Partida Rol por web

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Risk sonrió ante las palabras de Miriel pues para él una profecía era un aviso de algo que podría ocurrir, pero no significaba que ocurriera por si mismo.

-¿Quieres saber por qué están aquí?  Están aquí porque Jack ha cuidado de ellas durante años a pedido nuestro y porque esta mañana envié a Walgior en su busca en cuanto supe que las cosas no estaban bien.  Si la profecía se cumplirá pese a todo  ¿Para qué entrenarlas? ¿Para qué darles cobijo? ¿Por qué no dejarlas a su suerte o entregarlas al Rey?  No Miriel, creo que para que una profecía se cumpla sus contemporáneos debemos hacer nuestra parte.  No sé como menguar el poder de las joyas que posee el humano, no conozco casi nada sobre ellas y es por eso que te mandé llamar.  Tenía la esperanza de que pudieras guiarme, que pudieras indicarme que camino seguir, donde buscar, donde podría hallar algo que nos fuera útil para esta empresa-

Entonces la pequeña estalló con una rabieta más que comprensible, Risk se giró hacia ella.

-Tienes razón en lo que dices.  Pienso ponerte al corriente de lo que sucede, pero primero tienes que concederme unos minutos más para que termine de hablar con Miriel y la verdad es que tampoco tengo demasiado para contar-

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Jack se sorprende ante el caracter de Naida. Pensaba tras la confesion de malos tratos recibidos por la madrastra que tal vez el caracter de Naida fuera mas calmado y paciente. Pero parece que ha ganado el caracter liberador. Se alegra internamente por ello, pues necesitara caracter para superar los obstaculos por venir. Por otro lado espera que sepa cuando hay que mantener a raya el caracter y hacer caso de la prudencia, cosa que no hizo ante el ruido de lucha.

Mira a Luna.

Seguro que esta tan sorprendida como Naida. Al oir que ha cuidado de ambas. Espera que la conversacion entre ambos elfos termine pronto para poder aclarar las cosas con ambas en la medida de lo posible.

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Asentí con la cabeza ante la reacción de la joven. Obviamente no había sido informada, lo cual era una pena. Si ella era la destinada a salvar la Tierra Media debía estar al corriente para que pudiera empezar a asimilarlo. Si Risk quería información sobre los colgantes se la daría, para eso era mi rey.
- Mi señor, las joyas fueron creadas por un grupo de elfos que fueron asesinados misteriosamente hace siglos. Todo sucedió en nuestra verdadera ciudad, situada en aquella isla en mitad del mar que abandonamos para escapar de la ira del Rey... No hubo nada extraño en esas muertes pero yo sé que fueron asesinados- empecé a decir, mostrándole a Risk todo lo que sabía acerca de las joyas y sus creadores-. Nuestra vieja ciudad no estaba tan protegida como la de ahora y cualquiera podía entrar o salir... Cada uno tiene su teoría y yo tengo la mía. Creo que el Rey tiene muchas personas a su servicio capaces de hacer cualquier cosa, una de ellas matar a la gente que pueda impedir el crecimiento de su reinado... Creo que el Rey de la Tierra Media temía que alguien pudiera buscar información sobre las joyas para intentar derrotarle, de modo que asesinó a sus creadores... La única posibilidad que tenemos es buscar aliados, crear un gran ejército y recuperar el tiempo perdido. Él ya tiene muchas razas diferentes sirviéndole, hagamos nosotros lo mismo, difundamos el mensaje de la libertad y convoquemos a todos los rebeldes... Pero podríamos pensar la estrategia en el interior de la ciudad, aquí llevamos demasiado tiempo expuestos y el Rey tiene espías por todas partes-.

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-¿Quien diablos es esté rey? - Digo en voz baja, mirando a Naida  y luego a Jack, intentando descubrir algún dato que apague la sed de mis dudas - ¿Porque lo quieren matar?...

