Sigues caminando entre los árboles. La luz parece no acercarse nunca, viéndola cada vez a la misma distancia, como si tus pasos te mantuvieran en el mismo sitio. De repente sientes un dolor muy fuerte en el bajo vientre. Al bajar la mirada ves una mancha roja que empieza a extenderse por tu camisón. Duele mucho, como si te estuvieran desgarrando por dentro. Te levantas la prenda y no ves nada, la mancha sigue extendiéndose pero tu cuerpo parece no sufrir ningún daño... Tras unos minutos de fuerte agonía, el dolor parece remitir. Al mirar nuevamente hacia la luz, te das cuenta de que a lo lejos se ve una casa vieja, cuyas ventanas se encuentran iluminadas...
El frio, aquel frio me helaba los huesos, y el pinchazo en mi vientre me hizo caer de rodillas de nuevo en el suelo, mientras la sangre comenzo asustarme, estaba gritando y apretando los dientes de dolor ahsta que levante la mirada y aquella luz... era una casa, me levante como pude apoyandome en los arboles para llegar a ese destino.
Caminabas entre los árboles, el dolor parecía ir remitiendo, pero tus piernas estaban entumecidas debido al frío reinante. Finalmente llegaste a la cabaña y te asomaste por una de las ventanas para poder ver el interior.
Allí dentro se encontraban dos chicos y una chica. Iban como tú, vestidos con unos ligeros camisones blancos. Se encuentran sentados en unos amplios sofás, con las miradas perdidas, observando las cálidas llamas de una chimenea. Dentro parece que el ambiente está caldeado.
La chica se levanta, y se acerca al fuego para mover un poco los troncos con un atizador. Las llamas se avivan y ella vuelve al sofá. Los rostros de los tres chicos se encuentran pálidos, ojerosos. Te fijas en sus ojos, y por un momento te da la impresión de que sus miradas parecen enteladas, perdidas en algún punto que no llegas a comprender.
Me quede un rato observando sin saber si entrar o no, pues no conocia de nada aquella gente... pero entre el dolor y el frio que me estaba congelando acabe de rodillas ante la puerta llamando con una mano mientras la otra seguia en mi viente, sin poder dejar de mirar si sangraba mas o no pues aquello era peor que una pesadilla.
nena no me aparecen tus post en novedades >.<
Xiana miraba preocupada su vientre. El dolor había remitido y no veía marca alguna... Parecía haber sido un mal sueño si no fuera por los restos de sangre que cubrían su camisón.
Llamó a la puerta, con suaves toques, débiles... Esperó durante un tiempo, parecía que nadie se acercaba. Desesperada, muerta de frío, volvió a llamar.
Al poco la puerta se abrió. Una joven, que por un momento le sonó a Xiana, se encontraba bajo el dintel.
- Oh... Espera, que te ayudo... - Le dijo mientras la cogía por la cintura y la ayudaba a incorporarse. Juntas entraron en el interior de la estancia. Allí el fuego caldeaba el ambiente... Los dos chicos se habían levantado y miraban a Xiana. Laia la acercó a uno de los sillones y la ayudó a sentarse.
Mire a todos confusa mientras caminaba casi siendo arrastrada por esa muchacha que me sonaba pero no caia... - ¿Que...? ¿Que esta pasando...? ¿Donde estamos..? ¿Quienes sois...? - Pregunte sin entender nada, pensando que esto era la peor pesadilla que podia tener seguro, pues cada vez la cosa se volvia mas confusa, mas extraña...
Ahora que el calor empezaba a desentumecer los músculos de Xiana, pudo fijarse mejor en aquellos chicos. Se dio cuenta que eran aquellos que habían entrado el mismo día que ella. A los pocos días dijeron que habían sido trasladados a otro centro...
Decían que la chica, Laia, había sido enviada de vuelta a casa ya que se había demostrado su inocencia. O eso era lo que le sonaba a Xiana, ahora mismo se sentía algo confusa. Los otros dos chicos eran Rubén y David... No había tratado mucho con ellos, pero estaba casi segura de que eran ellos.
Ante las preguntas de Xiana, Rubén la miró enarcando una ceja.
- Bueno, mi nombre es Rubén. ¿Y tú quién eres? - Le preguntó dando signos de no reconocerla...
Los mire aun confusa - Vosotros estabais en el centro... yo tambien... - murmure mirando aquel chico que se me presentaba - Soy Xiana... - Dije en el mismo tono bajo que habia dicho lo anterior, Por suerte el calor del fuego me relajo un poco pero seguia estando en camison y sin entender absolutamente nada de lo que ocurria ni de donde estaba... - ¿Donde estamos? ¿Que ocurre?
Los tres miraron a Xiana extrañados. Por un momento, en los ojos de Rubén hubo un leve destello de conocimiento, pero se apagó tan rápidamente como había aparecido. Negó con la cabeza, sin comprender...
