Partida Rol por web

Miró al detestable viejo de las varitas que le había hecho "perder el tiempo"

- ¿Y tiene alguna prueba señor Ollivander? ¿Acaso protege a alguien hablando en su nombre o ha sido "inspiración divina" de ese Dios al que le rezaba y le pedía ayuda? - exigiendo una respuesta clara antes de tomar por ciertas aquellas acusaciones

La profesora dio unas palmaditas en el hombro de Sybill para tranquilizarla. Luego miró al señor Ollivander.

- Sí, estaría bien que nos explicara cómo ha llegado a esa conclusión - dijo clavando sus ojos en el hacedor de varitas.

-Creo que mi inocencia, y mis intenciones han sido probadas... Y creo que ha sido usted misma quién así lo ha demostrado señora Umbridge- No le sorprendió que saltase en su ayuda Dolores, quién estaba claro que haría cualquier cosa por un miembro de su propia casa, pero el golpe de McGonagall le dolió mucho más. -Sabéis todos cuál ha sido mi intervención en esta tragedia. Por otro lado... -dijo temblando al ver aquél ser aborrecible que no quería mencionar su otro nombre...- ¿Acaso estamos ciegos? ¿No vemos quién es? ¿Vais a permitir que el mundo se hunda en tinieblas por rencillas entre casas? Si no es culpable que se defienda él. 

Sé que su inocencia está probada Olivander. Sólo he preguntado por qué ha llegado a esa conclusión - dijo Mcgonnagall explicándose cómo lo hace en clase habitualmente. - Es evidente que el joven Tom Riddle tiene los rasgos de su yo mayor. O puede incluso que sea el mismo Voldemort reencarnado en su tierna infancia. Pero es muy evidente. Demasiado. Temo que haya algo raro en todo esto - dijo la profesora preocupada y mirando a los presentes.

Tom alzó una ceja ante la acusación del señor Olivander y dijo:

Yo, ¿por qué yo? ¿Qué he hecho ahora?

Vicent seguía sin poder hablar por culpa de su glotonería pero alzo la cabeza y las cejas cuando escucho lo del viejo, como otros era fácil que mintiera, pero sentía que decía la verdad, al menos él siempre a pensado mal de ese niño.
-¡LO SABIA!-Grito en su cabeza mientras su mirada se alternaban entre Sybill y Dolores.

El terror invadía cada una de la células de su organismo. Sus instintos, como ser vivo, chillaban por salir de ahí corriendo. Por sobrevivir. Aún así... tragó saliva haciendo acopio de todo su valor por hacer lo correcto, por luchar aun al elevadísimo coste que era para él, su vida. En ese instante tuvo la certeza. No volvería a hacer varitas nunca más, jamás volvería a ver las polvorientas cajas de su modesta tienda, pero el señor Ollivander estaba harto de huir, de ver cómo el mal se alzaba una y otra vez corrompiendo y arrastrando cada vez más a bueno magos. El mundo mágico se estaba consumiendo, y si, aquello suponía el verdadero final, quería al menos morir con la convicción de que hubo hecho lo que había podido a pesar de que todos fueran contra él.

-Lo sé...- dijo entrecortadamente, mirando con los ojos entrecerrados al depredador que con un susurro podía aniquilarlo. -lo sé... porque la profesora Trelawney... Cree que iré por casa, cree que iré contra buenos magos, cree que defenderé a nuestros enemigos... es decir a vuestros servidores, señor Riddle. Pero lo he dicho antes. Sirvo al pueblo y con mi poder lo defiendo. He votado a Lockhart por confesarse culpable. Y no debo mi lealtad a una casa que ha perdido los valores que me inculcó cuando estuve en ella.- En sus tiempos, a su parecer, jamás uno de la casa Ravencraw habría protegido a un ser perverso con tal de protegerse, no eran valientes como los Gryffindor pero aquello era denigrante, cobarde, y ruin.

-Todos miráis por vuestras casas. Esto sirve al mal. Y deberíais avergonzaros, ¿esto es ser mago? ¿Carroñeros y alimañas en busca de poder? Sí es así, no quiero pertenecer al mundo mágico. Yo, que os he dedicado mi vida con mis varitas...