Miro a la elfa, Míriel no termina de caerme bien, a decir verdad, me cae mal, no me da buena espina verla, y el rey de los elfos, Risk, no parece tener tanta autoridad como un rey debería tener, me siento confundida, me siento en el suelo para ver como los dos elfos continúan con su discusión, esperando a que terminen para ver si le responden las dudas a Naida, que de paso me las responderían a mi, porque me he estado preguntando las mismas cosas. 

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Esperaba obtener algo más, pero al menos ya sabía donde buscar, ahora tocaba explicarle a la niña cuanto sabía.  Asintió a Miriel y se giró hacia las pequeñas.

-Verás- dijo mirando a Naida –Sobre ti pesa una profecía.  El Rey es el rey de la tierra media.  Un humano que dio con dos poderosas joyas similares a las tuyas, estas le dieron un gran poder mágico y con él sometió a las razas libres y fundó un terrible imperio, nos obligó a escondernos y desaparecer mientras esperábamos por ti y tu joya.- respiró profundamente y con pesar –Cuando supimos de tu llegada a este mundo le asignamos a Jack la tarea de cuidar de ti, pues sabíamos que el Rey te estaría buscando para hacerse contigo.  No sólo porque tu vida estaría en peligro, sino porque la libertad de toda la tierra media desaparecería contigo.-  Se arrodilló para quedar a la altura de la pequeña y posó su mano diestra en el hombro de ella. –Naida, el Rey está buscándote y nosotros intentamos protegerte, pero tienes razón, no podemos decidir sobre tu persona.  Te hablaré con la verdad y te confiaré las alternativas que se me ocurren.  La primera es la propuesta por Miriel, esconderte en nuestra ciudad y adiestrarte a ti y a Luna en las Artes, protegerlas hasta que hayan aprendido suficiente y entonces plantarle cara al Rey.  Parece una idea tentadora, ya que nuestra ciudad está protegida por fuertes conjuros, sin embargo, como bien dijo Miriel el Rey tiene espías por todos lados y me temo los tenga entre nosotros.  Por eso es que esta es la idea que menos me gusta.  La otra opción que se me ocurre es que partamos ya mismo hacia la que fue nuestra ciudad, un viaje peligroso sin dudas, pero al menos estaremos en movimiento, nadie sabrá hacia donde nos dirigimos y tendremos la posibilidad de pasar inadvertidos.  En el camino podremos adiestrarte y quizás, si nuestra búsqueda tiene éxito encontremos otra forma de derrotar al Rey o al menos de debilitarlo.  Como dije, estas son las opciones que se me ocurren y tuya es la decisión-

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Antes de que respondas Naida, me gustaria que supieses que yo tengo plena fe en Risk. De modo que si el considera que es mas seguro viajar, yo optaria por esa opcion. Sin embargo has de saber que te seguire donde decidas ir y dare mi vida porque no os pase nada a ninguna de las dos si es preciso.

En ese momento Jack se arrodilla ante ambas muchachas y pone una mano en el hombro de cada una de ellas en un gesto cariñoso.

Tras unos instantes, se levanta y espera la decision de Naida pacientemente, aunque mira preocupado a Risk. No se imaginaba que el alcance de los traidores hubiese llegado hasta los elfos. Pensaba que era solo precaucion extrema dado lo delicado de la situacion, sin embargo Risk estaba convencido de ello. Lo veia en sus ojos.

