Partida Rol por web

| De camino a Plenisford |

Asentí firmemente, con la seriedad que me caracteriza y salí de sus aposentos sin decir absolutamente nada. Estaba bastante satisfecho con la decisión y sabiendo que Jack y la chica estaban bien... De momento.

No tardé en llegar hasta mi hermoso dragón blanco. Rápidamente, pero no de forma brusca, le acaricié su largo cuello hasta llegar a la silla de montar, dónde de un salto ágil me monté para luego de un fuerte silbido alzarme en el viento. Muchos lugareños se quedaron observando la belleza de mi fiel amigo de batallas, agitando sus enormes alas, quebrando el viento.

El camino sería bastante corto, volaba lo más alto posible, entre las nubes, para no ser detectado desde tierra. Esperaba que no estuviesen en apuros.

| SALA DEL CONSEJO ÉLFICO |

La decisión precipitada de Risk había calado en lo profundo de Nacilë.

Aquellas decisiones espontáneas tendrían en algún momento un mal final, sería entonces cuando se lamentase por todos sus errores y pediría ayuda. Pero si pensaba seguir actuando según le dictaba su corazón, sin contar con nadie, tendría más problemas, y no solo fuera del reino.

Le da curiosidad saber acerca de la opinión del Consejo sobre lo que acababa de pasar. Una situación delicada requería un trato delicado.

- Quisiera saber... - pregunta, a media voz, pero para todos los presentes en el Consejo que realmente quisieran saber la verdad - ... cual es realmente nuestra función para Risk. No consulta, simplemente anuncia. Decide, sin contar con nadie... ¿Cuál es nuestro cometido entonces en este templo de sabiduría? ¿Qué es lo que estamos destinados a hacer si ni siquiera tenemos voz?

- ¡Risk es nuestro Rey, tienes que ser fiel primero a él y después a quien sea, pero no puedes venir aquí y decir que Nacilë tiene poder sobre Risk! ¡No blasfemes delante de mí o tendremos problemas!-

| Sala del Consejo Élfico |

-Agradezco tus palabras- dijo al alfo que había hablado en su defensa -Aunque debo admitir que esperaba oírlas de boca de Nacilë- agregó con tono grave -Creo que todos entendemos y comprendemos por qué cada uno ocupa el cargo que ocupa- mencionó posando su mirada seria y dura en cada uno de los presentes.

Luego de amonestar al consejo tomó asiento en su lugar y continuó hablando -Temo que vuelvo a traer noticias preocupantes ante ustedes.  Ha llegado por fin un ave, en su pata pendía un mensaje de Jack.  Su misión se ha visto comprometida y se prepara a abandonar Plenisford- aguardó unos segundos para que todos los miembros del consejo terminasen de digerir la noticia y continuó.  -Debemos ocuparnos del asunto cuanto antes así que espero mantengamos la cabeza fría y tomemos una decisión cuanto antes.  No contaremos con Walgior, lo envié a ocuparse de otros asuntos de importancia antes de recibir el mensaje.  A estas alturas debe estar muy lejos de aquí.  Nacilë, me gustaría escuchar que propones-  

| SALA DEL CONSEJO ÉLFICO |

-Bueno, por suerte Walgior no es omnipresente. Sería una desgracia para él si se contara con él para todos los asuntos peliagudos - comenta casi casualmente.

Había guardado silencio, y con una discreta sonrisa y mirada tranquila, había escuchado los educados reproches por parte de su rey. Aquel juego era divertido, pero peligroso si duraba demasiado. Cautela era la máxima para todos mientras estuviesen frente al tablero.

