Partida Rol por web

La doctora levantó la mirada unos instantes mientras te escuchaba. Sonrió ligeramente al ver como te mordías el labio inferior pero no dijo nada y volviendo a agachar su cabeza entre tus piernas continuó con la exploración.

Al mirar en dirección hacia la guardia, viste que ésta estaba tratando de mirar, con tedio, a través de la ventana enrejada. A través de esa ventana se podía ver algo de iluminación.

Sentiste un ligero pellizco en tu vagina que te devolvió nuevamente a la realidad. Al volver a mirar viste como la doctora sacaba algún tipo de muestra de tu tejido vaginal. Te miró un instante a los ojos y con un guiño volvió a introducir sus dedos explorando otra zona más interna de tu vagina.

Al ver como me miraba mostré una sonrisa, pero no dije nada más, no hacía falta y luego asentí y fui a por mi ropa, que al menos, no tenía que cargar con mis botas que cada una de ellas ya pesaba más que todas mis prendas juntas y eso que iba con vaqueros.

- Eso ya me lo han hecho alguna vez.. es en lo que te miran los huesos ¿ no? - Pregunté de nuevo mientras la seguía. - Una vez me rompieron dos costillas y me hicieron radiogradías.. creo. ¿ Es eso que se ve tus huesos y todo negro alrededor, no?

Seguí a la doctora mientras preguntaba. Al final, no me caía tan mal y hablar con alguien me entretenía, además, que aunque fuera algo que tampoco se lo hubiera dicho a nadie, siempre había querido aprender cosas, aunque no es que me llamara la atención ser médico ni nada de eso. Me conformaría con poder hacer mis propias partituras.

Entraste en la sala. La doctora se encontraba terminando de rellenar una ficha. Levantó la mirada y asintió con la cabeza. Detrás tuyo se escuchó la puerta cerrarse. Al girarte viste a la otra guarda, la grandota, apoyada, con los brazos cruzados y mirándote con frialdad.

- Bien Xènia. Primero quiero que te quites cualquier cosa metálica que lleves y la dejes allí... Ya sea piercings, colgantes, pulseras.... Lo que sea. Después te quitas la ropa y te estiras sobre la camilla. - Te dijo con una sonrisa en sus labios.

Para las chicas que quedaban en la sala, la espera se hacía eterna. Al cabo de otro buen rato volvió a salir la mujer nuevamente con el portafolios en la mano.

- Laia Casademunt - Dijo y esperó a que la joven entrara en la sala.

- Así es... Es como si se hiciera una foto con rayos X a tu esqueleto... Hacemos todas estas pruebas para comprobar vuestra salud, y no llevarnos sorpresas... No sería la primera vez que alguien intenta introducir algo metido en su ano. - Te dijo poniendo los ojos en blanco. Entrasteis en la otra sala, que al igual que la primera tenía una puerta al fondo.

En medio de la sala había una máquina con una especie de tabla/camilla. - Estírate allí. - Te dijo la doctora señalándote la fría tabla. Sentías tu piel de gallina, llevabas rato completamente desnuda y el frío había ido calando en ti.

En realidad que éramos delincuentes o considerados como tal ya lo sabía, así que no me sorprendió escuchar lo de que la gente había intentado acceder a este lugar con algo " metido en el culo ". Sonreí y estuve tentada a hacerle otro chiste de mal gusto, sobre las pocas cosas que dejaba entrar en mi trasero, pero entonces me di cuenta de que eso no la haría gracia y volvería a mirarme mal, así que con toda la piel erizada debido al frío me tumbé en aquel lugar, que no sabía si llamar, mesa, tabla, camilla o cómo y esperé quieta mirando a mi alrededor.

- ¿ Tendré que dormir en una habitación llena de chicas verdad? - Pregunté por curiosidad y por seguir hablando, ya que seguía manteniéndome ocupada y eso me hacía no tener que pensar en muchas cosas horribles que me venían a la cabeza desde que había entrado en este sitio.

Al escuchar mi nombre me levanté. Miré con el rostro pálido a las dos chicas que quedaban en la sala...

- Hasta luego, chicas... - Dije flojito, antes de entrar en la sala. El dolor de cabeza se me había pasado un poco, pero ahora sentía náuseas. Los nervios me estaba hanciendo una mala jugada.

