vamos a dejarla ir hasta sus perseguidores? ¿En qué cabeza cabe que le pidan ayuda a ella y no a nosotros? – no entendía nada, cada vez comprendía menos a esa gente. – A-aun así…

Comencé a hablar, temerosa, dirigiendo la mirada a mi novio, quien estaba segura se negaría en rotundo a mis palabras.

- ...d-deberíamos ir a ayudarles. No podemos dejarles morir así… - agaché la mirada. – Yo… Podría ir y tranquilizar a los soldados, que dejaran de atacar…

¿N-Natuk? Claro que no, ¿en la cabeza de quién cabe eso? -Digo mientras abro los menús del móvil y veo la hora de la grabación. Miro mi reloj y calculo rápidamente- A ver, la grabación es de hace cerca de hora y media, sea lo que sea que haya pasado al final, tiene que haber terminado hace mucho. -Para bien o para mal- Yo creo que, más que ayuda, Chris lo que quería es una prueba de que no están con los soldados, para ganarse la confianza de Natuk y no creyera que ellos venían a llevársela. Lo otro, la verdad, no tendría sentido por su parte. -Aunque esto son sólo especulaciones. Tampoco entiendo por que el cuervo ha traído el móvil aquí. Si es porque sabe que Natuk esta con nosotros sería la hostia, porque implicaría que era capaz de encontrarla mientras nosotros nos volvíamos locos tratando de hacerlo. También podría haber venido aquí en busca de comida, simplemente- No deberíamos enseñarle esto a Natuk, y tampoco es buena idea ir nosotros. Sin saber nada más, por lo que hemos visto esos soldados podrían estar de camino hacia nosotros en estos momentos. La prioridad es Natuk, siempre lo ha sido. Hay que protegerla hasta que pueda ejecutar ese hechizo. -Me guardo el móvil en el bolsillo, pensando- De todos modos, Liz, tú podrías intentar detectar a alguno de estos para comprobar como se encuentran, ¿no?

Cuando las tres chicas entran caminando con tranquilidad pueden ver como están allí Ben, Katarzyna, Viky y Elisabeth que parecen estar hablando de algo serio por sus miradas, Natuk parece mucho más repuesta y aparentemente no tiene fiebre, además de que camina con normalidad junto a Roxana y Angelica.

El comedor está tranquilo, huele un poco a sopa y en una mesa cercana hay una lata abierta con un tenedor pero que esta sin tocar prácticamente, al ver a los que esta alli, la chica dice timidamente:

- Buenos dias

Angelica entró en el comedor tratando de ayudar a Natuk, pero pronto se dio cuenta de que es innecesario, ya que la chica estaba prácticamente recuperada y podía moverse por si misma sin dificultad. Al mirar al resto, se sintió realmente 'pequeña'. Estas personas no le transmitían la misma confianza que Roxana, por lo que trató de escudarse detrás de ella.

<<Es absurdo, seguro que son buenas personas>> trataba de pensar la chica mientras miraba con recelo. Quizás debería hablar con ellos, conocerlos mejor... pero su timidez evitaba que fuese ella quien diese el paso. Esperó a Rox y a Natuk, incluso buscó a Kat entre los allí presentes, como buscando una ayuda o al menos una mirada complice que le ayudase a romper el hielo con la gente a la que casi ni recordaba.

 Escuché en silencio la conversación de los chicos, dejando a Liz ver el vídeo y opinar... Lo contrario a lo que yo pensaba.

 -​ Sí, Ben tiene razón... - M​e crucé de brazos. Iba a continuar, pero entonces entraron Natuk, Roxana y Angelica. Y a Kat... ¿Qué le había pasado en la cara? Ésta vez estaba segura de que eso no era cosa mía, pero tampoco es que envidiara al responsable.

 -​ Ni una cosa, ni otra, lo siento - Por ellos - ​​P​ero yo también creo que es tarde, y no puede ser. - Murmuré antes de que las chicas llegaran hasta nosotros, esperando que me entendieran sin tener que decir mucho más. ​

 -​ Buenos días, chicas. ¿Cómo habéis dormido? - P​regunté cordialmente a las tres, y me dirigí luego a Natuk, de forma más personal - ¿​Te encuentras mejor? -

Katarzyna, que era la única que estaba sentada, se hallaba a un par de metros de Ben, el cual enseñaba un vídeo en un móvil.  Tras el saludo de Vic, la joven polaca movió su cuerpo para dejar sitio en el banco a las recién llegadas.  Las miró fugazmente, insegura de que quisieran sentarse a su lado, aunque su deseo de que lo hicieran provocó que, inconscientemente, les hiciera una tímida palmadita en el banco para invitarlas a ello.