- ¿Qué clase de percance le acomete a Jack? Según la gravedad, podremos actuar en consecuencia - propone a Risk de compartir con toda la sala.

| Sala del Consejo Élfico |

Clavó los sus ojos en la mirada de la mujer.  -Lo suficientemente graves cómo para que deba dejar Plenisford... Consejera.  Es todo lo que puedo decir por el momento.  Ahora, cumple con tu función y aconséjanos- pese a que su boca mostraba una tenue sonrisa sus ojos y el peso de su mirada dejaban claro que el asunto era serio y que era necesario actuar en consecuencia

| JUGADA MASTER |

Los miembros del Consejo Élfico parecieron escandalizarse con la nueva información que les había dado Risk. Se notó la repentina tensión que se respiraba entre ellos, nerviosos por las consecuencias que podía tener la salida de Jack. La ciudad de Plenisford había sido un buen escondite y había sido el mejor escudo protector para la joya con forma de lágrima blanca, la única que le quedaba al Rey de la Tierra Media por conseguir. Salir de la ciudad era demasiado arriesgado y ninguno de los miembros parecía entender cuál podía ser la razón y cómo de grave debía ser para verse obligado a abandonarla, a marcharse...
- ¿Cómo puede ser? ¿Saldrán solos?- quiso saber uno de los miembros, alzando un poco la voz para hacerse escuchar por encima de los otros miembros que seguían hablando.
- ¡Es un suicidio!- exclamó otro, buscando con la mirada el apoyo de sus compañeros con los que siempre compartía la misma opinión-. ¡El Rey tiene espías en todos los rincones de la Tierra Media! ¡Les descubrirá antes de que puedan dar un paso!-.
 

| Sala del Consejo Élfico |

Risk se preguntaba cómo podían ser aquellos miembros del consejo.  Tenían la mente demasiado acalorada y eso hacía que reaccionasen de forma emocional cuando deberían hacerlo de forma intelectual.

-Nacilë, como tu rey te pido a ti presidente de este consejo, que ejerzas tu función y los llames al orden.  Cada segundo que perdemos y responder al llamado de Jack incremente el peligro y el riesgo de perderlos a él y a la lágrima.-

| JUGADA MASTER |

Los miembros del Consejo Élfico dejaron de hablar en el instante en que Risk pidió a Nacilë que los llamara al orden. Parecía que habían entendido que no podían estar siempre dando voces, contrariando y debatiendo todo lo que se decía. Aquello no aportaba soluciones y aunque a muchos no les hiciera demasiada gracia obedecer a Risk antes que a Nacilë, lo hicieron igualmente.
- Deberíamos preparar una avanzadilla para despejar el camino de posibles enemigos. Si Jack está dispuesto a viajar es porque algo grave ha sucedido y no podemos quedarnos de brazos cruzados. Debemos protegerles- dijo uno de los miembros, algo más tranquilo y relajado, pensando con la cabeza.
Entre conversaciones y negociaciones había pasado el tiempo muy rápidamente y la luna había hecho su aparición en el cielo, sustituyendo al sol que había minutos antes. La oscuridad reinaba en la Ciudad de los Elfos, como lo hacía en el resto de la Tierra Media. Ya era casi la hora de cenar y no tardó en llegar a la sala una elfa de las que servían en el comedor, anunciando la cena.
- Señores, ya está todo preparado en el comedor. Pueden ir cuando quieran- dijo la elfa que tenía el cabello negro con los ojos violetas. Hizo una pequeña reverencia y se marchó de la sala.

| Sala del Consejo Élfico |

Casi un día perdido en una conversación que no llegó a concluir nada más que aguardar para cenar.  Aquella burocracia era terriblemente entorpecedora.  Sabía de antemano el camino que tomaría Jack si debía abandonar la ciudad así que harto hasta el hartazgo de aquella situación se puso de pié.