- ¿En el centro? No sé a qué te refieres. - Dijo el joven lanzando un suspiro. - Escucha, no te conozco. Bueno, a ti ni a ellos... Todavía no sé qué hacemos aquí -.
Xiana se dio cuenta que los otros dos chicos asentían con la cabeza.
La joven, que Xiana reconocía como Laia, miró hacia fuera, a través de la ventana. - Yo no recuerdo nada... De repente abrí los ojos y estaba aquí, junto a ellos... -
para tema de posteo, ¿yo recuerdo absolutamente todo? O.o
Ehmmm...
De momento sí ^^
Tranqui, ya te iré indicando xD
- Tu eres Ruben y ella Laia, os conoci en un centro para menores donde nos internaron a todos ayer... Yo soy Xiana... - comence a decir sin entender que estaba sucediendo alli y porque no recordaban nada... - Yo solo se que me fui a dormir y me desperte en el bosque con un fuerte dolor de barriga, lo siguiente que vi fue la cas ay a vosotros dentro... - Termine de explicarme mirandolos.
Los tres chicos miraban a Xiana sin entender a qué se refería. Negaron con la cabeza... Antes de que llegaran a decir nada, la puerta que daba al exterior se abrió de repente. Un golpe de aire entró trayendo el olor a nieve y un frío que conseguía helar los corazones más fuertes.
- Joder que frío... - Dijo una voz masculina y algo cascada. Cuando Xiana se volvió para mirar, se encontró a un hombre mayor vestido de militar. Extrañada miró más allá de él, comprobando como el paisaje parecía haber cambiado. Ya no se encontraba en medio del bosque. Éste parecía haber desaparecido y en su lugar habían altas montañas llenas de nieve.
- Pero... ¿todavía estáis así?... A cambiaros ya de una puta vez. La misión nos espera - . Dijo el hombre que se sentó pesadamente en una de las sillas y esperó a que los chicos obedecieran sus gritos e improperios.
Guapi, como ha pasado tiempo imagino que no te acuerdas... Pero hubo un pequeño salto en la partida y habían pasado unas dos semanas... Ellos desaparecieron hará 1 ^^.
Mire aquel tio con una ceja alzada sin entender absolutamente nada, encogiendome de hombros con su subida de todo - ¡¿De que cojones hablas!? - Espete en un tono algo elevado - ¿Quien eres? ¿Mision? - Ahroa si que ya pensaba que me habia perdido mas capitulos de los que imaginaba, pues estaba mas perdida que un hijo de puta el dia del padre ¡Esto es una mierda!
El hombre pareció ligeramente divertido ante la expresión de Xiana. La miró enarcando una ceja.
- Es muy sencillo, querida... Estoy aquí para entrenaros, y ahora no perdamos tiempo. No querréis subir allí en camisón, ¿verdad? - Preguntó señalando hacia afuera, allá donde se encontraban las montañas y la nieve.
- Venga, moved ya el puto culo. En las habitaciones encontrareis el equipo que necesitáis... -
- ¿Pero que narices dices? ¿Misiones? ¿Entrenarnos? ¿De que cojones va esto? Me he despertado en un bosque y no entiendo nada de lo que dices, no te conozco ni a ti ni a ellos, y no se de que narices hablas - Espete bastante cabreada y confusa, nunca me habia gustado que me den ordenes y menos cuando no entendia que estaba pasando. Intentaba recordar y cada vez pensaba mas que esto era una pesadilla de la que intentaba despertar y no podia.
Despierta Xia....
El hombre sonrió. Era una sonrisa lobuna... En aquel momento Xiana volvió a sentir un fuerte dolor en el estómago... Era como si estuvieran desgarrándola por dentro. En aquel momento también sintió como si sus pulmones fueran machacados, intentó respirar, pero era una sensación agónica, el aire parecía abrasarla por dentro... Sin entender qué estaba ocurriendo miró hacia su cuerpo, con la seguridad de encontrarse su pecho completamente abierto... Pero todo parecía estar bien...
Era tanto el dolor que sentía, que sus ojos por un momento se nublaron y cayó de rodillas.
- ¿Quieres aprender a controlar eso? ¿A no volver a sentir dolor? Entonces obedece... o si prefieres te dejo aquí, agonizando... -
El hombre parecía estar dándole la opción a elegir...
Cai al selo de rodillas con mis mejillas empapandose por el dolor que estaba sintiendo, mis brazos apretados contra mi vientre y mirando aquel hombre aun sin entender nada, pero a menos ahora sabia que no queria sentir aquello de nuevoa , asi qeu simplemente asenti esperando a que parara aquello que me estaba haciendo para intentar seguir sus ordenes y ver a donde me llevaba todo aquello.
Me estoy volviendo loca, estoy soñando... esto es una pesadilla...