-Lo sé... Señor Riddle... porque Trelawney es una mortífaga confesa... brevemente, en nuestra casa, nos ha enseñado su tatuaje esperando de nosotros un respaldo que de mí no recibirá. Se ha confesado mortífaga y lo ha delatado.

¿Cómo va a defenderse de ello ahora, señor... Riddle?

Lo había dicho, el terror hizo que diese sin poder remediarlo un paso atrás esperando un rayo que lo fulminaría al instante.

Miré al niño rellenito y luego a Tom Riddle - Pues tengo ahora una preocupación por la vida de alguien más, Madame Umbrige - siento una opresión en el pecho, me siento triste y muy inútil- Hay algo que tengo pensando desde que salieron las votaciones que se llevaron a Monsieur Lockhart ¿Por qué no le pregunta al pequeño niño porque votó en contra de alguien de su propia casa? -señalo al gordito con cara de bonachón, Crabbe. - Su actuar coincide mucho con lo que acaba de decir Monsieur Ollivander y me parece que de ser el caso el pequeño podría necesitar protección ¿No? -miro a Crabbe, me acerco y le ofrezco un pastelillo dulce- fuiste muy valiente pequeño, pero parece que los mayores necesitan que lo seas más, asi que si tienes algo que quieras decir, este es el momento adecuado.-lo miro a los ojos y vuelvo a mi sitio- Lamentablemente ninguno de nosotros sabe si abrirá los ojos mañana -una pequeña lágrima de tristeza vuelve a surcar mi rostro y la limpio mientras tomo asiento. ¿Cuantos mas tienen que morir para descubrir a los asesinos? ¿Quien miente y quien dice la verdad?

Cuando el señor Ollivander vuelve a hablar, mis ojos se dilatan de sorpresa. ¿Madame Trewlaney una mortífago? Nada era lo que parecía, nada tenía sentido, me lleve las manos sobre cada sien, llegaba la jaqueca, no podía creer lo que estaba pasando.

Miró a Fleur tras la aclaración de Ollivander

- Vincent aseguró que Tom mentía, cuando se declaró inocente, pero es cierto que hay algunas lagunas en su historia y si el señor Ollivander expone a alguien de su propia casa, se desvanece mi duda de que sea por odio a la mia. Se que el no ha sido llamado por el señor tenebroso, así que solo nos queda algo por resolver y es a quién ajusticiar en primer lugar, si a ella - mirando a la teatral mujer - o a alguien que podría llamar a otro mago a su servicio en sus últimos momentos - mirando a Tom - y hacer que incluso los que hemos podido "contrastar" puedan tener conductas más dudosas a partir de ahora. Y no lo digo por proteger a un Slytherin, sino porque es algo a tener en cuenta y consensuar. Nuestros votos deberian quedar concentrados en una única persona cada día para evitar que mueran inocentes por nuestra mano.

Tom intentó explicarse lo mejor que pudo para su edad:

¿La sita Trealanwey una....una mor....mor.......mortífaga? ¿No era lo mismo que la señorita Umbridge? Ella era una de nuestras profesoras, no muy buena, pero una que no parecía malvada al menos.- Tom era un niño frío y seco, pero no dejaba de ser un niño. Así intentó sin mucho éxito disimular dos lágrimas que le corrieron por la cara al pensar que todo el mundo estaba contra él. Sus compañeros de casa, Ollivander e incluso Fleur. No era muy mayor pero no era tonto para no darse cuenta de que la mayoría estaban contra él y evidentemente el mismo destino que Lockhart le esperaba. Se sentía acorralado y señalado por todos, nadie se fiará de mi y todos se fian de Ollivander pensó.

¿Entonces afirman que yo he matado a.......a......al señor Argus, a Krum y a....a.....la señorita Norris?

-Antes de dar su ultimo suspiro... el profesor Lockhart confesó su culpabilidad y anunció que él (y los suyos) eran responsables de la desdicha... y la infamia aplicada del joven señor Krum...- respondió a media voz antes de dedicarle una mirada fulminante a aquél niño que nada tenía de inocente. -Así que usted sabrá... pero esta vez... se saldrá con la suya... solo por el momento...

Otro cuchillo pareció clavarse en su corazón mientras pronunció con lágrimas derramándose en sus ojos al mirar a Umbridge. -Estoy... de acuerdo.- Quería vomitar.

