Partida Rol por web

Anastasia también estaba escuchando el ruido misterioso, pero la alcaldesa fue más veloz y sin querer liberó a... ¿un hada?

_¿¿Un hada?? ¿Me estás buscando a mí? ¿Por qué las hadas me persiguen?

Al menos no era un hada madrina, y eso moderaba un poco sus ganas de arrojarle objetos punzantes. Sin embargo no dejaba de ser un hada y esperaba verla fuera de su camino cuanto antes.

Y sin dar tiempo a que el hada responda, un hombre muy buen mozo llegó, como una respuesta a sus plegarias. Sin siquiera saludar, rompió todo lo que estuvo a su paso, incluso al hada.

Anastasia por un momento sintió una conmoción interna. Ese hada tan pequeñita y tan ensangrentada... ¿sobreviviría? No dejaba de ser un hada, por lo cual encontró una solución de compromiso.

_Tú -le dijo al tendero, señalándolo-. Consigue unas vendas para este hada, que ésta es tu tienda y se está llenando de sangre. Y me gustaría ver también cómo le dices a este caballero que deje las cosas en su lugar -dijo con una sonrisa cargada de suficiencia, mientras miraba el caos, con objetos tirados y rotos, a su alrededor-.

Ya la alcaldesa se había fijado en el hombre, pero Anastasia no se daría por vencida. En todo caso no tendría problemas en compartirlo. No repetiría preguntas ya formuladas por la alcaldesa.

_Yo soy Madame Anastasia Tremaine. Gracias caballero por habernos librado de esa hada. ¿Qué es lo que le ha hecho a su merced? De seguro se merecía lo que usted le hizo y mucho más. Si le desagradan las hadas tanto como a mí, puede conducirlo con un hada madrina. Es un poco diferente y es más grande, pero no deja de ser hada. Y en estos momentos además está sin poderes. Seguro que encontrará placer en torturarla un poco.

CUANDO TODO NO PODIA PONERSE PEOR UN MALDITO PIRATA APARECE DEL ORTO DE ALGUIEN Y ROMPE MI HERMOSA TIENDA Y MERCANCIA INVALUABLE SIN CONTAR DE QUE LIBERO A MI HADA QUE CON TANTO ESFUERZO ME HABIA COSTADO CONSEGUIR AL VER ESTO ME ENFADO MUCHISIMO Y LE GRITO AL PIRATA

-MIRA DESGRACIADO! PODRAS SER MUY PIRATA Y TODO PERO NO ERES NADA AQUI SI NO QUIERES QUE TE VUELE LA MALDITA CABEZA O ALGO PEOR PAGAME TODO LO QUE ROMPISTE Y VETE DE AQUI ¿O QUIEN TE CREES PARA VENIR AQUI Y ROMPER TODA MI TIENDA? .... *calmandome un poco le digo a anastacia y a ursula* Y siguiendo con ustedes señoritas esa hada ya esta muerta anastacia no hay mucho por hacer a menos que hable con mis amigos del otro lado 

Como todos colocsron un +4 yo le hago :v

No doy por válida la tirada, Dr. Tienes que completar la ficha de tu pj. En el apartado de Creación de Personajes viene explicado. Así mismo, debes completar LA HISTORIA Y DESCIPCIÓN DEL PERSONAJE.  

Que casualidad que este sea tu libro favorito... Sonrío.

¿Quizás si la invito a un té o café pueda explicarle algo más? ¿Le apetecería?

Garfio abrió los ojos ante la alcaldesa. Él no sabía qué significaba ser alguien de tal renombre, pero lo achacaba a algo sumamente importante; por lo que le besó la mano delicadamente, mirándole a sus ojos profundos.

¡Qué bella dama! -pensó para sí y , en parte, algo se le podía notar en su rostro, pues una sonrisa de bufón apareció en él. Ignoró por completo al dependiente, es más, lo amenazó con su garfio.

-Estate quieto, hombrecito y te juro que tu pescuezo no servirá de comida a los cocodrilos. -Al pronunciar el nombre de aquel temible animal, un escalofrío le entró por el cuerpo.

De cerca, aquel hombre, quien en realidad era capitán de un barco pirata, no era nada apuesto. Se les veía sus imperfecciones, por lo que consiguió intimidar al espabilado Dr.Facilier.