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Risk había decidido contarle a Naida todo lo que debía saber sobre su colgante y tanto ella como Luna lo agradecieron. Al parecer las dudas no paraban de rondar por sus mentes pero por fin habían quedado resueltas, o al menos en parte.
Míriel había intentado colaborar con Risk en todo lo posible, administrándole la única información que tenía sobre los colgantes y ofreciéndole un plan alternativo al que ella consideraba descabellado. Aunque parecía que la última palabra la tenía Risk, éste se la cedió a Naida, que se quedó pensativa durante unos segundos.
Antes de que pudiera decir nada un pequeño estruendo se escuchó en el interior de la cueva, el sonido que provocaban las rocas al desprenderse de la pared. Puede que algunos no entendieran el significado de ese ruido pero Risk y los soldados de la guardia real lo comprendieron al instante: alguien estaba saliendo de la cuidad.
La figura de Nacilë apareció desde el interior de la cueva, para sorpresa de todos. Aquella elfa de cabellos rubios casi platinos, se quedó mirando sorprendida el gentío que había acumulado en las puertas de la ciudad. No tenía expresión de enfado después de ver que aquel soldado se había llevado de la ciudad a Míriel para encontrarse de nuevo con Risk, sino de decepción. Estaba tremendamente decepcionada y se reflejaba en su mirada. El Consejo Élfico no le acompañaba, iba completamente sola.
- ¿Qué...?- empezó a preguntar Nacilë, pero no le salían las palabras debido a la sorpresa-. ¿Qué pasa aquí? ¿Por qué ese soldado de la guardia real ha traído a Míriel hasta aquí? ¿Por qué está la joya tan cerca de la ciudad y no se nos ha comunicado?-.
Todo indicaba que, a pesar de lo cauteloso que había sido el soldado, había sido descubierto por Nacilë. Sin embargo su tono de voz era sosegado.

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Risk intentó en varias ocasiones leerle la mente a Nacilë para lograr averiguar las verdaderas intenciones que la elfa tenía apareciendo allí. Después de varios intentos lo consiguió aunque en su mente sólo tenía ganas de ayudar a su pueblo. En ella también pudo encontrar la razón de que el Consejo Élfico no le acompañara y es que siempre estaban debatiéndolo todo, poniendo en un compromiso a Nacilë con respecto a Risk. Al parecer la elfa realmente quería ayudarle y aunque su personalidad fuera muy fuerte tenía buen fondo. No quería traicionarles, no quería entregarles al Rey de la Tierra Media, simplemente era una elfa arisca y poco sociable.

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El elfo se tensó unos segundos cuando apareció quien presidiera el consejo, pero tras cerrar los ojos unos segundos y susurrar unas palabras se relajó.

-Nacilë, nadie a avisado al consejo por la simple razón de que Naida no ha decidido aún que quiere hacer.  Si decide quedarse en nuestra ciudad todo el consejo será informado, si decide partir conmigo, entonces conque tu lo sepas será suficiente- luego se giró hacia la pequeña y su hermanastra -No quiero apresurarte en tu decisión pero... lamentablemente el tiempo nos urge Naida- dijo instándola a decidir

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Me cruzo de brazos y miro a los elfos, no se, nunca los había visto, pero me daba la impresión de que les gustan las cosas demasiado rápido, aunque me preocupa la seguridad de mi hermana después de oír esas revelaciones, sin embargo decido no hablar aún, quiero dejar que ella piense en paz lo que quiera hacer, y yo la seguiré, además Jack se ve dispuesto a ayudarnos en todo lo que pueda también, y eso es bastante reconfortante... 

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Analicé la situación durante unos segundos, teniendo en cuenta todo lo que habían dicho los presentes. Aquella elfa que acababa de llegar parecía alterada aunque no enfadada. No quise desviarme de lo verdaderamente importante. Me estaban pidiendo que decidiera y no podía decantarme por ninguno de los dos lados. Míriel parecía tener razón en parte pues no sabía ni coger una espada. Mucho menos sabía utilizar la magia... Sin embargo también tenía Risk parte de razón pues en otros lugares podíamos obtener algo de información pero nos exponíamos demasiado. Tenía la cabeza hecha un lío y nadie parecía estar dispuesto a ayudarme. Obviamente era una decisión que yo debía tomar, aunque no me gustara en absoluto. Había pasado de ser una repartidora de pan a ser "la elegida".
- Todos estamos muy cansados y necesitamos pensar con claridad... Además Walgior no ha vuelto y no sabemos qué ha pasado con esos dos amigos suyos que estaban en peligro... Ahora que he llegado hasta aquí y he descubierto que los elfos existen me gustaría conocer la ciudad en la que viven, aunque sólo sea por pasar la noche y reponer fuerzas para el viaje- dije, intentando así contentar a todo el mundo, incluída a mí. Estaba ansiosa por ver la ciudad que se escondía tras esa cueva por la que había salido Nacilë y también estaba temerosa por Walgior. Había dado su vida por ayudarnos y nos había prestado su dragón para sacarnos del peligroso bosque. Se merecía que le esperáramos.
Miré atentamente a Risk, después a Jack y después a todos los demás. Todos esperaban muchas cosas de mí y deseaba con todas mis fuerzas no haberles decepcionado.