-Pero él, será el siguiente, porque no vamos a mirar más quién sirve a cual casa... -aclaró indispuesto a ceder tregua a nadie que fuese pérfido en sus artes.

Asintió a Ollivander

- Me comprometo entonces a que mi voto sea hoy para Sybill y mañana para Tom, si es que no hemos encontrado a otro mortífago cuya muerte nos traiga menos problemas - haciendo referencia al mismo detalle por el que propone a Sybill primero - espero que si alguien tiene más nombres, no se los lleve a la tumba o al menos nos haga llegar esos nombres pese a su muerte "de algun modo" - pide - para evitar más victimas innecesarias y poner en evidencia a aquellos que podrían ser valiosos y ponerse en peligro propongo que Ollivander sea la voz de los Ravenclaw como yo misma lo seré para la casa Slytherin. Ambos ya nos hemos expuesto al fin y al cabo. ¿McGonagall, como profesora, tomarías esa responsabilidad para con los de tu casa?

Había estado ausente la mayor parte de la noche.

Estoy... estoy muy confusa. las cosas que me había dicho en mi casa, junto a lo que ahora oía me estaba descolocando todo lo que pensaba ¡¡Esto es el mundo al revés!! chillé empezando a estar histérica. De repente, la malvada sierva del Ministerio ya no era tan malvada. Los profesores en los que había confiado durante 7 años de vida estudiantil se pasaban al lado oscuro.

Estaba enfadada, enfadada y asustada también, pues la noche seguía adelante y no sabía cuales podían ser las consecuencias de todo aquel debate a la mañana siguiente.

¿Y ahora qué? ¿De qué sirve todo esto? ¿Podremos luchar contra los asesinos esta noche? o ¿como somos los buenos no debemos nada más que esperar a la mañana para votar a quién creemos culpable? esto que decía eran más meditaciones que preguntas coherentes. Me puse al lado del señor Ollivander, a quién siempre había respetado mucho y le cogió por los hombros: Por favor, señor. Empiece de nuevo, cuéntenos desde el principio, tiene que haber un resquicio que se nos escape.

Salazar apenas había intervenido durante la noche. Mantenía la misma posición erguida y prestaba suma atención a todo lo que ocurría. Pero para un observador cuidadoso había varias cosas que habían cambiado en él, la cara cada vez más tensa, las venas del craneo más hinchadas, y una ligerísima inclinación hacia delante que le daban aspecto de buitre.

Estaba furioso

Pero por alguna razón se contenía. Sí las acusaciones eran ciertas ya quedaba casi totalmente confirmado que él había sido atacado por los mortifagos y desde alguien de su propia Casa.

Estaba muy furioso. Pero ese no era el momento de hablar ese tema y se dirigió a Ollivander con una voz que parecía la calma justo antes de estallar la tempestad.

-Lord Ollivander ¿Desde cuando conocéis en vuestra casa la traición de Trelawney?- Era curioso porque aquella mujer le había parecido débil, pero si todo aquello era cierto se merecía algo de respeto, y la muerte, pero también respeto.

Narcissa había estado pensativa la mayor parte de la tarde, sobre todo después de la muerte de Gilderoy. La forma en la que había ocurrido había sido tan inesperada como repentina y se empezaba a preguntar si de verdad estaban haciendo lo correcto. Sin embargo, la imagen de la muerte de Viktor hizo que se decidiese. Tenían que continuar con aquello.La situación era crítica.

Ni siquiera miró a la profesora de adivinación o al niño. No quería tener que disimular el asco que la causarían. Con ellos dos ya son tres los que hemos atrapado. Dijo. Si había algún atisbo de ilusión por la noticia no parecía demostrarlo. Cada vez estamos más cerca de conseguirlo. Miró a su sobrina y se tensó un poco. Impulsiva y poco inteligente, justo como su madre, la traidora.

Si sacamos todos las varitas la confusión reinaría. Tenemos a dos, pero no sabemos si hay más, probablemente los haya. Intentaba no mirar demasiado a Tonks. Los asesinos podrían aprovechar la confusión y acabar con todos antes de que seamos capaces de discernir quien está atacando y quien defendiendo. No, no podemos hacer tal cosa.

- Saquémosla, entonces.