Yo soy Madame Anastasia Tremaine. Gracias caballero por habernos librado de esa hada. ¿Qué es lo que le ha hecho a su merced? De seguro se merecía lo que usted le hizo y mucho más. Si le desagradan las hadas tanto como a mí, puede conducirlo con un hada madrina. Es un poco diferente y es más grande, pero no deja de ser hada. Y en estos momentos además está sin poderes. Seguro que encontrará placer en torturarla un poco.

-Encantado... -al girarse hacia la otra joven, Hook, frunció el ceño. Aquella no era tan atractiva como...¡la alcaldesa! Aunque cierto era que le hablaba educadamente. Ese hada es toda una desgracia, alcaldesa. Tenéis vos un nombre muy extraño. 

Realmente le hablaba a Úrsula, aunque siguiese mirando a Anastasia. Había algo en su fealdad que le resultaba inquietante o... bello, quién sabía.

-Es la causante por la que me hallo aquí en esta isla ...inusual. ¿Poderes? Claro que tiene poderes. Echó polvo de hadas por mi querido Jolly Roger y lo levantó para que ese criajo de Peter Pan se pudiera escapar con la niñita. ¿Y qué me merezco? Que me llamen bacalao. ¡A mí! - se sentía muy ofendido-. 

Enfurecido fue hacia el hada que se encontraba medio moribunda y fue a levantar el pie para pisotearla cuando...

-¿Hada madrina? ¿Es un hada suprema? Muéstramela. 

¿Quizás si la invito a un té o café pueda explicarle algo más? ¿Le apetecería?

-¿Casualidad?, ¿creéis en ella? Claro, un momento, ahora vengo. Siéntase en una mesa que ahora vengo.

Bella se ausentó durante unos segundos. Al volver, trajo en una bandeja un juego de té.

-Puede que me los comprase en algún sitio de por aquí. ¡Ah! Ya recuerdo. Me los compré en esa tienda de compro y vendo oro...

Aquel juego de cerámica era inerte. No tenía vida más allá de dos pinceladas que simulaban un rostro inanimado. 

-¿Qué puede contarme? -Bella te servía el té delicadamente. Mientras observaba tu figura exótica por el rabillo del ojo. Al parecer, había algo en ti que le parecía atractivo. ¿Creéis en el amor?

No creo en la casualidad, soy un aférrimo creyente de la causalidad, acción y reacción, para mi todo funciona en base a ese sencillo concepto. Me acerco la taza de té a los labios y puedo oler la mezcla exacta y perfecta de las hierbas, pero está demasiado caliente y no quiero quemarme, mantengo la taza entre mis manos para calentarlas.

¿Qué puedo contarte? Sonrío mientras me incorporo hacia delante todavía con la taza entre las manos. ¿Y si te dijera que eres un personaje de un libro que ha salido de el a este mundo sin saber cómo? ¿Y si te dijera que hemos venido a este pueblo por culpa de algún tipo de magia? Hago una breve pausa.

Si te pidiera que vinieras a conocer a otros que como yo, y tu misma, hemos sido arrancados de nuestras historias por un motivo que se nos escapa de nuestra comprensión... ¿Confiaríais en mi lo suficiente para cruzar la calle conmigo? Me hecho para atrás hasta poner la espalda de nuevo recta en el respaldo, me llevo la taza de té a los labios y doy un pequeño sorbo, me deleito y degusto pacientemente el sabor de aquella bebida que añoraba de otro tiempo y lugar muy diferentes.

Se te presenta una difícil cuestión, lo entiendo perfectamente, no me conoces, pero creo que a pesar de ello algo en tu interior te dice que confíes, que digo la verdad ¿No es así?

Me sonrojé aún mas cuando aquella mujer hizo destacar aún mas mi apariencia semi-desnuda, intenté ocultarme al lado de la chica evitando que viera sobretodo mis piernas. Nunca me había molestado extrañamente ya que otras veces había nadado en el mar solo con la ropa interior pero jamás iba tan reveladora.

- No he sentido nada...- aunque así hubiera sido no sabía muy bien que sentir, después de todo la única magia que había llegado a sentir en mi vida era cuando me transformaba en sirena, otra idea recorrió mi mente y se lo ofrecí aquella mujer.- ...si te ayudo, ¿podrás cumplir mi deseo...? - no quería especificar a aquella mujer, al menos aún...

Intenté evitar que la otra chica que iba distraída o con su mente en las nubes se fuera, ya que me preocupaba que alguien se pudiera aprovechar de ella, no parecía una chica mala después de todo...

Y me volví a dirigir a maléfica.- ¿Y bien?¿En qué te puedo ayudar...? - respondí decidida.