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Jack escucha las palabras de Naida con preocupacion. Si Risk ha querido tener esa conversacion alli y no en el consejo como ha sugerido Nacilë que debia haber sido, seguramente ha sido porque esta convencido que hay gente en la que no puede confiar. Por esa razon queria salir de inmediato. Si entran en la ciudad mucha sera la gente alrededor suyo a la que tendra que vigilar para que nada ocurra a las muchachas. Mientras que si fuesen de viaje, solamente tendrian que evitar encontrarse con gente. O tener vigilados a los pocos que compartiesen camino. Habria otros peligros...pero menos incertidumbre.

Con todo esto en mente, Jack pronuncia unas ultimas palabras con intencion de cambiar la opinion de Naida.

-Walgior nos trajo aqui tan rapido por la urgencia de reunirnos con Risk y ponernos al dia...y Risk lo que propone es salir de aqui cuanto antes...estoy seguro que Walgior podra encontrarnos alla donde vamos, pero si esa es tu decision final...-

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Risk aprovechó la intervención de Jack y añadió.  -Si ingresamos a la ciudad ya no tendrá sentido salir, pero como dije antes la elección es tuya.  En lo que a mi respecta partiré de todos modos, ya daré las instrucciones necesarias dependiendo de lo que decida Naida- agregó hablando ahora con sus guardias.

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Entendí perfectamente que no era esa la respuesta que esperaban, pero no podía pensar en otra cosa que descansar. Había tenido un accidente con el caballo, había escapado de Plenisford, habíamos viajado por el bosque hasta que nos encontró Walgior... Mi cansancio era evidente pero eso no parecía importarles. No entendía la magnitud de mis decisiones y tampoco entendía esa obsesión que tenían por no volver a entrar en su ciudad.
- De acuerdo, partiremos. Pero no volváis a preguntarme nada si después váis a intentar convencerme de que cambie de opinión... Sigo pensando que es una locura, porque si ese Rey es tan poderoso como decís nos encontrará- dije aunque en realidad no me apetecía nada tener que viajar de nuevo sin saber cuándo podría descansar en una cama cómoda sin preocuparme de si me capturaban o no.

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Se me había ocurrido una manera de saber si nuestra ciudad era segura del todo, si los miembros del Consejo Élfico eran fiables o si por el contrario eran aliados del Rey. Conocía a la perfección esas joyas y los poderes que ocultaban. Podríamos usarlo para responder todas nuestras preguntas.
- ¡Esperad!- exclamé, llamando la atención de todos-. Antes de marcharnos quiero exponer una idea que se me acaba de ocurrir... Naida, sé perfectamente que tu joya brilla cuando hay aliados o enemigos cerca, con luz blanca en el primer caso y luz roja en el segundo. Estoy segura que ya ha debido brillarte en alguna ocasión y podemos aprovechar esa ventaja para averiguar si los miembros del Consejo Élfico son leales a ti, Risk- empecé a explicar, como último recurso antes de exponernos al peligro que suponía vagar por la Tierra Media con esa muchacha-. Podemos ocultarla sin que los consejeros puedan identificarla. Sólo así conseguiremos saber la verdad y sabremos si de verdad es más peligroso entrar en la cuidad que vagar por la Tierra Media-.

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Arqueé una ceja, incrédula. No podía creer lo que estaba escuchando, no podía creer que se estuviera dudando de la fidelidad del Consejo Élfico.