-Tú- llamó y el elfo se volteó al instante.  Era miembro de la guardia real -Busca a tres tres de tus mejores hombres y encárgate de que se preparen a partir, saldremos en una hora.  Tú- llamó a otro de los elfos -Encárgate de preparar monturas y provisiones para cinco viajeros.  Partiré junto con ellos, ya ha pasado mucho tiempo y el consejo no ha llegado a nada.  Así pues tomaré esta decisión por mi mismo y entonces ustedes dispondrán del tiempo necesario para continuar hablando y discutiendo.-  Sabía o confiaba que muchos de los presentes se encargarían de cuidar su figura mientras partiese.  -Nacilë como portavoz del consejo te quedarás en la ciudad para ordenar y moderar las futuras asambleas aunque, aún así, deberás acatar las decisiones tomadas por el consejo en su mayoría.  Ahora si me disculpan debo alistarme para partir-

Así fue que dejó aquella sala tal y como estaba y se pertrecho para su viaje, se colocó la armadura de batalla, tomó su espada, su arco y, contento de volver a la aventura, marchó hacia las puertas del castillo donde su montura y sus hombres lo esperaban.  El segundo elfo al que había llamado había hecho un buen trabajo y en las alforjas que cargaban las bestias pudo encontrar suficiente cantidad de comida y enseres varios y necesarios para el viaje.  El conjunto de caballos era acompañado por otros dos sin jinete, ahora cargaban carpas, mantas y demás equipo, pero luego serían ocupados por Jack y quien estuviese destinada a portar la lágrima

| SALA DEL CONSEJO ÉLFICO |

Asiente ante la partida inminente de su rey. Ella quedaría relegada, como máxima autoridad en su ausencia, a menos que quisiera que todo se sumiera en el caos. El populacho sin la corona entraría en pánico y tal vez cólera. Tal vez desde el Consejo pudiera alcanzar alguna decisión.

- Partid en paz, y que los Dioses os acompañen y os proporcionen éxito en vuestra campaña - se despide de él ceremoniosa y elegantemente - La ciudad aguardará impaciente a vuestro regreso.

No deja escapar la oportunidad de verle partir, y desearle buena suerte en su cometido, sea cual fuese, pues parecían necesitarla en todos los frentes

| JUGADA MASTER |

Risk había decidido tomar la iniciativa sin contar con el Consejo Élfico ya que no parecía muy dispuesto a colaborar. Algunos miembros habían aportado soluciones pero ninguna de ellas le había convencido al Líder de los Elfos.
Organizó una partida rápidamente y a pesar de ello los soldados de la guardia real estuvieron ya listos para cuando Risk acudiera a las puertas del castillo. Estaba todo preparado para el viaje que deberían hacer de modo que se pusieron en marcha. Cabalgaron hasta la cueva por la cual se salía y se entraba. La magia que protegía la ciudad era muy poderosa y sólo funcionaba con personas que hubieran visitado el lugar con anterioridad. Uno de los soldados descendió de su caballo y posó su mano en la fría piedra que custodiaba la cueva. A los dos segundos el suelo comenzó a vibrar y las rocas se desprendieron lentamente hasta que cayeron todas, dejando un hueco lo suficientemente grande como para pasar un jinete montado en su caballo.
La luna era la única fuente de luz disponible en ese momento pero podía verse el suelo que pisaban. Por el momento era hierba pero llegarían al desierto y entonces sólo habría tierra.
Nacilë había quedado al cargo de la ciudad y los miembros del Consejo Élfico fueron saliendo ordenadamente para ir a cenar, esperando fuera a su líder.

| JUGADA MASTER |

Justo en el momento en que Risk y la guardia real salía de la Ciudad de los Elfos para cumplir con una misión de extrema importancia, un dragón blanco apareció en el cielo. Risk pudo identificarlo al instante, igual que el resto de soldados: era el dragón de Walgior. Sin embargo, cuando la criatura aterrizó se dieron cuenta de que no era el elfo quien lo montaba, sino dos muchachas. Una de ellas tenía el cabello negro azabache y bastante rizado, a la altura de los hombros. Sus ojos eran de color verde esmeralda y con algunas pecas en su rostro. La segunda muchacha tenía el cabello dorado y bastante largo. Sus ojos eran de un azul intenso que se distinguían perfectamente a pesar de la oscuridad de la noche.
De repente, el colgante con forma de lágrima blanca que colgaba de su cuello comenzó a brillar intensamente con una luz blanquecina, iluminando a todos los presentes y la zona donde se encontraban. Risk entendió al instante de quién se trataba, al igual que los soldados que se inclinaron para hacerle una reverencia a la joven.

