Partida Rol por web

Dejé escapar el aire de mis pulmones, pues estaba viendo lo que nos iba a tocar al día siguiente.

- Entonces tendréis que moveros vosotras, porque a mí posiblemente o me castiguen y me aislen o... - No dije nada más pues me parecía que el resto ya se sobrentendía.

- Hemos bajado hasta los sótanos después de volver a ver a la chica fant... a tu prima... - dije porque me parecía más correcto corregirme que sonaba menos fuerte lo de llamarla fantasma. - Tienen una cámara de seguridad apuntando a una puerta de esas electrónicas en las que hay que meter un código. Os tocará averiguarlo y ayudarnos.

Seguramente aquella noche fuera la última en la que dormiría en una mullida cama, o todo lo mullida que podía ser aquella, así que me quité la ropa y me metí en la cama, más que con miedo, con resignación.

Según Erika iba explicando lo que habían descubierto, Diana asentía con un gesto de cabeza.

- Sí, eso es lo que encontré... Pero no me fijé en la cámara. Qué raro... Bueno, cuando estaba mirando esa puerta fue cuando me descubrieron y me... me encerraron - . Les explicó de forma algo entrecortada. Aquellos recuerdos todavía le ponían los pelos de punta...

- Puse varios números al azar antes de que me descubrieran. Pero ni idea de cuál puede ser el código... - La joven había palidecido levemente. Casi no tenía esperanza de encontrar a su prima.

Me parecía bien que hubieran escuchado mis palabras, pues yo ya me daba por jodida, pues no tenía mucha posibilidad de escaquearme de mi " cita " con el director al día siguiente.

- Pues ya sabéis lo que tenéis que buscar, sobretodo si yo no vuelvo a aparecer...

Las sábanas estaban un poco frías, pero agradecí el meterme en la cama pues me había quedado tan sólo el camisero, que dormía bastante más a gusto y así, me quedé mirando a alguna parte del techo, aunque no lo mirara.

- Esto es como haber acabado en el puto infierno... - Suspiré tras aquellas palabras.

No había mucho más de lo que hablar así que me di la vuelta, quedándome tumbada en posición fetal y esperando que me invadiera el sueño.

Tras aquel largo día, finalmente las chicas se sumieron en un sueño profundo e intranquilo. Estaban tan dormidas que no escucharon como la puerta se abría. Tampoco fueron conscientes de los movimientos que hubieron en el dormitorio... Las chicas dormían profundamente...

Como cada día, a las 8 de la mañana sonó la alarma para despertar a todo el mundo. Al abrir los ojos sintieron la luz del sol que iluminaba parcialmente el dormitorio... 

Se incorporaron, todavía medio dormidas, y poco a poco empezaron a darse cuenta que allí faltaban cosas. Al mirar más detenidamente fueron conscientes de que se habían llevado las pertenencias de Xiana, de Kayla y de Xènia...

Abrí los ojos de forma pesada, lógicamente porque por mi parte habría dormido unas cuantas horas más y me picaban los ojos incluso cuando los tenía escasamente abiertos todavía.

Muy perezosamente me incorporé en la cama y me puse de pie cogiendo mis cosas dispuesta a coger las cosas para ir al baño y ya casi las tenía todas en los brazos, cuando fui consciente de que algo había cambiado a mi alrededor. Me quedé ahora sí, con los ojos bien abiertos mirando cómo habían desaparecido las cosas de las chicas.

- Malditos cabrones de mierda! Ojalá se mueran todos retorciéndose entre sus propios vómitos...! Cerdos hijos de de puta!

No reprimí mis tacos, a fin de cuentas, yo contaba con ser la siguiente, pero eso no quería decir que no pensara que eran la peor escoria que uno de podía echar a la cara.

Kelly se levantó ante el grito de Erika, asustada y con el corazón a mil. Se dió cuenta del motivo de sus gritos y suspiró pesadamente.

Ya lo dijo ayer Lucía, que recogiésemos todo que se llevaban sus pertenencias. Me gané un buen guantazo de pezuña de cerdo por preguntar dónde se las habían llevado. Sonrió recordandolo.

Creo que tenemos una cita con el director... Dijo levantándose y empezando a vestirse y asearse a Erika.

Me quedé unos instantes pensando en dónde debía de estar yo cuando pasó aquello, pues creía que eso no lo había vivido, ni visto, ni nada parecido, pero la verdad, era que a veces, sobretodo desde que estaba en aquel lugar, comenzaba a ser difícil darse cuenta de cuándo lo que sucedía a tu alrededor era verdad y cuando no.

Eso sí, de que me habían cortado el rollo un montón de veces era consciente y me jodía mogollón.

- Pues no sabía nada...

De todas formas, por mucho que las deseara lo peor del mundo a aquellas guardias y a todo lo que trabajara en aquel lugar, estaba claro que no iba a cambiar las cosas así que me vestí y me arreglé lo suficiente para salir de la habitación e ir donde nos habían citado.