- ¿De verdad os marcháis porque consideráis a los consejeros peligrosos?- pregunté, abriendo tanto los ojos que parecían salirse de sus órbitas-. ¡Son todos fieles a Risk aunque discrepen en ciertos aspectos! ¡Muchos consideran que yo debería ser la Líder de los Elfos pero es sólo porque me idolatran, nada más! ¡Ni por asomo traicionarían a Risk ni a Naida!- exclamé, un poco indignada.

Si realmente dudaban de ellos no me importaba en absoluto que utilizaran el colgante para demostrarlo, así se dejaría de dudar.

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La idea de Mariel parecía buena, sin embargo no terminaba de convencerlo.  Había muchas formas de que las cosas salieran mal, bastaba conque alguien hablase de más en los oídos inadecuados por ejemplo.  No habría mala intención pero estarían traicionándolos de todas formas.  Prefirió guardar silencio hasta que escuchó a Nacilë y debió responder.

-¿Crees que me gusta pensar así de mi gente?- le dijo -Simplemente debo ser precavido, cuantas más personas conozcan la ubicación de Naida más posibilidades hay de que algo salga mal y sabes muy bien que aquí ella será una especie de celebridad.  Muchos querrán conocer a la niña que está destinada a salvar la tierra media y a destronar al rey.  No sabemos exactamente cuan poderoso es nuestro enemigo, no sabemos si ha logrado o no colar un espía en la ciudad.  Después de todo si nuestra magia fuese tan poderosa como para detener a la suya habríamos acabado con el hace mucho tiempo.  Lo que cuenta Miriel sobre la joya lo desconocía, de hecho no se nada a cerca de ellas.- respiró profundo y sacudió la cabeza -Cómo dije es decisión de Naida.  Ella será quien decida su camino.  Yo ya he decidido el mio- dijo tomando las riendas de su caballo.  -Tanto si Naida me sigue cómo si se queda en la ciudad partiré a nuestras antiguas tierras.  Debo saber más sobre las joyas y hacer todo lo que esté a mi alcance para ayudarlas.  Nacilë estarás a por fin a cargo, sólo quisiera pedirte que de quedarse la niña aceptes el consejo de Miriel, sabe más de esto que cualquiera aquí y tiene buenas ideas.  También te pido que entrenes a las niñas en el arte de la magia y a Luna además la presentes con los sanadores para que la instruyan, también deberán aprender a combatir con el arco y la espada.  Yo volveré tan rápido como pueda- movió las bridas del caballo hacia la izquierda para guiarlo hacia el camino que dejaba las montañas, se acercó hasta uno de sus guerreros y tomó las riendas del animal de carga que llevaba los suministros -Los guardias que están aquí y el resto de la guardia real que pase la prueba de la joya serán ahora los custodios personales de Naida y Luna- Pudo ver el cansancio en la mirada de la niña y se apenó por no haberlo captado antes.  Estaban presionándola demasiado, pero las cosas habían salido así y no veía otro camino.  Sintió que ella optaría por quedarse le dedicó una sonrisa y le dijo -Lamento que sea así, pero no hay un lugar seguro en tierra media para ti, quizás me equivoque y estar con los elfos pueda ser lo mejor que podemos hacer por ti, pero si así fuera no habrías crecido en Plenisford con un guardián que aparentaba ser joyero, habrías crecido aquí, como una más entre nosotros.  Venir conmigo puede ser tan riesgoso como permanecer aquí, la verdad es que nadie podría afirmarlo o negarlo, sólo podemos hacer conjeturas basados en lo poco que sabemos y sentimos.  Por eso es que la decisión debe ser tuya, busca en tu interior y has lo que sientas correcto, quizás la joya te ayude a encontrar la mejor respuesta.  Concéntrate y pregúntale-

Esperó la respuesta final de la niña ya listo a partir, si decidía ir con el montarían y partirían, de los cuatro guardias dos cederían sus caballos a Jack y Miriel, quienes llevarían a una de las niñas cada uno, los guardias desmontados se quedarían en la ciudad esperando guardasen el secreto de su destino y de las niñas.  Si Naida decidía quedarse partiría sólo, igualmente feliz pues volvería a vivir una aventura después de mucho tiempo.  Se acomodó en su silla, miró a Nacilë y agregó.