| ALREDEDORES |

El viaje había sido de lo más entretenido. Había estado observando detenidamente el paisaje a pesar de que muchas ciudades no podían distinguirse bien debido a la oscuridad. Al menos podían verse sus murallas, iluminadas por las fogatas encendidas por los soldados que intentaban pasar el menos frío posible.
El dragón era muy rápido y no tardamos en llegar a las montañas. Según creía recordar aquellas eran las montañas Sphirock, aunque nunca había conseguido memorizar el mapa de la Tierra Media pues muy pocas veces podía verlo.
Al aterrizar nos encontramos con un grupo de soldados y alguien que los lideraba. Para mi sorpresa también era un elfo pero mayor sorpresa fue ver el colgante brillar de nuevo y los soldados haciendo una reverencia. ¿Se la estarían haciendo al dragón? No, estaba claro que no, pero me negaba a creer que fuera para mí. ¿Por qué iban a hacérsela a una joven que trabajaba repartiendo panes en Plenisford?

- ¿Pero qué...?- empecé a decir, pero no me salían las palabras. Estaba tan asombrada por todos los acontecimientos de los últimos minutos que no daba crédito a nada. Me daba miedo descender del dragón pero por otra parte parecían criaturas agradables. Por si acaso me quedaría montada en aquella enorme criatura. ¿Sería capaz de mandarle atacar si tuviera la necesidad de defenderme? Era una buena pregunta pero era mejor esperar explicaciones por parte de aquellos elfos que en ese momento se inclinaban ante mí.

| ALREDEDORES |

Como esperaba Walgior había sido diligente e inteligente.  Comprendiendo que lo más importante era asegurar la vida de la portadora de la Lagrima envió a la muchacha hacia los elfos en cuanto le fue posible.
Se inclinó ante la muchacha en señal de respeto.  Luego habló.

-Portadora.  Mi nombre es Risk y ostento el título de gobernante entre los elfos.  Se que Jack ah cuidado de ti todo este tiempo, pues es la tarea que le hemos encomendado, mas tu llegada aquí supone un peligro.  Walgior, jinete del dragón que montas partió en tu busca en cuanto Jack nos alertó- tendió la mano para ayudar a desmontar a la niña y a su acompañante a quién saludó con una inclinación de cabeza  -Tu debes ser Luna, Jack nos ha hablado de ti y debo decir que lo que nos ha dicho nos impresionó de sobremanera, si así lo quieres podría solicitar a nuestros sanadores que te instruyan y eduquen en las artes de la curación.- intentaba no centrarse solo en Nadia pues no quería asustar a la pequeña, pero lo cierto es que estaba preocupado y necesitaba saber que había pasado con sus amigos.  Aquella impaciencia se dejó entrever en sus gestos y entonces prefirió hablar directamente sobre lo que le sucedía –Espero dispensen mi ansiedad, pero me urge saber que fue de Jack y Walgior, el jinete.  Les brindaremos cobijo, resguardo y protección.  Estarán a salvo entre nuestro pueblo, pero necesito ser capaz de brindar la misma protección a mis... amigos- terminó esperando que alguna o ambas niñas le dijeran que era lo que había sucedido y quizás así vislumbrar alguna pista de lo que había alterado a Jack.

| ALREDEDORES |

Descendimos del dragón con ayuda de aquel elfo llamado Risk y que al parecer era líder de la raza. Me sentía bastante intimidada con aquella escena pues no estaba acostumbrada a que la gente me dedicara reverencias, ni la más mínima, de modo que quedé un poco impactada.
- Esto... Sí, el mensaje- dije, guardando bien en mi memoria el nombre de ese elfo y del que nos había prestado el dragón para llegar hasta allí, Walgior-. El jinete nos ha dicho que iría a Fletord, que una tropa del enemigo se dirigía hacia allí y que dos amigos suyos estaban en peligro... Su plan es que el dragón regrese con él y traiga también a Jack. ¿Era así, Luna?- le pregunté a mi hermana, pues de los nervios se me había olvidado lo que teníamos que decirle.