- Menuda jodienda de mañana...

Diana se levantó y también se dispuso a vestirse. Se sorprendió al escuchar los improperios de Erika, pero al mirar en la dirección que lo hacía la chica, descubrió lo que le había alterado. Se encogió de hombros y se quitó el pijama para ponerse unos vaqueros y un jersey algo grueso. No era la primera vez que vivía una situación semejante. Quizás por eso no le sorprendió tanto como lo había hecho a las otras dos chicas.

Cuando Erika y Kelly estuvieron listas, salieron para dirigirse hacia el despacho del director.

Llegaron ante la puerta y tras llamar una voz femenina les dijo que podían pasar. Al entrar vieron a una mujer atractiva, que sentada tras un escritorio las miró con curiosidad.

 - Buenos días... ¿Qué hacéis aquí? - Preguntó enarcando una de sus perfiladas cejas. Las chicas pudieron ver como con disimulo escondió la lima de uñas con la que hasta entonces había estado jugueteando.

Me quedé un poco flipada al ver cómo trabaja aquella mujer, que más que alguien que currara en " la casa de los horrores " parecía una tía arrancada de las páginas centrales de la playboy. 

- Vamos no me jodas... si hasta se estaba limando las uñas... - No supe ni como contuve el resoplido que estaba asomando a mi boca al ver a la pija de turno.

De todas formas, casi tenía ganas de que aquello terminara cuanto antes, así que contuve mi lengua, que siempre me metía en muchos jaleos sin querer y me encogí primero de hombros, antes de responder.

- Nos han dicho que viniéramos al despacho del director, lo que ya no sabemos es para qué...

Más claro, agua.

Kelly se quedó flipada. ¿Cómo les hacía aquella pregunta? Le dieron ganas de decirle: Por nada, venga, hasta luego. Menuda falta de comunicación había en aquel lugar. Pensaba que la guardia ya le habría comunicado a la directora para que se hubiese preparado una buena charla, o en aquel caso, que les hubiese hecho un agujero junto a las demás desaparecidas.

Se limitó a asentir, apoyando a Erika.

La mujer, con una mueca de hastío en sus labios, se irguió y buscó unos papeles que se encontraban sobre el escritorio.

- A ver... Erika Valle y Kelly Ceres. Sí, aquí estáis... - Enarcó una ceja mientras leía lo que ponía en ellos. - El director hoy está muy ocupado... Ya os hará llamar a su debido tiempo. Ahora si hacéis el favor, id al comedor que todavía llegaréis tarde al desayuno... - Dijo dejando nuevamente los papeles y echándose hacia atrás. - Y por favor, cerrad la puerta cuando salgáis... - Terminó diciendo mientras hacía un gesto con la mano indicándoles que se largaran de allí...

- Tócate los huevos! Primero que vengamos y ahora que nos llamarán... - Negué con la cabeza y luego miré a Kelly antes de suspirar sonoramente, casi resoplando. Me parecía que me había levantado del mismo mal humor con el que me había acostado, o aún peor, porque no me había llevado aún nada al estómago y tenía un león ahí dentro que no paraba de rugir.

- Vale. Te dejamos con tus uñas.... - Me di la vuelta pasando de decir nada más y saliendo de aquel despacho de nuevo al pasillo, esperando fuera a Kelly para ir al comedor. Al menos, tenía derecho a mi último desayuno.

Mientras me quedé allí de pie pensé en cuánto me apetecía fumarme un cigarro y en todo lo que echaba de menos aquella guitarra que venía a ser mi única posesión y luego simplemente sacudí un poco la cabeza, pensando de nuevo de manera resignada que cuando me hicieran desaparecer para enchufarme a alguna parte ya no me harían falta ni la música ni mis pulmones...

Kelly salió igual de malhumorada que Erika.

Uff.. que rabia... ¿por qué coño no se ponen de acuerdo? ¿Nos están haciendo sufrir la espera o que? Si van a eliminarnos como a las demás, que lo hagan ya... Dijo no en voz muy alta, pues a pesar de que la puerta estaba cerrada, tampoco quería que lo oyese nadie más.

Anda vamos al comedor... que me muero de hambre... Dijo esperándola para ir allí.

Salí de aquel lugar con esa expresión de asesina a sueldo que ponía siempre que estaba malhumorada, aunque viendo lo que había, seguro que se me terminaría quedando aquella expresión para todo, pues cuanto más tiempo llevaba allí dentro más cuesta arriba se me hacía todo.

- Sí, será mejor que vayamos a comer algo... - Suspiré de forma apenas audible antes de ponerme a caminar en silencio hacia el comedor, metiendo mis manos en los bolsillos y bajando la cabeza como si no quisiera ver a nadie.

Lo peor de todo, era que después de lo que había visto anoche empezaba a creer que por mucho que hiciéramos, no podríamos salir de allí.

Al final, lo mejor hubiera sido dejar que el orangután que quería violarme en aquel bar lo hubiera hecho y punto.