Anastasia se sorprendió al ver la reacción del tendero. Debía reconocer que no esperaba esa reacción para enfrentar a un hombre como el que acababa de entrar. De todos modos, el hombre, lejos de amilanarse, le puso los puntos bien puestos. Si no hubiera sido tan feo y tan enamorado de la alcaldesa, se habría fijado en él. Al menos podía tener dinero, o medios para conseguirlo.

_¿Bacalao? ¿Pero quién diría algo así? Usted no parece un bacalao en absoluto. Usted más bien tiene cara de... de... emmm... ¿Cómo es su nombre? Creo que no se ha presentado. Y no preguntaba por poderes de este hada. Digo que la que yo conozco está sin poderes... aunque creo que sí conserva su varita mágica. Solo no sé si está sin poderes ella o su varita. Y con respecto a Campanilla -lo tomó por el brazo y lo apartó un poco, con gentileza-, no creo que haga falta terminar de aplastarla; ya bastante tiene el tendero para ordenar aquí.

La chica entonces manoteó de un estante cercano un juego con collar, aros y anillo, que le gustaba cómo le quedaban.

_Me llevaré esto -dijo hablándole a Dr. Facilier-. Y agradéceme que te he salvado de tener que limpiar un hada de este lugar, así que habla con quien tengas que hablar y arregla eso. Y estas cosas que me llevo son gentileza del señor del garfio. A cambio te dejo mis zapatitos de cristal, ahora estamos a mano. ¡Hasta luego!

Tomó del brazo Garfio y lo empezó a arrastrar fuera de la tienda.

_Ya le mostraré yo a esta otra hada. No sé si es suprema o su prima o qué, pero sin dudas es muy molesta e inoportuna.

Anastasia entonces intentó salir de la tienda junto al capitán. Quizás el Hada Madrina aún estuviera cocinando en la casa junto al niño. De todos modos preguntaría si la habían visto a cualquiera que se cruzara del primer grupo de llegados.

La hechicera desvió la mirada a la compañera de Melody, quien parecía un poco… perdida. Parecía que había olvidado algo, aunque Maléfica no estaba muy segura de qué se trataba. - ¿Olvidar qué? – Le preguntó a la joven en cuestión, dedicándole una mirada curiosa. No había duda de que parecía tener cierto problema para recordar algunas cosas… o cierta facilidad para olvidarlas. Sea lo que fuera, si las ayudaba un poco, era posible que estas la ayudaran a ella, por lo que no era una mala idea mostrarse amable con ellas.

De cualquier manera, al notar cómo Melody intentaba ocultarse detrás de su aparente amiga, la hechicera tan sólo esbozó una amplia sonrisa picaresca. - ¿Os sentís avergonzada, querida? – Preguntó, divertida, manteniendo sus ojos en la chica en cuestión, aunque sin intentar ver aquellas partes un tanto descubiertas de la joven. – Lo mejor sería obtener algo con lo que podáis vestiros. – Afirmó con tranquilidad en su voz, si bien no tardó mucho en enarcar una ceja al escuchar lo de cumplirle un deseo a Melody.

- ¿Deseo? – Preguntó con cierto interés, a medida que daba unos pasos hacia el frente, rodeando a Dory para quedar frente a Melody, antes de extender su mano derecha con la intención de acariciar la mejilla de la joven. – Si me ayudais, querida, os prometo que cumpliré cualquier deseo que podáis tener. Incluso os convertiré en mi aprendiz, si eso deseáis. – Le prometió con un tono serio, complacida ante el hecho de que se hubiera ofrecido a ayudarla. - ¿Os parece bien? – Deslizó sus dedos al mentón de la chica, con delicadeza, tan sólo para obsequiarle una sonrisa dulce. – Necesito encontrar una fuente de poder. Creía que podría hallarla en la naturaleza, pero, por alguna razón… no puedo abandonar el pueblo. Hay una barrera mágica que me lo impide. Es una molestia. – Se explicó con paciencia.

¿Y si te dijera que eres un personaje de un libro que ha salido de el a este mundo sin saber cómo? ¿Y si te dijera que hemos venido a este pueblo por culpa de algún tipo de magia?

 Por extraña razón la idea no le resultaba descabellada. A decir verdad, algo había oído de la gente del pueblo.

-Creo que tienes razón. Según qué persona, comenta que esta vida es lo mejor que le ha pasado. Hay gente que sabe más que yo. Si digo la verdad...¿Cuál es su nombre? El caso es que hay personas que hablan de que alguien con poderes los trajo aquí...Pero estoy confundida.