La doctora al principio no te contestó. Estaba centrada tocando algo de la máquina y colocando la parte de arriba en posición. Cuando ya pareció satisfecha te miró pensativa.

- Sí, las habitaciones suelen ser de seis personas... Supongo que os colocarán en la misma, pero no me lo han confirmado. Bien, cielo, ahora cuando te diga aguantas la respiración... - Te dijo y se fue detrás de una especie de protección. Esperaste unos minutos, te encontrabas en aquel momento sola, sintiendo el frío de la tabla atravesando tu piel...

- Ahora... - Llegó su voz algo amortiguada.

- Pues menuda mierda.. - Fue todo lo que pensé aunque por la cara que puse por su respuesta ya lo pudo deducir ella misma. - A este ritmo acabo haciéndome lesbiana sólo para poder divertirme un poco.

Volví a asentir de nuevo con eso de que me estuviera quita y cuando escuché aquel aviso contuve la respiración, quedándome lo más quieta que había estado en la vida y esperando que no tiviera que estar así demasiado tiempo ya que no me gustaba mucho la sensación de sentir que me estaba ahogando. Eso tampoco es que me trajera demasiados buenos recuerdos.

Comenzaba a creer que nada sería bueno en ese lugar y que conseguirían amargarme la vida de ahí a que pudiera salir.

Fue tan sólo unos pocos segundos, en seguida la doctora te dijo que podías respirar, y repitió la operación un par de veces más. Haciendo radiografías de varias partes de tu cuerpo. Una vez quedó satisfecha del resultado volvió a tu lado.

- De acuerdo, ya hemos terminado... Te puedes vestir. - Te dijo sin apartar la mirada de ti, esperando a que te vistieras...

Me sentí un poco observada cuando me dijo que me vistiera, pero suponía que estaba pensando que podía cogerle cualquier cosa o algo así así que volví a sumirme en mi nutismo, quizás un poco triste y pensativa y cuando terminé de vestirme y me volví a quedar descalza sobre el suelo me miré los pies.

- Creo que si no me calzo pronto no sentiré los pies nunca más.. - Dije agradeciendo elc alor de la ropa sobre mi cuerpo, pero el problema era que aún setnía más frío en los pies.

La doctora miró hacia tus pies, pareció darse cuenta en ese momento de que no llevabas ningún tipo de calzado.

- ¿Qué ha pasado con tu calzado? - Preguntó extrañada. - Espera un momento. - Dijo enseguida, sin esperar la respuesta. Fue nuevamente a la primera consulta y volvió a los dos minutos con una especie de zapatillas de papel.

- Colócate esto en los pies. Pero... ¿Dónde están tus deportivas? - Esta vez sí espero respuesta.

Me encogí de hombros antes de responder y pude cara quizás un poco de enfado, pero no por ella.

- Si me dicen que tengo que traerme unas deportivas, pero no me dicen que me las tengo que traer puestas, es como un poco confuso. También tenía que venir con un chandal y unos vaqueros y no me he puesto todo a la vez ¿ no? - Mi razonamiento era totalmente lógico para mi cabeza, aunque sabía que seguramente si se lo dijera al que había hecho esa nota se enfadaría y me diría algo así como que me estaba pasando de lista. - Es que estoy acostumbrada a ir con botas y ir sin ninguna clase de tacón o medio-plataforma hace que me duelan los pies y la espalda.. bueno, da igual, no creo que a nadie le importe demasiado nada de eso siempre y cuando me ponga laz zapatillas sin protestar..

Me quedé esperando a ver qué era lo siguiente que tenía que hacer, no quería discutir con nadie y menos en esos momentos, que me sentía hasta susceptible, aunque no supiera ni que significaba tampoco esa palabra.

- Al menos espero que no se queden con mi guitarra..

Kay frunció el ceño al sentir el leve pellizco, y miró con esa expresión a la doctora, preguntándose para qué diablos querían una muestra de ahí...

Cuando sus miradas se encontraron, Kayla no pudo evitar pensar que era cierto que a la doctora le divertía hacer eso...
Miró a la gorila, la cual estaba distraída, para luego volver a mirar hacia la doctora, justo en el momento en el que volvía a meter sus dedos dentro...