Aceleré un poco el ritmo de mis pasos cuando llegamos a la cocina, en especial cuando vi a Katarzyna ahí sentada. Sentía mucho lo de antes, y sabía que se había ido enfadada pero... fue un accidente.

Tomé la delantera y me senté al lado de ellas, junto con un saludo en general a todos los presentes.

─¿Cómo estáis chicos, qué tal la noche? ─pregunté mientras me acomodaba en el banco, sentada junto a la polaca.

Observé el rostro de Kat, la verdad que el golpe había resultado bastante contundente, y en parte me sentía culpable por ello, aunque no hubiese sido intencionado.

─¿Estás mejor Kat? ─le murmuré en bajo.

Miré la mesa, la verdad que no tenía mucho apetito en las mañanas y ese día no iba a ser una excepción.

Me quedé mirando a Ben, sin palabras, tratando de asimilar lo que estaba diciendo. Pestañeé un par de veces, incrédula.

¿Sea lo que sea ya ha terminado? ¿Y si han podido huir y hay alguien grave? ¿Y si pudiéramos hacer algo por ellos pero no lo hacemos?

Podría haber entendido todo ese razonamiento como una conclusión final, pero que no tuviera ni la más mínima duda…

Christopher pedía ayuda, la pedía claramente.

Tenía toda la razón en que tras tanto tiempo puede que fuese inútil llegar hasta ellos, y en que Natuk era la prioridad, pero ¿De verdad era necesario que todos cuidáramos de ella?

En ese momento vi como esta entraba en el comedor, junto a Roxana y Angelica.

Claramente no es necesario.

Se las habían apañado muy bien entre algunos, yo no era necesaria para cuidar de Natuk, Rina podía hacerse cargo como la noche anterior.

Me levanté, mirando entonces a Victoria, que pronunciaba unas palabras que parecían indicar que estaba completamente de acuerdo con Benjamin. Alterné mi mirada entre ambos un par de veces antes de hablar.

-Sí, podría intentarlo. – respondí a Ben y me dirigí nuevamente a la cocina.

Quité el improvisado guiso del fuego y lo llevé a la mesa, haciendo otro viaje en el que traje también algunos platos y cubiertos.

-Buenos días. – saludé a las últimas en incorporarse. – Me alegra verte mejor. – dije esta vez a Natuk y volví a hablar para todos. – Comer, está caliente. Prepararé más… También queda sopa de la que hizo Rina. – informé y volví a la cocina.

Tenía que ver si los chicos estaban bien y ayudarles si era necesario, pero Ben tenía razón en que Natuk era la prioridad. Así, decidí utilizar mi visión remota, pero no para buscar a los demás, sino para ver qué hacían esos soldados.

Una vez dentro de la cocina, me concentré en ellos, visualizándolos gracias a las imágenes de la grabación. Podía verlos claramente en mi mente, ahora sólo esperaba poder ver a través de sus ojos, y saber así si se dirigían hacia aquí o qué se encontraban haciendo.

Si,. Je ... N-no es nada.  -  contestó rápidamente con voz baja a Rox para no interrumpir a Liz.

Sin duda Katarzyna se alegraba de que Rox y Angie extuvieran aquí: por mucho que el alegre Ben la tratara igual que siempre, el vacío que le hacían Vic y Liz era desagradable.  Dejó siquiera de escucharlos a todos sobre la decisión a tomar, total, no iban siquiera a considerar su opinión, mucho menos a pedírsela.
 

Liz puede ver en ese instante nieve y polvo, realmente no está segura de lo que es, en el suelo ve un par de bolsas negras como de cadáveres que parece que están llenas, algunas armas en el suelo y equipo informático de alta tecnología.

Natuk se sienta y dice:

- Sí, estoy bien... gracias, no debéis molestaros tanto por mí, comeré algo y me marchare, no quiero poneros mas en peligro

La chica lo decía sin mirar a nadie en concreto pasando su mirada por todos, parecía realmente que sentía que si se quedaba allí les pondría en peligro y se notaba que no quería eso

No era nada claro lo que había visto, pero aquellas bolsas tenían toda la pinta de contener cadáveres; lo que no sabía era cadáveres de quién. Podía ser tanto alguno de los chicos como de los soldados.

