Partida Rol por web

Aquel coche... Había sido su perdición.

Leo salió del hospital, todavía algo magullado, pero bastante recuperado. Y le llevaron a una casa de acogida mientras duró el juicio.

Nadie salió en su defensa. Las pruebas eran condenatorias y según la abogada de oficio, con que hubiese tenido tan sólo una persona que hubiera testificado en su favor, quizás le podrían haber absuelto.

Pero en su trayectoria, tan sólo había conocido mala gente. Y nadie salió... La sala se mantuvo en silencio y el juez finalmente descargó el martillo condenándole...

Pasaría un año en el reformatorio Black Tears, y después, dependiendo de su conducta le harían un nuevo juicio. Tenía un largo año por delante, para demostrar que era un buen chico. Esas palabras se las dijo la asistenta social, quizás parecían pesar más que la propia sentencia...

Ahora, Leo se encontraba sentado sobre la cama que le habían dejado. Aquella noche dormiría otra persona allí, pero... ¿Qué importaba?

El reloj marcó las 14h, la asistenta le había indicado que pasarían a recogerlo a las 14:30h.

Sobre la mesa se encontraba una hoja de papel, en la que venía reflejado el material que le permitirían llevar...

   1 - Dos chandals

   2 - Cuatro camisetas, preferiblemente oscuras, sin ningún tipo de dibujo.

   3 - Cinco mudas 

   4 - Dos tejanos

   5 - Dos jerseis

   6 - Un par de zapatos deportivos

   7 - Chaqueta de invierno

   8 - Cepillo de dientes

   9 - Cepillo cabello

  10 - Únicamente un objeto personal.

Las pertenencias serán revisadas al ingresar en el correccional. Cualquier cosa fuera de esta lista será devuelta a sus responsables.

 Leo sonrie pensando en las palabras de la asistencia social

Buen chico...solo ser un buen chico

Niega con la cabeza mientras se levanta hacia la nota y en su petate va metiendo sin doblar la ropa que debia llevar.

Un objeto personal....

Tenia varios, la verdad, pero ninguno le serviria mas que si Zippo, el tabaco era su perdicion, pensando en ello saca una cajetilla de Chester del bolsillo trasero de su pantalon, algo aplastado de haber estado sentado sobre, con mala cara mira uno de lo pitillos arrugado, lo estira un poco pasandolo por entre sus dedos, y alisandolo, aluna mejoria habia tenido, lo pone en su boca y lo enciende. Aquel Zippo, corresondia auna chica, Jamas olvidaria esa noche..

Alemania, Metallica, tabaco, alcohol y Jessie. Buena noche si señor....

Luego al guardar el zippop, coge el movil...

Quizas debiera llamarla...

La idea se esfumo de la cabeza, no podia pensar en ella, ahora lo iban a encerrar como un perro. Quizas mas tarde...Guarda el Zippo en su pantalon y el movil en el otro, por su acaso le dejaban introducirlo. Quien sabe...

Listo, ya pueden encadenarme..

A través de la ventana se escuchaba el sonido del viento. Aquella mañana se había levantado bastante fuerte. Las ramas de los árboles parecían bailar algún tipo de danza algo macabra.

Leo ya había repasado la cosas, parecía que no se dejaba nada. Los minutos pasaban lentamente. Miró varias veces el reloj... Las 14h... Las 14:09... Las 14:13... Pero... ¿Aquí no pasaba el tiempo?

Fuera, en el pasillo, se escuchaba el sonido de la gente que volvía a sus dormitorios. Era la hora de la siesta y en ese lugar parecía que lo cumplían.

Las 14:20... Cada vez se acercaba más la hora...

Las 14:22... Llamaron a su puerta, y sin llegar a levantarse para abrirla, una joven policía asomó por ella.

- ¿Leo Vazquez? -

 - Si soy yo.

Leo alza una ceja mirando a la poli de arriba a abajo.

Pues no está nada mal

Apaga su cigarrillo en un cenicero lleno de colillas, habia fumado mas de la cuenta, los nervios le podian, e ir a un reformatorio no era lo que mas quisiera en el mundo.

- ¿Eres tu la que vienes a llevarme?

Pregunta cogiendo el petate y echandolo sobre su espalda, esperando la respuesta de la joven y preciosa policia, pero no sonrie, no la mira lascivo, solo le habia llamado la atencion.

La joven policía mira a Leo con frialdad. En su trabajo sabía que tenía que guardar las distancias, no sería la primera vez que algún joven había intentado propasarse con ella.

