Partida Rol por web

El hombre te zarandea con fuerza y mientras, ves horrorizada como le sale saliva de su boca.

- A MI NO ME GRITES HIJA DE PUTA!!... - Te hace bastante daño... Mientras dice eso te da un reves con la otra mano libre.

Sales al patio, ese no era uno de tus mejores días. Al menos compruebas agradecido que ha parado de llover, eso sí, hace bastante frío y el suelo está mojado.

Respiras profundamente, sintiendo la humedad del ambiente. Hasta allí te llega el olor a la naturaleza que rodea el reformatorio...

Miras a tu alrededor y puedes ver a uno de los lados a Xènia. Uno de los guardias, te suena que su nombre es Raúl, la tiene cogida del brazo y le grita, tras eso le da un revés...

A MI NO ME GRITES HIJA DE PUTA!!... -

Llegas a escuchar...

Mis ojos no podian creer lo que estaba viendo. Una mujer siendo golpeada por un hombre. Esto no lo podia permitir.
Me acerque con tono amenazante una furia irrefrenable entro en mi entonces caminando de a pasos largos golpeo al guardia en la nariz. 

A una mujer no se la golpea.. 

Comienzo a desquitarme con el y a golpearlo no podia parar de pegarle. Algo me incitaba a hacerlo una y otra vez. Parecia que la persona buena que habias visto alguna vez habia perdido la cabeza.

Xènia suelta un chillido apartando la mirada mientras es zarandeada... Lo que menos se esperaba era aquel bofetón, con absoluto odio lo miró. No le había pegado ni su padre, ¿¡y tenía los santos cojones de pegarlo aquel hombre seboso!?

¿¡Pero qué te...!? -pero antes de poder terminar de responder, otro chico se balanceaba sobre el gordo y empezaba a pegarlo.

Alucinada y horrorizada a la vez, Xènia tardaba en reaccionar, y cogía al chico del brazo.

¡Para! ¡Para! -le gritaba intentando apartarlo...Se iba a meter en un buen lío, y Xènia no podía dejar de pensar en ello... Mientras su mirada buscaba nerviosa a alguien, no para pedirle ayuda, todo lo contrario, para que no hubiera testigos... 

Sebastian pareció haberse vuelto loco, empezó a golpear a aquel guardia una y otra vez. Pero Raúl era una persona muy obesa y tenía bastante fuerza. El hombre hizo una mueca de dolor al sentir el fuerte golpe en la nariz pero se apartó unos pasos y sacó su porra, con ella empezó a su vez a golpear a Sebastian. 

- ¡Qué te piensas niñato de mierda! - Le gritaba mientras golpeaba. El joven pudo sentir como uno de los golpes le dió en el brazo, haciéndole sentir un dolor de mil demonios. Otro le golpeó en las costillas y un tercero fue a dar en su pierna derecha. Raúl finalmente se detuvo y miró a Xènia, un hilo de sangre corría por su cara, cayendo desde la nariz. - Tú, vuelve a la sala común, y tú te vienes conmigo. - Dijo dirigiéndose finalmente a Sebastian.

 Me cai al piso y me agarraba el brazo y las costillas. Pero al menos no le habia vuelto a golpear a Xenia.

Trate de reincorporarme pero me costaba caminar. El golpe de la pierna me molestaba mucho. Sin embargo acompañe al guardia hacia donde el queria llevarme.

Le di un ultimo vistazo a xenia mientras me iba.

¡No! -pero tampoco se atrevió a hacer nada por Sebastián...

Miró nerviosa y furiosa al guardia, le devolvió la mirada a Sebastían... Y se fue corriendo a buscar su psicólogo de charlas, ya que era el único que parecía que los escuchaba allí... Más valía que escuchara primero la versión de Xènia antes de la del gordo seboso.