Se te presenta una difícil cuestión, lo entiendo perfectamente, no me conoces, pero creo que a pesar de ello algo en tu interior te dice que confíes, que digo la verdad ¿No es así?

-Exacto. Yo... -tímidamente se sonrojó-, siento que te conozco de antes, pero no logro recordad el qué. Acepto.

 ¿Olvidar qué? 

-¡Hola, encantada!, mi nombre es Dory -comentó la chiquilla en un vano intento de distraer a aquella poderosa mujer. Nadie puede salir del pueblo... eso me recuerda a una extraña experiencia que tuve una vez. ¡Oh, no! La he vuelto a olvidad.

Ariel, no deberíamos estar aquí. Espera... ¿Eres Ariel? -se volvió hacia la pequeña. ¿Quién eres? 

Me levanto con la taza de té acabada y la pongo encima de la mesa, cuida esta vajilla, son muy especiales. Digo sonriendo como quien sabe un secreto. A continuación extiendo la mano para ayudarla a levantar del cómodo butacón. 

Hace una mezcla de té excelente querida. Hacía mucho que no bebía algo que evocara mi lejana tierra. Ahora, supongo que te debo una presentación. Hago una reverencia a modo de saludo.

Me llamo Ginius y soy... El auténtico, maravilloso y único genio de la lámpara. Aunque para todos los que me conocéis y os habéis ganado mi amistad sea Robin.

Antes de ir con los demás deberías de saber algo y es mi responsabilidad prepararte si vas a conocerlos, al igual que he venido yo y en mi historia soy exquisitamente benévolo, ha venido gente que en sus cuentos son los malvados. Una breve consulta en tu increíble biblioteca podrá prevenirte de ellos. Entre ellos pueden destacar dos: 

Maléfica "la autoproclamada" emperatriz del mal que por lo que vi viene del cuento de 'La bella durmiente'.

Un león con, por ahora, apariencia humana de 'El rey león'.

Los demás no se de dónde provienen pero seguro que entre los dos lo conseguimos averiguar.

Hago un silencio corto.

En cuanto a ti preciosa mia, bueno... La enseño la imagen de la bella de nuevo.

Creo que una imagen vale más que mil palabras.

Miré al hombre de las pieles cuando me dijo que me apartase y no asustase al chico y mi ojo con la cicatriz brilló con fuerza. No iba a amedentrarme con él. En cambio el canijo se hizo el listo y el valiente, sacándome incluso la lengua. No sabía que estaba dispuesto a matarle llegado el momento y eso era una buena ventaja, pero no me apetecía aguantar sus burlas porque acabaría matándole delante de todos.

- Eso si llegas a ser mayor... - Susurré con tono amenazante al niño al oído, procurando que nadie más me escuchase. La verdad era que le hubiese arrancado la lengua de un zarpazo en aquel momento, pero debía contenerme. - Porque puede que muera en lo que llamas mi cuento, pero este no lo es... y aquí puede pasar cualquier cosa... además, ya sé que pasará en ese cuento y si ocurre como vi, solo tendré que corregir un error para que Simba no vuelva a molestar nunca más y se quede junto a su pobre padre para toda la eternidad... y yo reinaré sin temer que Simba regrese y ese cuento no volverá a ser el mismo. - Terminé por murmurarle mirando que nadie más me escuchase.

Luego puse la mano sobre el hombro del chico y le sonreí con cinismo. - Es malo subestimar a los mayores cuando no sabes que te espera en esta vida y más aún retarles o reírse de ellos. La hembra de pelo blanco podrá explicártelo mejor... Ha vivido más que yo y se nota que es más sabia... yo tengo mucho que aprender aún de este mundo, pero créeme que de cachorros engreídos se mucho más de lo que piensas. Solemos tener muchos de esos en la manada y casi todos son desterrados a la edad adulta... incluso antes...

Pero las palabras de aquella mujer hicieron su efecto y bajó con esas cosas a las que le llamaban "ropa" y terminé necesitando ayuda para "vestirme". Resultaba bastante cómoda y calentita, pero me molestaba entre las piernas.

Acostumbrado a tener todo al aire siempre, aquella leve presión me resultaba bastante incómoda. En cuanto al "calzado" no tenía queja. Me molestaba un poco con las largas uñas de mis pies, pero era cómodo y calentito... aunque podían haberse guardado la cancioncita esa para enseñarme a "atarme los cordones".