Estudió durante unos segundos a Leo, y viendo que no parecía violento, asintió con la cabeza.

- Mi compañero y yo nos encargaremos de acompañarte a Black Tears. Ahora, si me acompañas. - Dijo apartándose de la puerta y dejando pasar a Leo. Nunca se pondría delante de ningún detenido.

Leo camina hacia hacia la puerta con su pepate acuestas. Y sonrie a la poli al cruzarse en su camino:

-Vamos a tardar mucho? podria hacer una llamada con mi movil mientras llegamos? No será demasiado tiempo

Deseaba llamar a Jessie, debio llamarla antes, asi le diria el porque de su ausencia durante tanto tiempo.

-Estara enfadada conmigo?

La mujer se encogió de hombros. Su trabajo era acompañar al joven, pero siendo menor de edad tenía más libertad. Asintió con la cabeza mientras acompañaba a Leo al exterior.

- Si quieres puedes llamar. Nosotros sólo te acompañamos a Black Tears. Una vez allí ya te marcarán sus reglas. - Respondió mientras salían del centro. Fuera un coche de patrulla les estaba esperando. Apoyado en éste se encontraba un joven policía que al ver salir a los dos, abrió la puerta invitando a Leo para que entrara.

 Leo con paso firme echa el petate dentro sin ningun cuidado, y se saca el movil, tirando el cigarrillo al suelo y pisandolo, mientras echa el humo entra en el coche y busca el numero de Jessie en su agenda. Hacia poco tiempo que habia estado con ella, otra de esas maravillosas noches como la de Alemania, ella sabia a que se dedicaba, no le habia ocultado nada, lo sabia todo sobre él. Quizas la unica que lo conocia al completo. Quizas no era amor lo que sentian, pero al menos se acompañaban en noches de soledad y se daban algo de consuelo. Ahora estaria un año separado de ella y Leo pensaba que seria bueno avisarla, o si no se enfadaria aun mas si no la avisa.

El telefono se dirige hacia su oido , suenan los toques, no sabia porque se estaba poniendo algo nervioso, volveria a escucharla, lo necesitaba.

Tummmmmm....1...tummmm.....2

Mientras suena se aposenta bien el asiento trasero del coche patrulla. Y se acomoda para hablar tranquilamente con Jessie.

Después de varios toques, finalmente una voz infantil se escucha al otro lado del teléfono...

- ¿Quién es? -

- Diana, ¿cuantas veces tengo que decirte que no cojas mi teléfono? - La voz de Jessie se escuchó de fondo, y tras el sonido de unos reniegos la joven contestó...

- ¿Sí...? -

 Leo rie ante la refriega de Jessie con Diana. Como habia echado de menos aquello, pero luego la voz de Jessie aparece tras aquel telefono, y suspira.

- Hola Jessie, Soy Leo. como te encuentras?

¿que estupideces preguntas?¿que como esta?¡como un queso!

- Solo te llamaba, para decirte que posiblemente no nos veamos, en ...bastante tiempo a no ser que vengas a verme...yo..bueno...en el ultimo curro, me pillaron, estoy direccion al reformatorio Black Tears. Y bueno, yo...

Diselo...

- Bueno, que espero que podamos hablar mas cuando esté dentro, aprovecharé las llamadas que tenga, si tengo alguna para llamarte, si no te importa.

Cobarde.....podrias haberle dicho que la echabas de menos y que la echaras de menos, estupido!!!

Leo espera a escuchar la voz de Jessie.

- ¿Leo?... - La voz de Jessie sonó lejana, demasiado lejana para el gusto del joven. Mientras Leo se intentaba explicar, Jessie se mantuvo en silencio, esperando...

- Joder, Leo... Mierda... Pero ¿como ha sido? ¿Y por qué no me has llamado antes? Hacía días que no sabía de tí... -

El coche ya se había puesto en marcha, y la agente de policía iba echando miradas de soslayo. La voz de Jessie volvió a escucharse tras unos segundos de silencio, parecía que la joven estaba asimilando la información.

- Mierda, ya te vale... Eres imbécil, joder... - Su voz sonaba algo ronca, como si intentara mantener la compostura y sus sentimientos le estuvieran haciendo una mala pasada.

 - Jessie, tranquila ¿vale?, fue el coche de la Gumble, hermosa, era lo normal, Pero que...que..

¿Seras capaz ahora?

- Te juro que te llamaré mas a menudo, estuve en el hospital, y no desperte hasta ayer, y...por favor, no te enfades. Tenia miedo a tu reaccion...estaré durante un año en el reformatorio.