Alzó una ceja y señaló con malicia:

-¿Es que aún no tienes suficiente...?-aunque era algo difícil aguardar las apariencias con ese tipo de "exámenes". Se preguntaba si tardaría mucho aún... La sensación desde luego era rara...

Crispó los puños para controlarse y no hacer nada que estuviese de más. En ese preciso momento no podía discernir si sentía rabia, placer, o ganas de jugar, así que lo mejor era intentar controlarse.

Buenas. 

Saludó la morena al ver a la doctora, la miró desconfiada un momento, pero la verdad es que no le pidió nada que no se esperaba... aunque deseaba que no le hicieran quitar permanentemente los piercings; de todas formas, había dicho "metálicos", así que se llevó la mano a la nariz para quitarse el brillante y al ombligo para quitarse el hierro de allí, en la lengua y en el ombligo llevaba la vara de plástico para el desgaste de los dientes, así que genial. Los anillos y las pulseras no pasaban, así que las dejó encima de la mesa, igual que el colgante. 

Después se desvistió con pereza y finalmente, con algo de timidez se sentó en la camilla, visiblemente incómoda por la presencia de aquella guarda... ¿se pensaban que se le iba a tirar a la doctora a la yugular? 

- Ahora lo entiendo... Cielo, aquí no permiten que se lleve según qué tipo de ropa... Ya te irás acostumbrando. Pero no te preocupes que ya te darán algo. - Te dijo la doctora con una sonrisa en sus labios. Mientras te vestías cogió un teléfono que había en la pared e hizo una llamada.

- ¿Julia? Sí, ya puedes venir... - Escuchaste como decía a la persona que se encontraba al otro lado del auricular. Colgó el teléfono y volvió a mirarte.

- Ahora espera en esa sala de allí que vendrán a buscarte. - Te dijo señalando la puerta del fondo.

- Si, ya está... Tenía que extraer un poco de tejido. - Se excusó la doctora levantándose del taburete. Viste como en el potecito donde había colocado la muestra de tejido colocó una etiqueta y lo dejó junto a otro bote.

- Ahora vamos a la sala de allí que he de hacerte unas radiografías. - Te dijo señalando hacia la puerta del fondo. Se encaminó hacia allí, y esperó a que la siguieras. - Coge tus cosas - Te comentó antes de que fueras para allí.

Cuando estuviste estirada en la camilla, la doctora se levantó de su silla y se acercó.

- Cielo, tienes que quitarte también ese piercing, y si tienes alguno más, hazlo. - Te dijo señalando el que tenías en el ombligo. La mujer esperó pacientemente a que te los quitaras para empezar el reconocimiento médico.

Por mucho que quisiera creerme eso en realidad no podía y mi estado de ánimo había vuelto a decaer de forma drástica, como solía hacer de vez en cuando, siendo al reina de los altibajos emocionales.

- No creo que pueda acostumbrarme a estar encerrada.. - Respondí a sus palabras con todo lo apesadumbrada que podía estar.

Luego simplemente asentí al hecho de que debía esperar buena y con mis nuevos " zapatos " salí a la sala que me indicaba y me apoyé en una pared en silencio, simplemente para esperar.

Seguramente, si un sicólogo se hubiera pasado el suficiente tiempo examinándome, diría que mi único problema era que nunca había tenido a nadie que me prestara la más mínima atención, prácticamente desde el día en que nací y seguramente, que tenía alguna especie de trauma debido a lo que pasaba en mi casa cuando comencé a ser medianamente consciente de las cosas. Pero como ocurre en la mayoría de estos casos, yo no era consciente de todo aquello y simplemente me sentía sola y mal y que me hicieran recordar no contribuía demasiado a que estuviera mejor.

Pero son de vara de plástico...  - replicó con un suspiro. - ¿Podré volver a ponérmelos? 

Esperó que no tardaran demasiado, el agujero de la lengua se cerraba con mucha facilidad, y era su favorito... aunque se estaba haciendo a la idea de que no iba a poder volvérselos a poner hasta que salieran de allí... hizo cálculos rápidos del precio, sin poder evitar un suspiro.