Respiré profundamente y abrí otro par de latas, vertiéndolas con otro poco de caldo y poniendo todo a calentar.

Di un paso atrás y volví a cerrar los ojos, trataría entonces de ver qué sucedía con el grupo del bosque. No estaba nada de acuerdo con su modo de hacer las cosas, pero esperaba que estuvieran bien.

La tensión parecía palparse en el ambiente, o así es como lo percibí. Liz se ofreció amablemente a traer algo de desayunar, y se lo agradecía. Observé al resto que estaban en la mesa, y me atreví a preguntar.

─¿Está... todo bien?

No esperaba una respuesta contundente y esclarecedora, y menos aún cuando Natuk afirmó que se marchaba del castillo, que no quería traer problemas. Eso me revolvió bastante el estómago, perder a la última significaba perder toda esperanza con ella.

─Natuk, no molestas. Si estás aquí es por que no necesitamos... entiéndelo.

Soné amable, y con suerte convincente. Entendía su miedo, y que no quería causar ni más problemas ni más daño a otras personas, pero... era un riesgo que bajo mi punto de vista debíamos correr.

Aparece Natuk con Roxana y Angélica. Parece que la última se encuentra bastante mejor, está más despejada y la fiebre debe haber remitido. Sin embargo, no logro prestarle atención. Mi mente está absorta en otro tema.

El modo en que Elizabeth me ha mirado.

No puedo evitar sentir que se lo que significa. Incluso cuando trato de convencerme de que no es así, el modo en que se comporta, esa mirada... ¿Esta enfadada? ¿La he decepcionado? Sí, es eso. Todo esto del pasado y el futuro, de los soldados y la última... Parece que a sus ojos me haya insensibilizado. ¿Y no es verdad? ¿Acaso puedo asegurar a ciencia cierta que se equivoca? Me miro las manos, recordando a mi reflejo en la cueva, ese en que negué estar dispuesto a convertirme. ¿Es así como comienza? Una decisión, con toda la buena intención, y la escala moral comienza a tambalearse...

De repente, oigo a Natuk hablar de marcharse. Me giro, sorprendido, y la miro con los ojos como platos.

P-pero, Natuk... -Me aparto de la mesa, acercándome a ella- Ya estamos en peligro. En ese bosque de ahí fuera hay gente que quiere hacernos daño. Y a ti. Además... -Me agacho delante de ella, quedándome en cuclillas ante su estatura sentada- Hay más cosas de las que tenemos que hablar. Dime una cosa, ¿h-has perdido a alguien que fuera importante para ti? Nosotros hemos dejado atrás a nuestras familias y seres queridos... ¿Qué me dirías si tuvieras la oportunidad de volver a ver a un ser amado al que has perdido? -Lanzo la pregunta de un modo hipotético, esperando su reacción con la caja de madera en mi mente.

─¿Perder a alguien?

Giré mi rostro hacia la mesa, y contemplé esta con mirada triste y párpados entornados.

─¿Qué sabrán ellos lo que es perder a alguien? ─pensé mientras el rostro tenue y borroso de mi padre venía a mi mente─ Nada. No saben nada.

Apoyé un codo en la mesa, y mi rostro en la mano del mismo brazo.

─¿Qué estoy haciendo aquí? Yo ya perdí todo, si vuelvo no voy a recuperar nada. Todo seguirá igual para mi, absolutamente todo. Las fugas, mi madre, mi padrastro... seguirán ahí para amargarme la existencia hasta que desaparezca o... desaparezcan ellos. No sé que es lo que pasará primero, pero algo ocurrirá, eso lo tengo seguro.

No pude evitar sentir una mezcla de rabia y envidia poco sana ante los presentes.

─¿Creen que conocen el dolor de una pérdida? ¿Que saben lo que es sufrir? ¿Lo que es la soledad? ¡¿Realmente creen que lo conocen?! ¡Están muy equivocados! ¡Míralos, Liz y Ben, se tienen el uno al otro! ¡Desconocen lo que es esa sensación de angustia que me ahoga, que me lleva a ...! Uf... no puedo creo que pueda soportarlo mucho más. Se me agotan las sonrisas, y cuánto más pienso en volver atrás menos oportunidades veo de cambiar mi vida. Sí, tal vez ellos se salven y sean felices pero... ¿qué pasa conmigo, y con Natuk? Es una condena para nosotras...

La mano que sujetaba mi rostro escurrió hasta sostener mi frente, yo miraba la barnizada mesa.

─No tengo muchas opciones...