Leo carrapea, como siempre hacia cuando mentia, y Jessie lo sabia, sabia que ocultaba algo que no queria decirle, o simplemente que no sabia como decirlo.

Estaria un año, un año que no podria disfrutar con Jessie, de esas noches, de sus besos y sus caricias. Suspira.

Siempre vas a ser un cobarde con ella...u.u

Por un momento pareció que Jessie había colgado. Pero finalmente un suspiro escuchado al otro lado de la línea, le dio la pista al muchacho, de que la joven todavía continuaba allí.

Al cerrar los ojos, y escuchar su suave respiración, casi podía sentirla a su lado. Sólo tendría que alargar su mano para poder tocarla... Pero la realidad era tan diferente...

- ¿Me prometes que me llamarás? - Preguntó finalmente. Su voz sonaba a lágrimas contenidas.

 Leo sonrie y suspira casi conteniendo él tambien las lagrimas. La echaria tantisimo de menos que su corazon ahora lo tenia en un puño, una ahogada voz sale de su garganta intentando decir algo, pero no le sale. 

Tose, recomponiendose un poco, e intentando mostrarse fuerte ante la pasma y Jessie:

- Te llamaré, te lo juro, yo....

Diselo imbecil, ahora ! YA!!!

- Jessie...yo....te echaré de menos, te... - traga saliva - Te..quiero

Queda en silencio total, aguantando la respiracion casi instantaneamente y sin quererlo lo habia dicho, queda quieto, mirando a los polis y luego por la ventana, esperando que Jessie le contestase, y que por favor..no se enfadara o le colgara.

- Leo, ¿por qué? ¿por qué has esperado a este momento para decírmelo? - Ahora ya estaba claro. Aunque Leo no pudiera verla, sabía que la joven estaba llorando.

Los agentes hicieron como que no estaban escuchando nada. La mujer miraba por la ventanilla con el ceño fruncido, y el hombre conducía con la mirada al frente. De vez en cuando lanzaba alguna mirada fugaz hacia atrás a través del retrovisor.

Al otro lado de la línea se escuchó un suspiro profundo. Era Jessie que durante unos instantes se había quedado en silencio.

- Mierda, también te quiero... Pero no sé si lo nuestro funcionaría... - Por su tono de voz, se notaba que la joven estaba bastante afectada. - Leo, te pasas tiempo sin llamarme, y cuando de repente te acuerdas... Me llamas y me sueltas eso. ¿Qué puedo pensar? - 

- Puedes pensar que no tuve agallas, que mi "trabajo" no era el adecuado para darte un vida digna, quizas el reformatirio me sea la salida para poder ofrecerte algo mas. Pero...se que es muy tarde...soy un imbecil. Olvida lo dicho preciosa...ya...te llamaré.

Leo no podia contenerse, la queria, pero habia sido un imbecil por no decirselo antes, sabia su error, pero...deberia haberselo dicho antes.

- Solo me dejan tener un objeto personal, intentaré que sea el movil para hablar, si asi lo deseas, no quiero hacerte daño, y se que ya lo estoy haciendo, Jessie, pero no por ello dejare de sentir lo que siento, debi decirtelo....

El joven mira alos polis intentado susurrar lo maximo posible, no queria dar a ver su debilidad, pero ¿que mas daba?¡a la mierda los polis!

- Te pediria que me esperases Jessie, pero no me lo merezco.

Leo no era el mismo, habia abierto su corazon, la primera vez que lo hacia, y Jessie lo sabia, sabia que Leo era frio y no daba a ver lo que guardaba en su interior. Aquello era de lo mas raro.

Un suspiro al otro lado de la línea... Leo esperaba con el corazón en un puño. Nunca hasta ese momento se había atrevido a declarar así sus sentimientos. Pero... ¿Sería demasiado tarde?

Las calles pasaban ante sus ojos. El joven las miraba pero sin ver nada. No se dio cuenta de la pobre anciana que recogía cartones de un container para poder pasar la noche. Ni tampoco supo apreciar la risa de un niño cuando su madre le entregó esa piruleta tan ansiada... Leo tan sólo estaba atento al otro lado de la línea, donde la respiración de la joven era la muestra que necesitaba para saber que todavía continuaba allí.

- Esperaré... - Llegó finalmente la ansiada voz de Jessie. - Dios; te quiero, ¿vale...? - Aunque no podía verla, sabía que entre sus lágrimas una hermosa sonrisa asomaba a los labios de la joven.