| JUGADA MASTER |

Cuando las chicas descendieron el dragón remontó el vuelo sin dejar tiempo a nada más. Las órdenes que su jinete le había dado eran claras: dejar a las chicas en la Ciudad de los Elfos y regresar. No había tiempo que perder y eso lo sabía hasta el dragón, que ansiaba con todas sus fuerzas volver con su amo.
Al batir las alas creó una corriente de aire que hizo tambalear a todo el que estuviera cerca, pero ninguno llegó a caerse pues se elevó con una gran rapidez. Todos en la ciudad sabían de la agilidad de la criatura y lo demostró cuando se elevó en el aire, ocultándose entre las nubes para que el blanco de sus escamas se fundieran con éstas, iluminadas por la luz de la luna.
El grupo de soldados esperaba nuevas indicaciones por parte de su líder después de que Naida les informara brevemente de los planes de Walgior: proteger a Grey y Markus que se encontraban en peligro.

| ALREDEDORES |

La llegada de las niñas suponía en parte un alivio y en parte una preocupación para Risk.  No confiaba completamente en Nacilë, no podía decir exactamente por qué pero había algo que no le gustaba de ella.  Deseaba que no, pero si ella o algún otro miembro del consejo estuviese trabajando para el rey, entonces mantener a las niñas en la ciudad supondría un peligro tanto para ellas como para los elfos que allí sobrevivían.
Meditó unos segundos y entonces decidió el curso de acción, se acercó a uno de sus hombres, debían aprovechar la noche y actuar ahora.

-Escuchame- le dijo –Necesito que vuelvas a la ciudad y busques a Miriel  ¿Sabes quien es?- el hombre asintió, por supuesto que lo sabía, era una de las elfas más ancianas de la ciudad. –Necesito que seas discreto, ve por ella y tráela ante nosotros, necesito hablar con ella antes de tomar una decisión.  No le digas a nadie sobre lo que ha sucedido aquí y si alguien te ve y reconoce dile que tu rey te envío a buscar algo que se había olvidado y que el resto continúa cabalgando hacia Plenisford.  Prefiero que piensen que soy idiota antes de que sigan nuestros pasos-

Una vez partieran acamparían en las cercanías y dejaría a otro de los elfos a la espera de Miriel y el guardia para que los guiase a su encuentro.  Quizás estuviese actuando de una forma algo paranoica, pero se estaba poniendo mucho en juego y debía tomar las mayores precauciones posibles.

Se giro hacia la pequeña dueña de la joya y le dijo con un tono alegre y una sonrisa en el rostro –Dime  ¿Te gusta la magia?  ¿Te gustaría aprender?-

| ALREDEDORES |

Ante la pregunta de Naida levanto los hombros y niego con la cabeza, no recordaba que era lo que dijo el elfo, pero no me sentía para nada a gusto con esta situación, no se porque, pero no me fío mucho de ellos, después de todo, se supone que son criaturas de cuentos de hadas, no de carne y hueso, y ahora, resulta que estoy con ellos, en una ciudad que ni siquiera esta en el mapa. Y cuando escucho la pregunta final, quedo con la boca abierta ¿le estaba ofreciendo aprender magia a mi hermana? La miro más confundida que nunca.

-Hermana... - Digo con un hilo de voz - Dime... ¿esto es un sueño?

Luego miro a Risk, después de todo no parecía mala persona, y sonrió levemente, nos había ofrecido aprender sanaciones y magia respectivamente... pero mi respuesta dependería de la de mi hermana, pero sin embargo, un pequeño hilo de voz sale nuevamente de mí dirigido a Risk..

-Señor Risk... ¿aquí a nadie le molesta si yo leo o estudio algo? - Pregunto incrédula.