Muchos términos, todos nuevos para mí. Pero aprendía rápido. Mufasa sacó la fuerza de mi raza, pero yo la astucia y la inteligencia. Por eso él moría antes en el cuento... antes que yo y Simba moriría también. Solo debía encargarme yo mismo de aquel trabajo y no dejarlo en manos de la inútiles de las hienas.

Úrsula levantó sus inmaculadas cejas cuando escuchó la palabra "varita". Si Anastasia sabía dónde se encontraba esa hada tan sumamente poderosa y que además poseía un objeto mágico como aquél, tenía que seguirles. ¡Esperadme! Dijo la alcaldesa ignorando también al tendero. Voy con vosotros, yo también quiero conocer a esa Hada Madrina de la que hablas. Me interesa mucho esa varita que dices que tiene. Dijo emocionada con la idea de poder conseguir una reliquia. 

- Cualquiera con estas apariencias, estaría avergonzada, ¿no crees? - refunfuño.- Me encantaría tener algo más con lo que vestirme pero no tengo dinero ni conozco a nadie de aquí que me pueda dejar ropa.

Exacto, no sabía donde estaba, ni conocía a nadie ni tenía pistas de como seguir por lo que asentí a su propuesta de ayudarla, sea como fuera ella era mi única opción en aquel momento o eso pensaba hasta que Dory habló. Me giré hacia ella la cogí de los hombros e hice que me mirara a los ojos.

-¿ARIEL?¿Conoces a mi madre...? Dory por favor, dime... por favor... necesito que me digas si conoces a mi madre... 

Maléfica observó extrañada a la joven llamada Dory. Era como si tuviera aire en la cabeza. Sin embargo, se abstuvo de hacer semejante comentario, ya que prefería llevarse bien con aquellas dos jóvenes que podrían ser de ayuda para ella. – Encantada, Dory. – Se expresó en un tono dulce, a medida que le dedicaba una sonrisa amable. Sin embargo, al oír la explicación sobre que nadie podía salir del pueblo, no tardó mucho en ladear la cabeza a un costado, sorprendida. - ¿Y por qué no se puede salir del pueblo? ¿Qué es lo que el bosque oculta, querida? – Preguntó, curiosa, a la vez que la observaba con cierto detenimiento. Tal vez su cabeza no estaba llena de aire como ella había creído. Era posible que fuera más inteligente de lo que demostraba a simple vista.

No obstante, al oír a Melody, la hechicera no pudo evitar volver a reírse, divertida ante semejantes palabras. – Yo creo que os veis encantadora, querida. – Afirmó con tranquilidad y cierta picardía, antes de asentir en silencio. – Es verdad. No parecéis tener nada para adquirir algunos ropajes ni alimento, pero yo poseo la solución a vuestro problema. – Declaró con cierto entusiasmo en su voz. – Conozco un sitio donde es posible que podáis encontrar algo con qué vestiros. – Aseguró, tan sólo para prestar atención al intercambio entre Dory y Melody. – Cuando terminéis con vuestra… conversación, podéis seguirme. Luego podremos preocuparnos por el asunto de la fuente de poder. – Agregó con rapidez, mientras esperaba a que aclararan lo que sea que debían de aclarar.

Viste cómo las dos mujeres se fueron junto con aquel hombre. Contaste hasta diez.

Uno...Dos...Tres...Cuatro...Cinco...Seis...Siete...Ocho...Nueve...Diez.

 De repente, alguien entró con demasiado ímpetu en la tienda, sin importarle quién estuviera o estuviesen allí presentes. 

-A veces, las malas decisiones nos llevan a lugares correctos. 

Era cuestión de segundo que la escena con aquel personaje se volviera a repetir. De hecho, era tu pan de cada día. Dejaste el puro a medio fumar y lanzaste la última 'O' al vacío, al aire. Otro día más en el que nadie se había percatado que todos los habitantes volvían a repetir sus escenas. Estaban en un bucle eterno. Aunque... sólo lo sabías tú, al parecer. Miraste el cofre en donde habías encerrado a Campanilla la primera vez que entraste en este mundo, cuando la atrapaste. Estaba vacío. Pronto, se volvería a llenar con Campanilla y... el proceso se repetiría una vez más. 

Ya va que paso mori? No sabia que hacer por eso no escribi ... Y no sabia lo de la ficha xd pero ya arregle todo lo unico es que como yo escribo desde mi telefono no puedo poner la ficha en mi pj... Yo quiero seguir la historia pero solo tu decides es tu partida al final y pos estoy aun un poco perdido de que esta pasando xd