Hacía mucho tiempo que Rita no decía ni una palabra. Ver cómo se había desencadenado la acusación hacia Gilderoy Lockhart había resultado de lo más interesante para un futuro artículo. Estaba claro que no necesitaban de su ayuda para buscar a los mortífagos. Lo estaban haciendo de maravilla.

En la cara de varios de los presentes vio la duda y la reticencia de cumplir con las palabras de Narcissa Malfoy. Poniendo su cara más angelical, Rita sacó su varita y la mostró hacia ambos lados.

- ¿Comenzamos?

- Señora Tonks, acompañame, a mi silla, por favor...- dijo sin apartar mucho la mirada de Voldemort que se servía de aquel disfraz.

Y de su brazo se ayudó para sentarse.

El señor Ollivander reunía aliento y fuerzas para mirar de juntar notas, contrastar ideas cuando el supuesto fundador le propinó otro ataque gratuito. Estaba claro que pretendía a toda costa desprestigiarle.

-Lo hemos sabido justo antes de que montase su pantomima de la vidente. Y lo he contado tan pronto he podido desde que se han calmado la gente y sus voces- anunció con voz serena.

- No importa cuanto tiempo haya estado callado Salazar, importa que ha entrado en razón y ha compartido esa información. Si realmente ella misma lo ha confesado, no hay duda, nadie confesaría algo así sin que fuera cierto - poniéndose muy a su pesar del lado de ese viejo-loco-romántico obsesionado con las varitas. Ya nunca volvería a mirar a la suya del mismo modo. 

Soltó un resoplido mientras se le dilataban las aletas de la nariz cuando la profesora Trelawney se expuso de tal manera. Nunca le había parecido que tuviese dos dedos de frente, pero aquello ya era demasiado, no se podía ser tan lenta de mente, seguramente lo haría por algo más, como ya habían dicho algunos. No pudo evitar, no obstante, mirar con los ojos notablemente abiertos a Bellatrix.

Miró de soslayo a Crabbe, y se preguntó qué estaría haciendo Ron en aquellos momentos. De estar allí seguramente también estaría comiendo. Si Crabbe no tuviese el cerebro tan lavado por Malfoy estaba bastante segura de que habrían sido buenos amigos.

Las palabras de Luna la sacaron de sus pensamientos.

- El problema no está en identificar a los presentes, el problema reside en que se ha expuesto a la ligera. Nadie tenía sospecha alguna ni de ella -miró a Bellatrix-, ni en la señora Umbridge. -Alzó las manos, exasperada.- Es estúpido exponerse así cuando ni siquiera está salvando la vida de nadie con ello. Así que entiendo que sea objeto de sospecha.

La intervención del señor Ollivander dejó a Hermione totalmente sorprendida, no por sus palabras, sino por las dudas que expresaron los demás después. Él mismo había mencionado que podía enterarse de aquello que hablasen las personas que estaban unidas debido a él. Si decía algo así, tenía que ser porque lo había escuchado. ¿Se habría arriesgado a poner en duda la vida de un inocente si no se fiase de la información que había obtenido? Lo dudaba. El señor Ollivander siempre había sido una persona inteligente, a diferencia de otras. Con su último pensamiento, su mirada se volvió a posar en la profesora de Adivinación, que además, según el creador de varitas, era culpable también. Esto último no le había sorprendido lo más mínimo. Si había algo que caracterizaba a Trelawney a parte de ser un auténtico fraude, era la cobardía.

Lo que más perturbaba a Hermione de todo, era sin duda la racionalidad con la que hablaba la profesora Umbridge. Aún tenía que acostumbrarse al hecho de estar de acuerdo con ella en prácticamente todo lo que decía.

Solo una breve y aguda risita cuando vio que Hermione Granger la miraba con ese desconcierto. Le divertía que esa protestona alumna no tuviera "nada sobre lo que protestar". 

- Mis palabras condenaron a un asesino, fueron útiles - le recuerda a Hermione - las de Sybill solo exponen a alguien inocente, no ha inculpado a nadie para ayudar a la "opinión popular", solo puede querer o llamar la atención sobre si misma o dar pistas a "otro grupo de magos con ganas de matar" de un objetivo apropiado. ¿Comunicarse en público porque no sabe a quien dirigirse o no puede verse a solas con "ellos"? Casi inteligente, pero no - determina seca