-Debes prometerme una última cosa, si la gema brilla en tonalidades rojas deberás ordenar la muerte de esa persona sea quien sea.-

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Respiré hondo y volví a analizar la situación. Quedarme en la Ciudad de los Elfos sonaba muy tentador y más después de la idea que había tenido Míriel. Si lo que había dicho era cierto, Walgior era una persona de lo más fiable, aunque ya lo había demostrado. Sin embargo me asustaba vagar por la Tierra Media y que la joya brillara con una luz roja que aún no había visto. ¿Qué haríamos entonces, luchar? No sabía ni coger una espada y mucho menos un arco. Era increíblemente torpe y me costaría mucho aprender ese tipo de habilidades, pero sabía que Jack no quería dejar marchar a Risk. Si eligiera quedarme en la ciudad probablemente le obligaría también a quedarse, o puede que marchara con él una vez se asegurara que estaba a salvo con los elfos. No importaba cómo lo hiciera pero sabía que Jack quería acompañar a su amigo y yo había sido egoísta al querer quedarme.
- Lo del colgante podremos probarlo cuando regresemos, pues ya he tomado una decisión... Marcharé contigo, Risk, pero debes prometerme que volveremos en cuanto tengamos lo que buscamos- dije, segura por fin de lo que estaba diciendo. Esperaba que todos se sintieran orgullosos y no les volviera a decepcionar, aunque estaba completamente segura de que Nacilë no aprobaría lo que íbamos a hacer, al igual que Míriel.

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Abrí la boca asombrada. Por un momento pensé que Naida se decidiría a quedarse en la ciudad pues era lo que realmente había querido desde que había salido de la cueva. Sin embargo había cambiado de opinión y me di cuenta de que había sido influenciada por lo que habían dicho los demás al respecto.

- Pero, ¡mi señor! Ni siquiera sabe si nuestra antigua ciudad sigue vigilada, si ha sido tomada, si vive allí el Rey de la Tierra Media... ¡No sabemos absolutamente nada! ¡No puede exponerse así al peligro, es el Líder de los Elfos, señor!- exclamé, desesperada. Ya no sabía cómo convencer a Risk de que era una locura, de que pondría en riesgo su vida sin saber si valdría la pena hacerlo-. Si lo que quiere es información sobre las joyas iré yo. La raza le necesita, señor. Ambos sabemos que no tiene descendencia y no hay nadie que pueda ocupar el trono... La ciudad se sumaría en el caos si usted faltara. Por favor, deje que vaya yo. Puede acompañarme Míriel si lo desea... Temo por su seguridad y por la de los elfos. A mí podría relevarme cualquiera pero a usted no, señor-.

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Risk sonrió alegre, la idea de ponerse en movimiento le agradaba.  -Nacilë, harás bien tu trabajo.  El concejo gobernará hasta que regresemos, tu los liderarás y, si el destino quiere que yo no regrese, seguirá gobernando el consejo hasta que sea designado un nuevo gobernante.  Estos hombres- dijo refiriéndose a los soldados que habían dejado su montura -darán fe de que mi voluntad es que tu dirijas a los elfos si no logro regresar.  Así que despreocúpate, nuestra gente estará en buenas manos- Había desconfiado de Nacilë, pero su magia y la joya le habían dicho que su desconfianza era infundada, ahora se sentía más cercano a la elfa.  -Partamos pues, ya nos hemos demorado mucho.  Nacilë, si Walgior vuelve y el consejo lo aprueba envíalo con nosotros, puede que necesitemos su ayuda.-  Golpeó con sus talones los costados de su montura y comenzó la marcha esperando el resto se le reuniese pronto.